jueves, 30 de julio de 2020

Los vikingos y la viruela






Drakkar vikingo 
(s. X)

Miniatura en manuscrito medieval. 
Northumbria (Gran Bretaña) 



Con el nombre de vikingo (del nórdico antiguo víkingr, ir de expedición) se conocía a un legendario pueblo de guerreros y navegantes provenientes de los países escandinavos que, a bordo de sus drakkar (naves con proa en forma de dragón) realizaban incursiones navales con saqueos y pillajes. Asaltaron repetidamente las costas bálticas y las islas británicas, se establecieron en Normandía y llegaron al Mediterráneo, fundando el reino  normando de Sicilia. El período vikingo se suele fijar en el 1066 con la caída del rey Harald en la batalla del puente Stamford cuando intentaba tomar posesión del territorio de Inglaterra, aunque los historiadores daneses amplían hasta 1085 con el final del reinado de Canuto IV de Dinamarca


Les Vikings étaient aussi affectés par la variole
Un esqueleto vikingo de hace 1200 años hallado en Öland, Suecia


Recientemente, científicos de varios países han investigado el ADN de antiguos restos humanos. Procedieron a secuenciar el ADN extraído de dientes y huesos de 1867 individuos que habían vivido en Eurasia o América en un amplio período (entre 150 y 31.000 años). 

En trece individuos pudieron encontrar secuencias virales del virus de la viruela (VARV), pudiendo reconstruir el genoma casi completo en cuatro de ellos. Estos individuos eran vikingos procedentes de yacimientos de diversos lugares del norte de Europa: 11 sitios de entierro en Dinamarca, Noruega, Rusia y el Reino Unido y en la isla de Öland (Suecia). Los resultados del trabajo se han publicado en la revista Science (23 de julio 2020) 

Uno de los investigadores, el profesor danés Eske Willerslev comentaba:
 Descubrimos nuevas cepas de virus de la viruela en los dientes de los esqueletos vikingos y descubrimos que su estructura genética es diferente de la del virus de la viruela moderno" 
La viruela fue una terrible enfermedad que en sucesivos brotes epidémicos devastó Europa durante los s.XVII-XX, con una mortalidad de cerca del 30%. En la Europa del s.XVIII se estima que unas 400.000 personas morían cada año por viruela y un tercio de los supervivientes desarrollaba ceguera. Se estima que solo en el siglo XX, la viruela mató hasta 300 millones de personas​ y a 500 millones en sus últimos 100 años de existencia.​ En 1967, apenas una década antes de su último registro, se registraron 15 millones de casos.

La viruela es la única enfermedad que ha podido ser erradicada del planeta por acción médica mediante la vacunación masiva. El último caso fue declarado en 1977 y la enfermedad, oficialmente erradicada en 1980. Sin embargo, algunas muestras de virus VARV se mantienen en el laboratorio CDC de Atlanta y en el centro VECTOR de Novosibirsk en Rusia, y la posibilidad de una reaparición accidental o provocada de la enfermedad no es totalmente descartable. De hecho un accidente tuvo lugar en Inglaterra hace algunas décadas.


Esqueletos de Vikingos masacrados en el s. X y hallados en una
 fosa común en el St John's College de Oxford (Reino Unido).
Crédito :
 Thames Valley Archaeological Services

Desde un punto de vista evolutivo, se acepta que un precursor del VARV habría sido transmitido al hombre a partir de roedores hace unos 10.000 años, y que tras sucesivas mutaciones se tornó muy virulento. Lasse Vinner, virólogo del Centro GeoGenetics de la Fondation Lundbeck, aclara:
«La primera version de la viruela era genéticamente más cercana en el árbol genealógico de los virus de la viruela animal, como el camelpox y el taterapox des gerbos. Pero no tiene nada que ver con el virus de la viruela moderna que muestra que el virus ha evolucionado» 
Debido a estas diferencias, no es totalmente seguro que la viruela de los vikingos fuese igualmente grave que las formas que se vieron en Europa siglos más tarde, aunque los investigadores no quieren pronunciarse sobre este punto, por falta de datos. 

Aparte de imprecisas referencias en documentos históricos que describen algunas infecciones que pueden sugerir la existencia de la viruela, la primera constatación histológica de la enfermedad la encontramos en la momia egipcia de Ramsés V (Ruffer). El estudio genético más antiguo que teníamos hasta ahora del virus VARV se había realizado en la momia  de un niño de mediados del s. XVII, en Lituania. 

Barco vikingo a la vista | Hoy
Barco de Oseberg. Museo del barco vikingo. Oslo. 

Por esta razón este descubrimiento tiene un gran interés, ya que permite constatar la presencia del virus de la viruela en Europa en el s. VII, 1000 años antes de lo que sabíamos hasta ahora. 

Por otra parte se plantea la posibilidad que las incursiones vikingas fueran un posible elemento de propagación de la enfermedad. Según declara el científico danés :
"Así como la gente, al viajar a través del mundo ha propagado rápidamente la Covid-19 es probable que los Vikingos expandieran la viruela. La única diferencia es que en aquel momento se viajaba en barco y no en aviones" 
Y es que las epidemias han escrito capítulos decisivos en la historia de la Humanidad. 

Cabeza de animal del barco de Oseberg

miércoles, 29 de julio de 2020

Distanciamiento social en el ghetto de Varsovia



En esta pintura, Israel Bernbaum representa a niños judíos en el gueto de Varsovia y en los campos de exterminio. / Propiedad de la Colección Permanente de la Universidad Estatal de Montclair (EE UU)




Israel Bernbaum

Niños judíos en el 
ghetto de Varsovia


Colección permanente de la 
Universidad Estatal de Montclair  (EEUU) 



Las epidemias, las pandemias y las enfermedades infecciosas han jugado un papel importante en la configuración de la trayectoria de la historia humanaSu capacidad para invadir, infectar y luego devastar rápidamente a las poblaciones humanas, no pocas veces, ha dejado a millones de víctimas muertas a su paso. 

En tiempos de guerra y hambruna, la presencia de enfermedades infecciosas aumenta los riesgos existentes, lo que a menudo desencadena catástrofes de proporciones extremas. El tifus exantemático es una enfermedad producida por Rickettsia prowazekii y transmitida por piojos (Pediculus humanus corporis), que frecuentemente afecta a poblaciones hacinadas y con escasa alimentación (campos de concentración, prisiones, campamentos militares...) 




La propagación del tifus en Alemania durante la II Guerra Mundial fue utilizada por los nazis como un pretexto para el genocidio, con calumnias antisemitas que atribuían a los judíos la transmisión de la enfermedad. Con este pretexto se crearon primero los ghettos y más tarde los campos de exterminio. En octubre de 1941, cuando se desataba una epidemia en el gueto de Varsovia, Jost Walbaum, el Director de Salud del Gobierno General (Polonia ocupada) hizo la acusación infame: 
“Los judíos son los principales portadores y diseminadores de la infección por tifus. ... Solo hay dos formas [para resolver esto]. Condenamos a muerte a los judíos del ghetto por hambre o les disparamos ... Tenemos una y única responsabilidad: que el pueblo alemán no esté infectado ni en peligro por estos parásitos.


Pomnik Bohaterów Getta, fot. Filip Kwiatkowski
Monumento a los héroes del ghetto de Varsovia


A finales de 1940, las tropas del ejército nazi, con la excusa de controlar un brote de tifus crearon una Seuchensperrgebiet, literalmente un área de enfermedad restringida, que más tarde se convertiría en el ghetto. El 5 de octubre de 1940, a los judíos se les prohibió abandonar este territorio. Después del 15 de noviembre de 1940, se construyó un muro de ladrillo que rodeaba el área. Tenía 3 m de altura y 18 km de largo, el "muro epidémico", y toda la población judía de Varsovia, en ese entonces unas 450.000 personas se hacinó en un espacio de  poco más de 3,4 Km2Con alambre de púas en la parte superior, solo los residentes más ágiles podían escapar, principalmente a través de pequeños huecos en la pared, excavando bajo tierra o por las alcantarillas. Fue este el mayor ghetto judío de Europa durante la II Guerra Mundial, y suponía un tercio de la población total de la ciudad.  La densidad de población era de 5-10 veces mayor que la de cualquier ciudad actual. 

El hacinamiento en un espacio tan reducido, con unas condiciones de salubridad muy deficitarias (con poco acceso al agua y jabón), y con una alimentación escasa, no tardaron en aparecer enfermedades. La más importante fue una epidemia de tifus que se extendió como la pólvora. 

Se calcula que 120.000 personas enfermaron en el ghetto y murieron más de 30.000. Sin embargo, en otoño de 1941, cuando se acercaba el invierno y la tasa de contagios alcanzó el mayor índice, la curva epidémica empezó a caer hasta extinguirse. El inesperado cambio se produjo gracias a las medidas de prevención que impusieron los médicos judíos recluidos en el barrio y a la disciplina férrea de los habitantes del ghetto. 


Cómo lograron detener el tifus en el gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mudial
Fotografía de un piquete de soldados deteniendo
a un grupo de judíos en el ghetto de Varsovia. 

El fenómeno ha sido estudiado recientemente por el matemático Lewi Stone investigador de la Unidad de Biomatemáticas de la Universidad de Tel Aviv (Israel) y otros científicos que han publicado recientemente sus conclusiones en la revista Science Advances

La investigación realizada por Stone y cols. se basó sobre todo en entrevistas a supervivientes y en en el estudio de fuentes documentales, entre las que destacan los Archivos del Ghetto de Varsovia. 
"Mis mejores fuentes fueron los registros de epidemiólogos especialistas dentro el gueto. El profesor Jacob Penson, jefe del pabellón de enfermedades infecciosas, publicó varios registros sobre esta cuestión"

Las tasas de mortalidad pudieron ser estudiadas con datos muy fidedignos, gracias a las cartillas de racionamiento que distribuían los alimentos en el ghetto, y que eran de uso individual.
"Como el número de cartillas de racionamiento disminuyó rápidamente después de marzo de 1941, podemos suponer razonablemente que gran parte de ese cambio se debió a una alta tasa de mortalidad" 
De acuerdo a estas tarjetas, el número de fallecidos por la epidemia de tifus en el gueto y por el hambre podría haber sido mucho mayor a lo reflejado en los registros oficiales y podría llegar a los 100.000 muertos en 1941 (casi una cuarta parte de los habitantes del barrio), según el estudio.

Representación mensual de los casos de tifus en el gueto de Varsovia. Se aprecia cómo el pico de la epidemia se produjo en octubre de 1941 y repentinamente comenzó a descender. / Stone et al.
Gráfica de mortalidad en el ghetto de Varsovia (tomado de Stone y cols) 


En agosto de 1941 murieron 5.600 personas, incluidos 3.500 casos confirmados de tifus. Pero a partir de aquí la curva cayó drásticamente. ¿Qué había pasado? 
La brusca caída de la mortalidad se consiguió por una gran disciplina social en seguir las medidas propuestas por los médicos judíos. La principal era observar un distanciamiento social para evitar el contagio. En caso de presentar síntomas, los afectados eran aislados guardando una cuidadosa cuarentena doméstica. 

Se impulsó también normas de higiene general, con limpieza cuidadosa de los apartamentos. Se creó un taller para la fabricación de jabón en el ghetto, así como baños públicos y baños. También se impulsaron comedores sociales con la finalidad de mitigar en lo posible el hambre, aprovechando el contrabando de alimentos. Y se puso en marcha una campaña de formación de la población con charlas divulgativas. Incluso se creó una Universidad médica clandestina para jóvenes estudiantes. 

Historia: Cómo vivir en un mundo que no es humano: qué pasó de ...



Stone no duda en afirmar: 
“Al final, parece que los esfuerzos prolongados y decididos de los médicos del ghetto y los esfuerzos antiepidémicos de los trabajadores comunitarios dieron sus frutos”. 
“No hay otra manera que podamos encontrar para explicar los datos”.
Los autores del artículo destacan que existen paralelismos interesantes de la erradicación del tifus en el ghetto de Varsovia y los intentos actuales de contener la COVID-19. Ambas acciones surgieron del mismo miedo y pánico que tipifica a las ciudades en las garras de una plaga. El ejemplo del ghetto demuestra como las medidas preventivas, si son seguidas a rajatabla por una población cívica y disciplinada, pueden ser de gran utilidad. 

Stone recuerda: 
“Hoy, más que nunca, la sociedad necesita comprender cómo el daño causado por un pequeño virus o bacteria puede crear un caos total, arrastrando a la humanidad al punto terminal del mal como se vio en el Holocausto” 

“Sin embargo, como lo demostraron los del gueto de Varsovia”, explica Artzy-Randrup, “las acciones de las personas en la práctica de la higiene, el distanciamiento social y el autoaislamiento cuando están enfermos, pueden marcar una gran diferencia dentro de la comunidad para reducir la propagación”. 

“Es la cooperación y el reclutamiento activo de las comunidades lo que vence a las epidemias y pandemias, no solo las regulaciones gubernamentales”. 

“Solo recientemente hemos presenciado de cerca lo esencial que ha sido la participación de la comunidad para contener y derrotar la propagación mortal y horrible de los brotes de ébola en los países africanos”. 

“Este estudio es una instancia única en la que los métodos cuantitativos y cualitativos podrían utilizarse para revelar procesos históricos ocultos en la interfaz de las enfermedades infecciosas y la sociedad, que son directamente relevantes para la crisis actual de COVID-19”.








martes, 28 de julio de 2020

Rafael Sanzio no murió de sífilis

Rafael Sanzio - Wikipedia, la enciclopedia libre




Atribuído a Rafael Sanzio

Autorretrato
(circa 1506)


Óleo sobre lienzo 47,5 x 33 cm
Galleria degli Uffizi. Florencia. 



Raffaelle Sanzio, más conocido como Rafael (1483-1520) ha sido uno de los pintores más admirados a lo largo de la historia del arte. Muchos artistas posteriores, como Poussin e Ingres, intentaron recuperar su estilo. El autorretrato, atribuido a un jovencísimo Rafael, que encabeza este artículo le sirvió a Ingres para tomarlo de modelo en obras como Rafael y la Fornarina. 

En esta imagen, atribuída al propio artista, se muestra como un joven vestido sencillamente, con ademán algo inseguro y melancólico, en un intento de reflejar su personalidad, el elemento más identificativo de los retratos que realizó Rafael, siguiendo la tradición que se había iniciado en el Quattrocento por Masaccio y que fue continuada por Sandro Botticelli o Piero della Francesca, sin olvidar a los pintores flamencos. La utilización de un fondo neutro ante el que se recorta la figura será repetida más adelante por artistas como Tiziano.

En la biografía de Rafael, recogida en su libro Le vite de' più eccellenti pittori, scultori e architettori (1568), Vasari, comenta su prematura muerte en un día de Viernes Santo (6 de abril de 1520, que posiblemente era también el día en el que cumplía 37 años). Según Vasari su muerte fue a causa de una noche en la cual tuvo excesivas relaciones sexuales con «La Fornarina», su amante. Tras esta extenuante noche Rafael enfermó, con fiebre alta, y al “no confesar a los médicos los excesos que había cometido” los doctores no le administraron el tratamiento correcto, lo que le causó la muerte. 


La Fornarina, amante de Rafael.
Rafael: Retrato de su amante, "La Fornarina"


La verdad es que este relato, aunque bastante novelesco, no nos parece muy aclaratorio sobre la verdadera causa de la muerte del genial pintor. Durante mucho tiempo, por su vida licenciosa y libertina, se le atribuyó haber muerto a causa de una sífilis, aunque tampoco esto parece demasiado fundado, ya que la sífilis tiene una larga evolución y Rafael murió a los 8-10 días de presentar los primeros síntomas.  

Recientemente se ha publicado un artículo sobre el tema en la revista médica  Internal and Emergency Medicine. Uno de los autores del artículo, Michele Augusto Riva, investigador de Historia de la Medicina sostiene que se han basado en fuentes directas e indirectas de la época para profundizar en las circunstancias de la muerte del pintor. Basándose en los síntomas que han podido encontrar descritos: fiebre alta continua, sin pérdidas de conciencia, y ausencia de síntomas gastroentéricos, la causa más probable fue una pulmonía (enfermedad que cursa con fiebre alta repentina). 



Tomba di Raffaello, Pantheon, Roma | Raffaello Sanzio (1483-… | Flickr
Tumba de Rafael, en el Panteón de Roma. 

En aquel momento Rafael era un pintor famoso y protegido por el papa León X,  que le hacía de mecenas, por lo que fue tratado por los mejores médicos de Roma, que se inclinaron por la práctica de una sangría que pudo resultar funesta.  

La sangría era un método habitual en la época, mediante el cual se extraía sangre al enfermo para curarle, pero que está totalmente contraindicado en las neumonías. 

Tras su muerte, Rafael fue enterrado con todos los honores en el Panteón de Roma, donde yace con el epitafio dedicado por su amigo Pietro Bembo: 
“Aquí yace Rafael, quien mientras vivió hizo temer a la naturaleza ser superada por él y que, cuando murió, temió morir con él”.

El Panteón de Roma
El Panteón, de Roma. 



lunes, 27 de julio de 2020

Historia de la Aspirina (VI): Publicidad en el s. XXI









O.K.Aspirina 0'5 
(s. XXI)

Anuncio publicitario. Papel impreso a color
Archivo Luis Serantes. Nigrán.





En entradas anteriores comentábamos la historia de la Aspirina (12) y algunos de los anuncios usados para publicitar este medicamento durante el s. XX (34). Esta completa colección de anuncios nos ha sido facilitada gentilmente por el farmacéutico Luis Serantes, de Nigrán, a quien agradecemos su colaboración. Las imágenes han sido tomadas de su documentado blog de farmacia Benderapotheker (http://benderapotheker.blogspot.com/2013/09/un-repaso-la-publicidad-de-la-aspirina.html

En este siglo vemos como la publicidad se acomoda a los usos de los anuncios de estas dos últimas décadas. Se busca una imagen de impacto, que al mismo tiempo proporcione la seriedad que debe encontrarse en un medicamento. 

Tal vez cabe destacar el impactante anuncio con el que comenzamos este post, OK. Aspirina 0'5 que introduce la idea subliminal del estado de bienestar (OK) tras la administración de ácido acetilsalicílico que borra eficazmente el dolor. 




Otro anuncio que llama la atención es que sugiere una visión estilizada del cerebro humano en forma de laberinto, como los de los pasatiempos de los periódicos. Al final del laberinto se encuentra el preciado comprimido. La idea es aquí la solución que proporciona Aspirina a la complejidad cerebral y a las posibles migrañas o dolores ocasionados por los "quebraderos de cabeza" de la vida moderna. 


En esta misma línea el cartel "Pain sir" juega con las letras de Aspirina, planteando un anagrama, sirviéndose también de una idea surgida de los pasatiempos o "rompecabezas".



 




En otros se lanza el mensaje subliminal que "un toque alivia el dolor" (bei Schmerzen hilft eine Berührung),  rememorando tal vez la exitosa técnica de algún hábil masajista, o se muestran contorsiones sobre un comprimido redondo de Aspirina, como demmostración que si desaparecen los dolores musculares se pueden realizar todo tipo de ejercicios.