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Eugène Thirion
Juana de Arco recibiendo el mensaje del arcángel Miguel. (1876) Óleo sobre lienzo 225 x 163 cm
Iglesia de Notre Dame. Chatou.
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Juana de Arco (1412-1431) fue una joven campesina que es considerada una heroína patriótica en Francia y que fue canonizada como santa por el papa Benedicto XV en 1920.
Juana afirmaba haber oído voces sobrenaturales del Arcángel San Miguel, protector del reino de Francia. Al arcángel pronto se unieron otras apariciones: Santa Margarita y de Santa Catalina de Alejandría, que le dieron instrucciones para que ayudara a Carlos VII y liberara a Francia de la dominación inglesa en el período final de la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Según Juana, las apariciones de los santos eran tan reales que no sólo los podía ver y tocar, sino que afirmaba que "Santa Margarita y santa Catalina olían muy bien".
Vestida con ropas masculinas (tal y como le habían indicado las voces) se presentó a la corte francesa de Chinon y convenció al delfín Carlos (que todavía no era rey) de que ella era la enviada por el Cielo para ayudarle a reconquistar Francia. Se equipó con una armadura blanca y ondeando un estandarte, tal como se representa habitualmente, se puso al frente de las tropas y obligó a los ingleses a levantar el sitio de Orleans, derrotando al general británico Talbot en Patay. Fue allí donde se ganó una gran fama porque el asedio fue levantado solo nueve días después, y a partir de entonces se le conoció con el sobrenombre de "La Doncella de Orleans". Tras otras victorias militares, Carlos VII fue coronado rey de Francia en Reims, lo que elevó la moral de las tropas francesas y permitió su victoria final.
Juana fue capturada el 23 de mayo de 1430 en Compiègne por los nobles borgoñones, aliados de los ingleses, que l a entregaron a los ocupantes. Los ingleses le imputaron diversos cargos, entre ellos el de brujería por haber oído voces extrañas, que podían interpretarse como diabólicas. Procesada por el obispo Pierre Cauchon, fue declarada culpable. Fue ejecutada el 30 de mayo de 1431 en la plaza del Mercado Viejo de Ruan, y quemada viva en la hoguera, como se hacía con las acusadas de brujería, cuando tenía unos 19 años de edad.
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Pedro Américo: Juana de Arco escuchando por primera vez la voz (1884). |
Es frecuente en las iglesias francesas encontrar imágenes de Juana de Arco vistiendo la armadura que llevó en el sitio de Orléans, ya que fue beatificada en 1909 por el papa Pío X y canonizada en 1920 por Benedicto XV. Actualmente se la considera la patrona de Francia. Seguramente su presencia en los altares y la veneración que le dispensan los católicos de aquel país se debe más a su simbolismo patriótico que a sus virtudes cristianas, entre las que al parecer no se contaba la mansedumbre, el pacifismo ni el mandamiento de "No matarás". En la guerra como en la guerra.
Podemos analizar desapasionadamente la historia de Juana, ya que se conservan los detallados documentos del proceso de 1431, donde Juana describe con gran precisión sus alucinaciones, que ella hace remontar a cuando tenía 13 años de edad.
Si nos olvidamos de la poco verosímil explicación sobrenatural, las alucinaciones de la doncella de Orléans podrían corresponder a ciertos cuadros psiquiátricos.
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Ingres: Juana de Arco en la coronación de Carlos VII en la catedral de Reims (1854). Musée du Louvre. París. |
En primer lugar, a la esquizofrenia, enfermedad frecuentemente asociada a alucinaciones de los cinco sentidos e ideas delirantes. Sin embago, los esquizofrénicos son generalmente retraídos, con un discurso impreciso que no se corresponde a la actitud mostrada por Juana, y con delirios mucho menos estructurados que los que describía la joven, de los que da gran número de detalles:
"Algunos [ángeles] tenían alas y había algunos de ellos que llevaban coronas y otros no".
Además, las visiones de Juana parecen tranquilizantes y hermosas, mientras que las alucinaciones de los esquizofrénicos son en general inquietantes y negativas.
Una segunda hipótesis sería la epilepsia parcial, una forma de epilepsia localizada solamente en el lóbulo temporal. En algunos epilépticos, las crisis pueden desencadenarse como experiencias místicas sin signo motor alguno. Dostoievski, por ejemplo sufría una epilepsia parcial que se manifestaba con crisis de hiperreligiosidad y éxtasis, que podríamos comparar con las de Juana de Arco.
Otros psiquiatras creen que Juana de Arco sufría un transtorno bipolar. La desinhibición, los actos impulsivos, fugas y megalomanía que podemos intuir en la muchacha se pueden interpretar como fases maníacas, características de esta enfermedad. Por otra parte, un 40% de los casos de transtorno bipolar también sufren alucinaciones.
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Hermann Stillke. Juana de Arco en la pira. Parte derecha del tríptico Vida de Santa Juana de Arco (1843). Museo de l'Hermitage. San Petersburgo. |
Pero, ¿debemos ver entonces a Juana forzosamente como una enferma mental, como sospechan todas estas hipótesis? ¿No cabe la posibilidad de estar ante una persona sana? Ciertamente, no todas las alucinaciones deben considerarse patológicas. Según un estudio publicado en 2015 en la revista JAMA Psychiatry, una persona de cada 20 puede tener alucinaciones, sin presentar ningún otro síntoma. Esto es especialmente frecuente en los momentos entre la vigilia y el sueño, y no es motivo suficiente para considerarlas alteraciones patológicas. Están inducidas por los trastornos del sueño, el estrés, o el efecto de ciertas sustancias.
Cabe plantear una última explicación. Juana de Arco podría haber sido una fabuladora. En un ambiente profundamente cristiano, donde las visiones de los santos gozaban de gran prestigio y veneración, Juana, en plena adolescencia, pudo haberse inventado todo el relato para hacerse la interesante. Una posibilidad no desdeñable, si tenemos en cuenta que según una leyenda muy popular en la época, una joven virgen liberaría el reino de Francia.
Les al·lucinacions de Joana d'Arc
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Eugène Thirion
Joana d'Arc rebent el missatge de l'arcàngel Miquel. (1876) Oli sobre tela 225 x 163 cm
Esglèsia de Notre Dame. Chatou.
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Joana d'Arc (1412-1431) va ser una jove camperola que és considerada una heroïna patriòtica a França i que el 1920 va ser canonitzada com a santa pel papa Benet XV.
Joana d’Arc afirmava haver sentit veus sobrenaturals de l'Arcàngel Sant Miquel, protector del regne de França. A més de les aparicions de l’arcàngel, aviat en va tenir altres: les de Santa Margarida i Santa Caterina d'Alexandria, que li van donar instruccions perquè ajudés a Carles VII i alliberés França de la dominació anglesa durant el període final de la Guerra dels Cent Anys (1337-1453 ). Segons Joana, les aparicions dels sants eren tan reals que no només els podia veure i tocar, sinó que afirmava que "Santa Margarida i Santa Caterina feien molt bona olor".
Vestida amb robes masculines (tal com li havien indicat les veus) es va presentar a la cort francesa de Chinon i va convèncer al delfí Carles (qui encara no era rei) que ella era l'enviada del Cel per ajudar-lo a reconquerir França. Es va equipar amb una armadura blanca i onejant un estendard, tal com es representa habitualment, es va posar al front de les tropes i va obligar als anglesos a aixecar Orleans, derrotant al general britànic Talbot a Patay. Aquí va ser on Joana es va guanyar una gran fama perquè el setge va ser aixecat només nou dies després, i a partir de llavors se la va conèixer amb el sobrenom de "La Donzella d'Orleans". Després d'altres victòries militars, Carles VII va ser coronat rei de França a Reims, fet que va aixecar la moral de les tropes franceses i va permetre la seva victòria final.
Joana va ser capturada el 23 de maig de 1430 a Compiègne pels nobles borgonyons, aliats dels anglesos, que la van lliurar als ocupants. Els anglesos li van imputar diversos càrrecs, entre ells el de bruixeria per haver sentit veus estranyes, que podien interpretar-se com a diabòliques. Processada pel bisbe Pierre Cauchon, va ser declarada culpable. Va ser executada el 30 de maig de 1431 a la plaça del Mercat Vell de Ruan, i cremada viva a la foguera, com es feia amb les acusades de bruixeria, quan tenia uns 19 anys d'edat.
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Pedro Américo: Joana d'Arc escoltant per primera vegada la veu (1884).
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A les esglésies franceses és freqüent trobar imatges de Joana d'Arc vestint l'armadura que va portar a Orleans, ja que va ser beatificada el 1909 pel papa Pius X i canonitzada el 1920 per Benet XV. Actualment se la considera la patrona de França. Segurament la seva presència als altars i la veneració que li professen els catòlics d'aquell país es més deguda al seu simbolisme patriòtic que a les seves virtuts cristianes, entre les que sembla que no comptava la mansuetud, el pacifisme ni el manament de "No mataràs". A la guerra, com a la guerra.
Podem analitzar desapassionadament la història de Joana d’Arc, ja que es conserven els documents del procés de 1431 en detall, on Joana descriu amb tot detall les seves al·lucinacions, que van començar quan tenia 13 anys d'edat.
Si ens oblidem de l’explicació sobrenatural, les al·lucinacions de la donzella d’Orleans podrien correspondre a certs quadres psiquiàtrics.
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Ingres: Joana d'Arc, present a la coronació de Carlos VII a la catedral de Reims (1854). Musée du Louvre. París. |
En primer lloc, a l'esquizofrènia, una malaltia freqüentment associada a al·lucinacions dels cinc sentits i idees delirants. Generalment però, els esquizofrènics són retrets, amb un discurs imprecís que no es correspon a l'actitud mostrada per Joana d’Arc, i amb deliris molt menys estructurats que els que descrivia la jove, dels que en dóna gran nombre de detalls:
"Alguns [àngels] tenien ales i n’hi havia alguns que portaven corona i d’altres no".
A més, les visions de Joana semblen tranquil·litzants i belles, mentre que les al·lucinacions dels esquizofrènics són, en general, inquietants i negatives.
Una segona hipòtesi seria l'epilèpsia parcial, una forma d'epilèpsia localitzada només en el lòbul temporal. En alguns epilèptics, les crisis poden desencadenar-se com experiències místiques sense cap signe motor. Dostoievski, per exemple patia una epilèpsia parcial que es manifestava amb crisis d’hiperreligiositat i èxtasi, que podríem comparar amb les de Joana d'Arc.
Altres psiquiatres creuen que Joana d'Arc patia un trastorn bipolar. La desinhibició, els actes impulsius, fuites i megalomania que podem intuir en la noia es poden interpretar com fases maníaques, característiques d'aquesta malaltia. D'altra banda, un 40% dels casos de trastorn bipolar també pateixen al·lucinacions.
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Hermann Stillke. Joana d'Arc a la foguera. Part dreta del tríptic Vida de Santa Joana d'Arc (1843). Museu de l'Hermitage. Sant Petersburg. |
Llavors, segons aquestes hipòtesis, hem de veure forçosament a Joana d’Arc com una malalta mental? Hi ha la possibilitat que estiguem parlant d’una persona sana? Certament, no totes les al·lucinacions s'han de considerar patològiques. Segons un estudi publicat el 2015 a la revista
JAMA Psychiatry, una persona de cada 20 pot tenir al·lucinacions, sense presentar cap altre símptoma. Això és especialment freqüent en els moments
en els moments entre la vigília i el son, i no és un motiu suficient per considerar-les alteracions patològiques. Estan induïdes pels trastorns de la son, l'estrès, o l'efecte de certes substàncies.
Cal plantejar una última explicació. Joana d'Arc podria haver estat una fabuladora. En un ambient profundament cristià, on les visions dels sants gaudien de gran prestigi i veneració, Joana, en plena adolescència, podia haver-se inventat tot el relat per fer-se la interessant. Una possibilitat no menyspreable, si tenim en compte que segons una llegenda molt popular a l'època, una jove verge alliberaria el regne de França.