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miércoles, 28 de julio de 2021

Letras y símbolos en el hospital de Sant Pau

versió catalana | versión española







Lluís Domènech i Muntaner 

Letra "G" 
(1905-1910) 

Relieve de piedra
Recinto modernista de Sant Pau.
Barcelona





El antiguo Hospital de Sant Pau fue, sin ningún género de duda, el hospital más bonito del mundo y una de las maravillas de Barcelona. Confieso una cierta parcialidad en mi amor por este conjunto hospitalario, ya que residí en él  durante buena parte de mis años de estudiante (1969-1972) y también inicié aquí mis estudios de Medicina. En cierta manera pues, Sant Pau fue mi casa. 

Con buen conocimiento de causa pues, os recomiendo que -si todavía no lo habéis hecho- visitéis el viejo hospital, hoy rebautizado como Recinto Modernista de Sant Pau y abierto a la visita turística. Entraréis en un mundo mágico, de colores y de símbolos, lleno de formas caprichosas y referencias históricas. Aquí no hay nada gratuito: la más mínima decoración tiene un sentido, una explicación, una referencia. Una auténtica catedral de la salud, obra del insigne arquitecto Lluís Domènech i Muntaner (1849-1923).  

No entraré hoy en comentar la disposición de los pabellones, su arquitectura, el utilitarismo que se combina con la estética. Tampoco profundizaré en la historia del Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau, o como se llamaba durante la guerra de 1936-1939, el Hospital General de Catalunya. Dejaré todo eso para otro día, y lo haré en su momento, con mucho gusto. Hoy solamente me fijaré en unos detalles, unos símbolos y unas letras. 

Efectivamente, por todas partes, en todos los pabellones, en los techos, en las balaustradas, en los dinteles de las puertas y en los arcos encontraréis, repetidos machaconamente, de forma insistente y obsesiva, cuatro símbolos: una cruz patada; unas barras verticales, y las letras "P" y "G". 



Arriba, el escudo con la cruz patada, símbolo de la catedral de Barcelona.
Abajo, el escudo del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en el que la
mitad izquierda representa el obispado y la mitad derecha, el
Ayuntamiento de la ciudad.  



Se llama cruz patada a la que los brazos se estrechan al llegar al centro y se ensanchan en los extremos. Es el símbolo de la catedral de Barcelona. Un símbolo lógico, si tenemos en cuenta que el Hospital de Sant Pau (continuación del Hospital de la Santa Creu, del Raval, fundado en 1401) está regido a partes iguales, por representantes del obispado y del Ayuntamiento de la ciudad. Esto explica también la presencia de las barras verticales, símbolo de catalanidad y  de la mitad municipal de la MIA (Muy Ilustre Administración, órgano rector del Hospital). 



El escudo del Hospital se repite constantemente. Aquí, está sostenido por
un ángel y una águila (símbolo de dos evangelistas). El escudo está
formado por la cruz patada, símbolo del obispado (a la izquierda); el
emblema de la ciudad (a la derecha). En el centro, la espada, símbolo
de Sant Pau. Abajo, el libro abierto, con la leyenda "Paulus Apóstol".  



Lluís Domènech i Muntaner tenía muy presente la historia. Especialmente la historia medieval, en la que tan importante son los símbolos heráldicos. Tanto el escudo completo del Hospital como los parciales del obispado o el de la ciudad están muy presentes, especialmente en las zonas más nobles. Y también otros símbolos, como el escudo de la banca Gil, o el de la ciudad de París,  tan vinculada a Pau Gil (en las cúpulas del vestíbulo de entrada en el edificio principal, de la Administración). También encontramos un escudo alusivo a San Pablo, confeccionado con un libro abierto, en posible alusión a las Epístolas (en el que figura la leyenda Paulus Apóstol) y la espada (instrumento de su martirio, con el que lo decapitaron). En este techo de cúpulas de azulejos rosados también encontramos el Alfa y la Omega, principio y fin, y fechas conmemorativas del inicio y final de la construcción del edificio del Reloj o de la Administración.  



El escudo del Hospital: la cruz patada, el emblema heráldico de la ciudad,
y la espada y el libro con la leyenda "
Paulus Apostols".


Las fechas de inicio y de final de la construcción (1905-1910), 
simbolizadas con el alfa y la omega. 






El escudo de París, ciudad muy vinculada a la Banca Gil,
también figura en la heráldica del Hospital. 




El emblema de la Banca Gil, con el lema "La dicha en la honradez"




La heráldica, omnipresente. Escudo modernista de Catalunya
en la bóveda de uno de los pasillos del edificio del Reloj o de la Administración. 



En primer término, un ejemplo de una "P", en este caso de azulejos de colores,
en uno de los templetes de los pabellones del Hospital de Sant Pau.

Los otros dos símbolos que encontramos por doquier son dos letras: la "P" i la "G". Son las iniciales de Pau Gil (1816-1896), propietario de la Banca Gil y muy vinculado con la ciudad de París. En su testamento dejó una partida de 3.600.000 ptas. (la mitad del capital) para hacer "un hospital en Barcelona con el nombre de Sant Pau, para asistir a los pobres". El nombre de Sant Pau derivaba óbviamente, de su nombre de pila. Por eso el nombre oficial del hospital, sucesor del histórico Hospital de la Santa Creu, fue el de Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau.  


A veces en vez de la inicial "G", encontramos el apellido entero: "Gil",
bien esculpido (arriba) como en mosaico (abajo).
La decoración de flores y hojas, un eterno diálogo con la zona
ajardinada del recinto es otra constante.   


El apellido entero, Gil, en uno de los mosaicos del edificio del reloj



Una de las cúpulas de la actual Sala Cambó (antigua Biblioteca del Colegio Mayor Sant Pau), de estilo modernista neomudéjar. En el centro, el año en el que se acabó el edificio del Reloj o de la Administración (1910). En círculos concéntricos, escudos de Barcelona y el nombre de Pau Gil. En este caso, la inicial de su nombre, "P", y el apellido completo "Gil".  


En algunos casos, encontramos las letras "P" y "G" esculpidas sobre un fondo hueco. Domènech i Muntaner aprovechaba estos elementos simbólicos y decorativos como aperturas de canales de ventilación. El modernismo, siempre combinando elementos prácticos con la ornamentación...!

Como que tanto el nombre como el apellido de Pau Gil, son tan breves, a veces se incluye el nombre entero, aunque esta opción es mucho menos frecuente. 





La "P" y la "G", alternadas con las barras y la cruz patada, en
los arcos y la cenefa de la entrada principal del Hospital. 



Monumento a Pau Gil, obra de Eusebi Arnau, en la escalera de acceso
al hospital. Arriba, un busto del filántropo Pau Gil; abajo, la personificación
de la Caridad, acogiendo una niña huérfana y un anciano. En los arcos de
detrás, entre los ángeles de Pablo Gargallo, los cuatro símbolos:
cruz patada, barras, P y G, las marcas omnipresentes en todo el recinto. 

El santo patrón del banquero, además de dar nombre al Hospital tiene también una marcada presencia. Desde escudos alusivos, con el libro abierto de las epístolas y la espada (símbolos de Pablo de Tarso) a la gran escultura que recibe al visitante en la puerta de la reja de entrada. 

He aquí pues la razón de las letras repetidas. Pero hay que recordar que la donación de Pau Gil no fue suficiente para pagar la totalidad del hospital. La magnífica arquitectura y la profusa decoración acabaron el generoso presupuesto en 1911. El pabellón de Sant Rafael, por ejemplo, fue costeado por Rafael Rabell i Patxot (y por eso recibió el nombre de Sant Rafael). En este pabellón, las "P" y "G" se substituyeron por la R de su mecenas.  Se construyó entre 1914 y 1918.



Decoración cerámica en el interior del pabellón de Sant Rafael, amb la "R" (de Rafael Rabell i Patxot, mecenas que lo financió y que dió el nombre al pabellón). 


Esta es la historia y estos son los símbolos. Símbolos de instituciones, marcas de mecenas. Todos dejaron constancia de su filantropía, de su contribución, y en definitiva de su apoyo. Una prueba más de la vocación de vinculación y de la implicación de la sociedad con la obra sanitaria y benéfica del Hospital. 

Xavier Sierra Valentí   


 



Lletres i símbols de l'Hospital de Sant Pau








Lluís Domènech i Muntaner 

Lletra "G" 
(1905-1910) 

Relleu de pedra
Recinte modernista de Sant Pau.
Barcelona





L'antic hospital de Sant Pau ha estat, sens dubte, l'hospital més bonic del món i una de les meravelles de Barcelona. Confesso una certa parcialitat en el meu amor per aquest conjunt hospitalari, ja que hi vaig residir durant bona part dels meus anys d'estudiant (1969-1972) i també vaig iniciar aquí els meus estudis de Medicina. En certa manera doncs, Sant Pau va ser casa meva. 

Amb bon coneixement de causa doncs, us recomano que -si encara no ho heu fet- visiteu el vell hospital, avui rebatejat com a Recinte Modernista de Sant Pau i obert a la visita turística. Entrareu en un món màgic, de colors i de símbols, ple de formes capricioses i referències històriques. Aquí res no és gratuït: la més mínima decoració té un sentit, una explicació, una referència. Una autèntica catedral de la salut, obra de l'insigne arquitecte Lluís Domènech i Muntaner (1849-1923).  

Avui no entraré a comentar la disposició dels pavellons, la seva arquitectura, l'utilitarisme combinat amb l'estètica. Tampoc aprofundiré en la història de l'Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau, o com es deia durant la guerra de 1936-1939, l'Hospital General de Catalunya. Deixaré tot això per un altre dia, i hi tornaré amb molt de gust. Avui només em quedaré amb uns detalls, uns símbols i unes lletres. 

Efectivament, per tot arreu, a tots els pavellons, als sostres, a les baranes, a les portes i als arcs hi trobareu, repetits de forma insistent i objectiva, quatre símbols: una creu patent; unes barres verticals, i les lletres "P" i  "G". 



A dalt, l'escut amb la creu patent, símbol de la catedral de Barcelona.
A sota, l'escut de l'Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, on la meitat
esquerra representa el bisbat ila meitat dreta, l'Ajuntament de la ciutat.  



La creu patent és aquella en la que els braços s'estrenyen en arribar al centre i s'eixamplen en els extrems. És el símbol de la catedral de Barcelona. Un símbol lògic, si tenim en compte que l'Hospital de Sant Pau (continuació de l'Hospital de la Santa Creu, del Raval, fundat el 1401) està governat a parts iguals, per representants del bisbat i de l'ajuntament de la ciutat. Això explica també les barres verticals, símbol de catalanitat i de la meitat municipal de la MIA (Molt Il·lustre Administració, òrgan rector de l'Hospital). 



L'escut de l'Hospital es repeteix en molts punts. Aquí, està sostingut per un  àngel i una àliga (símbol de dos evangelistes). L'escut està format per la creu patent, símbol del bisbat (a l'esquerra); l'emblema de la ciutat (a la dreta). Al centre, l'espasa, símbol de Sant Pau. A baix, el llibre dels Fets dels Apòstols, obert.  



Lluís Domènech i Muntaner tenia molt present la història. Especialment la història medieval. L'heràldica, tant el complet de l'Hospital com els parcials del bisbat o de la ciutat hi és molt present, sobretot en les zones més nobles. I també altres símbols, com l'escut de la banca Gil, o el de la ciutat de París,  tan vinculada a Pau Gil (al sostre del vestíbul d'entrada a l'edifici principal, de l'Administració). També hi trobem l'escut de Sant Pau, confeccionat amb un llibre (les epístoles) i l'espasa (instrument de martiri, amb la que el van decapitar). En aquest sostre de voltes de rajoles rosades també hi trobem l'Alfa i l'Omega, principi i fi, i dates vinculades amb l'inici de la construcció de l'Hospital. 


L'escut de l'Hospital: la creu patent, l'emblema heràldic de la ciutat,
i l'espasa i el llibre amb la llegenda "
Paulus Apostols"
.



Les dates d'inici i finalització de la construcció (1905-1910), 
simbolitzades amb l'alfa i l'omega. 








L'escut de París, ciutat molt vinculada a la Banca Gil,
també hi figura a l'heràldica de l'Hospital. 




L'emblema de la Banca Gil, amb el lema "La dicha en la honradez"




L'heràldica, omnipresent. Escut modernista de Catalunya
al sostre d'un dels passadissos de l'edifici del rellotge. 



En primer terme, un exemple d'una "P", aquest cop en rajoles ceràmiques
de colors, en un dels templets dels pavellons de l'Hospital de Sant Pau.


Els altres dos símbols escampats arreu són dues lletres. La "P" i la "G". Són les inicials de Pau Gil (1816-1896), propietari de la Banca Gil i molt vinculat amb la ciutat de París. Va deixar en el seu testament una partida de 3.600.000 ptes. (la meitat del capital) per fer "un hospital a Barcelona amb el nom de Sant Pau, per assistir als pobres". El nom de Sant Pau derivava, òbviament, del seu nom de pila. Per això el nom oficial de l'hospital, successor de l'històric Hospital de la Santa Creu, va ser Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau.  

En alguns casos, trobem les lletres "P" i "G" esculpides sobre un fons buit. Domènech i Muntaner aprofitava aquests elements simbòlics i decoratius per abocar-hi canals de ventilació. El modernisme, sempre combinant elements pràctics amb ornamentació...!

Com que els noms de Pau i Gil, són tan breus, de vegades s'inclou el nom sencer, tot i que aquesta opció sigui molt menys freqüent. 



De vegades, enlloc de la inicial "G", hi podem trobar el cognom sencer: "Gil", bé esculpit (a dalt) o en mosaic (a baix). La decoració de flors i fulles, un etern diàleg amb la zona enjardinada del recinte, és una altra constant.   


La "P" i la "G", alternades amb les barres i la creu patent,
a sobre els arcs i a la sanefa de l'entrada principal de l'Hospital. 




Monument a Pau Gil, obra d'Eusebi Arnau, a les escales d'entrada de l'hospital. A dalt, el bust del filantrop Pau Gil; a sota, la personificació de la Caritat, acollint una nena òrfena i un vell. Als arcs de darrere, entre els àngels de Pau Gargallo, els quatre símbols: creu patent, barres, P i G, les marques omnipresents al recinte. 

El sant patró del banquer, a més de donar el seu nom a l'Hospital també té una presència molt marcada. Des d'escuts amb el llibre d'epístoles i l'espasa (símbols de Pau de Tars) a la gran escultura que rep al visitant a la porta de la reixa d'entrada. 

Vet aquí l'explicació de les lletres repetides. Val a dir que la donació de Pau Gil no va ser suficient per pagar la totalitat de l'hospital. La magnífica arquitectura i la profusa decoració van acabar el generós pressupost l'any 1911. El pavelló de Sant Rafael, per exemple, va ser costejat per Rafael Rabell i Patxot (i per això se'n diu de Sant Rafael). En aquest pavelló, les "P" i "G" es substitueixen per la R del seu mecenes.  Es va construir entre 1914 i 1918.



Decoració ceràmica a l'interior del pavelló de Sant Rafael, amb la "R" (de Rafael Rabell i Patxot, mecenes que va costejar i donar nom al pavelló). 


Aquesta és la història i aquests són els símbols. Símbols d'institucions, símbols de filantrops. Una prova més de la vocació de vinculació de la societat i l'obra sanitària i benèfica de l'Hospital.  

Xavier Sierra i Valentí  

miércoles, 8 de julio de 2020

Las plagas de Egipto (III): invasión de ranas.






