Vincent Van Gogh Jardín del hospital de Arles (1889) Óleo sobre lienzo Colección Oskar Reinhart, Winterthur, Suiza (1) |
Ayer comentábamos en este blog la porfiria aguda intermitente (PIA) como el posible diagnóstico de la enfermedad que sufrió Vincent van Gogh. Pero no ha sido éste el único diagnóstico propuesto, ya que existen otras muchas hipótesis. Revisaremos algunas de las más destacadas.
a) Epilepsia. Uno de los diagnósticos que más frecuentemente se atribuyen a Van Gogh es el de epilepsia. En general, se acepta que la epilepsia tiene una incidencia anual de 50 casos / 100,000 habitantes y la prevalencia de la epilepsia activa se encuentra en el rango de 5 a 10/100,000 casos.
Van Gogh. Jardín del Hospital de Arles (1889) Van Gogh Museum, Amsterdam |
La forma de epilepsia que se suele atribuir a Van Gogh es la epilepsia del lóbulo temporal. Los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal pueden presentar múltiples alteraciones mentales (depresión, trastornos bipolares, episodios psicóticos agudos, alteraciones transitorias de la personalidad...)
Van Gogh: Autorretrato como pintor (1888). Museo Van Gogh, Amsterdam (2) |
Se ha descrito que los epilépticos del lóbulo temporal son esquizoides sin ser esquizofrénicos; no pierden
el afecto, característica que corresponde al fenómeno
esquizofreniforme.
«Transcurro por la vida, y mi estado mental no sólo es, sino ha sido, abstracto, tanto que no creo que lo que han hecho por mí pueda regresar el balance perdido a mi vida. Cuando tengo que seguir reglas, como las de este hospicio, me siento tranquilo; lo mismo me sucede en el servicio. Por supuesto que aquí me arriesgo en demasía, lo que hace que los demás me rechacen, porque me saben enajenado y al menos epiléptico (he escuchado que hay 50,000 epilépticos en Francia, de los cuales han hospitalizado a 4,000, así que no es tan inusual...)»
Van Gogh. Bodegón con absenta. |
"Comprenderás ahora que el alcohol es una de las principales causas de mi locura, y que actúa muy despacio, y por eso yo también voy cayendo poco a poco, asumiéndolo, sin duda"
Pero también sufría de pica, una continua necesidad de ingerir cualquier cosa. Desde tragos de trementina al mordisqueo nervioso continuo de sus pinceles impregnados de pintura con plomo, cromo y otras sustancias tóxicas. La intoxicación crónica por plomo (saturnismo) aparece como una posible agravante (si no la causa) de su estado mental.
c) Neurosífilis. Habida cuenta de los antecedesntes de enfermedades de transmisión sexual de Van Gogh, algunos autores, como Vallejo Nájera han atribuído su alteración mental a una neurosífilis. Efectivamente, la sífilis en fases avanzadas (sífilis terciaria) puede producir transtornos en el sistema nervioso central, como la parálisis general progresiva y otras alteraciones neuropsiquiátricas, entre las que puede haber crisis epilépticas, como en el caso de Maupassant.
c) Neurosífilis. Habida cuenta de los antecedesntes de enfermedades de transmisión sexual de Van Gogh, algunos autores, como Vallejo Nájera han atribuído su alteración mental a una neurosífilis. Efectivamente, la sífilis en fases avanzadas (sífilis terciaria) puede producir transtornos en el sistema nervioso central, como la parálisis general progresiva y otras alteraciones neuropsiquiátricas, entre las que puede haber crisis epilépticas, como en el caso de Maupassant.
Van Gogh. El banco del parque de Saint-Rémy |
En definitiva, si a la patología psiquiátrica previa añadimos una nutrición inadecuada, y una continua exposición a tóxicos (alcohol, tabaco, metales pesados de las pinturas, digital que le era administrada como medicamento, pero que se hubiera acentuado por una nutrición ambientales (nutrición inadecuada, exposición excesiva al sol) y patológicos (enfermedades venéreas, tabaquismo, intoxicación por absenta o digitalina) - los cuales serían factores coadyuvantes - habría actuado una intoxicación crónica por plomo, que habría sido la causante última de sus síntomas somáticos (estomatitis, anemia, dolores abdominales, paresia motora de la mano) y psiquiátricos (irritabilidad, epilepsia, delirios, alucinaciones y estados crepusculares, trastornos del sueño, depresión y ulterior suicidio). El origen de esta intoxicación estaría en la ingestión repetida de pigmentos ricos en plomo, como el carbonato y, sobre todo, el cromato de plomo que Van Gogh usaba con profusión en sus característicos amarillos.
Van Gogh paintings in motion: