jueves, 20 de enero de 2022

Cocodrilos y remedios populares

 versió catalana | versión española



 


Cocodrilo disecado 

Animal disecado de 4,5 m.

Museo Regional de Nayarit (México)
 


El Museo Regional de Nayarit posee esta pieza taxidérmica de cocodrilo (Crocodylus acutus) y que ha sido sometido hace poco a una restauración. Se cree que es un animal que tenía unos 70 años cuando se cazó furtivamente y fue donado al museo en 1992. 

Los primeros cocodrilos aparecieron hace 230 millones de años. Actualmente hay unas 23 especies repartidas en diversas zonas tropicales del mundo, que pueden alcanzar entre 1,5 y 6 m. 

En muchas civilizaciones antiguas se usaron diversos productos de los cocodrilos como ingrediente de medicamentos. Ciertamente, muchos de estos remedios tienen un escaso fundamento, y son solamente soluciones mágicas. 



Wilhelm Kuhnert. Cocodrilos del Nilo. Litografía.  



Entre los mexicas por ejemplo, se usaban las piedras de cocodrilo, los gastrolitos presentes en el estómago de estos reptiles, para el mal de piedra (calcinosis); las glándulas de amizcle que tienen cerca de la garganta, contra las calenturas; o el estómago, lavado y seco, contra la litiasis renal. 

Los antiguos egipcios veneraban a los cocodrilos como divinidades (Sobek) y también se usaban ciertos productos de los cocodrilos, como terapéuticos, por ejemplo contra la ceguera de río (oncocercosis) y los excrementos de cocodrilo, envueltos en un paño fino eran depositados en la vagina como anticonceptivos. 



Cocodrilos momificados en el templo de Kom-Ombo (Egipto) 


Evidentemente estos remedios son fórmulas mágicas sin eficacia comprobada. Sin embargo, recientemente se han aislado de la sangre de los saurios ciertas sustancias, como la cocodrilina, que parece puede ser efectiva para combatir ciertas bacterias, una especie de antibiótico natural, que de todos modos necesita estudios más precisos. 

Sin embargo, hay que advertir que muchos campesinos usan directamente la sangre del cocodrilo como una panacea para muchas enfermedades. Una práctica peligrosa y contra producente, que debe ser claramente desaconsejada, ya que aparte de no tener todavía propiedades demostradas, en muchas ocasiones se usa en lugar de acudir a una consulta médica.    



El "dragón" del Patriarca, en realidad un cocodrilo. Museo del Patriarca, Valencia. 

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Cocodrils i remeis populars




Cocodril dissecat 

Animal dissecat de 4,5 m.

Museo Regional de Nayarit (México) 


Al Museu Regional de Nayarit hi trobem aquesta peça taxidèrmica de cocodril (Crocodylus acutus) que fa poc ha estat sotmès a una restauració. Es creu que és un animal que tenia uns 70 anys quan es va caçar furtivament i va ser donat al museu el 1992.

Els primers cocodrils van aparèixer fa 230 milions d’anys. Actualment hi ha unes 23 espècies repartides en diverses zones tropicals del món, que poden assolir entre 1,5 i 6 m.

En moltes civilitzacions antigues es van fer servir diversos productes dels cocodrils com a ingredient de medicaments. Certament, molts d'aquests remeis tenen un fonament escàs, i són només solucions màgiques.



Wilhelm Kuhnert. Cocodrils del Nil. Litografia.  


Entre els mexiques per exemple, s’empraven les pedres de cocodril, els gastròlits presents a l'estómac d'aquests rèptils, per al mal de pedra (calcinosi); les glàndules de ramell que tenen prop de la gola, contra les febres; o l'estómac, rentat i sec, contra la litiasi renal.

Els antics egipcis veneraven els cocodrils com divinitats (Sobek) i també usaven determinats productes dels cocodrils, com a terapèutics, per exemple contra la ceguesa de riu (oncocercosi) i els excrements de cocodril, embolicats en un drap fi eren dipositats a la vagina com a anticonceptius.



Cocodrils momificats en el temple de Kom-Ombo (Egipte) 


Evidentment aquests remeis són fórmules màgiques sense eficàcia comprovada. No obstant això, recentment s'han aïllat de la sang dels saures certes substàncies, com la cocodrilina, que sembla que pot ser efectiva per combatre certs bacteris, una mena d'antibiòtic natural, que de totes maneres necessita estudis més precisos.

Amb tot, cal advertir que molts pagesos utilitzen directament la sang del cocodril com una panacea per a moltes malalties. Una pràctica perillosa i contraproduent, que ha de ser clarament desaconsellada, ja que a banda de no tenir encara propietats demostrades, sovint es fa servir en lloc d'anar a una consulta mèdica.



El "dragó" del Patriarca, en realitat un cocodril. Museu del Patriarca, València. 


martes, 18 de enero de 2022

Cazando pulgas a la luz de la vela

 versió catalana | versión española








Andries Both 

Cazando pulgas a la luz de las velas
(1630) 

Óleo sobre lienzo
Museo de Bellas Artes
Budapest



El pintor holandés Andries Both (1612-1642) formó parte del grupo de pintores flamencos y holandeses establecidos en Roma y que fueron conocidos como los bamboccianti . Este nombre hacía referencia a uno de los más destacados pintores del grupo, Pieter van Laer, llamado Il bamboccio (en italiano significa muñeco feo, marioneta grotesca). Los bamboccianti solían pintar escenas cotidianas y de género, inspiradas en la tradición holandesa de representar la vida de los campesinos. En Roma representaban algunos momentos de la vida de las clases populares.

Este cuadro muestra una escena que debía ser frecuente en el s. XVII. Un personaje está desparasitando a otro, arrodillado ante él, a la luz de las velas que sostienen otros componentes del grupo. En ausencia de insecticidas efectivos el único método para luchar contra las pulgas era la desparasitación manual. La escena recuerda a la que se puede verse con frecuencia entre los grandes primates en algunos zoos. 

Al parecer, las pulgas suelen cazarse mejor en estas condiciones de penumbra. En otros cuadros, como el de Georges Latour (La mujer de la pulga), se plasman también escenas similares de desparasitación a la luz de una vela. Recuerdo haber leído en algún libro antiguo de Dermatología un curioso método para visualizar las pulgas. Con el individuo a desparasitar desnudo, solamente con calcetines blancos apagar la luz durante unos momentos y encenderla de golpe. Según afirmaba el libro, las pulgas aparecían todas sobre los calcetines blancos. Reconozco que nunca me atreví a realizar esta maniobra diagnóstica. No quería ni imaginar la cara del paciente si por la razón que fuera, el método no surtiera efecto.  



Georges Latour. La femme à la puce. Musée historique Lorrain. Nancy. 


En el cuadro de Andries Both, la escena tiene lugar de noche, ya que, aunque era muy común en la época, la infestación de pulgas se consideraba socialmente degradante y podía conllevar la marginación de los afectados. Efectivamente, todavía hoy, en la consulta de Dermatología diagnosticar sarna, piojos, ladillas o pulgas suele ser bastante conflictivo. Este tipo de parasitosis se asocian, con motivo o sin él, a condiciones de suciedad y falta de higiene, lo que hace que el diagnóstico no siempre es aceptado de buen grado por los afectados.  

Las condiciones de vida de la mayoría de la población antes del s. XIX eran bastante precarias y favorecían este tipo de parasitosis que debían ser muy habituales. La falta de agua corriente y la escasa higiene personal y pública eran las principales causas de enfermedad. Entre ellas, la infección por pulgas era la más común y molesta. La convivencia íntima de humanos y animales era común, y frecuentemente en los establos dormían también pastores, cuidadores del ganado u otros miembros del servicio. Esta íntima convivencia era más frecuente durante los meses de invierno, en los que la paja y la cercanía de los animales proporcionaba una temperatura más cálida. 



Pehr Hillestrom. Una mujer atrapando pulgas a la luz de una vela. Nationalmuseum, Estocolmo. 


Las pulgas -nombre común del orden Siphonaptera- son insectos parásitos que se nutren de la sangre de sus huéspedes, mamíferos entre los que pueden estar los humanos. La especie más común es Pulex irritans. Gracias al gran desarrollo de sus patas posteriores pueden dar saltos de más de 20 cm, una distancia espectacular si consideramos que el tamaño del insecto no supera los 2 mm. Esta capacidad de propulsión facilita su transmisión a las personas o animales del entorno. Las pulgas no afectan solo a los humanos y frecuentemente los perros u otros animales domésticos pueden ser portadores. Y también las ratas. Recordemos que la gran epidemia de peste del s. XIV se transmitió por las pulgas de las ratas que inoculaban la Yersinia pestis a los humanos. Así que el problema de las pulgas no se limita a su picadura: también pueden transmitir y propagar infecciones. 

Cuando la pulga pica para succionar la sangre del huésped, aparece sobre la piel una reacción inflamatoria con edema y eritema, parecido a la picadura de un mosquito, si bien de una dimensión algo mayor. Es característico que en el centro de la lesión aparezca la herida por donde se ha perforado la piel, de un característico color rojo oscuro. A veces incluso puede verse una pequeña vesícula, que suele ser muy efímera. 



Bartolomé E. Murillo. Joven mendigo. Musée del Louvre. París. 


Es característico que aparezcan varias lesiones en la zona donde te han picado las pulgas, formando grupos (el itinerario de los saltos de la pulga). A veces si hay varias pulgas sobre la piel, los grupos de picaduras suelen ser muy numerosos.  Las zonas donde más frecuentemente se observan son las piernas, los antebrazos y la cintura. Además de la inflamación local, a veces pueden observarse síntomas generales a partir del quinto dia: fiebre y escalofríos intensos, dolores corporales y musculares, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor de estómago, tos, y erupciones cutáneas (suele aparecer hacia el quinto día de la enfermedad).



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Caçant puces a la llum de l'espelma








Andries Both 

Caçant puces a la llum de l'espelma

(1630) 

Oli sobre tela
Museu de Belles Arts
Budapest



El pintor holandès Andries Both (1612-1642) va formar part del grup de pintors flamencs i holandesos establerts a Roma coneguts com els bamboccianti. Aquest nom feia referència a un dels pintors més destacats del grup, Pieter van Laer, anomenat Il bamboccio (en italià significa ninot lleig, marioneta grotesca). Els bamboccianti solien pintar escenes quotidianes i de gènere, inspirades en la tradició holandesa de representar la vida dels camperols. A Roma representaven alguns moments de la vida de les classes populars.

Aquest quadre mostra una escena freqüent al segle XVII. Hi veiem un personatge que està desparasitant a un altre, agenollat davant d'ell, a la llum de les espelmes que sostenen altres membres del grup. En absència d'insecticides efectius, l'únic mètode per lluitar contra les puces era la desparasitació manual. L'escena recorda la que es pot veure sovint entre els grans primats en alguns zoos.

Pel que sembla, les puces solen caçar-se millor en aquestes condicions de penombra. En altres quadres, com el de Georges Latour (La dona de la puça), també es plasmen escenes similars de desparasitació a la llum d'una espelma. Recordo haver llegit en algun llibre antic de Dermatologia un curiós mètode per visualitzar les puces. Amb l'individu a desparasitar nu, només amb mitjons blancs, apagar la llum durant uns moments i encendre-la de cop. Segons afirmava el llibre, les puces apareixien totes sobre els mitjons blancs. Reconec que mai no em vaig atrevir a fer aquesta maniobra diagnòstica. No volia ni imaginar la cara del pacient si per la raó que fos, el mètode no fos efectiu.



Georges Latour. La femme à la puce. Musée historique Lorrain. Nancy. 


Al quadre d'Andries Both, l'escena té lloc de nit, ja que encara que era molt comú a l'època, la infestació de puces es considerava socialment degradant i podia comportar la marginació dels afectats. Encara avui, diagnosticar sarna, polls, lladelles o puces a la consulta de Dermatologia sol ser força conflictiu. Aquest tipus de parasitosi s'associen, amb motiu o sense, a condicions de brutícia i manca d'higiene, cosa que fa que el diagnòstic no sempre sigui ben acceptat pels afectats.

Les condicions de vida de la majoria de la població abans del s. XIX eren força precàries i afavorien aquest tipus de parasitosi que eren molt habituals. La manca d'aigua corrent i l'escassa higiene personal i pública eren les principals causes de malaltia. Entre elles, la infecció per puces era la més comuna i molesta. La convivència íntima d'humans i animals era comuna, i sovint als estables dormien també pastors, cuidadors del bestiar o altres membres del servei. Aquesta convivència íntima era més freqüent durant els mesos d'hivern, en què la palla i la proximitat dels animals proporcionava una temperatura més càlida. 



Pehr Hillestrom. Una dona agafant puces a la llum d'una espelma. Nationalmuseum, Estocolm. 


Les puces -nom comú de l'ordre Siphonaptera- són insectes paràsits que es nodreixen de la sang dels hostes, mamífers entre els quals també hi ha els humans. L'espècie més comú és Pulex irritans. Gràcies al gran desenvolupament de les potes posteriors poden fer salts de més de 20 cm, una distància espectacular si considerem que la mida de l'insecte no supera els 2 mm. Aquesta capacitat de propulsió en facilita la transmissió a les persones o animals de l'entorn. Les puces no afecten només els humans i sovint els gossos o altres animals domèstics en poden ser portadors. També les rates. Recordem que la gran epidèmia de pesta del s. XIV es va transmetre per les puces de les rates que inoculaven la Yersinia pestis als humans. Així que el problema de les puces no es limita a la picada: també poden transmetre i propagar infeccions.

Quan la puça pica per succionar la sang de l'hoste, apareix una reacció inflamatòria amb edema i eritema a la pell, semblant a la picada d'un mosquit, si bé és d’una dimensió una mica més gran. És característic que al centre de la lesió aparegui la ferida per on s'ha perforat la pell, d'un color vermell fosc característic. De vegades fins i tot es pot veure una petita vesícula, que sol ser molt efímera.


Bartolomé E. Murillo. Jove captaire. Musée del Louvre. París. 

És característic que apareguin diverses lesions a la zona on t'han picat les puces, formant grups (l'itinerari dels salts de la puça). De vegades si hi ha diverses puces sobre la pell, els grups de picades solen ser molt nombrosos. Les zones on s'observen més sovint són les cames, els avantbraços i la cintura. A més de la inflamació local, de vegades poden observar-se símptomes generals a partir del cinquè dia: febre i calfreds intensos, dolors corporals i musculars, pèrdua de gana, nàusees, vòmits, mal d'estómac, tos, i erupcions cutànies (sol aparèixer cap al cinquè dia de la malaltia). 


lunes, 17 de enero de 2022

Bocio en los retablos góticos

versió catalana | versión española




Jaume Cabrera

Virgen con ángeles músicos 
(primer tercio del s. XV) 

Fragmento de retablo. 
Pintura al temple y pan de oro sobre tabla
Museu Episcopal de Vic (MEV) 



Este es un fragmento de retablo que se exhibe en el Museu Episcopal de Vic (MEV). Fue pintado por Jaume Cabrera, un artista con taller activo en Barcelona entre 1394 y 1432. Podemos apreciar en él un estilo gótico italianizante, con cierto hieratismo en las figuras y una cierta influencia del primer gótico internacional de su coetáneo Lluís Borrassà.  Representa la Virgen con el Niño, rodeada de ángeles que tocan diversos instrumentos musicales. 

La Virgen aparece con gesto tranquilo, algo melancólico. Llama la atención un cuello grueso, prominente, que revela una tumoración subyacente. En seguida nos recuerda una hipertrofia tiroidea, un bocio.  

Uno de los ángeles músicos, el que tañe una pequeña arpa, también presenta un cuello con un aspecto similar. 



Ángel músico con un cuello prominente,
compatible con la hipertrofia tiroidea que
caracteriza al bocio. 


No es esta la única imagen sugestiva de esta enfermedad del tiroides. Sin salir de este museo, encontramos otro ejemplo en el retablo de Santa Margarita, que procede de la iglesia de Santa Creu de Fonollosa. Fue pintado en la primera mitad del s. XV por el Mestre de Fonollosa. En él aparece la santa con una clara formación nodular en el cuello y con la cara un poco hinchada, otra de las características frecuentes en el hipotiroidismo. 



Mestre de Fonollosa: Retablo de Santa Margarita, procedente de la iglesia de Sta. Creu de Fonollosa. MEV. La santa presenta un cuello con bocio, párpados edematosos y la cara un poco hinchada, signos compatibles con hipotiroidismo. 



En otros retablos del mismo museo (MEV) como en la predela de la iglesia de Sant Martí Sescorts (L'Esquirol), en el retablo de San Antonio y Santa Margarita, de Lluís Borrassà o en el de Jaume Ferrer I, podemos encontrar imágenes semejantes.

La repetición de cuellos abultados en muchos personajes, puede hacer pensar que era un mero recurso estilístico propio de la época y que no trasluce ningún tipo de patología subyacente. 

Sin embargo, la prominencia en el cuello no se ve en todos los personajes, sino que se limita a algunos de ellos. En la mayoría de los casos afectan a figuras femeninas (aunque también puede verse en algunos casos, si bien menos frecuentes en varones). En el caso que reflejen casos de bocio, debemos recordar que esta patología incide más en mujeres que en hombres (en una proporción de 3:1).  




Jaume Ferrer I (activo en el primer tercio del s. XV): Virgen Dolorosa, 
en la predela procedente de Castelló de Farfanya. MEV. 





Mestre de Fonollosa: Virgen Dolorosa. Retablo de Sta. Margarita,
procedente de la iglesia de Sant Martí Sescorts (L'Esquirol) 



El bocio era una enfermedad muy común en la Edad Media, especialmente en las zonas alejadas del mar, por falta de iodo en la dieta. En Inventarium et Collectorium Chirugia Magna, publicado en 1363, y traducido al francés en 1478, Guy de Chauliac afirma que el bocio era una enfermedad local y hereditaria para la cual no existía tratamiento médico eficaz. Más tarde, el catalán Arnau de Vilanova, en su Breviare, se refiere al bocio como una enfermedad endémica en algunas regiones. Con todas las limitaciones que tiene este tipo de diagnósticos retrospectivos, creemos que no es descabellado pensar que la elevada incidencia de la enfermedad tiroidea pueda explicar la repetición de cuellos abultados que aparecen en las pinturas catalanas del s. XV. 

 

Mestre de Fonollosa. Retablo de Sta. Margarita,
procedente de la iglesia de Sant Martí Sescorts (L'Esquirol) 




Lluís Borrassà. Retablo de San Antonio y Santa Margarita (s. XV),
procedente de Santa María de Rubió. MEV. 



Lluís Borrassà. Retablo de San Pedro. Seu d'Ègara. Terrassa



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Goll als retaules gòtics 




Jaume Cabrera

Marededéu amb àngels músics 

(primer terç del s. XV) 

Fragment de retaule 
Pintura al tremp i pa d'or sobre taula
Museu Episcopal de Vic (MEV) 



Aquest és un fragment de retaule que s'exhibeix al Museu Episcopal de Vic (MEV). Va ser pintat per Jaume Cabrera, un artista amb taller actiu a Barcelona entre 1394 i 1432. Podem apreciar-hi un estil gòtic italianitzant, amb cert hieratisme a les figures i una influència del primer gòtic internacional del seu coetani Lluís Borrassà. Representa la Verge amb el Nen, envoltada d'àngels, que toquen diferents instruments musicals.

La Verge apareix amb gest tranquil, una mica melancòlic. Crida l'atenció un coll gruixut, prominent, que revela una tumoració subjacent. De seguida ens recorda una hipertròfia tiroïdal, un goll.

Un dels àngels músics, amb una petita arpa, també presenta el coll amb un aspecte similar.



Àngel músic amb un coll prominent,
compatible amb la hipertròfia de la tiroide
que caracteritza al goll 


Aquesta no és l'única imatge suggestiva d'aquesta malaltia de la tiroide. En aquest mateix museu, hi trobem un altre exemple al retaule de Santa Margarida, que procedeix de l'església de Santa Creu de Fonollosa. Va ser pintat a la primera meitat del segle XV pel Mestre de Fonollosa. Hi apareix la santa amb una clara formació nodular al coll i amb la cara una mica inflada, una altra de les característiques freqüents en l'hipotiroïdisme.



Mestre de Fonollosa: Retaule de Santa Margarida, procedent de l'esglèsia de Sta. Creu de Fonollosa. MEV. La santa presenta un coll amb un notable goll, parpelles edematoses i la cara una mica inflada, signes compatibles amb l'hipotiroidisme. 



En altres retaules del mateix museu (MEV) com a la predel·la de l'església de Sant Martí Sescorts (L'Esquirol), al retaule de Sant Antoni i Santa Margarida, de Lluís Borrassà o al de Jaume Ferrer I, hi trobem imatges semblants.

La repetició de colls voluminosos en molts personatges, pot fer pensar que era un mer recurs estilístic propi de l'època sense deixar entreveure cap mena de patologia subjacent.

No obstant això, la prominència al coll no es veu en tots els personatges, sinó que es limita només a alguns. En la majoria dels casos afecten a figures femenines (tot i que també es pot veure en alguns casos, si bé menys freqüents en homes). En cas que reflecteixin casos de goll, hem de recordar que aquesta patologia incideix més en dones que en homes (en una proporció de 3:1).



Jaume Ferrer I (actiu durant el primer terç del s. XV):
Verge Dolorosa, a la predel·la procedent de Castelló de Farfanya. MEV. 



Mestre de Fonollosa: Verge Dolorosa. Retaule de Santa Margarida,
procedent de l'esglèsia de Sant Martí Sescorts (L'Esquirol) 


El goll era una malaltia molt comuna a l'Edat Mitjana, especialment a les zones allunyades del mar, per falta de iode a la dieta. A l'Inventarium et Collectorium Chirugia Magna, publicat el 1363, i traduït al francès el 1478, Guy de Chauliac afirma que el goll era una malaltia local i hereditària per a la qual no existia tractament mèdic eficaç. Més tard, el català Arnau de Vilanova, a Breviare, es refereix al goll com una malaltia endèmica en algunes regions. Amb totes les limitacions que té aquest tipus de diagnòstics retrospectius, creiem que no és desgavellat pensar que l'elevada incidència de la malaltia tiroïdal pugui explicar la repetició de colls voluminosos que apareixen a les pintures catalanes del segle XV.



Mestre de Fonollosa. Retaule de Sta. Margarida,
procedent de l'esglèsia de Sant Martí Sescorts (L'Esquirol) 




Lluís Borrassà. Retaule de Sant Antoni i Santa Margarida (s. XV),
procedent de Santa Maria de Rubió. MEV. 



Lluís Borrassà. Retablo de San Pedro. Seu d'Ègara. Terrassa