jueves, 31 de marzo de 2016

A vueltas con la enfermedad de Van Gogh: Epilepsia, saturnismo y otras hipótesis

 




 Vincent Van Gogh

Jardín del hospital de Arles
(1889)

Óleo sobre lienzo

Colección Oskar Reinhart, Winterthur, Suiza (1)



Ayer comentábamos en este blog la porfiria aguda intermitente (PIA) como el posible diagnóstico de la enfermedad que sufrió Vincent van Gogh. Pero no ha sido éste el único diagnóstico propuesto, ya que existen otras muchas hipótesis. Revisaremos algunas de las más destacadas. 

a) Epilepsia. Uno de los diagnósticos que más frecuentemente se atribuyen a Van Gogh es el de epilepsiaEn general, se acepta que la epilepsia tiene una incidencia anual de 50 casos / 100,000 habitantes y la prevalencia de la epilepsia activa se encuentra en el rango de 5 a 10/100,000 casos



Van Gogh. Jardín del Hospital de Arles (1889)
Van Gogh Museum, Amsterdam
En Mayo de 1889 Van Gogh ingresó voluntariamente en el sanatorio de Saint-Rémy de Mausole, donde se le diagnosticó y trató como un enfermo epiléptico. Durante su estancia en este hospital presenta varias recaídas y se produce el ataque de mayor gravedad. Tal vez la medicación que le suministraban pudo actuar como desencadenante. Sin embargo, su alimentación durante este periodo fue, si no muy buena, al menos algo mejor y más regular que antes de su ingreso. Al abandonar el hospital (Mayo de 1890) su aspecto físico había mejorado bastante, llegando a sorprender a su cuñada Jo, ya que la apariencia de Vincent era incluso mejor que la de su hermano Theo, que era cuatro años más joven que él.

La forma de epilepsia que se suele atribuir a Van Gogh es la epilepsia del lóbulo temporal. Los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal pueden presentar múltiples alteraciones mentales (depresión, trastornos bipolares, episodios psicóticos agudos, alteraciones transitorias de la personalidad...) 



Van Gogh: Autorretrato como pintor (1888). Museo Van Gogh, Amsterdam (2)


Se ha descrito que los epilépticos del lóbulo temporal son esquizoides sin ser esquizofrénicos; no pierden el afecto, característica que corresponde al fenómeno esquizofreniforme. 

«Transcurro por la vida, y mi estado mental no sólo es, sino ha sido, abstracto, tanto que no creo que lo que han hecho por mí pueda regresar el balance perdido a mi vida. Cuando tengo que seguir reglas, como las de este hospicio, me siento tranquilo; lo mismo me sucede en el servicio. Por supuesto que aquí me arriesgo en demasía, lo que hace que los demás me rechacen, porque me saben enajenado y al menos epiléptico (he escuchado que hay 50,000 epilépticos en Francia, de los cuales han hospitalizado a 4,000, así que no es tan inusual...)» 




Van Gogh. Bodegón con absenta. 
b)  Intoxicación. No cabe duda que Van Gogh tenía una marcada tendencia a las adicciones. En París se aficionó al beber absenta, bebida de altísimo contenido alcohólico, muy de moda en los ambientes bohemios y artísticos y responsable de no pocos casos de alcoholismo. Además su adicción al alcohol, y a la ingesta inmoderada de absenta - un potente licor de alto grado alcohólico con una serie de hierbas también adictivas - está claramente relacionada con sus crisis psicóticas, además de producirle una xantopsia (visión amarilla) que evidentemente influyó en la gama cromática de su pintura. El mismo pintor era consciente de los efectos de la bebida en su salud: 


"Comprenderás ahora que el alcohol es una de las principales causas de mi locura, y que actúa muy despacio, y por eso yo también voy cayendo poco a poco, asumiéndolo, sin duda"


Pero también sufría de pica, una continua necesidad de ingerir cualquier cosa. Desde tragos de trementina al mordisqueo nervioso continuo de sus pinceles impregnados de pintura con plomo, cromo y otras sustancias tóxicas. La intoxicación crónica por plomo (saturnismo) aparece como una posible agravante (si no la causa) de su estado mental. 

c) Neurosífilis. Habida cuenta de los antecedesntes de enfermedades de transmisión sexual de Van Gogh, algunos autores, como Vallejo Nájera han atribuído su alteración mental a una neurosífilis. Efectivamente, la sífilis en fases avanzadas (sífilis terciaria) puede producir transtornos en el sistema nervioso central, como la parálisis general progresiva y otras alteraciones neuropsiquiátricas, entre las que puede haber crisis epilépticas, como en el caso de Maupassant

Van Gogh. El banco del parque de Saint-Rémy
c) Propensión genética Una de las hipótesis que hay que considerar, es que Vincent tuviera una cierta propensión genética a padecer patología psiquiátrica (ciertos antecedentes familiares de enfermedad mental, entre otros su hermano Theo). Entre los diagnósticos que se han apuntado citaremos las psicosis como la esquizofrenia o paranoia, o neurosis como estados depresivos o síndrome bipolar. Entre otros diagnósticos, también se ha apuntado una posible neurosífilis, habida cuenta de sus antecedentes de enfermedades de transmisión sexual. 

