Tamara de Lempicka. La madre superiora (detalle) |
Tamara de Lempicka
(1939) Musée de Beaux Arts, Nantes. |
Tamara de Lempicka (Varsovia,
1898 - Cuernavaca, 1980) fue una emblemática pintora de art decó. Influída por
Botticelli, Bronzino, el manierismo y el cubismo pintó sobre todo retratos
femeninos. Siguiendo la tendencia del art decó, sus mujeres son etéreas,
con ropajes flotantes y largos dedos, pero que dan una impresión escultural por
los marcados contrastes de luces y sombras, que realzan los volúmenes. Sus
influencias clásicas contrastaban con trazos modernos que subrayaba con
vestidos, complementos y peinados de última moda, reflejo de la alegre sociedad de los felices 20.
De familia acaudalada y
entroncada con la aristocracia, se instaló en París, donde tomó clases de
pintura con André Lhote. A partir de 1925 comienza a exponer su pintura,
acreditándose como una de las pintoras más emblemáticas del art decó. En 1933
realiza una estancia temporal en Chicago donde trabaja con Willem de Kooning y
Georgia O'Keefe.
En su cuadro La
madre superiora (1939), representa el rostro de una monja, alejándose de las
representaciones femeninas que generalmente la caracterizan, más voluptuosas y
eróticas. La tristeza y preocupación que expresa esta pintura no es ajena a alas circunstancias socio-políticas del momento. Hitler acababa de subir al poder, y en España, la sangrienta guerra civil se saldaba con la consolidación del fascismo franquista. La Italia de Mussolini codiciaba de manera inquietante las colonias francesas norteafricanas.
En una preocupada y convulsa Francia estaba de moda en aquellos años una canción satírica titulada "Tout va très bien, Madame la Marquise", en la que una angustiada marquesa llama a sus sirvientes después de sus vacaciones. Ellos le informan de que todo va bien, excepto pequeños detalles: el caballo preferido de la marquesa ha muerto, los establos y el castillo han sido destruídos por un incendio, su marido, el Sr. Marqués se ha arruinado y finalmente se había suicidado. Este era el ambiente de una insensata Francia en el momento que Tamara de Lempicka pintaba este cuadro.
En la cara afligida de la religiosa de Lempicka podemos ver en el labio inferior, cerca ya de la comisura, la presencia de un nevus intradérmico.
En una preocupada y convulsa Francia estaba de moda en aquellos años una canción satírica titulada "Tout va très bien, Madame la Marquise", en la que una angustiada marquesa llama a sus sirvientes después de sus vacaciones. Ellos le informan de que todo va bien, excepto pequeños detalles: el caballo preferido de la marquesa ha muerto, los establos y el castillo han sido destruídos por un incendio, su marido, el Sr. Marqués se ha arruinado y finalmente se había suicidado. Este era el ambiente de una insensata Francia en el momento que Tamara de Lempicka pintaba este cuadro.
En la cara afligida de la religiosa de Lempicka podemos ver en el labio inferior, cerca ya de la comisura, la presencia de un nevus intradérmico.
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