Cartel de propaganda para estimular el uso de condones (1942-1945) Cartel de propaganda del ejército aliado |
En anteriores artículos hemos considerado el origen de los preservativos y como en el s. XIX y principios del XX fueron usados sobre todo como preventivo de ITS, y vinculados sobre todo a los burdeles y la prostitución. Veamos ahora otros aspectos de su evolución en el s. XX.
A principios de s. XX loa gran mayoría de condones estaban fabricados en Alemania y fueron distribuídos en el ejército germano durante la guerra de 1914. También otros soldados de países enemigos recurrieron a este método preventivo durante la I Guerra Mundial.
Pero no fue así en las tropas norteamericanas, que fueron las únicas que tenían prohibido por ley usar condones. El congresista Anthony Comstock (1844-1915) había conseguido que el Congreso aprobara una ley considerando ilegal la venta, publicidad y uso de condones, considerando que era un accesorio anticristiano e inmoral. El Acta Comstock prohibía incluso la mención de tal objeto por su nombre por escrito. Con ello se prescribió el uso del correo para enviar tales materiales y se autorizó a las oficinas de Correos a confiscar los envíos prohibidos. La consecuencia fue que se confiscaron 65.000 preservativos y algunos médicos fueron encausados, enfrentándose a condenas de hasta 10 años de prisión.
El Acta Comstock impidió también que los soldados estadounidenses que combatieron en la I Guerra Mundial pudieran beneficiarse de la protección de los profilácticos. Esta disposición tuvo terribles consecuencias en la salud de los soldados americanos. El costo de las ITS en la I Guerra Mundial supuso gastar una importante suma de dinero y perder casi 10.000 hombres por las bajas provocadas por sífilis y gonorrea. Al final de la guerra, el ejército estadounidense había diagnosticado casi 400.000 casos de sífilis y gonorrea (70% del total de los combatientes).
A este respecto, hay una curiosa anécdota. El Secretario de Estado de la Marina era un firme partidario del Acta Comstock, y consideraba que el preservativo era algo inmoral y sucio. La única protección que recomendaba a sus soldados era la continencia y la oración. Afortunadamente, a su alrededor, no todos pensaban lo mismo. Uno de sus jóvenes asistentes, un tal Franklin Roosevelt aprovechaba los momentos en los que su jefe se ausentaba de la oficina para distribuir preservativos entre los marinos. Los repartía en forma de paquetes profilácticos que contenían pomadas, antisépticos, gasas y condones. Más tarde, este osado joven llegaría a ser el Presidente de los EUA. Aquellos a los que ayudó con sus paquetes, debieron formar parte del 30% de soldados que pudieron volver a casa sanos.
Sobre conteniendo preservativo distribuído a los oficiales alemanes de la Wehrmacht: "Solamente para el uso del ejército alemán. Destruir inmediatamente tras su uso" (1944) |
Pero no fue así en las tropas norteamericanas, que fueron las únicas que tenían prohibido por ley usar condones. El congresista Anthony Comstock (1844-1915) había conseguido que el Congreso aprobara una ley considerando ilegal la venta, publicidad y uso de condones, considerando que era un accesorio anticristiano e inmoral. El Acta Comstock prohibía incluso la mención de tal objeto por su nombre por escrito. Con ello se prescribió el uso del correo para enviar tales materiales y se autorizó a las oficinas de Correos a confiscar los envíos prohibidos. La consecuencia fue que se confiscaron 65.000 preservativos y algunos médicos fueron encausados, enfrentándose a condenas de hasta 10 años de prisión.
El Acta Comstock impidió también que los soldados estadounidenses que combatieron en la I Guerra Mundial pudieran beneficiarse de la protección de los profilácticos. Esta disposición tuvo terribles consecuencias en la salud de los soldados americanos. El costo de las ITS en la I Guerra Mundial supuso gastar una importante suma de dinero y perder casi 10.000 hombres por las bajas provocadas por sífilis y gonorrea. Al final de la guerra, el ejército estadounidense había diagnosticado casi 400.000 casos de sífilis y gonorrea (70% del total de los combatientes).
Cartel de propaganda sanitaria de ITS durante la II Guerra Mundial |
Con la mala experiencia de la I Guerra Mundial y su triste legado de ITS, la política del ejército americano cambió completamente a partir de 1927. Los altos oficiales médicos en el ejército estadounidense comenzaron a promover la distribución de condones y programas educativos para miembros del ejército y la marina. Hacia 1931, los condones eran estándar para todos los miembros del ejército de los Estados Unidos. En la II Guerra Mundial y tuvieron lugar numerosas campañas propagandísticas, incluyendo películas, carteles y conferencias. Una serie de consignas fueron acuñadas por los militares, como la de "Don't forget — put it on before you put it in". Hay incluso una leyenda por la cual, durante el desembarco en Normandía, los soldados americanos protegían el cañón de sus fusiles del agua con sus condones, a guisa de fundas.
El uso del preservativo fue a partir de entonces generalizado. Además se permitía su venta en farmacias, atendiendo a su función protectora frente a ITS, lo que contribuyó mucho a aumentar su consumo.
A pesar de todo, había muchos oponentes prominentes de los condones. Hasta las primeras décadas del s. XX incluso los médicos desconfiaban de su eficacia. Entre ellos, el fundador del psicoanálisis Sigmund Freud, que se oponía a todos los métodos de control de la natalidad basándose en que sus tasas de fracaso eran demasiado altas. Además, basaba su oposición porque según él reducía el placer sexual. También algunas feministas siguieron oponiéndose a los anticonceptivos como los condones por considerarlos controlados por hombres. Preferían otros sistemas como diafragmas o irrigaciones vaginales.
La principal oposición vino de parte de los eclesiásticos. En 1920, la Conferencia de Lamberth de la Iglesia de Inglaterra condenó todos los "medios antinaturales de evitar la concepción". El obispo de Londres, Arthur Winnington-Ingram se quejó del enorme número de preservativos desechados en callejones y parques, especialmente después de los fines de semana y días festivos. Es conocida la postura contraria al uso del preservativo por parte de la Iglesia Católica, que lo ha condenado en diversas encíclicas de los papas León XIII (Divinae Sapientiae), Pío XI (Castii connubii) y Pablo VI (Humanae vitae), especialmente por su función anticonceptiva. Sobre este punto, que merece un comentario más detenido volveremos próximamente.
El uso del preservativo fue a partir de entonces generalizado. Además se permitía su venta en farmacias, atendiendo a su función protectora frente a ITS, lo que contribuyó mucho a aumentar su consumo.
A pesar de todo, había muchos oponentes prominentes de los condones. Hasta las primeras décadas del s. XX incluso los médicos desconfiaban de su eficacia. Entre ellos, el fundador del psicoanálisis Sigmund Freud, que se oponía a todos los métodos de control de la natalidad basándose en que sus tasas de fracaso eran demasiado altas. Además, basaba su oposición porque según él reducía el placer sexual. También algunas feministas siguieron oponiéndose a los anticonceptivos como los condones por considerarlos controlados por hombres. Preferían otros sistemas como diafragmas o irrigaciones vaginales.
La principal oposición vino de parte de los eclesiásticos. En 1920, la Conferencia de Lamberth de la Iglesia de Inglaterra condenó todos los "medios antinaturales de evitar la concepción". El obispo de Londres, Arthur Winnington-Ingram se quejó del enorme número de preservativos desechados en callejones y parques, especialmente después de los fines de semana y días festivos. Es conocida la postura contraria al uso del preservativo por parte de la Iglesia Católica, que lo ha condenado en diversas encíclicas de los papas León XIII (Divinae Sapientiae), Pío XI (Castii connubii) y Pablo VI (Humanae vitae), especialmente por su función anticonceptiva. Sobre este punto, que merece un comentario más detenido volveremos próximamente.
Bibliografía
Guereña JL. Elementos para la historia del preservativo en la España contemporánea. Hispania LXIV/3, num 2118 (2004)
Angus McLaren Historia de los anticonceptivos: de la antigüedad a nuestros días. Minerva Ediciones, 1991.
Rubio B. Historia del condón o preservativo, también llamado profiláctico. Anales Médicos. Hosp. ABC. 39, 166-167, 1994
Martos Rubio, A. Breve historia del condón y de los métodos anticonceptivos. 2010. ISBN13:9788497637848
La historia del condón http://www.soc.ucsb.edu/sexinfo/article/history-condom
Capítulos anteriores:
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (I): Los orígenes del preservativo.
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (II): Las gomas, prevención y clandestinidad.
Capítulos siguientes:
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (IV): Progresos técnicos
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (V): La revolución sexual
IIWW Venereal Disease Film Fight Syphilis
Guereña JL. Elementos para la historia del preservativo en la España contemporánea. Hispania LXIV/3, num 2118 (2004)
Angus McLaren Historia de los anticonceptivos: de la antigüedad a nuestros días. Minerva Ediciones, 1991.
Rubio B. Historia del condón o preservativo, también llamado profiláctico. Anales Médicos. Hosp. ABC. 39, 166-167, 1994
Martos Rubio, A. Breve historia del condón y de los métodos anticonceptivos. 2010. ISBN13:9788497637848
La historia del condón http://www.soc.ucsb.edu/sexinfo/article/history-condom
Capítulos anteriores:
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (I): Los orígenes del preservativo.
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (II): Las gomas, prevención y clandestinidad.
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (IV): Progresos técnicos
Un dermatólogo en el museo: Historia del condón (V): La revolución sexual
IIWW Venereal Disease Film Fight Syphilis