En definitiva, si a la patología psiquiátrica previa añadimos una nutrición inadecuada, y una continua exposición a tóxicos (alcohol, tabaco, metales pesados de las pinturas, digital que le era administrada como medicamento, pero que se hubiera acentuado por una nutrición ambientales (nutrición inadecuada, exposición excesiva al sol) y patológicos (enfermedades venéreas, tabaquismo, intoxicación por absenta o digitalina) - los cuales serían factores coadyuvantes - habría actuado una intoxicación crónica por plomo, que habría sido la causante última de sus síntomas somáticos (estomatitis, anemia, dolores abdominales, paresia motora de la mano) y psiquiátricos (irritabilidad, epilepsia, delirios, alucinaciones y estados crepusculares, trastornos del sueño, depresión y ulterior suicidio). El origen de esta intoxicación estaría en la ingestión repetida de pigmentos ricos en plomo, como el carbonato y, sobre todo, el cromato de plomo que Van Gogh usaba con profusión en sus característicos amarillos.


Van Gogh paintings in motion:




miércoles, 30 de marzo de 2016

Padeció Van Gogh una Porfiria Aguda Intermitente?



Van Gogh: Autorretrato (1889)




 Vincent Van Gogh

Autorretrato
(1889)

Óleo sobre lienzo. 
65 x 54 cm.
Musée d'Orsay. Paris. 




Se celebra hoy el 163 aniversario del nacimiento de Vincent Van Gogh, en Zundert, (Norte de Brabante. Países Bajos). Una buena efemérides para plantear una hipótesis sobre la enfermedad que lo aquejaba. 

El primer ataque de la enfermedad de Van Gogh aparece en Diciembre de 1888, estando en Arlés, donde había llegado a final de Febrero de ese mismo año. Durante su estancia en Arlés (de Febrero a Diciembre de 1888) está muy mal alimentado y su vida es extremadamente desordenada. Anteriormente había pasado dos años viviendo con su hermano en París, donde su alimentación era mejor. 


Vincent Van Gogh sufrió crisis de transtornos mentales, que le llevaron al alcoholismo, a ser recluído en un manicomio, a la automutilación y al suicidio. El diagnóstico de la enfermedad de van Gogh ha dado lugar a todo género de especulaciones. Si no es sencillo el diagnóstico de una enfermedad mental en un paciente actual, mucho más el diagnóstico retrospectivo, y menos todavía sin poder recurrir a ninguna prueba complementaria. Así se ha especulado sobre depresión, esquizofrenia, epilepsia, transtorno bipolar, neurosífilis, etc... No queremos entrar, por no extendernos demasiado en todas estas hipótesis, y simplemente expondremos una posibilidad diagnóstica: la porfiria intermitente aguda

La Porfiria Aguda Intermitente (PAI) es, una enfermedad hepática, hereditaria que presenta síntomas que afectan al sistema nervioso y que a diferencia de otras porfirias, no afectan a la piel. Como las otras enfermedades de este grupo, su causa es la dificultad del organismo para elaborar una determinada enzima. 




La enfermedad permanece latente en la infancia, e incluso puede continuar latente durante toda la vida del individuo sin que éste llegue a saberlo. Cuando se presentan los síntomas, lo hacen de forma intermitente y pueden incluir dolor de estómago, debilidad muscular, dolores en brazos y piernas, insomnio, tensión alta, palpitaciones, retención urinaria, problemas emocionales, confusión y alucinaciones. La analogía con los síntomas de otras enfermedades y el escaso conocimiento que se tiene de este cuadro dificulta mucho su diagnóstico. La enfermedad puede aparecer bruscamente y llegar a ser grave.

Los brotes son muy variables y difíciles de prever, dependiendo de varios factores, como la presencia de determinadas hormonas (por este motivo la PAl no suele aparecer hasta después de la pubertad); problemas nutritivos; efectos adversos de algunos fármacos; o ingesta de alcohol. 


a)
Presencia de ciertas hormonas, por ello esta enfermedad no suele aparecer clínicamente hasta después de la pubertad. 
b)
Problemas de nutrición. La ingestión de una dieta baja en calorías o baja en carbohidratos (azúcares) puede causar ataques. El régimen alimentario de Van Gogh era totalmente insuficiente, según se infiere de las cartas a su hermano y previsiblemente presentaba este déficit.
c)
Efectos secundarios de ciertos fármacos. Antes de los conocimientos actuales sobre PAI, los enfermos normalmente se trataban con tranquilizantes, sedantes, antiepilépticos y otras fármacos que podrían estar involucrados en el desarrollo de la enfermedad. De hecho los ataques más severos están casi siempre ligados al uso de medicamentos inadecuados. Van Gogh recibia diversos tratamientos (algunos de ellos con extractos de digital) para tratar su teórica epilepsia.
d)
Alcohol. La sobrecarga que el alcohol ejerce sobre el hígado favorece el desarrollo de la enfermedad. Van Gogh, bebía absenta de forma inmoderada, un licor de alta graduación que lleva además diversas hierbas alucinógenas en su composición. 
e)
Otros tóxicos.  Van Gogh padecía de pica, una continua necesidad de comer y beber todo lo que alcanzaba. Se bebía la trementina, mordisqueaba los pinceles llenos de plomo y otros metales pesados. La intoxicación crónica de ciertas sustancias puede causar transtornos en la visión haciendo que se vea un halo luminoso rodeando algunos objetos y hacen percibir mucho más el color amarillo (xantopsia). 
f)
Exposición continua al sol. Diversos episodios de insolación y una constante exposición solar también podrían haber actuado como desencadenantes de sus ataques. 

La presencia de dos o más de estos factores anteriores acentúan la aparición de brotes y aumentan la gravedad de la enfermedad.


El  bioquímico australiano Wilfred N. Arnold, cree que Van Gogh pudo presentar una porfiria aguda intermitente ("Vincent van Gogh, a life between Creativity and Illness", Basilea, 1993). La historia familiar sería según él un dato importante a tener en cuenta. La hermana de Vincent, Wil, que ingresó en un sanatorio en 1902, pudo haber padecido también este desorden metabólico hereditario, descrito por primera vez en 1889. Su hermano Theo murió en 1891 con un grave desequilibrio  mental, y también desarrolló síntomas parecidos.


Vincent Van Gogh paintings: 






martes, 29 de marzo de 2016

Mordedura de perro































Simone Martini

Retablo del Beato Agostino Novello
(1324)

Temple sobre tabla  198 x 257 cm. 
Pinacoteca Nazionale, Siena. 



Simone Martini (1284-1344) fue un pintor de la escuela sienesa del Trecento, figura fundamental en el desarrollo del llamado estilo gótico internacional. 

Probablemente formado en la escuela de Duccio, desarrolló de manera muy personal la linealidad del estilo de su maestro y le añadió un gran interés por los efectos de perspectiva, reflejo de las tendencias vigentes en la época. Entre las características de su pintura hay que destacar el amaneramiento y la estilización de las figuras, el empleo de fondos dorados y la gran expresividad lírica de las composiciones.  

Su estilo apenas evolucionó a lo largo de su vida. Desde su primera obra documentada, el gran fresco de la Majestad del Palacio Público de Siena, hizo un uso decorativista de la línea y del color, y fue un creador genial de composiciones elegantes y amables, imbuidas de armonía y refinamiento.  Fue requerido por el papa a Aviñón donde efectuó varias obras. En 1317 se trasladó a Nápoles, donde permaneció un tiempo al servicio de Roberto de Anjou.






A su regreso a Siena, la ciudad, en pleno crecimiento demográfico (alcanzaba ya los 50.000 habitantes), estaba experimentando un gran impulso político. El bienaventurado Agostino . En 1324 el Ayuntamiento decidió destinar una importante suma para conmemorar la figura del bienaventurado Agostino Novello, prior general de la Orden de los Agustinos que había muerto en Siena en 1309 con fama de santidad. Impulsar un culto sienés de religiosidad popular podía ser una manera de afirmar el nacionalismo de las clases más modestas. Para la realización de este retablo Simone Martini recurrió a una narrativa muy simple,  prácticamente el estilo de un cuento popular, con una gama de colores en oro y rosados. 

Agostino se representa de pie ocupando el centro del retablo, con unas dimensiones claramente exageradas (su tamaño rebasa al de los árboles). Sostiene un libro en sus manos y parece escuchar atentamente lo que un ángel le susurra al oído. 
La escena completa de la mordedura del perro rabioso (a la izquierda).
Agostino, arriba, aparece volando. A la derecha, el niño, sano y salvo,
acompañado de sus familiares. 

A los lados, se representan los modestos milagros que se le atribuyeron tras su muerte. Tres de ellos representan caídas: un jinete cae del caballo, un niño que cae de la cuna. En otra escena, un niño cae de un balcón ante la mirada desesperada de su madre. En las tres escenas, Agostino sale de una nube e impide que los afectados sufran daño alguno. 

En la escena de la parte superior izquierda, otro niño es atacado por un perro rabioso (Algunos comentaristas creen ver a un lobo, aunque en nuestra opinión, la pintura representa más bien a un perro. Pero el lobo es siempre la representación del mal por antonomasia y podría explicar esta esta interpretación). El niño está tumbado en el suelo en un charco de sangre, a causa de las mordeduras del animal, que interesan a parte de la cara y a la órbita ocular izquierda, con desgarros y arrancamiento del globo ocular. La súbita y milagrosa aparición de Agostino (esta vez tras de una torre) hace que el niño cure de sus heridas al instante, como se representa en la parte derecha de la escena, en la que aparece a salvo y tranquilo, rodeado de sus familiares.  

Las mordeduras de animales, tanto si se trata de un lobo como de un perro, suponen importantes desgarros, con hemorragias intensas y pueden causar cicatrices deformantes. Generalmente además se sobreinfectan por las bacterias de la boca del animal, además de la transmisión de enfermedades graves como la rabia


Simone Martini:  



lunes, 28 de marzo de 2016

Las enfermedades venéreas de Van Gogh





 Vincent Van Gogh

Sorrow
(1862)

Lápiz y tinta sobre papel. 
44,5 × 27  cm.
The New Art Gallery Wallsall 




Hace poco nos hemos referido a Vincent Van Gogh  (1,  23revisando algunos de los aspectos patológicos (alcoholismo, xantopsia) que influyeron en su manera de pintar. Pero no hemos tratado todavía todos los aspectos patológicos del célebre artista. 

Uno de los múltiples problemas patológicos que aquejaron a Van Gogh y de los que tenemos constancia fue una gonorrea contraída en la Haya en 1882. Parece ser que este incidente le preocupó bastante. En una de sus cartas, escrita tres semanas antes de que le fuera diagnosticada la gonococia reconoce que

"durante tres semanas he sufrido de insomnio y un poco de fiebre, y dolor al orinar" 
(carta 206 fechada en la Haya, 8-9 junio 1882)
La vida sentimental de Van Gogh fue muy agitada y recurrió frecuentemente a relaciones con prostitutas. 

En 1881 viajó a La Haya, donde su primo Mauve lo introduce en los círculos artísticos de la ciudad.  Allí se encontró, en las calles de la ciudad con una prostituta Clasina Maria Hoornik cuyo apodo era "Sien", acompañada de su hija de cinco años. Estaba embarazada y era adicta al tabaco y al alcohol. Vincent las acogió y estableció una relación sentimental con Sien. 

Sien fue su modelo para el famoso cuadro Sorrow (Dolor)En el pie del dibujo, Van Gogh escribió la frase "Comment se fait-il qu'il y ait sur la terre une femme seule?", cuya traducción al español podría ser "¿Cómo puede ser que exista en la Tierra una mujer sola?", que es una cita del libro "La femme" del historiador francés Jules Michelet, contemporáneo de van Gogh. Esta frase nos da la clave para entender algunos de los tópicos de los primeros trabajos de van Gogh, y su convicción acerca de la pobreza como causa de la prostitución.

Tras el parto de Sien (Leiden, julio 1882), Van Gogh convivió con ella y fue una época aparentemente feliz. Pero al poco tiempo Sien volvió a la prostitución y al alcoholismo y la relación se deterioró. 


Al cabo de poco tiempo, su padre le aconsejó que abandone a esta mujer, que según él le había contagiado la sífilis, pero Van Gogh se niega a hacerlo. Algo más tarde, en el verano de 1883 decide separarse definitivamente de "Sien", por consejo de su hermano Theo.  
Pero ¿se contagió Van Gogh realmente de sífilis? Ciertamente, no sería de extrañar: se supone que más del 10 % de la población europea tenía la sífilis a finales del s. XIX. No han faltado opiniones que han relacionado los transtornos mentales de Van Gogh con una neurosífilis (Vallejo Nájera, Wilkie) ya que la afectación nerviosa se instaura en estos casos después de 15 a 20 años del contagio. 
Sin embargo, el diagnóstico de sífilis no fue confirmado por los informes de los médicos que lo trataron en el hospital  (Dr. Urpar, Dr. Rey, y Dr. Peyron) ni por el Dr. Gachet en Auvers, por lo que no podemos estar totalmente seguros de este diagnóstico. 


Bibliografía: 

Vallejo-Nágera JA. "El crepúsculo de Van Gogh". Estudios psiquiátricos. En: "Locos egregios". Barcelona, Planeta, 1989; 178-198.

Wilkie K. "Van Gogh viaje a la luz enloquecida". Madrid, Calpe, 1990; 196-200.



Famous Vincent Van Gogh paintings