miércoles, 5 de junio de 2019

Jenny Saville (II): Accidentes







Jenny Saville

Reverse
(2002)

Óleo sobre lienzo.
Norton Museum of Art.
West Palm Beach. Miami.   



Los accidentes de tráfico son una característica de nuestro tiempo y suponen una alta tasa de mortalidad. La pintora Jenny Saville (Cambridge, 1970) como hemos comentado en otra entrada del blog ha dirigido su mirada al dolor que puede apoderarse del cuerpo femenino. Accidentes, intervenciones quirúrgicas (fundamentalmente de cirugía plástica), obesidad, transexualidad, son otras tantas circunstancias en el que la mujer puede sentirse prisionera en su cuerpo como en una celda de tortura. La pintura de Saville no es amable, ciertamente pero nos devuelve a la descarnada realidad de nuestro tiempo, a un cuerpo doliente probablemente más real que las idealizadas representaciones de cuerpos tan bellísimos e idealizados como lejanos de las vivencias cotidianas. Saville emplea el arte, de forma valiente y decidida, como testimonio de la mujer  actual, de su dolor, de su tragedia y de su destino. 




                  Jenny Saville: Withness (2009)                 
Las pinturas de Saville, de grandes dimensiones, están dirigidas a provocar y a remover el corazón del espectador, de producirle una cierta desazón e inquietud. Sus obras crean de entrada un cierto rechazo, una inevitable incomodidad, que se traduce al fin en una reflexión amarga sobre algunos aspectos de nuestra sociedad. Si el arte consiste en transmitir emociones a quien lo contempla, Jenny Saville lo consigue plenamente. El suyo es un Arte en mayúsculas y hace de la tragedia un instrumento intelectual que obliga a meditar sobre algunos aspectos a veces olvidados de nuestro tiempo. 


Jenny Saville: Red Stare Head IV
282 x 57,5 cm




Los personajes de Saville son mujeres, generalmente jóvenes, con heridas o contusiones en la cara, lo que aumenta la desazón al contemplarlas. 

Las miradas desoladas de las víctimas de accidentes, que contemplan vacías y desorientadas la inesperada llegada de un accidente grave, o los ojos vidriosos de algunos personajes, en pleno trance de enfrentarse a la muerte constituyen un resumen cruento y radical de lo efímero (y a veces absurdo) final de la vida. 







La muerte (o las circunstancias que pueden terminar en ella) ha sido siempre uno de los grandes temas del arte. Baste  recordar las crucifixiones o los Cristos yacentes, que se repiten a millares en el arte cristiano. Leonardo da Vinci estaba obsesionado por representar el momento exacto en el que se producía la muerte, y era asiduo asistente de primera fila en todas las ejecuciones públicas. Junto con el amor, la muerte es uno de los temas más representados en el arte de todos los tiempos. El estudio de color de la carnadura en las circunstancias de agonía o del cadáver son magistrales. Y las obras de Saville un importante testimonio de la muerte en nuestra época.  


Jenny Saville: Still (2003) 

La obra "Still" de Jenny Saville al lado de "Hombre desnudo de espaldas"
de Lucien Freud. Obsérvese el gran tamaño de las obras de Saville. 



Jenny Saville: 



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