sábado, 7 de mayo de 2016

La divina piel verde (III): los Osiris vegetantes.







Osiris vegetante
(Reproducción de una pieza conservada en el
Musée des Beaux-Arts de Lyon)

Ladrillo con hueco para disponer tierra y semillas


Museu Egipci. Barcelona.





Ye hemos visto el motivo de que a Osiris se le represente con piel verde, y comprendemos, a través de su mito, el simbolismo de la resurrección tan ligado a este dios egipcio. 

Muy ilustrativa en este sentido es la práctica ritual de los Osiris vegetantes o germinantes, con los que se celebraba la fiesta de Koiak, en el último mes de la estación de la inundación del Nilo. Para celebrar este acontecimiento, en los templos de Egipto se realizaban unos ladrillos de barro cocido en el que aparecía un hueco con la silueta inconfundible de Osiris. Este hueco era rellenado con limo del Nilo en el que se depositaban algunas semillas de cebada. Algunas veces también se mezclaban piedras semipreciosas. Transcurridos unos días, la germinación del cereal anunciaba el retorno de Osiris a la vida, su "resurrección". La figura de Osiris, recubierta de espigas verdes era el anuncio de la vuelta a la vida de los campos egipcios. 


Estatuilla momiforme de un Osiris del año.
Muestra el falo en erección, que es también un
símbolo de resurrección.
Época de Ptolomeo VIII  (170-163 a.C.)
Museu Egipci, Barcelona.
Más tarde, con el material de los Osiris germinantes de la fiesta de Koiak se modelaba otra figura de este dios mucho más ornamentada, que permanecía en un santuario especial  durante un año, sustituyendo al del año anterior. Por esta razón, por ser pequeñas esculturas efímeras se les llamaba "Osiris del año". Las figuras retiradas de los años anteriores eran almacenadas en un depósito conocido como Osireion. Algunos de estos Osireion han sido localizados en  diversos yacimientos faraónicos, como por ejemplo el de Oxirrinco. 

Teniendo en cuenta todos estos simbolismos, no es de extrañar que la piel de Osiris se representara de color verde. Verde de germinación, de resurrección. Verde de vegetación. Verde de vida. 

jueves, 5 de mayo de 2016

La divina piel verde (II): el mito de Osiris.







Anubis momificando a Osiris 
(Dinastía XIX)

Pintura mural


Tumba del artesano Senedyem. Deir el Medina.




El mito de Osiris es uno de los mitos fundamentales de la mitología egipcia y tal vez el más revelador del pensamiento egipcio sobre el Más Allá.

La diosa del Cielo, Nut, había quedado embarazada de Geb, el dios de la Tierra, y tuvo un parto de cuatro hijos: los dioses Osiris y Seth, y las diosas Isis y Neftis
Osiris, era un dios bondadoso a quien le correspondió reinar sobre la tierra cultivable, velando por la fertilidad y la regeneración. Mientras tanto, Seth reinaba sobre las tierras áridas y las zonas desérticas. Con el tiempo, Osiris se casó con su hermana Isis, a quien amaba desde el vientre de su madre. Seth se casó con Neftis


Esbozo preparatorio en un pergamino para 
la realización de una pintura de Osiris.
Museo Egizio. Turín. 
Osiris enseñó a los egipcios el arte de la agricultura y el cultivo de los campos, aprovechando las inundaciones anuales del Nilo, y a segar  y recoger la cosecha para alimentarse. También les enseñó como sembrar vides y obtener vino y la forma de fabricar cerveza fermentando cebada. Pero no sólo enseñó al pueblo cómo alimentarse y cultivar sino que le dió leyes con las que regirse en paz, la música y la alegría y les instruyó en el respeto a los dioses.

Cuando acabó su función, Osiris partió a proclamar sus enseñanzas en otras tierras, dejando a cargo de Egipto a Isis quien gobernó sabiamente en ausencia de su marido y hermano. Pero Seth odiaba a su hermano, su poder y su popularidad, por lo que mientras Osiris se encontraba en otros países tramó un plan siniestro. Cuando Osiris regresó, Seth decidió dar un gran banquete en honor a su hermano, pero durante la fiesta, con engaños, le dijo a Osiris que se metiera en un cofre, con forma humana y ricamente ornamentado. El cofre tenía sus mismas medidas y cuando Osiris se tendió en él, Seth lo cerró y lo echó al Nilo. 



Las diosas Isis y Neftis. Tumba de Nefertari. Valle de las Reinas. Luxor. 


Isis, desconsolada, fue en busca del sarcófago que contenía el cuerpo de Osiris, pero el río lo había llevado hasta el mar donde las olas lo habían llevado a la costa de Biblos, en el Líbano. Allí lo encontró Isis y se lo llevó de nuevo a Egipto, escondiendo el cofre en el delta del Nilo. 
Pero una noche, mientras cazaba jabalíes, Seth encontró el cofre, que se veía a la luz de la Luna, y lo reconoció. Encolerizado por el hallazgo, lo abrió, tomó el cuerpo de Osiris y lo despedazó en 14 trozos que esparció a lo largo del Nilo para que sirviese de alimento a los cocodrilos. 

“¿No es posible destruir el cuerpo de un dios?.   - Yo lo he hecho – porque yo he destruido a Osiris”! 

dijo Seth riendo, y su risa se oyó en todos los rincones de la Tierra, y  todos aquellos quienes la percibieron temblaron, estremeciéndose de terror.


Escultura de oxirrinco, el pez nilótico que se tragó el falo de Osiris. Museu Egipci. Barcelona. 


Isis debía empezar de nuevo su búsqueda, pero esta vez no se encontraba sola, sino que iba con su hermana Neftis y con Anubis, el dios chacal. Poco a poco Isis fue recuperando cada uno de los trozos del cuerpo de Osiris, envolviéndolos en cera aromatizada. Sólo un pedazo quedó por recuperar, el falo de Osiris, que había sido comido por el  oxirrinco, un pez del Nilo. Por eso los egipcios nunca comieron este pez que consideraban sagrado. Isis reconstruyó el cuerpo y Anubis le ayudó a embalsamarlo. Después Isis tomó barro del Nilo y con él modeló un falo, que le puso a la momia de Osiris y que animó con su magia. Tomó después la forma de un pajarillo y descendiendo sobre el falo, concibió a Horus, hijo de Osiris e Isis




Isis, transformada mágicamente en pajarillo desciende sobre el cuerpo de Osiris para concebir a Horus. Museu Egipci. Barcelona. 


Cuando Horus creció, quiso vengar a su padre y fue a luchar con su tío Seth, a quien venció. Pero en la lucha, Seth arrancó un ojo a Horus, pero la magia del sabio dios Thot hizo que se le regenerara el ojo perdido. El ojo arrancado de Horus es el udjet, que todo lo ve y que es uno de los amuletos egipcios más conocidos. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

La divina piel verde (I) : el dios de la resurrección.


A la izquierda, el faraón realiza ofrendas a Osiris (de color verde).
Detrás, el faraón ante Isis y Horus. Tumba de Horemheb




El faraón realizando 
ofrendas a Osiris 
(1294 a. C.)

Pintura mural


Tumba de Horemheb (Dinastía XVIII). 
Valle de los Reyes. Luxor. 



Osiris es probablemente, el dios más conocido del panteón egipcio. A pesar de que es una divinidad fundamentalmente funeraria, en los documentos más antiguos lo encontramos asociado a la fertilidad. Osiris es el dios de la agricultura, de la resurrección, simbolizada por la regeneración del Nilo, que da la vida. 

A Osiris se le representa momificado, envuelto en un estrecho sudario. Lleva barba postiza y empuña el cayado y el flagelo, símbolos del Alto y Bajo Egipto. Está coronado con la corona blanca del Alto Egipto o con la corona atef, modificación de la anterior con dos plumas de la justicia (Mâât) a los lados. A veces se le representa sentado en el trono, como rey que es del mundo de ultratumba y desde el que preside el juicio del peso del corazón de los muertos. Si el juicio es favorable y el difunto es declarado "justo de voz" podrá vivir eternamente una nueva vida al lado de Osiris


Osiris sentado en el trono, seguido de Anubis y Horus. 
Osiris, con la piel verde y coronado con la corona atef,
empuñando el cayado y el flagelo. Tumba de Nefertari.


























Pero lo que más llama la atención de Osiris es el color verde de su piel. El verde es un color simbólico, que tiene que ver con sus funciones en la mitología egipcia. 


Por una parte, como señor de los muertos, el color verde de la piel de Osiris es el símbolo de la putrefacción. No olvidemos que es un dios momificado. Pero también es el símbolo de la vegetación, de la agricultura, de los campos de cebada con los que se premia a los justos en la otra vida. El verde es el color de la primavera, de los campos de cereales tras las inundaciones del Nilo, y por lo tanto el color de la regeneración, de la resurrección, de la vida eterna. 


Osiris. Tumba de Horemheb. Valle de los Reyes. Luxor.
Ataúd de momia de la dinastía XXVI (664-525 a.C.)
Obsérvese el color verde osiríaco de la cara,
símbolo de resurrección. Museu Egipci, Barcelona.






















El color verde de Osiris también lo hallamos  representado en muchos cartonajes y sarcófagos de momias, ya que es el color de la esperanza en la resurrección, lo mismo que en invierno se espera el renacer primaveral y la eclosión de hojas y espigas. 







martes, 3 de mayo de 2016

Los baños del Palau Güell








 Antoni Gaudí

Bidé del Palau Güell 
(1886-1890)

Porcelana decorada y azulejos.
Palau Güell. Barcelona. 



Antoni Gaudí (1952-1926) fue un genial arquitecto, uno de los máximos representantes del Modernismo catalán. Algunas de sus obras, como la Pedrera, la casa Batlló o la Sagrada Familia son mundialmente conocidas y no necesitan presentación alguna. 


El suntuoso comedor del Palau Güell
Una de las primeras obras importantes de Gaudí fue el Palau Güell (1886-1890), residencia del que fue su principal mecenas Eusebi Güell (1846-1918), un empresario y político destacado, impulsor de las letras y las artes, que se convirtió en su principal mecenas y amigo. Posteriormente, el conde de Güell encargaría otras obras emblemáticas al arquitecto Antoni Gaudí (Colonia Güell, Finca Güell de Pedralbes, Park Güell...)

El palau Güell, situado en el Carrer Nou de la Rambla de Barcelona es una residencia burguesa con multitud de detalles ornamentales y simbólicos, como es habitual en el Modernismo, pero que estaba dotada también de las últimas comodidades del momento. 


Vista de las dependencias de baños: la sala de las bañeras y la del bidé y retrete. 



Uno de estos detalles era la sala de baños, muy amplia, que en su época albergaba dos grandes bañeras (hoy desaparecidas). Las paredes estaban decoradas con un arrimadero de azulejos geométricos de la fábrica Pujol y Bausis en tonos amarillos y verdes que daba una gran luminosidad a la sala. El ambiente se calentaba mediante una chimenea central, de mármol negro. El pavimento era también de mármol blanco y negro. 



En esta vidriera se representaba a Hamlet


Algunas de las vidrieras del Palau Güell

















En una dependencia lateral, y aparte una pequeña estancia servía para la higiene íntima, con un sanitario de porcelana blanca y azul, con ornamentación de motivos florales. Las paredes estaban recubiertas por el mismo arrimadero de azulejos que la vecina sala de baños.

Esta dotación sanitaria nos da una idea de la importancia que comenzaba a tener los baños y la higiene corporal en las clases acomodadas de Barcelona a finales del s. XIX. La alta burguesía incorporaba una nueva idea: el baño higiénico, pero también el baño como fuente de placer y bienestar. 



La sala de baños. Originalmente estaba dotada con dos bañeras y con una chimenea central.
La ornamentación está presente
en todos los detalles del palacio.

 





lunes, 2 de mayo de 2016

Los cuerpos incorruptos

Al exhumar los cuerpos de la fosa común el cuerpo de San Esteban apareció incorrupto.
Jaume Serra: Retablo de San Esteban (1385 circa). MNAC, Barcelona




 Jaume Serra

Retablo de San Esteban 
(1385 circa)

Temple sobre madera

Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Barcelona. 



En un retablo de Jaume Serra (s. XIV) puede verse la exhumación de unos cadáveres. La mayoría de los cuerpos aparecen corrompidos y el artista los representa en un estado a medio camino entre el cuerpo vivo y un esqueleto. Su color también es pardo, indicando la acción de los fenómenos post-mortem. En cambio, uno de ellos aparece incorrupto, con un aspecto como si acabara de morir. Es el cuerpo de San Esteban, y su incorruptibilidad revela su identidad e indudable santidad. 

Cuando un ser vivo muere su cuerpo sufre habitualmente un proceso de corrupción, de putrefacción, que en un cierto tiempo consume todas las partes blandas del cadáver hasta dejar solamente el esqueleto óseo. 


Uno de los cuerpos incorruptos en las catacumbas de Palermo 
Diversas culturas han intentado preservar los cuerpos de los difuntos de este proceso, recurriendo a la momificación en la que mediante la aplicación de sales y sustancias diversas conservan la piel y algunas partes blandas. Es el caso de las momias egipcias, peruanas, etc. que se mantienen incorruptas por acción humana.


Sin embargo, algunas veces en determinadas condiciones el cuerpo se mantiene incorrupto de forma espontánea. Es el caso de algunas momias egipcias del Período Predinástico, conservadas por la composición rica en carbonatos de las arenas del desierto y por las condiciones metereológicas. También este es el caso de algunos cementerios, donde por razones similares los cadáveres se conservan íntegros, como en el caso de París, en el antiguo cementerio des Innocents, los cuerpos solían permanecer incorruptos, probablemente por las condiciones del terreno. 


Vista general de las catacumbas de los Capuchinos de Palermo


La Iglesia Católica tradicionalmente ha considerado la incorruptibilidad de los cuerpos como una prueba de santidad. Si los cadáveres de ciertas personalidades reputadas por su vida ejemplar, aparecen incorruptos tras su exhumación, se considera como una prueba complementaria para garantizar su santidad. Así se representa en algunas tablas medievales, en las que el cadáver exhumado del santo aparece incorrupto entre otros cuerpos corrompidos, como una señal divina.  


Cuerpo de la niña Rosalia Lombardo, que falleció a los 2 años de edad en 1920.
Su cuerpo se conserva incorrupto en las catacumbas de los capuchinos de Palermo.





























Cuando visité la catacumba de los capuchinos de Palermo, reconozco que experimenté una gran impresión. Se trata de un subterráneo con larguísimas galerias, cuyas paredes están llenas de cadáveres. Los más de 8000 cadáveres se alinean en las paredes, colgados en una especie de percheros. Pero tal vez lo que más impresiona es que los cadáveres están vestidos con su ropa, en el caso de los frailes con sus hábitos, y en el caso de los civiles con uniformes militares o con la que llevaban para salir a la calle a pasear. Aunque la mayoría son esqueletos vestidos, un buen número de ellos están incorruptos, en una suerte de momificación natural producida por las condiciones de la cripta. La conservación de los cadáveres pronto ejerció un efecto llamada y la burguesía y miembros destacados de la sociedad quisieron que sus cuerpos fueran llevados a la catacumba tras su muerte. Los cuerpos no eran enbalsamados, pero sí que se les conservaba de forma intencionada las pelucas, complementos, tocados, e incluso a muchos se les añadían ojos de vidrio, para remedar mejor el aspecto que tenían en vida. Uno de los cuerpos - el de una niña, Rosalia Lombardo - llama especialmente la atención. Fallecida en 1920, a los dos años de edad, su cuerpo está tan bien conservado que está considerada la momia más bella del mundo y le ha valido el epíteto de "La Bella Durmiente".






Le catacombe dei capuccini di Palermo: 






domingo, 1 de mayo de 2016

Los exvotos de Turín












Ex-votos populares 
(s. XX)

Pintura 
sobre madera

Capilla de Ntra. Sra. delle Grazie.
Basílica de La Consolata. Turín. 



Los exvotos son objetos que se ofrecen en agradecimiento a la divinidad en cumplimiento de una promesa o como acción de gracias por los favores recibidos, en general por la curación de una enfermedad grave o la la salvación de la vida en situaciones peligrosas. La práctica de los exvotos está documentada desde la antigüedad y tenemos testimonios de esta práctica en el Antiguo Egipto, GreciaGrecia y Roma. En muchas iglesias católicas esta práctica sigue vigente y no es raro ver este tipo de agradecimientos populares.  

Hay muchos tipos de exvotos. Pueden ser objetos que hayan estado presentes en la situación conflictiva (recuerdos de guerra, trozos de automóvil accidentado, herramientas). Los hay como moldes de cera o placas metálicas que representan la parte del cuerpo que ha estado enferma (pie, brazo, corazón, riñón). Y también cuadros pintados en puro estilo naïf que narran el suceso. 

 
Santuario della Consolata e interior de la capilla Delle Grazie. 

En el Santuario de la Consolata de Turín hay una capilla dedicada a este tipo de agradecimientos populares, la capilla delle Grazie. En ella puede verse una cúpula totalmente tapizada de pequeños corazones metálicos agradeciendo diversas ayudas de Maria Consolatrice. Las paredes también están llenas de pequeñas pinturas que evocan situaciones de conflicto felizmente resueltas. No faltan tampoco algunas vitrinas con charreteras de uniformes militares u otros recuerdos de guerra, de soldados que regresaron ilesos. 

Exvotos para agradecer la curación de una enfermedad:


                         

 

 




Exvotos para agradecer sobrevivir a un accidente: 


 



Exvotos para agradecer salir sano y salvo de un ataque de un animal:  

 


Exvoto para agradecer haber sobrevivido a un campo de concentración:




Charreteras militares ofrecidas como exvoto en agradecimiento por haber vuelto de la guerra:







Bibliografía: 


Bolgiani F., Santuario, ex voto e "cultura popolare", in Gli ex voto della Consolata. Storie di grazia e devozione nel Santuario torinese. Catalogo della mostra, Provincia di Torino, Quaderni di cultura e documentazione, 1982



Borello L., Gli ex voto del Santuario della Consolata, in: Gli ex voto della Consolata, Storie di grazia e devozione nel Santuario torinese. Catalogo della mostra, Provincia di Torino, Quaderni di cultura e documentazione, 1982



Istoria del miracoloso ritratto di Maria Vergine detto della Consolata consacrata a S.A.R. Carlo Emanuele Ferdinando Maria Principe di Piemonte, in Torino, nella Stamperia Reale, 1747