Escudo de la Cirugía Catalana
Bajorrelieve de piedra.
Real Academia de Medicina de Barcelona. |
La Real Academia de Medicina de Barcelona ocupa un edificio histórico. Originalmente fue Colegio de Cirugía, cuando los cirujanos no estaban considerados propiamente como médicos. En el s. XVII-XVIII el ejercicio de la Cirugía era desempeñado por dos tipos de profesionales: los cirujanos-barbero, también llamados de hábito corto; y los cirujanos de hábito largo. Los primeros, de menor rango, se ocupaban de afeitar, arrancar muelas o efectuar sangrías. Vestían ropas cortas y desconocían el latín. Por eso también les llamaban cirujanos romancistas (porque se expresaban en lenguas romances). Los cirujanos de hábito largo, en cambio, hablaban latín, se habían formado en Colegios de Cirugía y realizaban operaciones quirúrgicas de mayor importancia como tallar cálculos o realizar amputaciones de miembros. Su papel como cirujanos de guerra en el Ejército o en la Marina era muy apreciado.
Cuando durante la Guerra de Sucesión Felipe V ocupó militarmente Catalunya - mayoritariamente contraria a sus intereses - a sangre y fuego, imponiendo “manu militari” un nuevo régimen, prohibió como parte de su programa de draconiana represión la lengua, el derecho y las instituciones catalanas. También prohibió la Universidad de Barcelona, que fue trasladada durante décadas a Cervera 8una población que había abrazado la causa filipista durante la Guerra de Sucesión). En aquellos años en los que Barcelona se vió privada de los estudios universitarios, la presencia del Colegio de Cirugía de Barcelona mantuvo en cierto modo la presencia de la ciencia en la ciudad. Un buen testimonio de este papel es el magnífico anfiteatro anatómico ovalado donde se efectuaban disecciones y estudios sobre el cuerpo humano y que representa uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica de la Ciudad Condal.
El Colegio de Cirugía de Barcelona formaba sobre todo los cirujanos que servían en la Armada, como Pere Virgili, su fundador, que también fundó el Colegio de Cirugía de Cádiz. Por cierto, ambos colegios estaban hermanados: el que estaba matriculado en uno de ellos podía también seguir clases en el otro. Una ventaja pensada sobre todo para el personal de la Marina que iba de un puerto al otro. De todos modos, aunque la mayoría de los cirujanos formados en estos Colegios prestaban posteriormente servicios en la Armada, otros también ejercían la cirugía por su cuenta o a cargo de otras instituciones.
El edificio del Colegio de Cirugía barcelonés albergó posteriormente la Facultad de Medicina, cuando los estudios universitarios retornaron a la ciudad. Allí dieron clases personalidades como Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), que fue catedrático de Histología en Barcelona época en la que elaboró su teoría de la neurona, o Giné y Partagás, un médico polifacético que practicó la Cirugía, la Dermatología, la Sifiliografía, la Psiquiatría, la Higiene y la Historia de la Medicina. Por cierto que fue el autor del primer tratado de Dermatología en Catalunya (1880).
En la actualidad, el edificio del antiguo Colegio de Cirugía alberga la Real Academia de Medicina de Catalunya. En una de las escaleras del edificio encontramos un curioso emblema, con el que encabezamos estas líneas: una mano abierta con un ojo en su palma. Aunque a primera vista puede parecer un símbolo con cierto resabio masónico, se trata del escudo del antiguo Colegio. Representa la Cirugía, una ciencia que se ejecuta con la mano, pero que debe estar guiada por lo que se ve, o por lo que el conocimiento de lo visible hace posible. Un curioso y descriptivo blasón - tal vez hoy algo olvidado - que presidió durante décadas el quehacer de esta benemérita institución.
Busto de Pere Virgili. Facultad de Medicina de Cádiz. |
El Colegio de Cirugía de Barcelona formaba sobre todo los cirujanos que servían en la Armada, como Pere Virgili, su fundador, que también fundó el Colegio de Cirugía de Cádiz. Por cierto, ambos colegios estaban hermanados: el que estaba matriculado en uno de ellos podía también seguir clases en el otro. Una ventaja pensada sobre todo para el personal de la Marina que iba de un puerto al otro. De todos modos, aunque la mayoría de los cirujanos formados en estos Colegios prestaban posteriormente servicios en la Armada, otros también ejercían la cirugía por su cuenta o a cargo de otras instituciones.
Recreación de la estancia de un cirujano naval en un galeón del s. XVIII. Museo de Vilallonga del Camp. |
Placa que recuerda el paso por el edificio de Santiago Ramón y Cajal, que fue catedrático de la Facultad de Medicina de Barcelona del año 1887 al 1892. |
Gran araña de cristal de Murano, regalo del rey Alfonso XIII, que ilumina el anfiteatro anatómico |