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lunes, 3 de junio de 2019

¿Es posible broncearse tras la ventana?


Resultat d'imatges de edward hooper sol de mañana y reflexión




Edward Hooper 

Sol de mañana


 Óleo sobre lienzo 71,5 x 101,98 cm  
Colección particular



Edward Hooper (1882-1967) fue un pintor estadounidense que se distinguió por reflejar la soledad y la desazón de la vida en las grandes ciudades. Sus personajes, envueltas en un cierto misterio, nos transmiten una gran sensación de vacío, de incomunicación.  


Hooper: Habitaciones junto al mar. 
En esta pintura, Morning Sun, pinta a su modelo habitual Jo (Josephine). Una mujer solitaria, silenciosa y melancólica toma el sol sentada en una cama junto a una gran ventana que deja entrever un paisaje urbano de una ciudad americana. El cuadro es hermosamente austero, como suelen ser las pinturas de Hooper. La habitación, sin ornamentos, marca el contraste entre el interior y el exterior. La luz de la mañana llena totalmente el cuadro. La postura de la mujer recuerda a las que son habituales en las playas. El sol acaricia sus piernas, que la mujer expone en un intento de tomar el sol sin tener que abandonar su apartamento.  Una imposible imitación de una playa en medio de la selva de cemento y vidrio.  


Dibujo preparatorio para "Sol de mañana".  Todos los detalles de las obras
de Hooper están muy estudiados. No se deja nada a la improvisación. 


En primavera, los días de sol abundan pero las temperaturas todavía son bajas. El verano es ya inminente, por lo que muchos querían ya ponerse morenos. Es frecuente preguntarse si es posible broncearse tras los cristales de una ventana. Si fuera posible, se podría tomar el sol tras los cristales, salvaguardados de peligrosas corrientes de aire. 


Jean Metzinger: Mujer con frasco sentada en la ventana. 

Sin embargo, la respuesta es que si la finalidad es que la piel se broncee, no vale ponerse tras un cristal. Las ventanas filtran la radiación solar (UVB). Más potentes que la radiación ultravioleta de tipo A (UVA), se absorben principalmente en la superficie de la piel, de los cuales solo el 10% llega a la dermis. O sea que no hay que esperar ponerse morenos haciendo el lagarto tras la ventana. La buena noticia es que tras la ventana, tampoco sufriremos ningún eritema solar (provocado por los UVB). 



Salvador Dalí: Muchacha en la ventana (1925)
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 
Madrid

Sin embargo, aunque los rayos estemos tras un vidrio, no estamos del todo seguros detrás de una ventana, a menos que su vidrio tenga un filtro especial para los rayos ultravioletas. Los cristales permiten el paso de una fracción de UVA. Otro tipo de radiación ultravioleta que, como la anterior, puede tener efectos adversos. Los UVA, que son mucho más abundantes en la luz solar que los UVB, hasta el 40% y llegan a capas profundas de la epidermis. Son los principales responsables del envejecimiento de la piel y de la aparición de cataratas.




Edvard Munch: Chica mirando por la ventana
(1892) Art Institute of Chicago


En 2016, un estudio realizado en los Estados Unidos ya había hecho sonar la alarma. Las ventanas de los coches tampoco protegen eficazmente de los rayos UVA, según  este estudio realizado por un especialista estadounidense en oftalmología y publicado en  JAMA Ofthalmology El equipo visitó varios concesionarios de automóviles usados ​​en California. Usando un aparato especial midieron la penetración de los UVA en 29 modelos de coches producidos por 15 fabricantes diferentes entre 1990 y 2014. Se realizaron diversas mediciones dentro y fuera del vehículo en el parabrisas delantero y las ventanas laterales. El resultado fue que el parabrisas era bastante eficaz para filtrar los rayos ultravioleta (bloquea al 96%). Pero este no era el caso de los vidrios laterales del lado conductor y pasajeros, que solamente los bloquean en un 71% de media (en algunos casos, baja todavía más y pueden llegar hasta un 55%. Además contrariamente a lo que mucha gente cree, los vidrios tintados no protegen mucho de los UVA: el color oscuro de los cristales filtra la luz visible. Para detener a la radiación UVA los cristales no tienen que ser oscuros: para parar el derroche de luz, debería estar pintado de tonos claros. O sea que una pequeña parte de radiación UV puede atravesar parcialmente el vidrio. 


Xavier Sierra Valentí


Salvador Dalí: Muchacha mirando por la ventana




Los 20 mejores cuadros de Edward Hooper





miércoles, 5 de diciembre de 2018

Melampo y las hijas de Preto (I): el mito





Glyn Warren Philpot 

Melampo y el centauro 
(1919)

Óleo sobre lienzo. 121,9 x 204,3 cm
Glasgows Museums  



Según la mitología, Melampo era un adivino y curandero griego. Hesíodo le dedicó un poema, la Melampodia, desaparecido en la actualidad. Su nombre (en griego Μέλαμπους, «el de los pies negros») derivaba de un accidente dermatológico que sufrió cuando era niño: se quedó dormido a la intemperie y el sol le quemó los pies que quedaron con una coloración muy oscura. ¡Con razón se los dermatólogos advertimos tantas veces de los peligros del sol! 

A Melampo se le atribuían muchos hechos legendarios, como que tenía la virtud de comprender la lengua de los pájaros y de los otros animales. 


En Argos reinaba el rey Preto, que tenía tres hijas tan hermosas, que todos los helenos las pedían por mujeres. Pero eran muy orgullosas, jactanciosas y poco piadosas. Un día las tres hermanas entraron en el templo de Hera, y se burlaron de la austeridad del recinto, que no disponía de la rica ornamentación a la que ellas estaban acostumbradas en el fastuoso palacio de su padre. La diosa, ofendida por el escarnio, castigó a las impías doncellas con enfermedades de la piel y una locura por la que se creían vacas, y las muchachas echaron a correr mugiendo por el campo. Además les entró un gran furor sexual e iban acosando a pastores y campesinos. 
Preto, el padre de las chicas, estaba muy apenado. Conociendo la fama del vidente y curandero Melampo, lo hizo llamar y le suplicó que curase a sus desgraciadas hijas. Melampo le pidió que si lo hacía, como pago quería un tercio de su reino.  
Al codicioso Rey le pareció aquello demasiado y no aceptó el trato. Pero los síntomas de las muchachas eran cada vez más graves. Su locura se contagió a las demás mujeres que abandonaron sus casas y, tras matar a sus propios hijos, se lanzaron a una vida errante, profiriendo grandes mugidos como las tres hermanas.


Jarra de cerámica ática representando a Melampo
con las tres prótides. Museo Nazionale di Archeologia.
Nápoles
Cuando el mal había llegado a las máximas proporciones. Preto, acosado por el miedo, volvió a llamar a Melampo y le pidió ayuda, prometiéndole ahora el tercio de su reino. Pero el adivino se negó a auxiliarle a menos que Preto asegurase a su hermano Biante otro tercio de sus dominios. Por muy gravosa que pareciese al rey la condición, acabó cediendo, temeroso de que si seguía vacilando, Melampo le exigiese al fin todo el reino. Enton­ces Melampo realizó sacrificios para calmar la furia de Hera y reuniendo a un grupo de jóvenes vigorosos y decididos, los llevó consigo a la sierra a capturar a las desdichadas jóvenes. Durante la persecución murió la mayor de las hijas de Preto, pero las otras dos se curaron comple­tamente de su demencia, gracias a que Melampo les administró un compuesto de eléboro, una planta con actividad terapéutica. 

Pero de eso trataremos en la próxima entrada


martes, 31 de julio de 2018

Proteger del sol a niños y adultos

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Joaquín Sorolla

Niños en la playa 
en una tarde soleada
(1910)

Óleo sobre tela.





Joaquín Sorolla (1863-1923) plasmó como nadie el ambiente de las playas valencianas, bañadas en intensa luz solar. En este y en otros cuadros recordó la alegría de los niños jugando en la playa con sus cuerpos expuestos al sol. Escenas de ambiente veraniego que nos recuerdan que el sol debe tomarse con precaución.  

En general todos los padres conocen los consejos para proteger a los niños del sol: Usar sombrero, evitar las horas centrales del día, aplicarse crema solar con frecuencia. Muchos las cumplen y evitan la exposición irresponsable al sol de sus hijos. Aunque también hay que decir que se ven pocos niños en las playas con gafas de sol. Y de vez en cuando se ven también niños muy pequeños (de pocos meses!!) en la playa, lo que constituye una grave irresponsabilidad: recordad que la sombrilla protege solo parcialmente, ya que la luz solar se refleja también en el agua o en la arena. 

Pero aún los padres más cuidadosos con la piel de sus hijos descuidan frecuentemente la protección debida a su propia piel, según recuerda un artículo de la revista  Baromètre Cancer 2015 (julio de 2018)
Los autores realizan cada 5 años una encuesta telefónica a 4.000 personas. Según los datos obtenidos, el 78% de los padres de niños de menos de 4 años se preocupan de que vayan debidamente cubiertos con un sombrero, pero solamente un 13% lo usan ellos. 

Igualmente, un 62% de los padres procuran que sus hijos no se expongan al sol entre las 12 y las 16 h, pero solo un 20 % de los padres cumplen esta norma. Y con la crema solar sucede lo mismo:  se aplica correctamente en un 54% de los niños, pero solo en un 20 % de los padres. En otras palabras, hacen bueno el dicho "Consejos vendo pero para mí no tengo".

Los encuestadores también han constatado la pervivencia de ciertas ideas falsas. El 47 % de la población cree que si las quemaduras solares de los niños se tratan bien, no tendrán consecuencias en la edad adulta. La realidad es muy diferente, ya que estos episodios en la infancia aumentan considerablemente  el riesgo de cáncer cutáneo en la edad adulta, y comportar también graves problemas visuales.

Además, el 24% de los encuestados piensan que realizar algunas sesiones de rayos UVA artificiales antes de las vacaciones permite preparar su piel para resistir mejor el sol y evitar sus efectos indeseados. Pero los rayos UVA son igualmente cancerígenos, y lo único que hacen es incrementar el efecto cancerígeno de la exposición solar.

En un contexto de calentamiento global que prevé un aumento progresivo de la insolación, el cáncer cutáneo y otras patologías inducidas por la radiación ultravioleta aumentarán cada vez más. Por eso es muy recomendable una prevención adecuada tanto para niños como para los adultos. 

Bibliografía  

Face au soleil, les parents protègent mieux leurs enfants qu'eux-mêmes. Science et avenir 17 julio 2018. https://www.sciencesetavenir.fr/sante/face-au-soleil-les-parents-protegent-mieux-leurs-enfants-qu-eux-memes_125908

Baromètre santé Cancer 2015 - Les ultraviolets, naturels ou artificiels. Connaissances, croyances et pratiques de la population en 2015. http://inpes.santepubliquefrance.fr/CFESBases/catalogue/detaildoc.asp?numfiche=1857

 

 

 


martes, 11 de julio de 2017

El aristócrata que tomaba el sol
























































John Singer Sargent

Arthur George Maule Ramsay, 
Lord Dalhousie
(1900)


 Óleo sobre lienzo 146 x 99  cm

Colección privada 




John Singer Sargent (1856-1925) fue un artista estadounidense, muy conocido por sus retratos de personajes de la alta sociedad de su tiempo. Su producción pictórica fue extremadamente prolífica (900 óleos y más de 2000 acuarelas).

Sargent fue un expatriado norteamericano que se formó como pintor en París donde entró en contacto con los impresionistas, sobre todo con Manet y posteriormente se instaló en Londres (1884), donde gozó de gran fama como retratista de la aristocracia y de la alta burguesía, a pesar de que algunas de sus obras motivaron polémicas e incluso algún escándalo. 

Durante el s. XIX el retrato era el género preferido para decorar las casas de los aristócratas, que demostraban así la nobleza de sus antecesores. La burguesía copió pronto esta costumbre, intentando asimilarse lo más posible a los aristócratas. El retrato era así un objeto de prestigio social, especialmente si lo realizaba un pintor de fama. El artista debía pintar las facciones y el parecido psicológico así como reflejar el ambiente y las ropas propias de la posición del retratado. Sargent sabía realizar este objetivo a la perfección en sus obras, y por eso era un pintor muy cotizado. 

El retrato que comentamos hoy es el de Arthur George Maule Ramsay, conocido también como Lord Dalhousie. Sargent lo representa en una composición de tres cuartos. El joven aristócrata, aparece muy apuesto aparece elegantemente vestido con un traje blanco, de corte informal en el que destaca una llamativa corbata roja. Su brazo izquierdo reposa sobre una barandilla, mientras apoya el derecho en la cadera. Su actitud displicente pone de manifiesto la despreocupación propia de su elevada situación social. 

El traje blanco, propio de climas calurosos, nos hace pensar que el noble estaba realizando una estancia en algún lugar cálido, probablemente en el Mediterráneo. En el s. XIX los aristócratas ingleses veraneaban en Niza, en la Côte d'Azur francesa, donde la principal avenida de la ciudad (Promenade des Anglais) guarda este recuerdo. 

La cara de Lord Dalhousie presenta un intenso eritema, sin duda producido por una imprudente exposición solar. La parte superior de la frente, en cambio, se mantiene blanca, por la protección del sombrero. En definitiva es un evidente testimonio de un eritema solar, probablemente fortuito, ya que en aquel tiempo no estaba bien visto broncearse.  






viernes, 26 de agosto de 2016

Del mito de Ícaro al exceso de sol (II): La imprudencia de tomar demasiado el sol






Herbert James Draper

El lamento por Ícaro 

 (1878)

Óleo sobre lienzo. 180 x 150 cm.
Tate Gallery. Londres. 


En la entrada anterior comentábamos la hermosa leyenda mitológica de Ícaro y las nefastas consecuencias que su imprudente conducta tuvo para él. Su poco temor a los efectos del sol labró su perdición.  

Hoy traemos una obra de Herbert James Draper (1863-1920), un pintor inglés de la época victoriana que se dedicó sobre todo a la representación de temas mitológicos. El que preside este comentario hace referencia también al mencionado mito de Ícaro. Esta vez se representa el cuerpo del joven caído recogido por las sirenas. La piel de Ícaro aparece muy morena para evidenciar su imprudente aproximación al sol, en vivo contraste con la marfileña tez de sus apenadas asistentes. 
Sirva esta bella historia para hacernos reflexionar sobre los peligros de ciertas imprudentes conductas con respecto al sol. En la actualidad, asistimos a un nuevo "culto al sol", y la exposición a sus rayos a veces puede ser excesiva. Muchas veces está motivada por la simple práctica deportiva al aire libre, aunque frecuentemente la exposición solar no tiene más propósito que el de conseguir un apreciado bronceado de la piel. Pero, como en el caso de Ícaro, no temer al sol puede tener consecuencias no deseadas. Veamos algunas de ellas. 
Dies solis, el día del sol, representado
por el carro solar.
Fragmento del Tapiz de la Creación (s. XI)
Museo de la Catedral. Girona.
Las representaciones del carro solar fueron 

muy frecuentes durante toda la Edad Media 


INSOLACION 

El exceso de exposición solar puede dar lugar a un episodio grave conocido como insolación, con fiebre alta (de más de 40 °C), náuseas y vómitos. Provocada por una temperatura ambiental muy alta, por una exposición demasiado larga al sol o a un esfuerzo físico excesivo bajo el sol, la insolación es un fallo del sistema natural de termorregulación del organismo, situado en el hipotálamo, que se encarga de mantener la estabilidad de la temperatura interna del cuerpo (36,5 °C). 
Además de la deshidratación, la alteración del termostato central puede provocar, a través de diversos mecanismos un estrés térmico celular, un síndrome inflamatorio y la liberación de citoquinas, sustancias que provocan una vasodilatación que puede desencadenar un estado de choque, con complicaciones cardiológicas y neurológicas, y que requiere una reanimación urgente. 


Vincent Van Gogh. El sol
PROBLEMAS OCULARES

Los ojos no ocupan más de un 2% de la superficie total del cuerpo, pero son los únicos órganos que pueden ser totalmente atravesados por los rayos ultravioleta (UV): en los adultos, la conjuntiva y la córnea absorben un 85% de la radiación y el cristalino del niño no filtra los UV antes de los 12 años de edad. Por eso es importante el uso de las gafas de sol, incluso en niños. De no hacerlo podemos sufrir la insolación de los párpados, la foto-queratoconjuntivitis o la llamada oftalmia de las nieves (en esquiadores). 

Asimismo, se pueden presentar efectos retardados, como cataratas y degeneración macular ligada a la edad  (DMLE) por afectación del cristalino y de la retina. Como apunta mi amigo Jacques Bazex, dermatólogo de Toulouse: 


"Estas degeneraciones oculares afectan actualmente a una generación que no tenía la costumbre de protegerse con gafas de sol". 

Asimismo, es recomendable el consumo de carotenoides (zeaxantina y luteína) en la alimentación habitual (zanahorias, tomates, naranjas...) para proteger mejor la retina. 

ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO
La exposición al sol acelera el proceso natural de degeneración celular. El fotoenvejecimiento cutáneo está directamente relacionado con la cantidad de radiación ultravioleta recibida en el curso de la vida. Las exposiciones muy intensas y frecuentes provocan la aparición de manchas (lentigo solar). También provocan la ruptura de las fibras de colágeno - que son necesarias para mantener el espesor de la piel - causando la pérdida de su elasticidad y la aparición de arrugas. 
Según un estudio llevado a cabo en Australia, si se aplicara crema solar protectora cada día en la cara durante todo el año, se podría reducir en casi un 25 % las consecuencias del envejecimiento cutáneo.



El deslumbrante sol de Provenza y la intensa insolación a la que se exponen los campesinos 
es una constante en la obra tardía de Vincent Van Gogh. 

ALERGIAS AL SOL 

La lucitis estival benigna, la alergia a los rayos ultravioleta más frecuente, afecta a un 10 - 20 % de la población, especialmente a las mujeres de 15 a 35 años. En estos casos, en las 12 horas que siguen a cada exposición solar, el escote y los antebrazos se cubren de pequeñas pápulas rojas, que se acompañan de picor. Esta reacción solar - que curiosamente suele respetar la cara - puede repetirse durante muchos años y luego desaparecer bruscamente. No conocemos exactamente como se produce, y sus manifestaciones son bastante diferentes a las verdaderas alergias. 
En este último caso, mucho menos frecuente, aparece una urticaria solar a los 15 minutos de exponerse al sol, y puede provocar manifestaciones muy invalidantes que impiden salir de casa. Tampoco en este caso conocemos cómo se produce. 
También existe un tercer tipo de reacción alérgica, llamada lucitis polimorfa, que puede sobrevenir a cualquier edad. Vuelve a presentarse cada año, con tendencia a ser cada vez más grave. 


Representación de Helios conduciendo el
 carro solar en una cerámica griega de figuras rojas

CÁNCER

CUTÁNEO  


Tal vez este sea la patología por exposición solar mejor conocida. Ha habido mucha divulgación y también repetidas campañas sanitarias en las que se ha advertido insistentemente que el exceso de exposición solar puede ser la causa de la aparición de melanomas, una temible forma de cáncer de piel. 

Pero además de los melanomas, el sol es también responsable de otras formas de cáncer cutáneo (carcinoma basocelular, enfermedad de Bowen, carcinoma espinocelular) que son mucho más frecuentes. Se calcula que en nuestro país se diagnostican unos 75.000 nuevos casos cada año. 
Los carcinomas están causados por una proliferación de los queratinocitos. El 80 % de los casos corresponden a carcinomas basocelulares, de evolución lenta y sin metástasis a otros órganos. Pero a pesar de su escasa agresividad, deben ser tratados sin dilación, ya que pueden crecer localmente, destruyendo los tejidos circundantes. Como que la mayoría de las veces aparecen en la cara, su potencial destructivo no es desdeñable. En el caso de los carcinomas espinocelulares, su malignidad es mucho mayor, ya que pueden producir metástasis y propagarse por todo el cuerpo. Si se  diagnostican a tiempo, estos tumores pueden ser tratados con cirugía. 



El faraón Akhenaton haciendo sus ofrendas a Atón,
el dios solar y único, que le envía sus rayos protectores.

(Egipto. Dinastía XVIII).
TANOREXIA

Con este nombre se conoce la adicción a tomar el sol. En efecto desde que hace alrededor de un siglo se puso de moda lucir el color bronceado en la piel ha aparecido una nueva patología psiquiátrica: la de las personas que toman el sol compulsivamente, hasta extremos increíbles. Para ellas, el tomar el sol y estar morenas es una auténtica necesidad, y no pueden prescindir de exponerse a los rayos solares. Para dar nombre a esta alteración se ha acuñado el neologismo tanorexia, por similitud con anorexia (patología psiquiátrica en la que se deja de comer o se provoca el vómito con el obsesivo objetivo de perder peso y estar muy delgado) 
Estas mismas personas suelen ser adictas también a las cabinas UVA de bronceado artificial. La relación de estas cabinas con las patologías que ya hemos descrito, y en especial con la incidencia de cáncer cutáneo ha motivado que se hayan sometido a restricciones legales. En algunos países, como Brasil y Australia ya se han prohibido totalmente, y en Francia se está intentando su total prohibición en los próximos años. 




How the sun sees you (Thomas Leveritt) 


viernes, 12 de agosto de 2016

Pelirrojos en peligro





Gustav Klimt

 Danae
(1907)

Óleo sobre lienzo. 
Galeria Welz. 
  


Gustav Klimt (1862-1918) fue un pintor simbolista austríaco, y uno de los máximos representantes del movimiento pictórico de la Sezession vienesa. Afín a cierto ideario romántico Klimt encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes fuentes de inspiración y los representó en lienzos, tablas y murales. 

Con frecuencia, Klimt representa a las mujeres con el cabello pelirrojo, e incluso, como es el caso de Nuda Veritas (1899), con el vello púbico de este color, lo que se consideró una manifiesta provocación. El simbolismo de este color capilar - una concepción del cuerpo femenino desnudo sin precedentes historicistas - unido a las largas melenas enredadas, y su similitud con la llama de la pasión o con el fuego infernal están probablemente en la causa del escándalo.  Es también el caso de Danae (1907) enroscada voluptuosamente, exhibiendo su muslo lúbrico en primer plano y recibiendo la lluvia de oro sobre su sexo. Una lluvia de monedas en la que se personificaba a Zeus y que según la mitología permitirá la fecundación de la princesa, que engendrará a Perseo. Una obra que escenifica, ni más ni menos, el acto sexual y el orgasmo.  

Gustav Klimt: Nuda Veritas (1899)
Los pelirrojos siempre han tenido una consideración especial en la representación artística. Tal vez el hecho de ser una coloración capilar muy minoritaria o las connotaciones a las que hemos aludido les han hecho tributarios de ser considerados malos, heterodoxos o cuanto menos, diferentes. 

Pero consideraciones simbólicas aparte, los pelirrojos presentan una genética digna de estudio, y una extrema vulnerabilidad  a los rayos solares.  



El alelo de un gen, responsable del cabello pelirrojo, de la piel pálida y de las efélides podria incrementar el riesgo de sufrir un melanoma, incluso sin exposicion a los rayos UV, según un estudio publicado el 12 de julio de 2016 en la revista científica Nature Communications. Según los investigadores del Wellcome Trust Sanger Institute y de la Universidad de Leeds, el número de alteraciones de la secuencia genética (mutaciones) del tumor es mucho más importante que 21 años de exposición solar. 



Así, para uno de los tipos de mutaciones estudiadas (una base nitrogenada de citosina transformada en timina), los tumores de los portadores del alelo R del gen MC1R (para el receptor de melanocortina 1), que se encuentra en los pelirrojos, contiene un 42 % de mutaciones suplementarias más que lo que es habitual en otros individuos no pelirrojos. Lo que se puede comparar con el riesgo que se adquiere tras 21 años de exposición solar. El Dr. David Adams, del Wellcome Trust Sanger Institute y uno de los autores de este estudio afirma: 



"Desde hace mucho tiempo ya sabíamos que una persona pelirroja tenía una probabilidad más elevada de desarrollar un cáncer de piel, pero es la primera vez que podemos demostrar que este gen se asocia a cánceres de piel con más mutaciones" 

Y cuanto mayor es el número de mutaciones, mayor es el riesgo de que se desarrolle el cáncer.  



Sin embargo, no es necesario ser pelirrojo para presentar este riesgo. Las personas pelirrojas, con piel clara y efélides poseen dos alelos R del gen MC1R, que afecta a la producción de melanina, que además es feomelanina, una molécula un poco diferente a la de los demás (presenta un átomo de hierro incorporado).  Sin embargo, los portadores de un solo alelo (que no forzosamente son pelirrojos, aunque en general hay algún pelirrojo en la familia) presentan también una mayor probabilidad de melanoma. En efecto, una simple copia de esta variante aumenta el número de mutaciones genéticas en el melanoma, la forma más grave (aunque también la menos frecuente) de cáncer de piel. Los pelirrojos constituyen entre un 0'5 - 1 % de la población mundial, pero hay un  6% en el Reino Unido, y la proporción es todavía más alta en Irlanda o Escocia (10%). Es uno de los primeros ejemplos de un perfil genético común que tiene un impacto importante en el genoma de un cáncer y podría ser de ayuda para identificar mejor a las personas de alto riesgo, señala  el Dr David Adams.



Para obtener estos resultados, los autores del estudio han analizado los datos públicos disponibles con las secuencias de ADN de tumores de más de 400 personas. Los tumores de pacientes originarios de todo el mundo, fueron secuenciados en los Estados Unidos y sus datos pueden ser consultados gratuitamente por todos los investigadores. Este estudio ilustra hasta que punto la colaboración internacional y el acceso a los datos son importantes para la investigación.  



El estudio ha revelado igualmente que la variante del gen MC1R no aumentaba sólo el número de mutaciones espontáneas causadas por la exposición a radiación ultravioleta (UV), sino que también el nivel de otras mutaciones. Lo que permite pensar que los mecanismos biológicos responsables del desarrollo de los cánceres con la variante MC1R no son solamente causados por los UV. 



Pero de momento, la mejor manera de protegerse del cáncer de piel sigue siendo protegerse del sol. No son solamente las personas pelirrojas las que deben protegerse de una fuerte exposición solar. Las personas que tienen tendencia a quemarse antes que a broncearse, o las que presentan un tipo de piel poco pigmentado y ojos o cabello claros, o las que tienen muchas pecas o lunares tienen también un alto riesgo. En general, cualquier persona debería protegerse del sol y quedar a la sombra entre las 11h y las 15h, llevar camisetas, sombrero y gafas de sol.  La crema solar puede ayudar a proteger las partes del cuerpo que no se pueden cubrir y se debe usar una con un índice elevado, aplicándola abundantemente y realizando nuevas aplicaciones regularmente.  





Danae di Gustav Klimt: