lunes, 18 de marzo de 2019

La uroscopia, el examen medieval de la orina







Ulrich Pinder

Rueda de uroscopia
(1506)

Grabado impreso en libro
Colección Wellcome Institute
Museo de Ottawa



Mi antiguo compañero de facultad y buen amigo Josep M. Trull -que ya ha colaborado en otras ocasiones con nuestro blog- me envía esta imagen, que ha podido contemplar en el Museo de Ottawa (Canadá). Agradecemos al Dr. Trull su colaboración y su habitual seguimiento de nuestras publicaciones. 


Gerrit Dou. La uroscopia. 



Se trata de un grabado alemán de principios del s. XVI incluído en un tratado médico. Presenta una rueda con diversas redomas de orina clasificadas por su color. La observación al trasluz de las diversas cualidades de la orina  (uroscopia) permitían asociarla con diversos procesos patológicos. Es una guía dirigida a los médicos que usaban este médico diagnóstico de forma habitual. El examen macroscópico de orina no era solo visual, sino que incluía la observación del olor, tacto e incluso el sabor. Esta última práctica era indudablemente útil para diagnosticar procesos como la diabetes mellitus. 


Gerrit Dou. La mujer hidrópica


La uroscopia era una técnica diagnóstica que se efectuaba mediante la inspección visual y metódica de la orina para establecer el diagnóstico de las enfermedades internas. Fue uno de los procedimientos más usados en medicina para diagnosticar las afecciones del paciente. 

La uroscopia se realizaba recogiendo la orina en matulas, redomas de vidrio redondeadas dotadas de un cuello delgado en la parte superior, que remedaban la forma de la vejiga urinaria. Eran de vidrio totalmente transparente para permitir la correcta observación del color y características de la orina, sin ninguna interferencia. El vidrio también debe tener un grosor uniforme, para permitir la detección de impurezas de la orina tanto en la parte superior como en la inferior. 




Arriba: Miniatura medieval representando una uroscopia
en la obra de Gerardus Cremonensis
“Recueil des traités de médecine” (1250-1260).


Abajo: ilustración que representa el aprendizaje 
de la uroscopia en una escuela de Medicina



La iluminación también era un factor importante. Lo ideal era hacerlo en una habitación con iluminación ambiental discreta y comtemplar la redoma al trasluz, ante una ventana con luz intensa. 



Disponemos de múltiples representaciones gráficas de esta práctica. la primera se remonta al s. XII. Pero cuando se realizaron gran cantidad de pinturas con escenas de uroscopia fue en el s. XVII, época en la que esta práctica era muy frecuente. 


David Teniers. El médico (1640)  

Uno de los más destacados artistas que plasmaron escenas de uroscopia fue Gerrit Dou (1613-1675), un destacado discípulo de Rembrandt. Dou practicó una pintura detallista, y aunque pintó sobre variados temas, se dedicó especialmente a escenas de interiores domésticos. Entre ellas hay que señalar diversas escenas que mostraban visitas y reconocimientos médicos. Muchos de estas escenas se desarrollan en una habitación con pocas figuras, enmarcadas por una ventana, en las que se ve a un médico practicando la uroscopia, mirando al trasluz la matula. 



Jan Havicksz Steen (1626-1679). “La visita del médico” (1658-1662). Óleo sobre tabla. Wellington Museum. Apsley House. Londres

Otro contemporáneo de Dou, Jan Havicksz Steen (1626-1679) también se dedicó a escenas similares. Entre los dos nos han legado más de 20 escenas de uroscopia. A esto podemos añadir otras obras de artistas como David Teniers, Joos van Craesbeeck o Franz Cristoph Janneck.



 Joos van Craesbeeck. El examen de orina (1660)

Actualmente la uroscopia ha dejado de practicarse, sustutuída por los análisis mucho más precisos que permiten una mayor fiabilidad diagnóstica. Sin embargo hay que señalar que con anterioridad a los progresos técnicos que han contribuido a hacer de la Medicina una ciencia, la observación clínica del enfermo y sus excreciones, como la orina, permitían sospechas diagnósticas no despreciables. Así la diabetes podía diagnosticarse por el sabor dulce de la orina; la ictericia (generalmente producida por problemas hepatobiliares) producía una orina oscura, pardusca; ciertas enfermedades renales podían producir una orina de color rojizo y espumosa; la presencia de restos de sangre en la orina podían alertar de un tumor renal; las infecciones podían producir cambios cromáticos y olor fétido por fermentación de la orina...

Por esta razón las cartas de uroscopia como la que encabeza este escrito eran de gran utilidad para ayudar a los médicos a diagnosticar las enfermedades por la observación de las características de la orina. 



‘El alquimista médico’, óleo de Franz Cristoph Janneck.
      
La práctica de la uroscopia  era muy útil para evitar cirugías innecesarias. Ya el Juramento Hipocrático decía: 
No voy a cortar la piel en pacientes en los que la enfermedad es manifiesta …“.  

A partir de la uroscopia surgió posteriormente la uromancia, una práctica por la que supuestamente se podía predecir el futuro al contemplar las burbujas que se producían al orinar en una olla. Esta era por supuesto una práctica sin ninguna base científica ni médica, que entra de lleno en las supersticiones populares. 

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