martes, 9 de julio de 2019

Miguel Ángel: La artrosis de un escultor






Jacopino del Conte 

Retrato de Michelangelo Buonarruoti

(1535) 


Óleo sobre tabla. 69,4 × 53 cm
Museo-Casa Buonarruoti. Florencia. 





Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), fue uno de los mayores exponentes del arte renacentista y autor de obras inolvidables como la Piedad del Vaticano, el Moisés o las pinturas de la capilla Sixtina. 

Escultor antes que pintor, Miguel Ángel sufrió una artrosis degenerativa en las manos, acelerada por el trabajo físico que supone esculpir continuamente la piedra, y que le causó dolores importantes. Hacia 1552 llegó a causarle graves problemas y a dificultar algunas actividades como esculpir o escribir con normalidad. 

Un grupo de reumatólogos e historiadores del arte se reunieron hace algunos años (2015) para estudiar las cartas y los escasos retratos que nos han llegado del artista. Las conclusiones de este estudio se publicaron en el número de enero del Journal of the Royal Society of Medicine (febrero 2016). 


Manos comparadas de los diferentes retratos de Miguel Ángel
(Tomado de Lazzeri y cols. 2016
A través de esta investigación documental llegaron a la conclusión que el artista padecía una artrosis a nivel de la articulación trapecio / metacarpiano, así como a nivel de la articulación metacarpo / falange, la articulación interfalángica del pulgar, la articulación metacarpo / falange y la articulación proximal interfalángica de los niveles del dedo índice desencadenada por el constante desgaste articular y óseo provocado por años de martillear y cincelar el mármol. 

Los primeros síntomas aparecen cuando el artista tenía 60 años, en 1535 (fecha del primer retrato) y que a los 77 años, en 1552, llegaron a ser bastante incapacitantes. En una carta a su sobrino declara: "... escribir me causa una gran incomodidad" (1552). En la base del primer dedo de la mano se puede observar un abultamiento, bastante característico de rizartrosis. 


La Piedad Rondanini, escultura en la que trabajaba
Miguel Ángel poco antes de morir.
A pesar de esta artrosis que cada vez limitaba más sus movimientos, el escultor se mantuvo activo y como pudo siguió trabajando hasta los 89 años. Los reumatólogos participantes en el estudio destacan el hecho de que probablemente, haber  mantenido una actividad regular le permitió conservar la funcionalidad de sus manos el mayor tiempo posible: Miguel Ángel padeció artrosis durante al menos 29 años, pero aún así pudo acabar diversas obras, entre ellas el fresco de la conversión de San Pablo, o la supervisión de las obras de la basílica de San Pedro en Roma. Poco antes de morir estaba trabajando en la Piedad Rondanini. Podemos decir pues que si bien su artrosis se precipitó por su trabajo de escultor, fue precisamente continuar esculpiendo lo que le posibilitó que sus movimientos no fueran totalmente menoscabados. 

Hasta ahora se creía que Miguel Ángel había padecido gota, ya que él mismo lo comentaba en una de sus cartas a su sobrino, Lionardo di Buonarroto Simoni, afirmando que la "artritis del tofo" le producía un "dolor cruel" en un pie. Aunque hay que decir que bajo el nombre de "gota" se agrupaban en aquel tiempo diversas enfermedades articulares, que actualmente diferenciamos. 


En el presunto retrato de Miguel Ángel de "La escuela de Atenas" de Rafael.
Las piernas hinchadas podrían revelar un edema por una nefropatía. 



Miguel Ángel también sufrió litiasis renal. En algunas de sus cartas describe los síntomas de la nefrolitiasis, con expulsión repetida de cálculos y una obstrucción aguda dramática. La sintomatología mejoró cuando el artista tomó diariamente agua mineral de Viterbo, por consejo del anatomista Matteo Realdo Colombo.  En el fresco de Rafael La Escuela de Atenas, en el Vaticano, Miguel Ángel sirvió de modelo para el personaje de Heráclito. Aparece con las rodillas y piernas hinchadas, lo que podría reflejar su problema renal.  


Pompeo di Giulio Caccini:
Retrato de Michelangelo Buonarroti (c. 1595)

Óleo sobre madera. Museo Casa Buonarroti, Florencia,
Como en otros muchos artistas de la época también se sospecha que Miguel Ángel pudo sufrir saturnismo (intoxicación crónica por plomo). El plomo provendría por una parte de los colores y solventes tóxicos usados en su pintura y que a veces goteaban en su cara. Pero hay que tener en cuenta que otra fuente de plomo era el vino, que solía almacenarse en contenedores de este metal. Miguel Ángel pasaba días enteros trabajando, en los que solamente tomaba pan y vino.  









Bibliografía

Espinel, CH. La gota de Miguel Ángel en un fresco de Rafael . 
Lancet 1999 ; 354: 2149 - 2151 . 

Hilloowala, R. Miguel Ángel: la anatomía y su implicación en su arte . 
Vesalio 2009 ; 15: 19 - 25 . 

Lazzeri D, Castello MF, Matucci-Cerinic M, Lippi D, Weisz GM. Artrosis en manos de Michelangelo Buonarroti. 
Rev Roy Soc Med 109; 180-183, 2016

Montes-Santiago J. El genio envenenado por el plomo: el saturnismo en artistas famosos a lo largo de cinco siglos .Prog Brain Res 2013 ; 203: 223 - 240 .

Ramsden EH. Las letras de Miguel Ángel. Vol. 2. Stanford, CA: Stanford University Press, 1963, pp. 153-211

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