
Sepulcro de la reina
Blanca de Anjou
Escultura de alabastro
Real Monasterio de Santas Creus
(Catalunya)
Sepulcro de la reina Blanca de Anjou
Escultura de alabastro
Real Monasterio de Santas Creus
(Catalunya) |
Blanca de Anjou (1283-1310) era la octava hija de Carlos II el Cojo, rey de Nápoles, y de María, hija del rey húngaro Esteban V. Por el tratado de Anagni de 1295 se había concertado su matrimonio con el rey Jaume II de Aragón, matrimonio que se celebró el 29 de octubre de 1295 en la abadía de Vilabertrán, cerca de Figueres. El rey tenía 28 años, y la reina, 12. El matrimonio entre Jaume II y Blanca sellaba la reconciliación con los Anjou y el rey de Francia, la paz entre los reyes de Aragón y Mallorca y el levantamiento de la excomunión papal, derivada de la época de Pere el Gran por el conflicto sobre la corona de Sicilia.
Blanca fue una mujer de gran religiosidad que acompañó a su esposo en numerosas ocasiones, incluso en algunas expediciones militares. Había costeado el claustro del monasterio de Santes Creus, y como curiosidad diremos que ya que lo pagaba ella quiso que en los capiteles aparecieran figuras animales y humanas, contraviniendo la regla del Císter por la que en los monasterios de esta orden solamente pueden aparecer motivos vegetales o geométricos para no distraer a los monjes. Por esa razón el monasterio de Santes Creus es el único monasterio cisterciense en el que aparecen humanos y animales. La soberana tenía en gran estima este monasterio y no es de extrañar que quisiera ser sepultada allí. Cuando murió, tras su décimo parto, en Barcelona, sus restos fueron acogidos por este cenobio, en el que también se había enterrado su suegro, Pere el Gran, y más tarde lo haría su esposo.
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Estado en el que se encontró la momia de la reina Blanca de Anjou. |
En 2010, se procedió a la apertura de la tumba para realizar el estudio paleopatológico de sus restos, junto a los del rey Pere el Gran (Pedro III de Aragón), su suegro, también sepultados en una tumba cercana, en la misma iglesia del monasterio. No se pudo hacer el estudio de Jaume II pues como ya hemos dicho, sus restos ya habían desaparecido.
Tras la apertura del sepulcro se pudo constatar que en su interior estaban los restos del cuerpo casi completo de una mujer de baja estatura (aproximadamente 150 cm de altura). A la momia le faltaba un brazo, gran parte del cráneo y maxilar superior y parte del tórax.
La piel de Blanca apareció con un tono amarillento y un aspecto acartonado. Si bien no se hallaron cabellos adheridos al cráneo sí que aparecieron algunos mechones de cabellos que por el análisis de ADN pudieron constatarse que pertenecían a la soberana. La reconstrucción facial revelaba que la reina fue una mujer bien parecida. Se hallaron restos de ácido carmínico, lo que revela que la reina usaba maquillaje.
Algunos de los hallazgos revelan detalles del entierro. Por ejemplo, se encontró un hilo de seda adherido a la cara, que se interpreta que en el momento del sepelio, le cubrieron el rostro con un velo. Pueden observarse todavía la marca de las medias en la pantorrilla derecha, así como trazas del vestido y el cinturón sobre la piel. En la rodilla y el tobillo se observaron marcas de heridas intencionadas, que probablemente se ocasionaron post-mortem en un intento de vencer el rigor mortis.
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Estatua yacente de Blanca de Anjou en su sepultura en el Monasterio de Santes Creus. |
La dentadura de la reina apareció en un relativo buen estado, especialmente considerando el gran número de embarazos de Blanca. Apenas 3 o 4 caries de poca relevancia, con descalcificación en la 2.2 y lesiones puntiformes en la pieza 2.8 que afectaban solamente al esmalte. El relativo buen estado de la dentadura permitía suponer buenos hábitos higiénicos y alimentarios.
Blanca tenía un juanete (hallux valgus) en el pie derecho, lo que junto con la disposición en martillo del resto de los dedos permite suponer que estuviera provocado por el uso de calzado inadecuado o demasiado puntiagudo, siguiendo la moda de la época. Aunque también hay que contemplar una posible tendencia genética y el papel de un cierto sobrepeso.
La pelvis de la reina estaba cedida como consecuencia de los numerosos embarazos. Teniendo en cuenta que la edad de la reina era de 27 años y que falleció durante su décimo parto, comprenderemos que prácticamente eestuvo continuamente embarazada. También pueden identificarse algunos órganos, como el útero momificado que apareció muy dilatado y voluminoso, como correspondía a una recién parida, ya que murió dos días después de dar a luz, sobresaliendo hacia adelante sobre el anillo pélvico. Los datos paleopatológicos coinciden con las fuentes documentales que disponemos, como una carta escrita por su esposo el rey que atestigua que Blanca de Anjou murió el 13 de octubre de 1310, a los 27 años, dos días después de alumbrar a su hija Violante de Aragón , en el que fue su décimo y último parto. Entre otros detalles, el monarca afirma que la reina había fallecido tras el parto: “Us fem saber amb aquesta lletra, amb gran amargor i aflicció del cor, com la il·lustre senyora Blanca, de grata memòria, reina d’Aragó i caríssima muller nostra, plagué a Déu que morís i li lliurés l’esperit com a reina catòlica que era el dimarts darrer passat al vespre, després de gravíssims dolors que li calgué sofrir per raó del part, durant uns quants dies, i que l’escometeren repetidament”.
"Us fem saber amb aquesta lletra, amb gran amargor i aflicció del cor, com la il·lustre senyora Blanca, de grata memòria, reina d'Aragó i caríssima muller nostra, plagué a Déu que morís i li lliurés l'esperit com a reina catòlica que era, el dimarts darrer passat al vespre, després de gravíssíms dolors que li calgué sofrir per raó del part"“Us fem saber amb aquesta lletra, amb gran amargor i aflicció del cor, com la il·lustre senyora Blanca, de grata memòria, reina d’Aragó i caríssima muller nostra, plagué a Déu que morís i li lliurés l’esperit com a reina catòlica que era el dimarts darrer passat al vespre, després de gravíssims dolors que li calgué sofrir per raó del part, durant uns quants dies, i que l’escometeren repetidament”. “Us fem saber amb aquesta lletra, amb gran amargor i aflicció del cor, com la il·lustre senyora Blanca, de grata memòria, reina d’Aragó i caríssima muller nostra, plagué a Déu que morís i li lliurés l’esperit com a reina catòlica que era el dimarts darrer passat al vespre, després de gravíssims dolors que li calgué sofrir per raó del part, durant uns quants dies, i que l’escometeren repetidament”.
("Os hacemos saber con esta carta, con gran amargura y aflicción de corazón, como la ilustre señora Blanca, de grata memoria, reina de Aragón y queridísima esposa nuestra, complació a Dios que muriera y le entregara el espíritu como reina católica que era el martes pasado por la noche, tras gravísimos dolores que tuvo que sufrir a causa del parto")
(Traducción cast. Xavier Sierra)
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Amuleto protector de coral, que apareció en la tumba de la reina Blanca de Anjou |
La reina, que había tenido su primer embarazo a los 13 años, era plenamente consciente de los peligros que entrañaba en aquel tiempo enfrentarse a un parto. Tanto es así que poco antes de su noveno parto (dos años antes de su muerte) hizo testamento.
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Fragmento del retablo de la Virgen de Vallmoll (1440- 1445) de Jaume Huguet. MNAC. |
Bibliografía
Armentano, N. Subirana M.; Malgosa A; Prats-Muñoz G. Blanca d'Anjou, testimoni de la maternitat medieval (1280-1320) V Congrés d’Arqueologia medieval i moderna a Catalunya Barcelona, 22-25 de maig de 2014 ACTES. VOLUM II
Casas S. Blanca d'Anjou, retrat d'una reina. Sápiens, 94, agost 2010
Martínez Ferrando, J.E. (1948). Jaime II de Aragón. Su vida familiar. Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas.