Otto Dix
Retrato del laringólogo Dr. Mayer Hermann (1926)
Óleo sobre lienzo. 149,2 x 96,2 cm
MoMa New York |
Otto Dix fue un (1861-1969) fue un pintor alemán, encuadrado en el movimiento de la Nueva objetividad y el expresionismo. Dibujante excepcional, dejó buen número de pinturas sobre los desastrosos efectos de la I Guerra Mundial. Bajo el régimen nazi, su arte fue calificado de Arte degenerado, y fueron destruidas un gran número de sus obras, e incluso llegaron a detenerle. Tras la II Guerra Mundial, Dix no encontró ninguna corriente artística a la que acogerse y siguió practicando un estilo personal, que fue ampliamente reconocido en ambos estados alemanes.
En 1926, Otto Dix representó a su médico, el otorrinolaringólogo Dr. William Mayer-Hermann (1890-1945) en este cuadro que remeda a un buda con bata blanca. El laringólogo tenía una marcada obesidad que Dix subraya al representarlo en una visión frontal, destacando su prominente abdomen. El médico lleva en su frente el espejo frontal de Ziegler que solía usarse para la exploración de la garganta y que constituía casi un símbolo de la especialidad. Este instrumento, que ha venido sustituyéndose por otros aparatos, se sujetaba con una banda a la cabeza del médico, y tenía la función de concentrar y orientar los rayos luminosos procedentes de una fuente externa hacia una cavidad (especialmente la cavidad oral) permitiendo su examen, sin producir sombras. El retrato frontal permite superponer así tres círculos: el espejo exploratorio, la cara redonda del doctor y su prominente y esférico abdomen. Las demás formas corporales del laringólogo también son redondas ( las orejas, la papada, los hombros, la posición de los brazos...), en un juego morfológico de clara intención satírica.
Pero no termina aquí la visión jocosa de Dix, sino que se dedica a completar la escena con toda una serie de objetos redondos (lámpara, reloj, interruptor...) que establecen así un paralelismo con las formas anteriores. El resultado es un cuadro de clara comicidad.
Otto Dix quiere representar así la contradicción de muchos médicos de la época que recomendaban dietas y hábitos saludables mientras ellos mismos no los seguían. Por otra parte también ironiza sobre el aburguesamiento de los médicos en la Alemania de aquellos años.
El Dr. Mayer-Hermann era un ejemplo de este tipo de médicos burgueses bon vivants. Era un profesional de fama en Berlín donde había establecido su consulta de ORL. Destacó sobre todo como laringólogo, tratando las afecciones de garganta de actores y cantantes famosos.
El Dr. Mayer-Hermann era de origen judío y cuando se produjo el ascenso de los nazis al poder emigró a los EEUU. Realizó su convalidación como médico y obtuvo la nacionalidad americana. Cuando estalló la II Guerra Mundial intentó alistarse para combatir el nazismo pero fue rechazado por razones de edad. Estableció un consultorio médico en Manhattan y como había sucedido antes en Berlín, pronto atrajo una clientela de actores, artistas de cine y cantantes, como la soprano Lotte Lehrmann y el director Bruno Walter de la Metropolitan ópera. Su sala de espera estaba repleta de autógrafos y fotografías dedicadas de gente famosa, y tenía casi el aspecto de un restaurante de moda.
El Dr. Mayer- Hermann nunca poseyó su retrato. En 1926 se exhibió en la exposición de obras de Dix en la galería Neumann-Nierendorf de Berlín donde aparecía reproducida en el catálogo de las obras. Más tarde Dix la cedió para ser exhibida en la exposición "Modern German Painting and Sculpture" organizada por Alfred H. Barr junior en 1931 en el MoMa. Philip Johnson, en aquel momento director de l departamento de arquitectura del museo y miembro del consejo asesor del museo adquirió la obra y la cedió al museo al año siguiente. Curiosamente, el Dr. Mayer-Hermann en alguna ocasión fue a ver su propio retrato en las salas del museo.
En otra entrada del blog nos hemos referido a otro médico retratado por Otto Dix, el Dr. Hans Koch , con cuya esposa se fugó el pintor.
En 1926, Otto Dix representó a su médico, el otorrinolaringólogo Dr. William Mayer-Hermann (1890-1945) en este cuadro que remeda a un buda con bata blanca. El laringólogo tenía una marcada obesidad que Dix subraya al representarlo en una visión frontal, destacando su prominente abdomen. El médico lleva en su frente el espejo frontal de Ziegler que solía usarse para la exploración de la garganta y que constituía casi un símbolo de la especialidad. Este instrumento, que ha venido sustituyéndose por otros aparatos, se sujetaba con una banda a la cabeza del médico, y tenía la función de concentrar y orientar los rayos luminosos procedentes de una fuente externa hacia una cavidad (especialmente la cavidad oral) permitiendo su examen, sin producir sombras. El retrato frontal permite superponer así tres círculos: el espejo exploratorio, la cara redonda del doctor y su prominente y esférico abdomen. Las demás formas corporales del laringólogo también son redondas ( las orejas, la papada, los hombros, la posición de los brazos...), en un juego morfológico de clara intención satírica.
Otto Dix: Autorretrato con Jan (como San Cristóbal) |
Pero no termina aquí la visión jocosa de Dix, sino que se dedica a completar la escena con toda una serie de objetos redondos (lámpara, reloj, interruptor...) que establecen así un paralelismo con las formas anteriores. El resultado es un cuadro de clara comicidad.
Otto Dix quiere representar así la contradicción de muchos médicos de la época que recomendaban dietas y hábitos saludables mientras ellos mismos no los seguían. Por otra parte también ironiza sobre el aburguesamiento de los médicos en la Alemania de aquellos años.
El Dr. Mayer-Hermann era un ejemplo de este tipo de médicos burgueses bon vivants. Era un profesional de fama en Berlín donde había establecido su consulta de ORL. Destacó sobre todo como laringólogo, tratando las afecciones de garganta de actores y cantantes famosos.
El Dr. Mayer-Hermann era de origen judío y cuando se produjo el ascenso de los nazis al poder emigró a los EEUU. Realizó su convalidación como médico y obtuvo la nacionalidad americana. Cuando estalló la II Guerra Mundial intentó alistarse para combatir el nazismo pero fue rechazado por razones de edad. Estableció un consultorio médico en Manhattan y como había sucedido antes en Berlín, pronto atrajo una clientela de actores, artistas de cine y cantantes, como la soprano Lotte Lehrmann y el director Bruno Walter de la Metropolitan ópera. Su sala de espera estaba repleta de autógrafos y fotografías dedicadas de gente famosa, y tenía casi el aspecto de un restaurante de moda.
El Dr. Mayer- Hermann nunca poseyó su retrato. En 1926 se exhibió en la exposición de obras de Dix en la galería Neumann-Nierendorf de Berlín donde aparecía reproducida en el catálogo de las obras. Más tarde Dix la cedió para ser exhibida en la exposición "Modern German Painting and Sculpture" organizada por Alfred H. Barr junior en 1931 en el MoMa. Philip Johnson, en aquel momento director de l departamento de arquitectura del museo y miembro del consejo asesor del museo adquirió la obra y la cedió al museo al año siguiente. Curiosamente, el Dr. Mayer-Hermann en alguna ocasión fue a ver su propio retrato en las salas del museo.
En otra entrada del blog nos hemos referido a otro médico retratado por Otto Dix, el Dr. Hans Koch , con cuya esposa se fugó el pintor.
Otto Dix. Retrato del Dr. Hans Koch |
1 comentario:
Precisament he comprat una litografia de Otto Dix
Publicar un comentario