Sir Charles Bell
Opistótonos
(1809)
Óleo sobre lienzo 80x 50
Real Colegio de Cirujanos de Edimburgo |
Charles Bell (1784-1842) y su hermano John son probablemente los representantes más prestigiosos de la cirugía escocesa de los inicios del s. XIX. Huérfanos de padre mientras todavía eran niños, su madre se ocupó de darles una educación esmerada y de hacerles amar el arte, cosa que consiguió sobre todo con Charles, el hermano menor de sus cuatro hijos, que pronto se reveló como un magnífico dibujante.
Charles, tras licenciarse en Medicina en la Universidad de Edimburgo, fue admitido en el Real Colegio de Cirujanos. Más tarde se trasladó a Londres, donde gracias a su talento artístico consiguió publicar una serie de grabados de Anatomía.
En 1809 presenció el regreso de los soldados británicos heridos, procedentes de la batalla de La Coruña, en las Guerras Napoleónicas. En esta ocasión tuvo la oportunidad de demostrar su capacidad tanto como cirujano como dibujante.
Charles Bell realizó una serie de dibujos y bocetos preparatorios de la pintura, que son casi exactos al cuadro al óleo. Posteriormente los utilizaría para ilustrar su obra “Essays on the Anatomy and Philosophy of Expressión” (1824).
La pintura que aportamos hoy es una de las obras realizadas durante este período. Muestra a uno de los soldados que, tras una herida de guerra, ha desarrollado un tétanos. Esta enfermedad está causada por Clostridium tetani, una bacteria anaerobia que tiene forma de maza y que vive en el suelo, la saliva, el polvo y en el estiércol. Son sumamente resistentes, pueden sobrevivir a temperaturas que rondan los 120ºC durante unos 15 minutos.
Las bacterias suelen ingresar al cuerpo a través de un corte profundo, o de heridas de guerra. Cuando se introducen en heridas, si no se desinfectan, los bacilos despiertan en las zonas de tejido necrosado, sin oxígeno. La infección por tétanos aparece con más frecuencia en lesiones de menor gravedad porque las heridas severas tienen más posibilidades de recibir tratamiento y limpieza adecuados. Hay casos en los que no se conoce el lugar de entrada del microorganismo o ya no es visible cuando se producen los síntomas. Cuando entran en una herida profunda, las esporas se convierten en bacterias que pueden producir una potente toxina, la tetanospasmina, que afecta los nervios que controlan los músculos (neuronas motoras), produciendo espasmos musculares intensos e intermitentes y rigidez generalizada.
El periodo de incubación es de 3 a 21 días. Entonces, debutan los síntomas. Uno de los primeros síntomas que desarrolla el paciente suele ser el "bloqueo" de la mandíbula, lo que se conoce con el nombre de trismo, o hipertonía que hace que sea imposible abrir la boca. Hay babeo y dificultad en deglutir, fiebre y sudoración intensa. El aumento del tono del músculo orbicular de los labios produce una contracción, parecida a la risa forzada, llamada risa sardónica. Esta fascies se describía clásicamente como "una cara de terror con sonrisa". La etimología de la palabra sardónica procede de la isla de Cerdeña, donde crecía una planta, la sardonia o cicuta de agua (Oenanthe fistulosa), con fama de provocar en la cara una contracción de risa afectada. Según la leyenda se administraba a los condenados a muerte, para que murieran sonriendo.
A continuación aparecen espasmos espinales y abdominales que originan la característica postura de opistótonos. La etimología de esta palabra viene directamente del griego «οπισθοτονος» (opisthótonos), formada por «οπισθεν» (opisthen) hacia atrás y «τονος» (tonos) que quiere decir tono, definiendo así esta postura forzada con flexión de los brazos y extensión de las piernas. El tetánico permanece en decúbito, con los talones y la cabeza doblados hacia atrás mientras el cuerpo se arquea violentamente hacia delante. Los espasmos producen un dolor intenso, y pueden ser tan intensos que pueden provocar fracturas óseas. La defecación es incontrolable.
El tetánico se muestra irritable y no suele perder la consciencia. La frecuencia cardíaca se acelera y se eleva la presión arterial. La muerte suele estar causada por una insuficiencia respiratoria, bien por obstrucción de las vías respiratorias altas durante los espasmos, o bien por la contracción continuada del diafragma. La falta de oxígeno puede provocar un paro cardíaco y la muerte. La obstrucción de la arteria pulmonar (embolia) o la neumonía es otra causa de muerte.
En la actualidad la vacunación protege adecuadamente del tétanos. La vacuna antitetánica fue descubierta por Emil von Behring (1834-1917) y es un compuesto proteico que se obtiene de la toxina tetánica y que se modifica con calor y formaldehido. Se comprobó ampliamente su eficacia durante la II Guerra Mundial. Desde 1930 se suele administrar a los niños como parte de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular (DTaP). Esta vacunación brinda protección contra tres enfermedades: una infección respiratoria y de garganta (difteria), tos convulsa (tos ferina) y tétano.
La vacuna DTaP está compuesta por una serie de cinco inyecciones, que se suelen administrar en el brazo o el muslo, en niños de todas las edades:
Generalmente, se suministra un refuerzo de la vacuna contra el tétanos junto con un refuerzo de la vacuna antidiftérica. En 2005, se aprobó una vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina (TDaP) para el uso en adolescentes y adultos menores de 65 años con el fin de garantizar también una protección continua contra la tosferina.
Se recomienda que los adolescentes reciban una dosis de la vacuna TDaP, preferiblemente a los 11 o 12 años, y un refuerzo de la vacuna contra el tétanos y la difteria cada 10 años a partir de entonces.
Charles, tras licenciarse en Medicina en la Universidad de Edimburgo, fue admitido en el Real Colegio de Cirujanos. Más tarde se trasladó a Londres, donde gracias a su talento artístico consiguió publicar una serie de grabados de Anatomía.
En 1809 presenció el regreso de los soldados británicos heridos, procedentes de la batalla de La Coruña, en las Guerras Napoleónicas. En esta ocasión tuvo la oportunidad de demostrar su capacidad tanto como cirujano como dibujante.
Charles Bell realizó una serie de dibujos y bocetos preparatorios de la pintura, que son casi exactos al cuadro al óleo. Posteriormente los utilizaría para ilustrar su obra “Essays on the Anatomy and Philosophy of Expressión” (1824).
La pintura que aportamos hoy es una de las obras realizadas durante este período. Muestra a uno de los soldados que, tras una herida de guerra, ha desarrollado un tétanos. Esta enfermedad está causada por Clostridium tetani, una bacteria anaerobia que tiene forma de maza y que vive en el suelo, la saliva, el polvo y en el estiércol. Son sumamente resistentes, pueden sobrevivir a temperaturas que rondan los 120ºC durante unos 15 minutos.
Clostridium tetani, con su aspecto caractderístico en forma de maza |
Las bacterias suelen ingresar al cuerpo a través de un corte profundo, o de heridas de guerra. Cuando se introducen en heridas, si no se desinfectan, los bacilos despiertan en las zonas de tejido necrosado, sin oxígeno. La infección por tétanos aparece con más frecuencia en lesiones de menor gravedad porque las heridas severas tienen más posibilidades de recibir tratamiento y limpieza adecuados. Hay casos en los que no se conoce el lugar de entrada del microorganismo o ya no es visible cuando se producen los síntomas. Cuando entran en una herida profunda, las esporas se convierten en bacterias que pueden producir una potente toxina, la tetanospasmina, que afecta los nervios que controlan los músculos (neuronas motoras), produciendo espasmos musculares intensos e intermitentes y rigidez generalizada.
Frank H. Netter, uno de los mejores ilustradores médicos del s. XX , representó así la sonrisa sardónica típica del tétanos. |
El periodo de incubación es de 3 a 21 días. Entonces, debutan los síntomas. Uno de los primeros síntomas que desarrolla el paciente suele ser el "bloqueo" de la mandíbula, lo que se conoce con el nombre de trismo, o hipertonía que hace que sea imposible abrir la boca. Hay babeo y dificultad en deglutir, fiebre y sudoración intensa. El aumento del tono del músculo orbicular de los labios produce una contracción, parecida a la risa forzada, llamada risa sardónica. Esta fascies se describía clásicamente como "una cara de terror con sonrisa". La etimología de la palabra sardónica procede de la isla de Cerdeña, donde crecía una planta, la sardonia o cicuta de agua (Oenanthe fistulosa), con fama de provocar en la cara una contracción de risa afectada. Según la leyenda se administraba a los condenados a muerte, para que murieran sonriendo.
A continuación aparecen espasmos espinales y abdominales que originan la característica postura de opistótonos. La etimología de esta palabra viene directamente del griego «οπισθοτονος» (opisthótonos), formada por «οπισθεν» (opisthen) hacia atrás y «τονος» (tonos) que quiere decir tono, definiendo así esta postura forzada con flexión de los brazos y extensión de las piernas. El tetánico permanece en decúbito, con los talones y la cabeza doblados hacia atrás mientras el cuerpo se arquea violentamente hacia delante. Los espasmos producen un dolor intenso, y pueden ser tan intensos que pueden provocar fracturas óseas. La defecación es incontrolable.
Dibujo preparatorio para la pintura Opistótonos, en el que se aprecia claramente esta postura característica producida por el tétanos. |
El tetánico se muestra irritable y no suele perder la consciencia. La frecuencia cardíaca se acelera y se eleva la presión arterial. La muerte suele estar causada por una insuficiencia respiratoria, bien por obstrucción de las vías respiratorias altas durante los espasmos, o bien por la contracción continuada del diafragma. La falta de oxígeno puede provocar un paro cardíaco y la muerte. La obstrucción de la arteria pulmonar (embolia) o la neumonía es otra causa de muerte.
En la actualidad la vacunación protege adecuadamente del tétanos. La vacuna antitetánica fue descubierta por Emil von Behring (1834-1917) y es un compuesto proteico que se obtiene de la toxina tetánica y que se modifica con calor y formaldehido. Se comprobó ampliamente su eficacia durante la II Guerra Mundial. Desde 1930 se suele administrar a los niños como parte de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina acelular (DTaP). Esta vacunación brinda protección contra tres enfermedades: una infección respiratoria y de garganta (difteria), tos convulsa (tos ferina) y tétano.
Emil von Behring, descubridor de la vacuna antitetánica |
- 2 meses
- 4 meses
- 6 meses
- 15 a 18 meses
- 4 a 6 años
Generalmente, se suministra un refuerzo de la vacuna contra el tétanos junto con un refuerzo de la vacuna antidiftérica. En 2005, se aprobó una vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina (TDaP) para el uso en adolescentes y adultos menores de 65 años con el fin de garantizar también una protección continua contra la tosferina.
Se recomienda que los adolescentes reciban una dosis de la vacuna TDaP, preferiblemente a los 11 o 12 años, y un refuerzo de la vacuna contra el tétanos y la difteria cada 10 años a partir de entonces.