Joost Susterman
Fernando II de Medicis
(1626)
Óleo sobre tabla 43 x 33 cm.
Galeria Palatina. Palazzo Pitti. Florencia
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El pintor flamenco Joost Susterman (1597-1681), trabajó como retratista para la Casa Medicis en Florencia, a donde llegó a comienzos del siglo XVII, permaneciendo a su servicio el resto de su vida. Su arte es una buena síntesis de pintura flamenca e italiana, que constituyó el preludio de los retratos cortesanos posteriores.
Uno de sus retratos más famosos fue el del futuro Gran Duque de Toscana, Fernando II, cuando contaba con la edad de dieciséis años, y que fue encargado por su madre, en aquel momento regente del gobierno, ante la minoría de edad del heredero al trono ducal. El retrato tiene especial relevancia en el mundo de la pintura, no tanto por su calidad pictórica, sino por el hecho que se refleja en el rostro del personaje los síntomas de una viruela.
Este retrato es del todo inusual. Normalmente los retratos de personajes importantes tenían una función propagandística. A los retratados se les representaba en posturas nobles, frecuentemente hieráticos, revestidos con los emblemas o símbolos de poder. Se transmitía así su imagen de grandeza, de magnanimidad, induciendo una especie de culto a su gobierno. Por este motivo, muchas veces se censuraban los defectos o anomalías que pudiera tener, incluso los más mínimos detalles, como lesiones névicas o incluso un exceso de arrugas o aspectos propios de la senilidad. Es por este motivo que es tan difícil encontrar personajes afectos de patología cutánea, como es el cometido - no siempre fácil - de este blog. Siendo así, cuál es la razón de representar al futuro Gran Duque Fernando II con una evidente afectación de viruela, que llega a desfigurar su rostro, mostrándolo débil y desvalido. Tal vez se deba a un gran interés por plasmar los aspectos médicos, ya que en aquel momento, la pintura era la única manera de registrar sus síntomas. O quizás la demostración palmaria del valor del retratado y su arrojo para enfrentarse a las dificultades de la vida, lo que demostraría su idoneidad para afrontar también los problemas políticos colectivos, teniendo en cuenta que el enfermo finalmente se curó de la viruela y sobrevivió.
En cualquier caso, tales explicaciones no son más que meras hipótesis, pero cabe destacar que encontrar una pintura de estas características es absolutamente excepcional.
Como decimos, Fernando de Médicis sobrevivió a la viruela y cuando alcanzó la mayoría de edad llegó a convertirse en el Gran Duque Fernando II, gobernando la Toscana de 1621 a 1670. Durante su gobierno prestó protección a Galileo Galilei que le dedicó su libro Diálogos entre los dos máximos sistemas del mundo (Florencia, 1632)