Atribuido a Jáuregui
Retrato de D. Miguel de
Cervantes Saavedra
Óleo sobre tela
Real Academia Española, Madrid |
Ya nos hemos referido, en este blog, a la patología cutánea, higiene y cosmética que aparece en algunos pasajes del Quijote (1)(2)(3)(4). Pero las enfermedades de la piel figuran en muchas otras obras de Cervantes, y a veces reflejan los nombres de las enfermedades o el tratamiento que se proponía en aquel tiempo.
En "El rufián dichoso" se hace mención de la enfermedad que sufrió fray Cruz, que puede interpretarse como lepra: las lesiones terminaron por deformar las manos en forma de garra.
En otro de los textos cervantinos, "El casamiento engañoso" hallamos alusiones a la sífilis en la respuesta que el alférez Campuzano da al licenciado Peralta:
Más adelante dice:
Tal vez esto pueda interpretarse como una alopecia luética aunque no hay que descartar que pudiera tratarse de una alopecia areata.
«A las demás preguntas no tengo que decir sino que salgo de aquel hospital de sudar catorce cargas de bubas que me echó encima o a cuestas una mujer que escogí por mía, que no debiera».
Más adelante dice:
«Mudé posada y mudé el pelo dentro de pocos días porque comenzaron a pelárseme las cejas y las pestañas y poco a poco me dejaron los cabellos; y antes de edad me hice calvo, dándome una enfermedad que llaman lupicia y por otro más claro, pelarela»
Tal vez esto pueda interpretarse como una alopecia luética aunque no hay que descartar que pudiera tratarse de una alopecia areata.
Asimismo, en "Persiles y Segismunda" se hace referencia al herpes, en su relación con brotes febriles de variada intensidad y con la inquietud o excitación sexual:
y en otro párrafo hallamos:
«quejándose sabrá el mundo siquiera, cuán grande fue de amor la calentura, pues salieron señales a la boca...»
y en otro párrafo hallamos:
«Mujer soy como tú, mis deseos tengo y hasta ahora, por honra del alma, no me han salido a la boca, que bien pudieran ser señales de calentura»
Estos son algunos de los ejemplos - y probablemente no todos - de enfermedades cutáneas que podemos encontrar en las obras del ilustre escritor, y que constituyen un fiel testimonio de las afecciones más comunes de su época.
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