lunes, 3 de junio de 2019

¿Es posible broncearse tras la ventana?


Resultat d'imatges de edward hooper sol de mañana y reflexión




Edward Hooper 

Sol de mañana


 Óleo sobre lienzo 71,5 x 101,98 cm  
Colección particular



Edward Hooper (1882-1967) fue un pintor estadounidense que se distinguió por reflejar la soledad y la desazón de la vida en las grandes ciudades. Sus personajes, envueltas en un cierto misterio, nos transmiten una gran sensación de vacío, de incomunicación.  


Hooper: Habitaciones junto al mar. 
En esta pintura, Morning Sun, pinta a su modelo habitual Jo (Josephine). Una mujer solitaria, silenciosa y melancólica toma el sol sentada en una cama junto a una gran ventana que deja entrever un paisaje urbano de una ciudad americana. El cuadro es hermosamente austero, como suelen ser las pinturas de Hooper. La habitación, sin ornamentos, marca el contraste entre el interior y el exterior. La luz de la mañana llena totalmente el cuadro. La postura de la mujer recuerda a las que son habituales en las playas. El sol acaricia sus piernas, que la mujer expone en un intento de tomar el sol sin tener que abandonar su apartamento.  Una imposible imitación de una playa en medio de la selva de cemento y vidrio.  


Dibujo preparatorio para "Sol de mañana".  Todos los detalles de las obras
de Hooper están muy estudiados. No se deja nada a la improvisación. 


En primavera, los días de sol abundan pero las temperaturas todavía son bajas. El verano es ya inminente, por lo que muchos querían ya ponerse morenos. Es frecuente preguntarse si es posible broncearse tras los cristales de una ventana. Si fuera posible, se podría tomar el sol tras los cristales, salvaguardados de peligrosas corrientes de aire. 


Jean Metzinger: Mujer con frasco sentada en la ventana. 

Sin embargo, la respuesta es que si la finalidad es que la piel se broncee, no vale ponerse tras un cristal. Las ventanas filtran la radiación solar (UVB). Más potentes que la radiación ultravioleta de tipo A (UVA), se absorben principalmente en la superficie de la piel, de los cuales solo el 10% llega a la dermis. O sea que no hay que esperar ponerse morenos haciendo el lagarto tras la ventana. La buena noticia es que tras la ventana, tampoco sufriremos ningún eritema solar (provocado por los UVB). 



Salvador Dalí: Muchacha en la ventana (1925)
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 
Madrid

Sin embargo, aunque los rayos estemos tras un vidrio, no estamos del todo seguros detrás de una ventana, a menos que su vidrio tenga un filtro especial para los rayos ultravioletas. Los cristales permiten el paso de una fracción de UVA. Otro tipo de radiación ultravioleta que, como la anterior, puede tener efectos adversos. Los UVA, que son mucho más abundantes en la luz solar que los UVB, hasta el 40% y llegan a capas profundas de la epidermis. Son los principales responsables del envejecimiento de la piel y de la aparición de cataratas.




Edvard Munch: Chica mirando por la ventana
(1892) Art Institute of Chicago


En 2016, un estudio realizado en los Estados Unidos ya había hecho sonar la alarma. Las ventanas de los coches tampoco protegen eficazmente de los rayos UVA, según  este estudio realizado por un especialista estadounidense en oftalmología y publicado en  JAMA Ofthalmology El equipo visitó varios concesionarios de automóviles usados ​​en California. Usando un aparato especial midieron la penetración de los UVA en 29 modelos de coches producidos por 15 fabricantes diferentes entre 1990 y 2014. Se realizaron diversas mediciones dentro y fuera del vehículo en el parabrisas delantero y las ventanas laterales. El resultado fue que el parabrisas era bastante eficaz para filtrar los rayos ultravioleta (bloquea al 96%). Pero este no era el caso de los vidrios laterales del lado conductor y pasajeros, que solamente los bloquean en un 71% de media (en algunos casos, baja todavía más y pueden llegar hasta un 55%. Además contrariamente a lo que mucha gente cree, los vidrios tintados no protegen mucho de los UVA: el color oscuro de los cristales filtra la luz visible. Para detener a la radiación UVA los cristales no tienen que ser oscuros: para parar el derroche de luz, debería estar pintado de tonos claros. O sea que una pequeña parte de radiación UV puede atravesar parcialmente el vidrio. 


Xavier Sierra Valentí


Salvador Dalí: Muchacha mirando por la ventana




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