viernes, 14 de julio de 2017

Los experimentos médicos del III Reich (y II)


Experimento de hipotermia. Un preso es sumergido en una piscina
de agua helada para calcular cuánto tiempo puede tardar en morir.



Experimento de hipotermia

Fotografía en B&N  
Museum of Jewish Heritage - 
A Living Memorial to the Holocaust, New York



En una entrada anterior, nos referíamos a los espeluznantes experimentos médicos realizados en campos de concentración nazi. Los prisioneros fueron sometidos a múltiples experiencias, algunas de las cuales no tenían más sentido que infligir dolor y muerte por lo que eran más un método de tortura que una auténtica investigación médica. 

Según la condena que resultó de los Juicios de Nuremberg, en los que fueron juzgados los criminales de guerra que tomaron parte en estas prácticas, se realizaron diversos tipos de experimentos. He aquí algunos de los más frecuentes:


1. Tratamientos médicos de heridas de guerra.

Se ocasionaban heridas en las que se introducía virutas y cristales, sobreinfectándolas con Streptococcus sp., Clostridium perfringens o Clostridium tetani y se trataban con sulfamidas para comprobar su eficacia (Ravensbrück, 1942-1943); se causaban heridas con gas mostaza (Sachsenhausen y Natzweiler,1939-1945) o con fósforo para estudiar su evolución (Buchenwald,1943-1944).


2. Inoculación de enfermedades transmisibles

Se realizaron en los campos de concentración de Buchenwald y Natzweiler (1941-1944). Muchos reclusos sanos fueron deliberadamente infectados con la bacteria del tifus para mantener la bacteria viva; más del 90% de las víctimas murió.

David  Olere. Un médico militar explora a un preso
de un campo de concentración en el curso
de un experimento. 
Dibujo coloreado

Museum of Jewish Heritage - 
A Living Memorial to the Holocaust, New York
Otros reclusos sanos fueron utilizados para determinar la efectividad de diferentes vacunas y varias sustancias químicas. En el curso de estos experimentos, el 75% de los reclusos seleccionados eran vacunados y tras tres a cuatro semanas, eran infectados con gérmenes (fiebre amarilla, viruela, tifus, paratifus A y B, cólera y difteria). El 25% restante era infectado sin ninguna protección previa para comparar la efectividad de las vacunas. Cientos de personas murieron. 


3. Agua de mar.

Desde julio y septiembre de 1944, se llevaron a cabo experimentos en el campo de concentración de Dachau para estudiar varios métodos de hacer potable el agua de mar. Un grupo de 90 personas era privado de alimentos y el Dr. Hans Eppinger les daba solo agua de mar para beber, dejándolos gravemente lesionados. La deshidratación era muy importante y llegaban a lamer el suelo acabado de fregar para obtener algo de agua dulce.


4. Hipotermia.

Los experimentos sobre hipotermia fueron realizados en Dachau y Auschwitz (1941) para simular las condiciones que sufrieron los ejércitos en el frente oriental. El médico de las SS Sigmund Rascher informaba diariamente a Heinrich Himmler y publicó los resultados en una publicación médica titulada "Problemas médicos surgidos del mar y el invierno" (1942).

Los experimentos de congelación eran de dos tipos:

  •  Los dirigidos a establecer cuánto tiempo se tardaba en morir al disminuir la temperatura corporal (sumergiéndolos en un tanque de agua helada durante más de tres horas o llevando a los prisioneros desnudos a la intemperie con temperaturas bajo cero) 
  • Los dirigidos a como resucitar mejor a la víctima congelada

5. Venenos

En Buchenwald en 1944 se realizaron investigaciones sobre el efecto de varios venenos. Los venenos eran administrados secretamente en la comida de los sujetos experimentales. Las víctimas morían como consecuencia del veneno o eran asesinados inmediatamente para realizarles la autopsia. En septiembre de 1944, se dispararon balas envenenadas a unos sujetos experimentales que sufrieron tortura y, finalmente, la muerte.


6. Quemaduras químicas

Entre septiembre de 1939 y abril de 1945, se realizaron experimentos en los campos de concentración de Sachsenhausen y Natzweiler sobre los efectos del gas mostaza y otras sustancias vesicantes como lewisita. Se producían así graves quemaduras químicas para investigar el procedimiento adecuado para tratarlas.

En Buchenwald en 1943-1944 se estudiaron los efectos de las quemaduras con fósforo o fosgeno (usado en las bombas incendiarias)


7. Esterilización

Carl Clauberg dirigió las investigaciones sobre esterilización en Ravensbrück y Auschwitz (1941-1945). El propósito de estos experimentos era desarrollar un método de esterilización con el cual fuera posible esterilizar millones de personas con un mínimo de tiempo y esfuerzo. Estos experimentos se realizaron con rayos X, castración quirúrgica o inyección de diversas sustancias como formolonitrato de plata en las trompas. Miles de víctimas fueron esterilizadas. Muchos fueron irradiados sin darse cuenta, mientras rellenaban formularios.

Además de esta experimentación, el gobierno nazi esterilizó alrededor de 400.000 individuos como parte de su programa de esterilización forzosa.


8. Experimentos con homosexuales

Entre junio y diciembre de 1944, Carl Peter Værnet  (1893-1965) realizó diversas visitas a Buchenwald para seleccionar y efectuar sus experimentos con internos homosexuales. Los presos seleccionados eran sometidos a intervenciones quirúrgicas para “curar” la homosexualidad. En algunos casos eran castrados, otros eran esterilizados y a otros se les implantaba una glándula artificial que liberaba testosterona. Como consecuencia de esta actuación murieron por lo menos 13 prisioneros por complicaciones postoperatorias.


Los enanos con los que experimentaba Mengele


9. Experimentos en niños gemelos y enanos.

Diseñados por el médico nazi Josef Mengele para mostrar las similitudes y diferencias en la genética y eugenesia de los gemelos, así como para ver si el cuerpo humano puede ser manipulado de forma antinatural. Se realizaron experimentos sobre más de 1.500 pares de gemelos presos, de los cuales menos de 200 individuos sobrevivieron tras los estudios. Algunos eran tan absurdos como inyectar diferentes sustancias en los ojos de los gemelos para ver si podían cambiar los colores hasta literalmente coser a unos gemelos juntos para intentar crear siameses.


Un par de gemelos seleccionados para realizar una "investigación"



10. Programa para la eutanasia

La llamada eutanasia (Gnadentod: «muerte caritativa»), dio paso al exterminio sistemático con cámaras de gas de pacientes psiquiátricos. Posteriormente este método fue aplicado para intentar el genocidio de judíos, gitanos y otras etnias.

Muchos de los sujetos murieron como resultado de los experimentos realizados por los nazis, mientras que muchos otros fueron asesinados una vez que se completaron las pruebas o para estudiar el efecto post-mortem. Los que sobrevivieron a menudo quedaron mutilados, sufriendo de discapacidad permanente, con los cuerpos debilitados e importantes transtornos psicológicos.


 Bibliografía




Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X, editor. Cien años de Dermatología. Madrid: Aula Médica;  2001. p. 57—70.

Weyers W. Death of Medecine in nazi Germany. Dermatology and Dermopathology under the swastika. Oxford: ArdorScribendi LTD; 1998. p. 444.

Lifton RJ. The nazi doctors. Medical killing and psychology of genocide. New York: Basic Books 1986. p. 385
Baumslag N. Murderous Medicine: Nazi Doctors, Human Experimentation, and Typhus.  Praeger Publishers; 2005.

Ternon Y, Helman S. Historia de la Medicina SS. Valencia: Fomento de Cultura Ediciones; 1971. p. 410.

Berenbaum M. The world must know: the history of the Holocaust as told in the United States Holocaust Memorial Museum. Boston: Little Brown; 1993. p. 194—5.

jueves, 13 de julio de 2017

Los experimentos médicos del III Reich (I)


 



David Olere 

Disecciones médicas en el campo de concentración de Bikenau
(1634)

Dibujo coloreado
Museum of Jewish Heritage - 
A Living Memorial to the Holocaust, New York



La llegada al poder del Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler (NSDAP) en 1933 produjo una ruptura con las  disposiciones que intentaban limitar la experimentación invocando principios morales, invirtiendo completamente los principios básicos del respeto a los sujetos participantes en investigaciones médicas.

Hitler, siguiendo las promesas electorales que le elevaron al poder, puso en marcha una política racista en defensa de una «raza superior» en la que se vieron implicados un gran número de profesionales sanitarios. Entre sus primeras disposiciones se encontraba la Ley para la prevención de las enfermedades hereditarias de la descendencia (Gesetz zur Verhütung Erkrankung Nachwuchses), más conocida como «Acta de esterilización», promulgada en 1933. Esta normativa permitía, a instancias de un tribunal compuesto por dos médicos y un juez, la esterilización obligatoria de sujetos (Erbgesundheitsgesetz) diagnosticados de debilidad mental congénita, esquizofrenia, psicosis maníaco-depresiva, epilepsia hereditaria, corea de Huntington, ceguera y sordera congénitas, pronunciadas malformaciones corporales de carácter hereditario, alcoholismo crónico grave, etc. Esta ley fue aplicada junto con el Acta contra criminales peligrogrosos (Gesetz Gegen Gefährliche Gewohnheits Verbrecher), que tenía el mismo fin y utilizaba los mismos medios. Las esterilizaciones comenzaron en 1934 y, en la práctica, terminaron con el comienzo de la II Guerra Mundial, con un saldo final de casi 400.000 personas esterilizadas (0,5%de la población total).


El Dr. Josef Mengele, cuyos sádicos experimentos le valieron el apelativo de
"El ángel de la muerte"



El propósito final de éstas y otras leyes (la Ley de protección de la salud hereditaria del pueblo alemán y la Ley de salud marital ,más conocidas como Leyes de Nüremberg) era eliminar a una generación completa de sujetos con deficiencias genéticas a fin de «depurar» el banco de genes y mejorar la «raza aria». Los beneficios que se obtendrían con la aplicación de las leyes basadas en planteamientos eugenésicos fueron ampliamente difundidos en contundentes campañas publicitarias por la eficiente maquinaria de propaganda del III Reich.

Los nazis realizaron también experimentos médicos masivos en los campos de concentración. Los judíos  (y también otras razas como los gitanos) no eran consideradas por los nazis como propiamente humanas y esto daba rienda suelta a usarlos como “animales de laboratorio”. Realizar experimentos con judíos no era para ellos muy distinto a hacerlo con ratones o cobayas. También los prisioneros soviéticos o los alemanes discapacitados fueron usados para realizar investigaciones.

Muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración tenían una intención investigadora real, y según sus objetivos podemos distinguir tres grandes grupos:

1)    Investigaciones dirigidas a mejorar la supervivencia del ejército alemán frente a agentes bélicos (gases, bombas incendiarias, radiaciones) o a condiciones meteorológicas adversas (frío, altura)

2)    Experimentación de nuevos fármacos o técnicas quirúrgicas y

3) Demostración de las teorías nacionalsocialistas de superioridad racial (antisemitismo, eugenesia).

De todos modos, se realizaron otros experimentos sin sentido alguno con el único fin de provocar sufrimiento o exterminio. En este sentido, la investigación médica fue una forma de tortura disfrazada, a veces más terrorífica y destructora que los mismos métodos de tortura tradicionales. El médico del campo se investía así de un poder diabólico que podía decidir experimentos gratuitos y terroríficos, sembrando el pánico entre sus posibles víctimas.

Algunos médicos destacaron en esta función de verdugos: Josef Mengele, Eduard Wirths, Horst Schuman y Carl Clauberg (Auschwitz) o Aribert Heim (Mauthausen) son algunos tristes ejemplos.


 Bibliografía



Sierra X. Los dermatólogos judíos en la Alemania nazi. En: Sierra X, editor. Cien años de Dermatología. Madrid: Aula Médica;  2001. p. 57—70.

Weyers W. Death of Medecine in nazi Germany. Dermatology and Dermopathology under the swastika. Oxford: ArdorScribendi LTD; 1998. p. 444.

Lifton RJ. The nazi doctors. Medical killing and psychology of genocide. New York: Basic Books 1986. p. 385
Baumslag N. Murderous Medicine: Nazi Doctors, Human Experimentation, and Typhus.  Praeger Publishers; 2005.

Ternon Y, Helman S. Historia de la Medicina SS. Valencia: Fomento de Cultura Ediciones; 1971. p. 410.

Berenbaum M. The world must know: the history of the Holocaust as told in the United States Holocaust Memorial Museum. Boston: Little Brown; 1993. p. 194—5.

martes, 11 de julio de 2017

El aristócrata que tomaba el sol
























































John Singer Sargent

Arthur George Maule Ramsay, 
Lord Dalhousie
(1900)


 Óleo sobre lienzo 146 x 99  cm

Colección privada 




John Singer Sargent (1856-1925) fue un artista estadounidense, muy conocido por sus retratos de personajes de la alta sociedad de su tiempo. Su producción pictórica fue extremadamente prolífica (900 óleos y más de 2000 acuarelas).

Sargent fue un expatriado norteamericano que se formó como pintor en París donde entró en contacto con los impresionistas, sobre todo con Manet y posteriormente se instaló en Londres (1884), donde gozó de gran fama como retratista de la aristocracia y de la alta burguesía, a pesar de que algunas de sus obras motivaron polémicas e incluso algún escándalo. 

Durante el s. XIX el retrato era el género preferido para decorar las casas de los aristócratas, que demostraban así la nobleza de sus antecesores. La burguesía copió pronto esta costumbre, intentando asimilarse lo más posible a los aristócratas. El retrato era así un objeto de prestigio social, especialmente si lo realizaba un pintor de fama. El artista debía pintar las facciones y el parecido psicológico así como reflejar el ambiente y las ropas propias de la posición del retratado. Sargent sabía realizar este objetivo a la perfección en sus obras, y por eso era un pintor muy cotizado. 

El retrato que comentamos hoy es el de Arthur George Maule Ramsay, conocido también como Lord Dalhousie. Sargent lo representa en una composición de tres cuartos. El joven aristócrata, aparece muy apuesto aparece elegantemente vestido con un traje blanco, de corte informal en el que destaca una llamativa corbata roja. Su brazo izquierdo reposa sobre una barandilla, mientras apoya el derecho en la cadera. Su actitud displicente pone de manifiesto la despreocupación propia de su elevada situación social. 

El traje blanco, propio de climas calurosos, nos hace pensar que el noble estaba realizando una estancia en algún lugar cálido, probablemente en el Mediterráneo. En el s. XIX los aristócratas ingleses veraneaban en Niza, en la Côte d'Azur francesa, donde la principal avenida de la ciudad (Promenade des Anglais) guarda este recuerdo. 

La cara de Lord Dalhousie presenta un intenso eritema, sin duda producido por una imprudente exposición solar. La parte superior de la frente, en cambio, se mantiene blanca, por la protección del sombrero. En definitiva es un evidente testimonio de un eritema solar, probablemente fortuito, ya que en aquel tiempo no estaba bien visto broncearse.  






Cortar la lengua







Capitel de la catedral de Santiago de Compostela
(s. XII)

Altorrelieve en piedra
Santiago de Compostela




En el ala norte del crucero de la Catedral de Santiago de Compostela puede observarse un capitel en el que un réprobo, con las manos atadas y una soga al cuello es sometido a tormento. Un demonio, velludo y de cara monstruosa, le está arrancando la lengua con unas tenazas. La escena es de una violencia y una crueldad extrema, como es habitual en las escenas de arte románico cuando se quiere representar las torturas infernales a las que se exponen los fieles si se apartan del recto camino y de las que también tenemos cumplida muestra en él Pórtico de la Gloria de la misma catedral. 

El tormento de cortar o arrancar la lengua era muy habitual en la Edad Media para expresar plásticamente el castigo que les será impuesto a los que pecan con la palabra: blasfemos, maledicentes, calumniadores, etc.  Y probablemente a los subversivos que critican el poder temporal o eclesiástico. 

Las "mujeres que hablan en la iglesia", condenadas al
infierno en una tabla de Niccolò y Giovanni del s. XI
(Museos Vaticanos)
Entre los "pecados de la lengua" figura también por supuesto la lascivia: los que practican felaciones o sexo oral de cualquier tipo. Pero tal vez, el más peculiar y sorprendente de los castigos por el uso de la lengua sea tal vez el que se representa en el Juicio Final de Niccoló y Giovanni  (finales del s. XI) que se conserva en los Museos Vaticanos. Es una tabla con forma de arco de herradura en la que aparece el infierno con diversos grupos de condenados con carteles alusivos a su pecado. Me llamaron la atención dos de estos grupos: el de las meretrices (no es frecuente verlas así condenadas en grupo por su profesión) y el de "las mujeres que hablan en la iglesia". Un castigo sin duda desproporcionado y que es un testimonio claro del sexismo imperante en aquella época. 

Catedral de Girona: El demonio arranca la lengua
del dragónen presencia de S. Narciso y S. Félix
Un simbolismo que podemos ver con cierta frecuencia, si bien con diversas variantes. En la capilla del baptisterio de la catedral de Girona encontramos un relieve en piedra policromada. En él se narra la historia de San Narciso, obispo patrón de la ciudad, que en compañía de su diácono Félix llegó a la romana Gerunda (nombre antiguo de Girona) para evangelizarla. El demonio intentó por todos los medios evitarlo y para ello envió a un dragón para que increpara al obispo y a su diácono con toda suerte de injurias, insultos y blasfemias para así atemorizarlos y evitar su labor. Pero Narciso, con su poder milagroso, venció al demonio y le obligó a arrancar la lengua al dragón que así los había maltratado.   

Hay también diversas leyendas mitológicas que recurren a la amputación de la lengua para garantizar el silencio de tal o cual personaje, cuyas declaraciones podrían ser poco oportunas. Así, el escalofriante relato de Tereo, mítico rey de Tracia, que tras violar a su cuñada Filomena (a quien debía proteger) le corta la lengua para evitar que lo acusara, lo que inspiró a Rubens un famoso cuadro, actualmente en el museo del Prado. 

Rubens: El banquete de Tereo. Museo del Prado, Madrid. 


Leyendas aparte, al viejo dermatólogo estas extirpaciones míticas de la lengua le recuerdan otras amputaciones ocasionadas por la necesidad de extirpar tumores como el carcinoma escamoso. 

Muchas veces puede aparecer en la lengua una lesión blanca, generalmente bien delimitada que se conoce con el nombre de leucoplasia. A veces puede hacer un mínimo relieve o ser casi plana. Está causada muchas veces por la acción de la nicotina en los fumadores, aunque también por un roce repetido con una pieza dentaria, o por la costumbre repetida de tomar bebidas muy calientes. Cuando aparece en los labios la repetida exposición solar también puede ser un factor predisponente. 

La leucoplasia es una lesión precancerosa pero debe extirparse para que no progrese. Si no se hace así, aparece el carcinoma escamoso, ya mucho más peligroso, que se ve como una masa dura, frecuentemente ulcerada. Frecuentemente se acompaña de adenopatías regionales (submaxilares). En estos casos debe procederse a la resección parcial de la lengua. Evidentemente esta es una cirugía un poco invalidante: el paciente no habla o habla con dificultad, tiene también problemas al comer, pero salva su vida. 

Recuerdo el caso de uno de mis pacientes, un gran fumador, que negligía pedir consejo médico por miedo a que le prohibiesen fumar. Acudió a mi consulta con un carcinoma espinoso bastante desarrollado y ulcerado en una cara lateral de la lengua. El tratamiento fue la resección de media lengua, y naturalmente la prohibición del tabaco. Tras la intervención, bastante traumática, consiguió salvar la vida. Era un paciente que quedó muy agradecido y siempre que me encontraba me venía a saludar y a darme nuevamente las gracias. Eso sí, con la media lengua que le quedaba, hablaba con dificultad y reconozco que a veces no le entendía del todo. 

Lo mejor es prevenir la aparición de esta enfermedad, no fumar y si es el caso acudir enseguida al dermatólogo para tratar las lesiones por incipientes que sean.  


El banquete de Tereo (con comentarios en latín) 





lunes, 10 de julio de 2017

La preocupante resistencia de la gonorrea







La penicilina cura la gonorrea 
en 4 horas
(1949)

Fotografía histórica




A finales de los años 40 del s. XX, la penicilina se comenzó a fabricar y a distribuir. Puede decirse que la introducción de este antibiótico supuso una auténtica revolución en la medicina de la época. Muchas enfermedades pudieron curarse fácilmente, con rapidez y sin apenas efectos secundarios. Entre ellas, las enfermedades venéreas, como la sífilis y la gonorrea. Un buen testimonio es esta fotografía que muestra la publicidad que se hizo en aquel momento: la gonorrea se podía curar en 4 horas. Una afirmación que no ha resistido al paso de la historia. 

En aquel momento, el cambio fue tan grande que se llegó a hablar de la probable desaparición de la sífilis y la gonorrea a corto plazo. Aunque esta era una previsión muy optimista que no se cumplió (algún día analizaremos las causas) se había perdido el miedo a las infecciones de transmisión sexual (ITS), lo que posibilitó el masivo cambio de comportamiento sexual. Así, durante los años 60 y 70 del s. XX llegó la llamada "revolución sexual". Hasta que la llegada de una nueva enfermedad, el sida, volvió a cambiarlo todo.

     
       Leucocitos con gonococos  (Neisseria gonorrhoeae)       
Actualmente, la gonorrea o blenorragia sigue siendo una de las ITS más frecuentes en el mundo. La infección afecta habitualmente a los órganos genitales, en los que puede provocar supuración uretral y disuria, y también al recto o a la garganta. Si no se trata adecuadamente pueden aparecer complicaciones como estenosis uretrales, enfermedad inflamatoria pelviana, esterilidad y un mayor riesgo de infecciones por VIH. 

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), setenta y ocho millones de personas se infectan anualmente, según los datos recogidos en 77 países distintos: 35,2 millones en el Pacífico Occidental (Australia, Polinesia, China, Japón...); 11,4 millones en el Sudeste Asiático; Otros 11 millones en Africa y otros tantos en Sudamérica; y 5 millones en Europa y en la región mediterránea oriental. Esta alta incidencia está favorecida, según la OMS, a la disminución del uso de preservativos, la cada vez más frecuente costumbre de viajes intercontinentales, y a que los médicos han abandonado la aplicación de técnicas de cribado sistemático.  

Incidencia de algunas ITS en España.
La gráfica en rojo corresponde a los casos de gonorrea. 
Además el tratamiento de la gonorrea se está complicando. Según un reciente informe de la OMS (7 de julio de 2017), el gonococo Neisseria gonorrhoeae, el germen productor de la blenorragia es ya resistente a casi todos los antibióticos conocidos, y especialmente a los antibióticos más antiguos y baratos, que hasta ahora eran especialmente útiles para tratar la enfermedad en los países más pobres. Por otra parte en los países con más medios para tratar la enfermedad, se ha detectado que algunas cepas son resistentes a todo tratamiento conocido. 

Efectivamente, desde hace mucho tiempo la comunidad científica viene alertando de un creciente peligro de bacterias multirresistentes, capaces de sobrevivir a la acción de la mayoría de antibióticos de última generación. Es decir, estamos sin armas para combatir algunas de las enfermedades más comunes y potencialmente más peligrosas de nuestra historia. La solución, como advierte la organización médica, pasa por un uso más racional de los medicamentos así como por la búsqueda de nuevos métodos de tratamiento diferentes de las moléculas antibióticas conocidas hasta ahora.


Pero la investigación sobre nuevos antibióticos no es muy atractiva para los laboratorios. Los tratamientos antibióticos se administran puntualmente durante cortos períodos de tiempo, lo que deja una escasa ganancia económica. Es mucho más lucrativo dedicar los esfuerzos de la investigación a medicamentos que palien las enfermedades crónicas, sin llegar a curarlas, lo que representa el uso de medicamentos durante largos períodos de tiempo y una mayor ganancia para las empresas farmacéuticas. Por este motivo en el momento actual solamente se están investigando tres nuevas moléculas. 

A la larga, se necesitará una vacuna, lo que supondría una auténtica solución al problema. Pero mientras tanto, la OMS insiste en la prevención de las ITS, recomendando comportamientos sexuales más seguros, y especialmente el uso del preservativo. 


Gonorrea por países 
(número de casos /100.000 hab). 
Distribución actual de la gonorrea en el mundo 
   sin datos
   menos de 10
   10-20
   20-30
   30-40
   40-50
   50-75
   75-100
   100-115
   115-130
   130-145
   145-160
   más de 160