Jenny Saville
Propped (1992)
Óleo sobre lienzo.
Colección particular |
Ya hemos hablado en otras entradas del blog de la pintora Jenny Saville (Cambridge, 1970), y de su interés por plasmar en sus cuadros personajes femeninos que se enfrentan al sufrimiento inesperado, la desazón de sentirse encerrada en un cuerpo del que no se sienten satisfechas, de las connotaciones negativas de la cirugía plástica.
Saville se interesa también por una de las preocupaciones actuales de las mujeres: la obesidad. Un fenómeno en alza en nuestra sociedad a causa del tipo de vida y de la alimentación imperante y que al mismo tiempo constituye una constante fuente de rechazo social. Saville pinta mujeres obesas enfocándolas además desde ángulos poco habituales que destacan todavía más sus adiposidades. O en ropa interior, ante el espejo, una escena cotidiana habitual y al mismo tiempo el lugar que les crea tanta insatisfacción y frustración. Las obesas de Saville aparecen examinándose a sí mismas, midiendo con los dedos sus "michelines", con mohínes de preocupación.
Este es el caso de la obra que encabeza este escrito, Propped (Apuntalada), que ha sido una de las obras más cotizadas hasta la fecha en una subasta. Se trata de un autorretrato superlativo que personifica la fuerza conceptual de la pintura de Saville, refutando las representaciones canonizadas de la belleza femenina, a la vez que destaca el extraordinario virtuosismo e visión personal de su estilo. La obra sorprende por la peculiar perspectiva (tomada desde abajo) lo que contribuye a aumentar la sensación de exceso que desprende la pintura.
Cabe destacar también la dolorosa expresión de vulnerabilidad del rostro, y la posición de las manos nerviosas y cruzadas cuyos dedos se hunden violentamente en la carne de sus muslos, lo que transmite una sensación de inquietud al espectador.
Saville bebe de las fuentes de una gran cantidad de maestros del arte histórico, desde Rubens y Rembrandt hasta De Kooning y Freud, continuando la tradición del desnudo femenino, pero subvirtiendo y distorsionando esta tradición que hasta ahora ofrecía una visión exclusivamente masculina basada en el erotismo y en la idealización estética, para crear una convención artística completamente nueva, que intenta hacernos llegar la tensión y el sufrimiento a la que están sometidas las mujeres por un entorno que les dicta el ideal estético al que tienen que llegar. La pintura de Saville es un alegato para liberar a la mujer de un sufrimiento impuesto, de una tragedia cotidiana vivida por muchas mujeres obligadas por presiones sociales a no aceptar su cuerpo tal como es. En definitiva, Saville nos hace llegar un manifiesto ideológico, una pintura de mujeres vistas por una mujer.
The Art of Jenny Saville: