Enrique Zofío Dávila
Carcinoma mamario (1906) Molde de cera
Museo Olavide. Madrid
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El museo Olavide de Madrid es un importante museo de figuras de cera que reproducen el aspecto de las enfermedades de la piel. Este tipo de museos eran de gran utilidad en el s. XIX, cuando no se disponía de otra manera de dejar constancia de diversos cuadros clínicos ya que todavía no se disponía de la posibilidad de fotografiarlos. Algunos museos como el del Hospital de Saint-Louis de París llegan a reunir unas 5.000 figuras. Actualmente el Museo Olavide, creado por el pionero de la Dermatología en Madrid José Eugenio de Olavide, es una de las más importantes colecciones de este género del mundo.
El equipo del Museo Olavide. De izquierda a derecha: David Aranda, Dr. Luis Conde y Amaya Maruri |
Como ya hemos comentado en otros posts del blog, las figuras del museo Olavide permanecieron olvidadas durante décadas. Embaladas en cajas de madera, abandonadas en los sótanos de un hospital, incluso se había perdido su recuerdo. Fue el empeño de algunos dermatólogos, entre los que cabe destacar el papel del actual director del museo, Dr. Luis Conde, los que consiguieron, tras una ardua labor, sacar nuevamente a la luz los viejos moldes de cera, que han sido limpiados, restaurados y expuestos nuevamente en un pabellón de la Universidad Complutense de Madrid.
Amaya Maruri trabajando en la restauración de una pieza. (Fotografía del Museo Olavide) |
En el proceso de restauración esta pieza fue sometida a un cuidadoso lavado con agua jabonosa (Fotografía del Museo Olavide) |
Sin embargo, los trabajos de restauración continúan, de la mano de dos entusiastas restauradores, Amaya Maruri y David Aranda, cuyo encomiable y paciente trabajo hace posible que sigan incorporándose nuevas piezas a la exposición.
Fotografia del caso representado, que apareció adjunto a la historia clínica. (Museo Olavide, Madrid) |
La pieza llevaba adjunta una detallada historia clínica, un comentario del Dr. E. Sáinz de Aja, e incluso una fotografia de la enferma (en 1910 ya se disponía de esta posibilidad iconográfica) documentos que nos permiten conocer muchos datos de la evolución de este caso y comprobar la verosimilitud de la figura de cera recientemente restaurada.
Según este documento, el proceso patológico comenzó en 1906 apareciendo en la mama izquierda un bulto del tamaño de una avellana que progresivamente invadió toda la glándula mamaria que adquirió una consistencia dura, leñosa. En 1909 se comenzó a ulcerar, produciendo la destrucción de la totalidad del tejido mamario y de los músculos pectorales y llegando, en su estadio final, a perforar la pleura. También se produjo una destrucción de los ganglios linfáticos axilares y como consecuencia de este proceso se produjo una elefantiasis de todo el brazo por el gran edema que causó el bloqueo de los vasos linfáticos. Este proceso hizo aumentar considerablemente el tamaño y grosor de toda la extremidad.
Nuestra más sincera felicitación al Museo y a su equipo, que con su trabajo continuo y entusiasta permiten la incorporación de nuevas obras a esta colección histórica.
Según este documento, el proceso patológico comenzó en 1906 apareciendo en la mama izquierda un bulto del tamaño de una avellana que progresivamente invadió toda la glándula mamaria que adquirió una consistencia dura, leñosa. En 1909 se comenzó a ulcerar, produciendo la destrucción de la totalidad del tejido mamario y de los músculos pectorales y llegando, en su estadio final, a perforar la pleura. También se produjo una destrucción de los ganglios linfáticos axilares y como consecuencia de este proceso se produjo una elefantiasis de todo el brazo por el gran edema que causó el bloqueo de los vasos linfáticos. Este proceso hizo aumentar considerablemente el tamaño y grosor de toda la extremidad.
Nuestra más sincera felicitación al Museo y a su equipo, que con su trabajo continuo y entusiasta permiten la incorporación de nuevas obras a esta colección histórica.
Con el Dr. Felipe Heras, autor de una tesis sobre el Museo Olavide, de la que tuve el honor de formar parte del Tribunal y con los restauradores del Museo, Amaya Maruri y David Aranda. |