viernes, 26 de noviembre de 2021

La arteritis temporal de San Bernardo

 versió catalana | versión española







Francisco Ribalta

Cristo abrazando a San Bernardo 

(1625-1627)

Óleo sobre lienzo 158 x 113 cm
Museo del Prado
Madrid


Tal vez es ésta la obra más destacada del pintor catalán establecido en Valencia Francisco Ribalta (1565-1628). La obra muestra ya un marcado acento tenebrista, tal vez influído por la obra de Ribera y Caravaggio. La figura del Cristo está inspirada en la obra Llanto sobre el Cristo muerto, de Sebastiano del Piombo. 

El cuadro refiere un milagro de la vida de San Bernardo, el momento en que una efigie de Cristo, a la cual el santo rezaba desconsolado, se desclava de la cruz para abrazar y consolar al monje. Ribalta emplea una paleta de contrastes acusados, en la que la estancia se diluye en la oscuridad mientras que toda la luz resalta la luminosidad sobrenatural del cuerpo de Cristo y la cara transportada de Bernardo.  



Detalle del cuadro: El relieve de la temporal es muy marcado 

Es precisamente en su rostro donde podemos observar un detalle que enseguida nos llama la atención: un vaso sanguíneo muy prominente que cruza la región temporal. 

Esta alteración nos sugiere una arteritis temporal de células gigantes, también conocida como arteritis de Horton. Esta afección se caracteriza por la afectación de arterias de gran y mediano calibre y por la formación de acúmulos de células inflamatorias (granulomas) en los vasos lesionados.

Se trata de una enfermedad que suele afectar a los mayores de 55 años, comprometiendo a una o varias ramas de las arterias carótidas, y muy especialmente a las arterias temporales, produciendo induración y engrosamiento de las mismas. Los síntomas más frecuentes son cefalea, dolor localizado en la zona temporal, astenia y pérdida de visión por afectación de las arterias que irrigan el nervio óptico (neuritis óptica).  

La arteritis de la temporal puede observarse en otras obras de arte, como en la Virgen del canónigo Van der Paele de van Eyck o en el retrato de Francesco Giamberti, de Piero di Cosimo. 


___________________________________



L'arteritis temporal de Sant Bernat






Francesc Ribalta

Crist abraçant Sant Bernat 

(1625-1627)

Oli sobre tela 158 x 113 cm
Museo del Prado
Madrid



Aquesta és potser l'obra més destacada del pintor català establert a València, Francesc Ribalta (1565-1628). L'obra ja mostra un marcat accent tenebrista, potser influït per l'obra de Ribera i Caravaggio. La figura del Crist està inspirada en l'obra Plor sobre el Crist mort, de Sebastiano del Piombo.

El quadre refereix un miracle de la vida de Sant Bernat, el moment en què una imatge de Crist, a la qual el sant resava desconsolat, es desclava de la creu per abraçar i consolar el monjo. Ribalta utilitza una paleta de contrastos acusats, en què l'estança es dilueix en la foscor mentre que tota la llum ressalta la lluminositat sobrenatural del cos de Crist i la cara transportada de Bernat.



Detall del quadre: El relleu de la temporal es molt marcat 


I és precisament a la cara on podem observar un detall que de seguida ens crida l'atenció: un vas sanguini molt prominent que travessa la regió temporal.

Aquesta alteració ens suggereix una arteritis temporal de cèl·lules gegants, també coneguda com a arteritis d'Horton. Aquesta patologia es caracteritza per l'afectació d'artèries de gran i mitjà calibre i per la formació de cúmuls de cèl·lules inflamatòries (granulomes) als vasos lesionats.

Es tracta d'una malaltia que sol afectar els majors de 55 anys, comprometent una o diverses branques de les artèries caròtides, i molt especialment les artèries temporals, produint-ne induració i engrossiment. Els símptomes més freqüents són cefalea, dolor localitzat a la zona temporal, astènia i pèrdua de visió per afectació de les artèries que irriguen el nervi òptic (neuritis òptica).

L'arteritis de la temporal també es pot observar en altres obres d'art, com a la Mare de Déu del canonge Van der Paele de Van Eyck o al retrat de Francesco Giamberti, de Piero di Cosimo.



martes, 23 de noviembre de 2021

Prometeo y la regeneración hepática

versió catalana | versión española






Peter Paul Rubens
Franz Snyders

Prometeo 
(1612) 

Óleo sobre lienzo 243 x 209 cm
Museo de Arte de Philadelphia 



Esta pintura, obra de Rubens y Snyders, es una de las múltiples versiones del mito de Prometeo que encontramos a lo largo de la historia del arte. Relata el episodio mitológico de la condena a la que Zeus sometió a Prometeo, un titán que había creado a los hombres. 

Prometeo se había encariñado con sus indefensas criaturas y estaba preocupado porque estaban perdidos en las noches oscuras y pasaban frío. Decidió así una audaz hazaña. Robó el fuego sagrado de los dioses y lo llevó a los hombres en el interior de una caña. 



Salvator Rosa: El suplicio de Prometeo.(1646-48)
Galeria Nazionale d´Arte Antica Palazzo Corsini. Roma. 


Cuando Zeus se dio cuenta de la profanación de Prometeo montó en cólera, y lo encadenó a una roca en un remoto lugar. Cada día un águila acudía a devorarle el hígado con terribles picotazos. Pero el hígado del desdichado Prometeo se regeneraba por la noche, y el águila regresaba al día siguiente, con lo que el doloroso y cruento castigo se eternizaba.

El terrible castigo de Prometeo no es el único que encontramos en la mitología. El lujurioso Ticio fue condenado también a un castigo similar, por haber intentado violar a la virginal Artemisa (Odisea, IX, 576-581).



Ribera: Ticio (1632). Museo del Prado. Madrid.


En estos mitos nos llama la atención tanto el cruel tormento, como el hecho de imaginar la regeneración del hígado para así perpetuar el castigo. Sin embargo, el hígado es una víscera que puede, efectivamente, regenerarse. 

Hace unos años, un estudio realizado en la Universidad de Stanford dirigido por el Prof. Steven Artandi, reveló que la regeneración hepática es posible gracias a la expresión de un enzima, la telomerasa. 

La telomerasa se convierte así en la responsable de la "eterna juventud" del hígado. La telomerasa es un complejo proteico que "remata" los extremos de los cromosomas después de la replicación del ADN. Sin su actividad, las tapas cromosómicas protectoras llamadas telómeros se acortarían gradualmente con cada división celular. La mayoría de las células adultas tienen poca o ninguna actividad de telomerasa y el acortamiento progresivo de sus telómeros sirve como una especie de reloj molecular que limita el periodo de vida de las células. 



Theodor Rombouts: Prometeo. Real Museo de Bellas Artes. Bruselas. 

Las células madre hepáticas que expresan altos niveles de telomerasa, una proteína a menudo asociada con la resistencia al envejecimiento, actúan en ratones para regenerar el órgano durante el recambio celular normal o daño tisular.

El hígado es único entre los órganos en su capacidad para regenerarse completamente desde tan solo el 25 por ciento de su masa original. Esto puede suceder por ejemplo, cuando el hígado está dañado por alguna enfermedad. El alcoholismo crónico o la infección de hepatitis pueden causar ciclos de daño y renovación que provocan cicatrices irreversibles que afectan a la función del órgano. Pero se sabe relativamente poco sobre cómo se regenera el órgano, o qué células podrían ser responsables de los cánceres.




Francisco de Goya: Prometeo. Museo del Prado, Madrid. 


El nuevo reto de la Medicina es la Medicina regenerativa, la inducción de nuevos órganos y tejidos, que podría convertirse en el equivalente de la era de los antibióticos del siglo XX. El desarrollo de este potencial va a requerir el esfuerzo interdisciplinar de médicos, biólogos, químicos, físicos y expertos en áreas tan dispares como las ciencias de la información, los biomateriales y la ingeniería. Entre los abordajes principales que deben considerarse se debe incluir el transplante exógeno de células, la implantación de tejidos bioartificiales y, quizás, el más deseable de todos ellos, la regeneración endógena in vivo, bien a partir de células y tejidos sanos preexistentes en el individuo, o bien mediante la inducción de los mismos a través de compuestos químicos. 

Tal vez este es el camino que nos enseña Prometeo. Después de proporcionar fuego a los hombres, su tormento parece insinuarnos que la investigación sobre la regeneración de tejidos puede abrir una nueva etapa para la Medicina de nuestro tiempo. 





Pintor de Arcesilao: Cerámica de figuras negras procedente de Cerveteri (556-565 aC) 

Museo Gregoriano Etrusco. Roma


 

Bibliografía

Artandi, S. E. (2006). Telomeres, telomerase, and human disease. New England Journal of Medicine, 355(12), 1195-1197.

Grimal P. Diccionario de mitología griega y romana. Paidós 1981. 

Izpisúa JC. El secreto de Prometeo. El Cultural. 25 de febrero 2011. https://elcultural.com/El-secreto-de-Prometeo



___________________________________




Prometeu i la regeneració hepàtica





Peter Paul Rubens
Franz Snyders

Prometeu 
(1612) 

Oli sobre tela 243 x 209 cm
Museu d' Art de Philadelphia 



Aquesta pintura, obra de Rubens i Snyders, és una de les múltiples versions del mite de Prometeu que trobem al llarg de la història de l'art. Relata l'episodi mitològic de la condemna a la que Zeus va sotmetre a Prometeu, un tità que havia creat als homes.

Prometeu s'havia encapritxat amb les seves criatures indefenses i estava preocupat perquè estaven perduts en les nits fosques que passaven fred. Va decidir així una audaç gesta. Va robar el foc sagrat dels déus i el va portar als homes a l'interior d'una canya.



Salvator Rosa: El suplici de Prometeu.(1646-48)
Galeria Nazionale d´Arte Antica. Palazzo Corsini. Roma. 


Quan Zeus es va adonar de la profanació de Prometeu va muntar en còlera, i el va encadenar a una roca en un lloc remot. Cada dia una àguila li anava a devorar el fetge amb terribles cops de bec. Però el fetge del pobre Prometeu es regenerava a la nit, i l'àguila tornava l'endemà, amb el que el dolorós i cruent càstig s'eternitzava.

El terrible càstig de Prometeu no és l'únic que trobem a la mitologia. El luxuriós Tici també va ser condemnat a un càstig similar, per haver intentat violar la virginal Artemisa (Odissea, IX, 576-581).



Ribera: Tici (1632). Museoo del Prado. Madrid.


En tots aquests mites ens crida l'atenció tant el cruel turment, com el fet d'imaginar la regeneració del fetge per perpetuar així el càstig. No obstant això, el fetge és una víscera que pot, efectivament, regenerar-se.

Fa uns anys, un estudi realitzat a la Universitat de Stanford dirigit pel Prof. Steven Artandi, va revelar que la regeneració hepàtica és possible gràcies a l'expressió d'un enzim, la telomerasa.

La telomerasa es converteix així en la responsable de "l’eterna joventut" del fetge. La telomerasa és un complex proteic que "remata" els extrems dels cromosomes després de la replicació de l'ADN. Sense la seva activitat, les tapes cromosòmiques protectores anomenades telòmers s'escurçarien gradualment amb cada divisió cel·lular. La majoria de les cèl·lules adultes tenen poca o cap activitat de telomerasa i l'escurçament progressiu dels seus telòmers serveix com una mena de rellotge molecular que limita el període de vida de les cèl·lules.



Theodor Rombouts: Prometeu. Reial Museu de Belles Arts. Brusel·les. 


Les cèl·lules mare hepàtiques que expressen alts nivells de telomerasa, una proteïna sovint associada amb la resistència a l'envelliment, actuen en ratolins per regenerar l'òrgan durant el recanvi cel·lular normal o dany tissular.

El fetge és únic entre els òrgans en la seva capacitat per regenerar-se completament a partir de només el 25 per cent de la seva massa original. Això pot succeir per exemple, quan el fetge està danyat per alguna malaltia. L'alcoholisme crònic o la infecció d'hepatitis poden causar cicles de dany i renovació que provoquen cicatrius irreversibles que afecten la funció de l'òrgan. Però no sabem encara gaire detalls sobre com es regenera l'òrgan, o quines cèl·lules podrien ser responsables dels càncers.



Francisco de Goya: Prometeu. Museo del Prado, Madrid. 


El nou repte de la medicina és la Medicina regenerativa, la inducció de nous òrgans i teixits, que podria convertir-se en l'equivalent de l'era dels antibiòtics del segle XX. El desenvolupament d'aquest potencial requerirà l'esforç interdisciplinari de metges, biòlegs, químics, físics i experts en àrees tan dispars com la ciència de la informació, els biomaterials i l'enginyeria. Entre les qüestions principals que caldrà considerar destaca el trasplantament exogen de cèl·lules, la implantació de teixits bioartificials i, potser, el més interessant de tot, la regeneració endògena in vivo, bé a partir de cèl·lules i teixits sans preexistents en l'individu, o bé mitjançant la inducció dels mateixos a través de compostos químics.

Potser aquest és el camí que ens ensenya Prometeu. Després de proporcionar foc als homes, el seu turment sembla insinuar que la investigació sobre la regeneració de teixits pot obrir una nova etapa per a la Medicina del nostre temps.




Pintor d'Arcesilau: Ceràmica de figures negres procedent de
Cerveteri (556-565 aC).  Museu Gregorià Etrusc. Roma


 

Bibliografía

Artandi, S. E. (2006). Telomeres, telomerase, and human disease. New England Journal of Medicine, 355(12), 1195-1197.

Grimal P. Diccionario de mitología griega y romana. Paidós 1981. 

Izpisúa JC. El secreto de Prometeo. El Cultural. 25 de febrero 2011. https://elcultural.com/El-secreto-de-Prometeo

lunes, 22 de noviembre de 2021

Los besos en Roma y el herpes labial

versió catalana | versión española







Pareja besándose
(Eros y Psique)

(320-360 d.C.) 

Mosaico de la Villa del Casale
(opus tessellatum
Piazza Armerina
Sicilia


Ver a una pareja besándose en el Imperio Romano era algo casi imposible. Los besos, aún los de los esposos eran algo privado y reservado a la estricta intimidad. La pudicitia, el pudor impedía mostrar estas manifestaciones de afecto y pasión. Otra cosa eran los besos de saludo, de despedida, de amistad o de felicitación. Pero eso ya es harina de otro costal. 

Naturalmente, aunque restringidos al ámbito privado, existían los besos de amor. Los romanos distinguían tres tipos de besos: 

  • Osculum. Es el beso con los labios cerrados, no pasional. Su nombre deriva de os, boca, y es un diminutivo, tal vez alusivo a como se han de fruncir los labios para besar. Se usaba para designar los besos castos, i eran los rituales, los que se daban por ejemplo en las ceremonias (en la boda, por ejemplo). Era el único beso que una mujer podía dar en público, y de hecho constituía una obligación: cada día la mujer debía besar así a su marido y a todos los miembros de la familia. Era el ius osculi, del que hablaremos más tarde. 
  • Savium. Es el beso pasional, erótico, el beso de los enamorados o "el beso con lengua". Su nombre deriva de suavis: dulce, suave. También podía usarse el diminutivo saviolum, como encontramos en algún pasaje de Catulo. 
  • Basium. Es una forma tardía que apareció a principios del s. I d.C. coexistiendo con la palabra savium, (y por tanto era inicialmente un beso erótico) pero que fue adoptando el carácter de beso afectuoso, el que se da a la pareja o a los hijos. 
La forma que pasó a las lenguas romances fue precisamente esta última basium (beso) y también el verbo basiare (besar), que los romanos usaban para designar indistintamente todos los tipos de besos. 





Besar al marido por ley: Ius Osculi

Entre los romanos la mujer estaba obligada legalmente a besar al marido en la boca todos los días. Y no sólo a él, sino a todos los familiares (los suyos y los de su esposo) hasta los primos de segundo grado cuando los veía por primera vez. La ley que regulaba esta obligación era el ius osculi (derecho de beso). 

Esta costumbre es muy antigua y se remonta a los orígenes de Roma, practicándose también en plena época imperial. Si nos sorprende esta extraña ley, más nos sorprenderá la finalidad de esta obligación del beso conyugal cotidiano: se debía a la necesidad de comprobar si la esposa había bebido vino! Es decir, el beso en la boca a la esposa era una especie de control de alcoholemia. 

Durante una gran parte de la historia de Roma las esposas tenían vedado beber vino, hasta el punto que el marido tenía el derecho de matarlas si transgredían esta prohibición, en el caso que lo hubieran hecho a escondidas.  

Evidentemente, la prohibición solo valía para las mujeres consideradas honestae, es decir respetables. Un mundo aparte eran las llamadas probrosae, las “desgraciadas”, un término que engloba todas las ocupaciones que los romanos no consideraban respetables en una buena mujer: prostitutas, bailarinas, actrices, cantantes o camareras, entre otras.

En la época imperial la prohibición de que las mujeres bebieran vino había caído en desuso, pero en algunos casos todavía se recurría a castigos de la esposa bebedora, sin ningún juicio previo, como encerrarla en una habitación, o incluso se podía aportar como un motivo de repudio. El historiador Valerio Máximo (s. I d.C.) refiere el caso de Egnacio Mecenio que asesinó a su esposa a palos por haberla encontrado bebida. 

Sorprende la desproporción de un castigo por algo que nos cuesta de ver como una falta, y en caso que así se considere es algo realmente leve. La razón es que se equiparaba el hecho de beber vino al adulterio. Una mujer que bebía podía perder el control y cometer adulterio. Es decir, el beso en la boca a la esposa era el control de la fidelidad. Además se consideraba que si una mujer embarazada bebía vino, podía llegar a abortar, algo muy mal visto en Roma, especialmente en los tiempos de Augusto.



Busto del emperador Tiberio. Museo del Ara Pacis. Roma. 


Y para esto había el doble control de los besos de los familiares del marido que ratificaban o desmentían la posible acusación del esposo. Se podía así también salvar el honor familiar en el caso de que la sospecha fuera infundada. 

Pero el ius osculi tenía además un inconveniente, ya que podía contagiar algunas enfermedades. Especialmente el herpes labial. Los constantes besos cotidianos a toda la familia favorecieron la difusión de esta enfermedad vírica. En la época del emperador Tiberio (14-37 d.C.) tuvo lugar una considerable epidemia de herpes labial. Para poner coto a esta enfermedad, el emperador llegó a prohibir el ius osculi, y a partir de entonces decayó esta costumbre. 



Herpes simple labial





___________________________________



Els petons a Roma i l'herpes labial







Parella besant-se
(Eros i Psique)

(320-360 d.C.) 

Mosaic de la Villa del Casale
(opus tessellatum
Piazza Armerina
Sicilia




Veure una parella besant-se a l'Imperi Romà era gairebé impossible. Els petons, fins i tot els dels esposos, eren una cosa privada i reservada a l'estricta intimitat. La pudicitia, el pudor, impedia mostrar aquestes manifestacions d'afecte i passió. Una altra cosa eren els petons de salutació, de comiat, d'amistat o de felicitació. Però aquests eren una altra cosa.

Naturalment, si bé eren restringits a l'àmbit privat, hi havia petons d'amor. 

Els romans distingien tres tipus de petons:

Osculum. És el petó fet amb els llavis tancats, no passional. El seu nom deriva d’os, boca, i és un diminutiu, potser al·lusiu a com s'han d’arrufar els llavis per besar. S'usava per designar els petons castos, i eren els rituals, els que es donaven a les cerimònies (al casament, per exemple). Era l'únic petó que una dona podia fer en públic, i de fet constituïa una obligació: cada dia la dona havia de besar així el seu marit i a tots els membres de la família. Era el ius osculi, del que parlarem més endavant.

Savium. És el petó passional, eròtic, el petó dels enamorats o "el petó amb llengua". El seu nom deriva de suavis: dolç, suau. També es podia fer servir el diminutiu saviolum, tal com trobem en algun passatge de Catul.

Basium. És una forma tardana que va aparèixer a principis del s. I dC. coexistint amb la paraula savium, (i per tant era inicialment un petó eròtic) però que va anar adoptant el caràcter de petó afectuós, el que es fa a la parella o als fills.

La forma que va passar a les llengües romàniques va ser precisament aquesta última: basium (petó) i també el verb basiare (besar), que els romans utilitzaven per anomenar indistintament tots els tipus de petons.


Besar el marit per llei: Ius Osculi

Entre els romans la dona estava obligada legalment a besar el marit a la boca cada dia. I no només a ell, sinó a tots els familiars (els seus i els del seu marit) fins als cosins de segon grau quan els veia per primer cop. La llei que regulava aquesta obligació era el ius osculi (dret de petó).

Aquest costum és molt antic i es remunta als orígens de Roma, practicant-se també en plena època imperial. Si ja ens sorprèn aquesta llei estranya, més ens sorprendrà la finalitat d'aquesta obligació del petó conjugal quotidià: es devia a la necessitat de comprovar si l'esposa havia begut vi! És a dir, el petó a la boca a la dona era una mena de control d'alcoholèmia.

Durant una gran part de la història de Roma les esposes tenien vedat beure vi, fins al punt que el marit tenia el dret de matar-les si transgredien aquesta prohibició, en cas que ho haguessin fet d'amagat.

Evidentment, la prohibició només valia per a les dones considerades honestae, és a dir, respectables. Un món a part eren les anomenades probrosae, les “desgraciades”, un terme que engloba totes les ocupacions que els romans no consideraven respectables en una dona com cal: prostitutes, ballarines, actrius, cantants o cambreres, entre d'altres.

A l'època imperial la prohibició que les dones beguessin vi havia caigut en desús, però en alguns casos encara es recorria a càstigs de la dona bevedora, sense cap judici previ, com tancar-la en una habitació, o fins i tot es podia aportar com un motiu de repudi.

L'historiador Valeri Máxim (s. I dC) ens relata un cas extrem: el d'Egnacio Mecenio que va assassinar la seva dona a garrotades per haver-la trobat beguda.

Sorprèn la desproporció d'un càstig per una cosa que se’ns fa difícil veure com una falta, i en cas que així es consideri és quelcom realment lleu. La raó és que s'equiparava el fet de beure vi a l'adulteri. Una dona que bevia podia perdre el control i cometre adulteri. És a dir, el petó a la boca a la dona era el control de la fidelitat. A més, es considerava que si una dona embarassada bevia vi, podia arribar a avortar.


Bust de l'emperador Tiberi. Museu de l'Ara Pacis. Roma. 


I per això hi havia el doble control dels petons dels familiars del marit que ratificaven o desmentien la possible acusació de l'espòs. Es podia així salvar l'honor familiar en el cas que la sospita fos infundada.

Però el ius osculi tenia a més un inconvenient, ja que podia contagiar algunes malalties. Especialment l'herpes labial. Els petons quotidians constants a tota la família van afavorir la difusió d'aquesta malaltia vírica. A l'època de l'emperador Tiberi (14-37 dC) va tenir lloc una considerable epidèmia d'herpes labial. Per posar límit a aquesta malaltia, l'emperador va arribar a prohibir el ius osculi, i a partir d’aquell moment va decaure aquest costum.



Herpes simple labial