La segunda plaga: 
la plaga de las ranas 

Grabado.
Wellcome collection. 
Londres





En entradas anteriores del blog comentábamos la primera plaga de Egipto, el fenómeno de que el agua tomó aspecto de sangre y discutíamos algunas hipótesis sobre posibles fenómenos naturales que lo podían justificar. Continuaremos hoy con la segunda de las plagas, la invasión de casas y cultivos por grandes cantidades de ranas.  

II - La invasión de ranas (Éxodo 8,1-15)


Pasados los siete días de la plaga, y en algún momento indeterminado, Moisés y Aarón regresaron ante el faraón, y ante la negativa a sus demandas, Aarón se dirigió al río, extendió su cayado, y luego de pedir al Dios hebreo su intercesión, empezaron a salir del agua ranas, que eran animales comunes en esas zonas.
Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, y en la cámara donde está tu cama, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, y en tu pueblo, y en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subirán sobre ti, y sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos (Éxodo, 8:3-4)
Con ésta plaga, Yahvé puso a los egipcios en un dilema moral, ya que las ranas eran sagradas para los egipcios, y matar a una de ellas, aunque fuera por accidente acarreaba una sentencia de muerte para ellos. Es de esa manera que los egipcios estaban imposibilitados, de acuerdo con ésta visión, de moverse o agredir a los anfibios. 

Muchos dioses egipcios estaban representados con parte del cuerpo o todo él en forma de rana. Era el caso de Heh, símbolo de la eternidad, representado por una rana recién nacida (renacuajo en metamorfosis) que también representaba el número ilimitado, la regeneración eterna y la abundancia. O la diosa Heket, señora de las ranas, esposa de Khnum, el dios alfarero que modelaba con barro las personas. Heket era símbolo de fertilidad y abundancia. era la guardiana de la concepción y la protectora de los  nacimientos (La asociación de ideas que estaba en la base del mito era que la rana surge del agua, elemento primordial de donde nace la vida). Ella era la encargada de hacer respirar a los recién nacidos, colocándoles el ankh ante la nariz (apertura de la nariz). 

La diosa Heket y la plaga de las ranas | Buscando lo Escondido
Relieve mostrando a la diosa Heket

Pero ¿que posible interpretación "natural" podemos dar a la plaga de ranas? Es probable que las ranas, animales anfibios, abandonaran el río, y saltaran a la tierra para evitar la proliferación de algas o de sales de hierro en las aguas del río. Los peces no podían hacerlo, y por esta razón murieron. Pero las ranas salieron fuera del medio acuático contaminado para salvarse, arrasando los cultivos que encontraron y penetrando en las casas. A pesar de sus tabús religiosos, los egipcios las mataron en gran número y la gran acumulación de cadáveres de estos anfibios en grandes pilas pudo estar relacionada con otras plagas posteriores. 

En Egipto la invasión de ranas no era un fenómeno excepcional. Muchas veces precedía a las crecidas del río y eran consideradas un símbolo de prosperidad y el anuncio de una inundación que garantizaba la fertilización de los campos y unas buenas cosechas. Pero esta vez seguramente, la invasión de ranas fue mucho mayor de lo esperado, penetrando en los hogares de los egipcios y sobrepasó sus expectativas.

Estatuilla de una rana. Reino Nuevo (1550-1069 a.C.)  Museo del Louvre. París. 

Casualmente, el fenómeno de "lluvia de ranas" se ha descrito en más de una ocasión durante la historia reciente, y en diversos lugares del mundo. El 12 de julio de 1873, Scientific American publicó un informe que describía "una lluvia de ranas que oscurecía el cielo y la tierra" tras una tormenta. Charles Fort describió también la "lluvia de ranas" en su Libro de los condenados (1919); asimismo, en el año 2010, la CBS habló de una gran cantidad de ranas que salieron de golpe de un lago, probablemente buscando alimento. 

Tal vez este fenómeno pueda relacionarse con la explosión del volcán de Thera, ya que es sabido que los animales presienten de algún modo ciertas catástrofes y huyen en grandes bandadas.  

lunes, 26 de agosto de 2019

El picotazo de la cigüeña






Cigüeña entregando un niño
(1917)

 Grabado sobre papel
Colección particular




La cultura popular crea y conserva multitud de leyendas y tradiciones que nos permiten salvar el imaginario popular, rico en simbología y en fantasía. 


Bernard Buffet: La cigüeña (1961)

Una de ellas, bastante extendida, hace referencia a que los niños vienen de París. Un mito que tenía por objeto ocultar a los niños la realidad de la reproducción y de la sexualidad, en un tiempo en el que el puritanismo consideraba que hablar de estos temas con naturalidad estaba mal visto.

Pero la ciudad del Sena está muy lejana y tras recibir el encargo de un niño, se le debe hacer llegar a los anhelantes padres, y son las  cigüeñas las amables transportistas.

Así que según  decían, cuando hay que llevar un niño a sus nuevos padres, una cigueña coge al bebé en un hatillo y lo lleva en su pico hasta el domicilio de la que será su familia, que lo acogerá alborozada. 

Es difícil saber a ciencia cierta de donde surgió el mito. Las cigüeñas son aves monógamas que cuidan solícitas a sus crías y desde tiempos de los griegos y romanos se asociaron con la maternidad y con los deberes familiares.

Los antiguos escandinavos observaron que las cigüeñas volvían a la misma casa y a la misma chimenea cada año. Como que en aquel tiempo era frecuente que los embarazos se repitieran también con mucha frecuencia, el retorno de las aves se empezó a asociar a los nacimientos. También, para justificar el descanso post-parto de la madre y seguir ocultando los misterios de la reproducción se decía a los niños que la cigüeña, tras dejar su preciada carga le había picoteado en una pierna, causándole una herida de la que se tenía que restablecer. 

Aunque fue la literatura la que más contribuyó a difundir esta creencia, que se hizo muy popular. Más concretamente fue el famoso escritor de cuentos infantiles, Hans Christian Andersen, el que contribuyó a forjar la leyenda en su relato Las cigüeñas.  

Como las cigüeñas tienen el pico muy largo según contaban, en la delicada labor de trasladar al niño, frecuentemente les rozaban la zona occipital con el pico, dejándoles allí una mancha rojiza. Por eso a esta señal se le llama popularmente “el picotazo de la cigüeña”. Según otra variante, la cigüeña llevaría cogido al niño directamente con el pico, sin hatillo, justificando aún más la presencia de esta marca. 


Angioma occipital en la nuca de un niño
Pero, leyendas aparte, ¿qué es en realidad el llamado picotazo de la cigüeña? Desde un punto de vista médico se trata de un angioma plano, que está presente en una gran parte de la población, ya que afecta a más de la mitad de los bebés. Estos frecuentísimos angiomas se ven como una mancha rojiza o asalmonada, plana, sin relieve alguno, localizado en la zona occipital, debido a la proliferación de células endoteliales. Suelen ser más evidentes cuando el niño llora o realiza un esfuerzo, ya que en estos casos se produce una dilatación de los vasos de la zona.  Además del nombre popular del "picotazo de la cigüeña", se les conoce también -más académicamente- como mancha salmón, nevo simple, angioma plano mediano o simplemente angioma occipital. 


Cigüeña. Museo de Historia Natural de Estonia



Frecuentemente los angiomas occipitales reducen su tamaño o su intensidad con el paso del tiempo, aunque no siempre desaparecen. En algunos adultos pueden persistir. En el caso de llevar el cráneo rasurado, o de padecer una alopecia universal, los podremos ver con cierta frecuencia. Pero como no se acompaña de síntomas molestos ni presenta ninguna gravedad, y está situado en una zona habitualmente cubierta de pelo, no es necesario plantear ningún tipo de tratamiento. Es simplemente una curiosidad. 










Dumbo. La canción de la cigüeña




Hans C. Andersen. Las cigüeñas (texto)