miércoles, 3 de junio de 2015

El museo de cera del Hospital Saint-Louis de París

Perspectiva del recinto del museo






















Museo de cera 
(s. XIX - XX)

Ceroplastia
Biblioteca Henri Feulard
Hospital de Saint-Louis, París  




Cada vez que entro en la amplia sala del Museo de Cera del Hospital de Saint-Louis de París, experimento una viva emoción. No sólo porque es un lugar de referencia mundial para cualquier dermatólogo, sino por algunas experiencias personales que he vivido allí. 

Recuerdo por ejemplo, las primeras veces que visité, reverente e impresionado, el museo, siendo todavía un joven licenciado en Medicina. Paseaba mi vista por entre los moldeados de cera, algunos representando enfermedades terribles, ya inexistentes en la actualidad, que abarrotaban las viejas vitrinas. Recuerdo también la ceremonia de despedida cuando se jubiló el Prof. Robert Degos, el último gran patriarca de la Dermatología Francesa, y la entrega de la medalla conmemorativa. 

Y recuerdo, ¡cómo no! las dos o tres veces que he tenido el honor de pronunciar algunas conferencias en esta vasta sala, ante un público internacional, hablando de la Historia de la Dermatología en España. Recuerdos imborrables, imperecederos.

El museo del Hospital de Saint-Louis es el museo de cera dermatológico por excelencia, paradigma y ejemplo de los demás. Su memoria está indisolublemente ligada a la de la escuela francesa del siglo XIX y a la propia historia de la Dermatología.


El Hospital de Saint Louis, es en efecto, uno de los principales marcos en los que se desarrolló la especialidad. A él llegó Jean Louis Alibert (1768-1837), a principios del siglo XIX (1801), y fue allí donde realizó su clasificación de las enfermedades de la piel. Tras el impulso inicial dado por Alibert, el hospital se convirtió en un centro de referencia de la patología dermatológica. Numerosos personajes de la naciente especialidad dejaron su impronta en este hospital, entre los que podemos recordar a  Biett (1781-1840),  Gibert (1797-1866), Devergie (1798-1879) y algo más tarde Bazin (1807-1878). También fue Saint Louis el marco donde se desarrollaron los importantes descubrimientos micológicos realizados por Gruby.


En el último tercio del siglo XIX una nueva generación de dermatólogos llegó a Saint Louis, entre ellos Ch. Laillier (1822-1893), fundador de la escuela para niños tiñosos colindante con el hospital y del museo-biblioteca que nos ocupa.


La introducción de museos y bibliotecas como elemento de formación médica era una tendencia marcada en aquellos años y frecuentemente producto de una labor individual.  En el Hospital de Saint Louis, Alphonse Devergie tuvo la idea de crear un museo agrupando algunas acuarelas y dibujos de enfermedades cutáneas, lo que constituyó el primer germen de la colección. Más tarde se consiguió una subvención de fondos de la Asistencia Pública con los que se pudo cubrir la financiación del naciente museo.

Algunos moldeados adjuntan un comentario
o la historia clínica del paciente representado. 
Charles Laillier, médico del hospital, encontró en el pasaje Jouffroy a un artesano con especial habilidad para crear  frutas y flores de cera para la decoración. Se llamaba Jules Baretta (1833-1923), y Laillier le propuso trabajar para el hospital realizando moldeados de las enfermedades cutáneas. Baretta aceptó. Su primera obra en Saint Louis data de 1867. Pronto sorprendió por la gran calidad artística alcanzada, ya que conseguía reproducir la textura, la forma y el color de las lesiones dermatológicas. Coloreaba las estructuras por capas, consiguiendo un efecto de transparencia muy próximo a la realidad. Baretta nunca reveló su técnica secreta, que todavía hoy constituye un misterio y un motivo de admiración. Trabajó en solitario, sin aprendices ni ayudantes. Sin embargo, si bien su técnica no tuvo una continuación de escuela, otros ceroscultores se incorporaron con sus obras a la colección del museo de Saint Louis: Font, Niclet, Couvreur, Littré…

Fueron tantas la piezas que pronto se planteó un problema de espacio. El museo fue situado en diversas dependencias del hospital hasta que en 1884 se comenzó a construir el museo-biblioteca, que fue inaugurado oficialmente por Bourneville en el marco del I Congreso Internacional de Dermatología, cuyas sesiones se realizaron ya en el nuevo museo. Estaba formado por una doble galería de 162 vitrinas a la que se accedía por unas escaleras de madera. Para evitar toda confrontación entre escuelas se optó por clasificar los modelados por orden alfabético, un eclecticismo nosológico tal vez precursor del que veinte años después preconizaría Besnier.

La colección de modelados de cera de Saint Louis causó una gran admiración entre los asistentes al Congreso y muchos de ellos al regresar decidieron crear museos dermatológicos en sus respectivos países, siguiendo el modelo de París. Así, se crearon museos dermatológicos en toda Europa y América, entre los que destacan diversas colecciones en Alemania, Austria, Suiza, Bélgica, Italia, Rusia, Grecia y España, si bien no todas alcanzaron el mismo nivel artístico. Baretta produjo una gran cantidad de obras que enriquecieron considerablemente el museo, y pronto comenzó a realizar también modelados por encargo, que eran enviados por correo a clínicas y hospitales de Francia y de otros países.



Las vitrinas agrupan moldeados representando las diversas
localizaciones anatómicas afectadas por la enfermedad,
cada una debidamente etiquetada. 

Además de la colección general (3662 piezas), el museo de Saint Louis se amplió con otras obras de diferente procedencia:
  •      Colección Péan (615 moldeados), de tema quirúrgico, realizada también por Baretta por encargo del cirujano Jules Péan (1830-1898).
  •    Colección Parrot (88 moldeados), de tema pediátrico, realizados por el ceroscultor Jumelin a petición de Joseph Parrot (1829-1883).
  •   Colección Fournier (442 Moldeados), sobre sífilis, realizada en el hospital de la Lourcine por Jumelin y más tarde en Saint Louis por Baretta por encargo de Alfred Fournier.

La colección fue aumentando con ritmo variable hasta que en 1958, a petición de Robert Degos, se añadió el último modelado, realizado por Littré, que representaba una papulosis atrofiante maligna, enfermedad que había descrito pocos años antes el propio Degos.


Musée de moulages de l'Hôpital Saint-Louis de Paris: 



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