Mostrando entradas con la etiqueta Ceroplastia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ceroplastia. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de noviembre de 2023

El museo Dupuytren

 versió catalana | versión española









Piezas exhibidas en
el Museo Dupuytren

Museo Dupuytren-Orfila . París. 




El Museo Dupuytren es una colección de objetos y especímenes anatómicos reales y de cera que ilustraban diversas enfermedades y malformaciones. Es propiedad de la Facultad de Medicina de la Universidad Pierre et Marie Curie (UPMC). 





El museo se fundó en 1835, al mismo tiempo que se creó la cátedra de Anatomía Patológica de la Universidad de París. Guillaume Dupuytren (1777-1835) era uno de los cirujanos más prestigiosos de Francia. Se había formado con Corvisart y Boyer en la Charité, con Pinel en la Salpêtrière, y con Cuvier en el Jardin des plantes. Siendo estudiante ganó el puesto de disector anatómico en el que tuvo de ayudantes a Laennec y Bayle (1795). Ocupó también el cargo de cirujano jefe del Hôtel-Dieu. Dupuytren quiso destinar parte de su fortuna personal a crear una cátedra de Anatomía Patológica. Aunque su legado era importante no era suficiente para realizar su proyecto. El decano Orfila le convenció entonces para que financiara un Museo de Anatomía Patológica, comprometiéndose a que el gobierno se haría cargo de la cátedra de Anatomía Patológica, cuya necesidad era manifiesta. El mismo año que murió Dupuytren, su discípulo Jean Cruveilhier (1791-1874) creó la cátedra, y el museo se instalóen el refectorio del Convento des Cordeliers (que había acogido durante la Revolución una sala de reuniones políticas conocida como el Club des Cordeliers). 



Guillaume Dupuytren (1777-1835)


El museo estuvo instalado allí hasta 1937. Gustave Roussy, a la sazón catedrático de Anatomía Patológica viendo que por su precariedad constituía un peligro, decidió almacenarlo en los sótanos, en condiciones deficientes que malograron algunas de las piezas de la colección.  

En 1967 Jacques Delarue (1901-1971) profesor de anatomía patológica y su agregado René Abelanet decidieron reinstalar el museo en la antigua Facultad de Medicina (Campus Jussieu), junto con otras 8 colecciones científicas de la UPMC. 



Cera representando un caso de labio leporino (a la izquierda) y el resultado tras la intervención quirúrgica reparadora (derecha), realizada por Anton Dubois en 1799.


Entre las piezas más destacadas del museo estaban las representaciones en cera de diversas lesiones patológicas. Algunas de ellas fueron encargadas por célebres médicos como  Desault (1738-1795) que fue el maestro de Dupuytren en el Hôtel-Dieu, de Jean-Nicolas Corvisart (1755-1820) y del propio Dupuytren. También cabe mencionar un nevus gigante observado por Jean-Louis Alibert (1766-1837) o algunas piezas representando el resultado de operaciones quirúrgicas como la reparación de un labio leporino realizada por el cirujano Antoine Dubois en 1799. Las ceras más recientes son las proporcionadas por Charcot. Los artistas que realizaron las ceras encontramos nombres célebres de la ceroplastia, desde A.P. Pinson (nacido en 1746) hasta Jules Baretta (1833-1923). Otros ceroplásticos destacados que contribuyeron con sus obras al museo fueron Talrich, Tramond y Jumelin. 

Entre las piezas glicerinadas estaban algunos aneurismas de la aorta, con la firma de René Laennec (1781-1826). La colección del museo también disponía de figuras de cartón-piedra, y tallas de madera, algunas del s. XVIII. 



Izquierda: Fotografía del esqueleto de un paciente con raquitismo, que se cree que era una mujer joven en el momento de su muerte, aquejada de escoliosis toracolumbar 

Derecha: Fotografía de la mano y los tendones de un mecánico de 28 años, arrancados cuando su camisa quedó atrapada en maquinaria pesada, y un dedo gordo del pie amputado con su tendón extensor adherido. 

Charles-Nicolas Houel: 
Atlas catalogue des pièces du Musée Dupuytren (1877–1880) 


Si bien las ceras eran las piezas más espectaculares y valiosas del museo, la mayoría de piezas exhibidas en el museo Dupuytren eran los huesos, de las que había miles, entre esqueletos completos, cráneos o fragmentos de otros huesos y articulaciones. El esqueleto completo más antiguo corresponde a un caso de osteomalacia gravídica presentada a la Academia de Cirugía en 1952, y el más moderno, el de una joven negra con pian aportado en 1926. La colección del museo presentaba alteraciones óseas de sífilis, osteomielitis crónica, tuberculosis osteoarticulares, tumores, raquitismo, escoliosis, etc. 

Otras piezas destacadas eran órganos conservados en tarros sumergidos en fijadores especiales, como una importante colección de malformaciones fetales. Algunas piezas tenían un gran valor histórico, como el cerebro de Mr Leborgnel, el paciente que permitió a Paul Broca (1824-1880) describir la afasia y elaborar la doctrina de las localizaciones cerebrales. 



Cerebro que permitió a Paul Broca(1824-1880) describir la afasia,
el área de Broca y elaborar la doctrina de las localizaciones cerebrales


El museo, que permitía la visita a público no especializado, pronto atrajo la morbosidad de algunos. La exhibición pública de partes del cuerpo humano sin preservar suficientemente su dignidad fue objeto de críticas. En 2010, las cabezas de diecinueve guerreros maoríes fueron devueltas de colecciones públicas francesas al Museo Nacional de Nueva Zelanda y, cuatro años más tarde, el cráneo del jefe indígena canaco, Ataï, que encabezó una rebelión en 1878 contra el dominio colonial francés en Nueva Caledonia. Estas devoluciones recuerdan la del bosquimano embalsamado del Museo Darder de Banyoles (Girona), y enterrado como un héroe nacional en Botswana en 2000. 

Finalmente el museo Dupuytren cerró sus puertas en 2016. 



___________________________________



El museu Dupuytren









Peces exhibidas al
Museu Dupuytren

Museu Dupuytren-Orfila . París. 




El Museu Dupuytren és una col·lecció d'objectes i espècimens anatòmics reals i de cera que il·lustraven diverses malalties i malformacions. És propietat de la Facultat de Medicina de la Universitat Pierre et Marie Curie (UPMC). El museu es va fundar el 1835, alhora que es va crear la càtedra d'Anatomia Patològica de la Universitat de París. 

Guillaume Dupuytren (1777-1835) era un dels cirurgians més prestigiosos de França. S'havia format amb Corvisart i Boyer a la Charité, amb Pinell a la Salpêtrière, i amb Cuvier al Jardin des Plantes. Sent estudiant va guanyar el lloc de dissector anatòmic en què va tenir d'ajudants Laennec i Bayle (1795). 

Va ocupar també el càrrec de cirurgià en cap de l'Hôtel-Dieu. Dupuytren va voler destinar part de la seva fortuna personal a crear una càtedra d'anatomia patològica. Encara que el seu llegat era important no n'hi havia prou per a realitzar el seu projecte. El degà Orfila el va convèncer llavors perquè financés un Museu d'Anatomia Patològica, comprometent-se que el govern es faria càrrec de la càtedra d'Anatomia Patològica, la necessitat de la qual era manifesta. El mateix any que va morir Dupuytren, el seu deixeble Jean Cruveilhier (1791-1874) va crear la càtedra, i el museu es va instal·lar al refectori del Convent des Cordeliers (que havia acollit durant la Revolució una sala de reunions polítiques coneguda com el Club des Cordeliers).


Guillaume Dupuytren (1777-1835)


El museu va estar instal·lat allà fins al 1937. Gustave Roussy, aleshores catedràtic d'Anatomia Patològica, veient que per la seva precarietat constituïa un perill, va decidir emmagatzemar-lo als soterranis, en condicions deficients que van malmetre algunes de les peces de la col·lecció.

El 1967 Jacques Delarue (1901-1971) professor d'anatomia patològica i el seu agregat René Abelanet van decidir reinstal·lar el museu a l'antiga Facultat de Medicina (Campus Jussieu), juntament amb 8 col·leccions científiques més de la UPMC.


Cera representant un cas de llavi leporí (a l'esquerra) i el resultat després de la intervenció quirúrgica reparadora (dreta), realitzada per Anton Dubois el 1799.


Entre les peces més destacades del museu hi havia les representacions en cera de diverses lesions patològiques. Algunes van ser encarregades per metges cèlebres com Desault (1738-1795), qui va ser el mestre de Dupuytren a l'Hôtel-Dieu, de Jean-Nicolas Corvisart (1755-1820) i del propi Dupuytren.

També cal esmentar un nevus gegant observat per Jean-Louis Alibert (1766-1837) o algunes peces que representen el resultat d'operacions quirúrgiques com la reparació d'un llavi leporí realitzada pel cirurgià Antoine Dubois el 1799. Les ceres més recents són les proporcionades per Charcot. Entre els artistes que van fer les ceres trobem noms cèlebres de la ceroplàstia, des d'A.P. Pinson (nascut el 1746) fins a Jules Baretta (1833-1923). Altres ceroplàstics destacats que van contribuir amb les seves obres al museu van ser Talrich, Tramond i Jumelin.

Entre les peces glicerinades hi havia alguns aneurismes de l'aorta, amb la signatura de René Laennec (1781-1826). La col·lecció del museu també disposava de figures de cartró-pedra, i talles de fusta, algunes del s. XVIII.




Esquerra: Fotografia de l'esquelet d'un pacient amb raquitisme, que es creu que era una dona jove en el moment de la seva mort, afligida d'escoliosi toracolumbar.

Dreta: Fotografia de la mà i els tendons d'un mecànic de 28 anys, arrencats quan la camisa li va quedar atrapada en una maquinària pesada, i un dit gros del peu amputat amb el tendó extensor adherit.

Charles-Nicolas Houel:
Atles catalogue des pièces du Musée Dupuytren (1877–1880)


Si bé les ceres eren les peces més espectaculars i valuoses, la majoria de peces exhibides al museu Dupuytren eren els ossos, n'hi havia milers, entre esquelets complets, cranis o fragments d'altres ossos i articulacions. L'esquelet complet més antic correspon a un cas d'osteomalàcia gravídica presentada a l'Acadèmia de Cirurgia el 1952, i el més modern, el d'una jove negra amb pian aportat el 1926. La col·lecció del museu presentava alteracions òssies de sífilis, osteomielitis crònica, tuberculosis osteoarticulars, tumors, raquitisme, escoliosi, etc. 

Altres peces destacades eren òrgans conservats en pots submergits en fixadors especials, com una important col·lecció de malformacions fetals. Algunes peces tenien un gran valor històric, com ara el cervell de Mr. Leborgnel, el pacient que va permetre a Paul Broca (1824-1880) descriure l'afàsia i elaborar la doctrina de les localitzacions cerebrals.

El museu, que permetia la visita a públic no especialitzat, aviat va atreure la morbositat d'alguns. L'exhibició pública de parts del cos humà sense preservar-ne prou la dignitat va ser objecte de crítiques. El 2010, els caps de dinou guerrers maoris van ser tornats de col·leccions públiques franceses al Museu Nacional de Nova Zelanda i, quatre anys més tard, el crani del cap indígena canac, Ataï, que va encapçalar una rebel·lió el 1878 contra el domini colonial francès a Nova Caledònia. Aquestes devolucions recorden la del boiximà embalsamat del Museu Darder de Banyoles (Girona), i enterrat com un heroi nacional a Botswana el 2000.

Finalment el museu Dupuytren va tancar les portes el 2016.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Restauración de una nueva pieza del Museo Olavide






Enrique Zofío Dávila

Carcinoma mamario
(1906)

Molde de cera  
Museo Olavide. Madrid 





El museo Olavide de Madrid es un importante museo de figuras de cera que reproducen el aspecto de las enfermedades de la piel. Este tipo de museos eran de gran utilidad en el s. XIX, cuando no se disponía de otra manera de dejar constancia de diversos cuadros clínicos ya que todavía no se disponía de la posibilidad de fotografiarlos. Algunos museos como el del Hospital de Saint-Louis de París llegan a reunir unas 5.000 figuras. Actualmente el Museo Olavide, creado por el pionero de la Dermatología en Madrid José Eugenio de Olavide, es una de las más importantes colecciones de este género del mundo. 


El equipo del Museo Olavide.
De izquierda a derecha: David Aranda, Dr. Luis Conde y Amaya Maruri

Como ya hemos comentado en otros posts del blog, las figuras del museo Olavide permanecieron olvidadas durante décadas. Embaladas en cajas de madera, abandonadas en los sótanos de un hospital, incluso se había perdido su recuerdo. Fue el empeño de algunos dermatólogos, entre los que cabe destacar el papel del actual director del museo, Dr. Luis Conde, los que consiguieron, tras una ardua labor, sacar nuevamente a la luz los viejos moldes de cera, que han sido limpiados, restaurados y expuestos nuevamente en un pabellón de la Universidad Complutense de Madrid. 

 Amaya Maruri trabajando en la
restauración de una pieza. 

(Fotografía del Museo Olavide) 
En el proceso de restauración esta pieza 
fue sometida a un cuidadoso 
lavado con agua jabonosa
(Fotografía del Museo Olavide) 
Sin embargo, los trabajos de restauración continúan, de la mano de dos entusiastas restauradores, Amaya Maruri y David Aranda, cuyo encomiable y paciente trabajo hace posible que sigan incorporándose nuevas piezas a la exposición. 

Fotografia del caso representado,
que apareció adjunto a la historia clínica.
(Museo Olavide, Madrid) 
Recientemente el equipo del Museo Olavide ha terminado la restauración de una pieza de un caso clínico de cáncer de mama, acaecido a principios del s. XX y que fue atendido en el Hospital de San Juan de Dios (consulta del Dr. Azúa) en los primeros años del s. XX. El autor de la pieza fue Enrique Zofío Dávila (ca. 1840-1915), uno de los ceroescultores del museo, que realizó esta obra en 1910.

La pieza llevaba adjunta una detallada historia clínica, un comentario del Dr. E. Sáinz de Aja, e incluso una fotografia de la enferma (en 1910 ya se disponía de esta posibilidad iconográfica) documentos que nos permiten conocer muchos datos de la evolución de este caso y comprobar la verosimilitud de la figura de cera recientemente restaurada

Según este documento, el proceso patológico comenzó en 1906 apareciendo en la mama izquierda un bulto del tamaño de una avellana que progresivamente invadió toda la glándula mamaria que adquirió una consistencia dura, leñosa. En 1909 se comenzó a ulcerar, produciendo la destrucción de la totalidad del tejido mamario y de los músculos pectorales y llegando, en su estadio final, a perforar la pleura. También se produjo una destrucción de los ganglios linfáticos axilares y como consecuencia de este proceso se produjo una elefantiasis de todo el brazo por el gran edema que causó el bloqueo de los vasos linfáticos. Este proceso hizo aumentar considerablemente el tamaño y grosor de toda la extremidad.  

Nuestra más sincera felicitación al Museo y a su equipo, que con su trabajo continuo y entusiasta permiten la incorporación de nuevas obras a esta colección histórica. 


Con el Dr. Felipe Heras, autor de una tesis sobre
el Museo Olavide, de la que tuve el honor de formar
parte del Tribunal y con los restauradores
del Museo, Amaya Maruri y David Aranda.
 











viernes, 9 de junio de 2017

Museo Olavide (y VI): El renacimiento de un museo







Aspecto de una de las salas del actual Museo Olavide
(20017)
 Fotografía
Museo Olavide. Madrid.



Tras la rocambolesca recuperación de las figuras de cera del Museo Olavide, la Academia Española de Dermatología y Venereología se hizo cargo de crear nuevamente el Museo. El nuevo director, Dr. Luis Conde tomó con entusiasmo el desafío de restaurar los moldeados que se hallaron en condiciones aprovechables. 

Aunque algunos de las figuras aparecieron totalmente estropeadas, la mayoría pudieron restaurarse. Un par de restauradores (Amaya Maruri y David Aranda) acometieron con gran interés y dedicación la recuperación de los moldeados de cera, ejerciendo una encomiable y meritoria labor.

Uno de los moldeados ya restaurados
del Museo Olavide
El Museo se instaló en la Ciudad Universitaria de Madrid, en un edificio cercano a la Facultad de Medicina en los bajos del Instituto de Medicina del Trabajo. Se inauguró oficialmente el 12 de diciembre de 2016. 

Aspecto actual de una de las salas del nuevo Museo Olavide

El Museo actualmente se articula en diversas salas, en las que se exponen los moldeados según las diferentes temáticas: 

  • Sala Olavide: dedicada a la historia del Hospital San Juan de Dios y su Museo
  • Sala Azúa: dedicada a enfermedades venéreas
  • Sala Zofío: dedicada al taller de ceroescultura
  • Sala Castelo: dedicada a las principales dermatosis infecciosas de la época (Sífilis, tuberculosis, lepra y tiñas)
  • Sala Barta y López: dedicada a los vaciados de yeso
  • Sala Sáinz de Aja: dedicada a los diferentes tipos de neoplasias con origen o afectación dérmica
  • Sala Sánchez Covisa: (recreación de una consulta médica del s. XIX o primer cuarto del s. XX) dedicada a los dermatólogos del Hospital y al Atlas Olavide

En el Museo Olavide también se exhiben algunos
instrumentos  históricos usados en la clínica o en el laboratorio históricos.
En la imagen, centrifugadora de principios del s. XX


Una recreación de lo que podría ser una consulta dermatológica
de finales del s. XIX o principios del s. XX. Museo Olavide. 

El Museo también tiene previsto instalar una Biblioteca Histórica (a la que se quiere proponer que lleve el nombre del Prof. Antonio García Pérez, que tanto hizo por salvar la historia de la Dermatología Española).  

El Museo Olavide tiene vocación de ser un organismo vivo y activo. Por eso se quiere dedicar también a una última sala dedicada a la Fundación Piel Sana en la que se quiere acercar la Dermatología a la sociedad (campañas de prevención etc). Tanto el Museo como su fondo bibliográfico pueden ser usados para la realización de diversos estudios, y sus documentos han servido para la elaboración de diversas tesis doctorales entre la que cabe destacar la tesis del Dr. Felipe de las Heras Mendaza

Desde este blog nos congratulamos de la recuperación del Museo Olavide y reivindicamos la existencia de Museos de la Ciencia como testimonio de la evolución científica y médica, que tanto ha contribuído a conformar nuestra sociedad tal como es en la actualidad.  

El autor de este blog, con el director del Museo Olavide,
Dr. Conde y el Dr. Felipe de las Heras, autor de una
destacada tesis doctoral sobre el Museo Olavide


jueves, 8 de junio de 2017

Museo Olavide (V): La larga noche del Museo Olavide









Apertura de una de las cajas 
donde se guardaban las figuras
(2005)
 Fotografía
Museo Olavide. Madrid.



Esta fotografía ya es un documento histórico. Deja constancia del momento en el que el Dr. Luis Conde, actual director del Museo Olavide, abre una de las cajas en las que se contenía una figura de cera de tamaño natural. Se ponía fin así a un largo paréntesis durante el cual el museo desapareció. 

El Dr. Luis Conde, director del Museo Olavide,
junto a algunas de las cajas que durante años
contuvieron la colección. Museo Olavide. Madrid
En el año 1966 se cerró el que había sido el centro de referencia de la Dermatología madrileña, el Hospital de San Juan de Dios, que albergaba el Museo Olavide. El museo fue desmontado, las figuras de cera fueron guardadas en cajas de madera con paja para amortiguar los golpes. Pocas noticias tenemos del museo en esta época. Los únicos datos los encontramos en un artículo del diario ABC que documenta que es Rafael López Álvarez, el último ceroescultor del museo, el que fue el encargado de embalar las figuras.

Las 200 cajas de gran tamaño que contenían las figuras permanecieron en un edificio contiguo al hospital que sustituyó al de S. Juan de Dios, y al que en esta época se llamó Ciudad Sanitaria Francisco Franco (posteriormente Gregorio Marañón), en una nave en mal estado y que no reunía las condiciones adecuadas para la conservación de las piezas. Más tarde, las cajas fueron trasladadas a un paradero desconocido. La mayoría de dermatólogos olvidaron o simplemente desconocían la existencia de este museo histórico de Dermatología.

Amaya Maruri, restauradora del museo Olavide,
abriendo una de las cajas
Otros dermatólogos, como Antonio García Pérez, Joaquín Calap Calatayud, y yo mismo, Xavier Sierra Valentí, realizamos múltiples comunicaciones y artículos en foros internacionales (París, Londres, Amsterdam, Berlín...) para reivindicar la conveniencia de recuperar el que probablemente era, en número de figuras el tercer museo de cera dermatológico mundial. 

A finales de los años ochenta del pasado siglo llegó una petición a la Comunidad de Madrid para localizar y fotografiar algunas de estas figuras, con motivo de una tesis doctoral que desde la facultad de Medicina de Cádiz dirigía el Prof. Joaquín Calap Calatayud. Carlos Gasca Ferré, Jefe del Servicio de Patrimonio y Asuntos Generales del Servicio Madrileño de Salud buscó y localizó unas cajas con figuras almacenadas en las dependencias de la Comunidad de Madrid. 

Estado de uno de los moldeados encontrados en el
interior de las cajas, todavía sin restaurar

En 1987 el Prof. Antonio García Pérez y el Dr. Pablo Lázaro pueden exponer unas 20 figuras en el XI Congreso Ibero-Latino-Americano de Dermatología en Madrid. Posteriormente aparecen diversos trabajos del Prof. Antonio García Pérez y del Dr. Emilio del Río sobre el hospital de S. Juan de Dios y del Museo Olavide.

Finalmente, en las naves del Hospital del Niño Jesús fueron localizadas un gran número de cajas (120), que con la colaboración del Dr. Antonio Torrelo y del Dr. Luis Conde se entregaron para su custodia a la Academia Española de Dermatología y Venereología.  

Las cajas eran de grandes dimensiones (algunas de más de 180 cm de altura) y al abrirlas pudieron descubrirse las figuras, en general bastante bien conservadas. Se aprobó la contratación de un equipo de restauración (David Aranda, Amaya Maruri y Adriana Mora) que desde el año 2006 se dedicaron con esmero y aplicación a la recuperación de las figuras de cera. 

En la actualidad el Museo Olavide ha podido ser recuperado mostrando el testimonio de lo que fue la enseñanza dermatológica en el s. XIX y comienzos del s. XX. 


Bibliografía

Conde-Salazar L, Heras-Mendaza F. Museo Olavide (III): recuperación. Actas Dermosifiliogr 2007; 98: 209-12 - 98,  3. 2007 

Conde-Salazar L, Heras-Mendaza F. Recuperación del Museo Olavide. En: Conde-Salazar (ed) Piel de cera. Ed. Luzán, Madrid 2006 

miércoles, 7 de junio de 2017

Museo Olavide (IV): Los artistas del museo






Anónimo

Retrato de Enrique Zofío Dávila con uniforme de médico militar

Óleo sobre lienzo 
Museo Olavide. Madrid.



Tenemos algunos datos de los ceroescultores que realizaron las figuras del Museo Olavide y que estuvieron en contacto con los médicos dermatólogos que dirigieron esta institución y seleccionaron los casos que les parecieron representativos. 


Enrique Zofío Dávila

Es sin duda el ceroescultor más importante del Museo y también del que poseemos más datos. Enrique Zofío (ca. 1840-1915). Es conocido como pintor-escultor, aunque existen indicios de haber pertenecido a la Sanidad Militar, ya que en su retrato depositado en el Museo viste el uniforme militar, con tres medallas en la casaca.

A finales del s. XIX obtuvo una beca para desplazarse a París, aunque no sabemos si conoció a Jules Baretta, el gran ceroescultor del Hospital Saint-Louis. 

Zofío comenzó a realizar figuras anatómicas de pasta modelada en el «Gabinete Anatómico» en el Hospital Militar de Madrid, que dirigía José Díaz Benito primero y por Cesáreo Fernández Losada algo más tarde. Es en ésta última época cuando se creó el Museo Anatómico Patológico del Hospital Militar de Madrid, y Zofío comenzó a trabajar, realizando figuras anatómicas sobre los cadáveres estudiados por el Dr. Losada. Las figuras fueron distribuidas a numerosas universidades para ser usadas en la docencia anatómica. Actualmente hay figuras en las universidades de Santiago, Salamanca y Granada. Todas ellas estaban identificadas con una etiqueta que indicaba: 
«Clínica Quirúrgica del D.C.F. de Losada. Progreso 5. Madrid. Enrique Zofío Dávila, escultor anatómico. Progreso, 5. Madrid.» 
No sabemos cómo Zofío conoció a Olavide ni la fecha de sus primeras figuras en el Museo. Las primeras figuras con historia clínica datan de 1880.

Según opina el Dr. Conde Salazar, director del Museo Olavide, Zofío, a instancias del responsable del Museo D. Fernando Castelo, se prestó gustoso a enseñar sus procedimientos de modelado, la composición de la masa, coloración, etc. a fin de que se perpetúen, no se paralicen, ni se extinga la vida de este Museo. Especialmente, formó en esta técnica a José Barta, aunque no consta que realizaran ninguna figura conjuntamente. Todas las figuras realizadas por Zofío están numeradas y tienen su historia clínica adherida a la parte posterior, pero estos datos no aparecen en las figuras realizadas posteriormente por Barta y López Álvarez, lo que dificulta su catalogación.

Al igual que Jules Baretta es el «alma» del museo del Hospital parisino de Saint Louis, podemos decir que Zofío fue el «alma» del Museo Olavide por el número y la calidad de sus figuras. Sin embargo, mientras Baretta nunca reveló su técnica ceroplástica, Zofío formó a Barta y otros colaboradores, asegurando la continuidad del museo. 


José Barta Bernadotta

José Barta nació en Barcelona en 1875, en el seno de una familia de actores teatrales. Murió en Madrid en 1955. 

José Barta (1875-1955).
Fotografía del Museo Olavide. Madrid. 
No sabemos el año en el que comenzó a trabajar en el Museo Olavide, aunque en una película de 1927 («La terrible Lección») aparece mostrando el museo a una serie de personalidades que visitan el Hospital de San Juan de Dios, situado entonces en la calle Doctor Esquerdo. En esta misma película aparecen los Dres. Bejarano, Sánchez-Covisa y Castelo.

Barta realizó numerosas obras, las últimas de ellas conjuntamente con Rafael López Álvarez, pero no existe constancia de la realización de alguna figura junto con Zofío, a pesar de que todo indica que éste fue su maestro y que convivieron algunos años. Tanto las figuras de Barta como las de Rafael López Álvarez carecen de numeración y no tienen historia clínica (al contrario de las de Zofío). 

Barta siguió trabajando en el Museo hasta finales de los años 40. Era un personaje bohemio y muy querido, y cuando murió, el cortejo fúnebre se detuvo a su paso ante el Hospital de San Juan de Dios para hacer una oración. 


Rafael López Álvarez

Retrato de López Álvarez realizado en 1927
Museo Olavide, Madrid. 
Es el tercer y último artista-escultor de las figuras de cera del Museo Olavide. No tenemos muchos datos ni de su biografía ni de su trabajo profesional en el Hospital San Juan de Dios. Era diplomado en Bellas Artes y profesor de dibujo, y realizó un cartel para la prevención de la sífilis durante la dictadura de Primo de Rivera, que fue considerado como inmoral. Por referencias periodísticas parece ser que comenzó a trabajar en el Hospital entre los años 1910-20, realizando algunas figuras junto a Barta y posteriormente en solitario.

Ideológicamente, López Álvarez se declaraba racionalista, republicano y admirador de Ferrer Guardia. Durante la Guerra Civil estuvo encargado de mostrar el Museo a los milicianos, con la intención de realizar una labor preventiva y de poner de manifiesto las terribles consecuencias de las enfermedades venéreas. 

López Álvarez en 1966 embaló las figuras existentes en San Juan de Dios (cerca de 200 cajas) para su depósito posterior en un lugar desconocido.

En 1972 quedó ciego tras una operación de glaucoma.


Bibliografía  

Sierra Valentí X. Los museos de cera dermatológicos. En: Piel de Cera. Madrid: Editorial Luzán; 2006. p. 41-8. 

Conde-Salazar Gómez L. Historia del Museo Olavide. En: Piel de Cera. Madrid: Editorial Luzán; 2006. p. 31-6. 

Conde-Salazar Gómez L, Heras-Mendaza F. Museo Olavide (II): escultores-pintores. Enrique Zofío Dávila, José Barta Bernardotta y Rafael López Álvarez. Actas Dermosifiliogr. 2007;98:131-4
 

Anónimo. Catálogo del Museo Anatomo-Patológico del Hospital de San Juan de Dios de Madrid: Imprenta Provincial; 1903.

La terrible Lección. Director: Fernando Delgado; Guión: Leopoldo Bejarano; Argumento: Leopoldo Bejarano; Director de Fotografía: Enrique Blanco; Asesor Científico: Julio Bejarano; Tema: Lucha Antivenérea; 35 milímetros; blanco y negro, muda.

Crespo P. Un museo entre paréntesis: Olavide. Visita a los museos de Madrid; ABC, 14 de diciembre, 1966.