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Acevedo (pintor) Soldevila (litografista) Tiña o herpes tonsurante (Segundo período) (1871) Litografía en libro de J. E. Olavide Dermatología general y clínica iconográfica de enfermedades de la piel o dermatosis. Madrid, 1871-73 |
Esta imagen, publicada en el libro de Dermatología de Olavide (1871-73) reproduce el aspecto clínico de un niño con tiña. Se conoce con el nombre de tiñas a unas enfermedades del cuero cabelludo causadas por hongos microscópicos, que afectan especialmente a los niños. A finales del s. XIX, estas afecciones constituían un importante problema de salud, con una elevada incidencia. Solamente en la ciudad de París se calculaba que podían haber unos 150.000 tiñosos. Como en aquel momento no existía ningún medicamento efectivo contra los hongos, el tratamiento consistía en marginar a los niños enfermos en hospicios o en escuelas especiales para ellos, como las escuelas Laillier, fundadas en 1886 por este insigne dermatólogo en un edificio contiguo al hospital de Saint-Louis, el centro de referencia de las enfermedades de la piel en la capital francesa. Por no mencionar terribles sistemas de depilación del cuero cabelludo, frecuentemente crueles y cruentos.
Charles Laillier (1822-1893) |
En la Historia de la Dermatología el nombre de Raymond Sabouraud ocupa un destacado lugar. Se le considera el padre de la micología médica (el estudio de los hongos microscópicos causantes de enfermedades). Identificó docenas de especies de hongos causantes de enfermedades humanas. A principios del s. XX, valiéndose de su enorme prestigio, promocionó un método de tratamiento revolucionario de las tiñas del cuero cabelludo: tratarlas con altas dosis de rayos X.
Hacía poco (apenas tres años) que Wilhelm Conrad Roentgen había descubierto los rayos X. Algunos médicos habían descrito que la exposición a los rayos X, si bien permitía diagnósticos de gran precisión, podían tener efectos secundarios, produciendo una nueva enfermedad: la radiodermitis, de la que ya se habían registrado unos 40 casos.
"La piel se vuelve dura, apergaminada, la epidermis se descama y cae a trozos; los pelos de la cara dorsal de manos y dedos desaparecen completamente."
En 1899, el dermatólogo Félix Balzer describe
"una alopecia completa en todos los puntos sometidos a la acción de los rayos X"
Los efectos de los rayos X interesaban pues también a los dermatólogos.
Raymond Sabouraud |
En 1900, en el Congreso Internacional de Dermatologia de Paris, se comenzaron a proponer tratamientos con rayos X. Enfermedades como el lupus tuberculoso, el favus y las tiñas destacaban entre las principales indicaciones terapéuticas de los rayos X. Pero fue el Prof. Sabouraud el que propuso en 1904 tratar a las tiñas con rayos X, presentándola como "la solución soñada". Comunicó que él había curado a cien tiñosos con dosis controladas de rayos X:
"El día 13 o 14, los cabellos comienzan a caer solos como los pelos de un abrigo de pieles apolillado. Solamente persiste un fino vello. Se reconoce así una radioterapia bien hecha."
Tratamiento de una tiña en un niño con rayos X (foto reproducida de un artículo de Vicente Crespo) |
Con sólo unas pocas sesiones, la radioterapia permitía tratar la enfermedad, y cada semana podían salir 10 niños curados. El tratamiento era también mucho más económico que mantener a los niños un promedio de más de dos años en el hospital. La "clínica de las cabezas calvas" de Sabouraud alcanzó pronto gran popularidad.
El tratamiento de radioterapia se practicó hasta los años 50. En 1960 se publicó una serie de 18.000 niños tratados en Francia durante la primera mitad del s. XX.
La radioterapia con rayos X se abandonó en los años 1950 cuando se generalizó el tratamiento con griseofulvina, un antifúngico muy activo contra los hongos.
También fue en los años 50 cuando empezaron a publicarse los primeros casos de cáncer cutáneo que el tratamiento con rayos X había producido en algunos niños tiñosos. En 1974, el primer estudio sobre las consecuencias de la irradiación en estos niños mostró que los que habían sido tratados con rayos X tenían una incidencia de tumores malignos de cerebro o de tiroides doble de la habitual. En 2005, otro trabajo demostró que el riesgo de padecer un tumor cerebral persistía más de treinta años después de la irradiación, y el de cáncer de tiroides persiste hasta 40 años después. Pero la ausencia de registros y la desaparición de archivos hospitalarios impide, todavía hoy, evaluar la magnitud de los efectos secundarios a largo plazo.
Nos queda el recuerdo amargo de un tratamiento agresivo para una enfermedad causada por hongos, que tal vez ocasionó más efectos secundarios que beneficios.
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Tinyes depilades amb raigs X
Acevedo (pintor) Soldevila (litografista) Tinya o herpes tonsurant (Segon període) (1871) Litografia del llibre de J. E. Olavide Dermatología general y clínica iconográfica de enfermedades de la piel o dermatosis. Madrid, 1871-73 |
"La pell es torna dura, apergaminada, l'epidermis s’escama i cau a trossos; els pèls de la cara dorsal de les mans i els dits desapareixen completament."
"una alopècia completa a tots els punts sotmesos a l'acció dels raigs X"
Raymond Sabouraud |
"El dia 13 o 14, els cabells comencen a caure sols com els pèls d'un abric de pells arnat. Només persisteix un borrissol fi. Es reconeix així una radioteràpia ben feta."