Cráneo trepanado
Neolítico. Museu Diocesà de Solsona |
La perforación de un hueso del cráneo o trepanación es una práctica muy antigua. Los primeros cráneos trepanados de los que tenemos constancia datan del Mesolitico y fueron hallados en Ucrania por Gohrman en el yacimiento de Vasilyevica II (1966) en cráneos de hace unos 8000 años. Ensin en Alsacia encontró cráneos de la era neolítica parcialmente cicatrizados de unos 5100 años de antigüedad, lo que atestigua que el individuo que fue trepanado sobrevivió a la intervención.
En el Museo Diocesano de Solsona se expone este cráneo de época Neolítica, con señales de una trepanación en la zona frontal y que presenta nueva formación de hueso en sus bordes. Es decir, que había sobrevivido a la intervención el tiempo suficiente para osificar.
Se puede deducir que la intervención se efectuaba haciendo girar un instrumento duro sobre el hueso, para proceder a la perforación mediante un efecto de barrina. En otros casos se usaba la técnica del raspado y aún la de los cortes perpendiculares. Algo que no se debe confundir con orificios de mayores dimensiones y forma irregular como resultado de un traumatismo, muy frecuentes en los restos óseos de aquella época.
La trepanación se efectuaba con una finalidad mágica, para dejar salir los espíritus malignos de la cabeza del enfermo.
La medicina de la época se basaba en creencias animistas y tenía una función mágica. No creemos que en general tuviera una finalidad de extirpación de alguna lesión somática (como un quiste epidermoide, por ejemplo, o alguna tumoración, aunque no es totalmente descartable que en algún caso fuese así)
En el Museo Diocesano de Solsona se expone este cráneo de época Neolítica, con señales de una trepanación en la zona frontal y que presenta nueva formación de hueso en sus bordes. Es decir, que había sobrevivido a la intervención el tiempo suficiente para osificar.
Se puede deducir que la intervención se efectuaba haciendo girar un instrumento duro sobre el hueso, para proceder a la perforación mediante un efecto de barrina. En otros casos se usaba la técnica del raspado y aún la de los cortes perpendiculares. Algo que no se debe confundir con orificios de mayores dimensiones y forma irregular como resultado de un traumatismo, muy frecuentes en los restos óseos de aquella época.
Cráneo con orificio de origen traumático. Época Neolítica. Museo Diocesano de Solsona. |
La medicina de la época se basaba en creencias animistas y tenía una función mágica. No creemos que en general tuviera una finalidad de extirpación de alguna lesión somática (como un quiste epidermoide, por ejemplo, o alguna tumoración, aunque no es totalmente descartable que en algún caso fuese así)
Cráneo con orificio de origen traumático. Época Neolítica. Museo Diocesano de Solsona. |
De hecho, ya hemos aludido en otra ocasión, en este mismo blog, de huellas de quistes epidermoides en cráneos de época Neolítica, como el cráneo del Museu de Ciutadella (Menorca). Debemos distinguir dos tipos de trepanaciones: las realizadas en individuos vivos y las hechas tras su muerte. Esta distinción es fácil si la trepanación del individuo vivo ha permitido su sobrevivencia, ya que entonces se encuentran indicios de cicatrización. En algunos casos se calcula que la sobrevivencia fue de unos 12 años. Y se han aportado casos de cicatrización tras una trepanación de 14x11 cm. Pero en cambio, es difícil distinguir una trepanación post-mortem de otra, realizada in vivo pero que conlleve la muerte del paciente.
En general, las trepanaciones se realizaban en los huesos temporal izquierdo o en el hueso temporal, y menos frecuentemente en el hueso frontal, como en el caso que aportamos.
Las trepanaciones no se practicaron solamente en el Viejo Mundo. También en muchos casos en las culturas prehispánicas americanas.
Las trepanaciones no se practicaron solamente en el Viejo Mundo. También en muchos casos en las culturas prehispánicas americanas.
Las trepanaciones prehispánicas en la región andina: