Peter Paul Rubens
Orfeo y Eurídice (detalle)
(1635 y 1637)
Óleo sobre lienzo
Museo del Prado. Madrid.
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Hoy es el día mundial del cáncer de mama y nuestro blog quiere unirse a esta efemérides para reclamar mayor prevención y ayuda para las mujeres afectas de esta enfermedad.
Por eso queremos recordar una obra de Rubens, Orfeo y Eurídice, en el que la protagonista femenina muestra algunos signos sugestivos de este tipo de tumor mamario.
Peter Paul Rubens (1577-1640) pintó este cuadro entre 1635 y 1637. Siguiendo el gusto del barroco por los relatos de mitología clásica, se representa la leyenda del músico y poeta Orfeo. Su amada Eurídice había muerto víctima de la picadura de una víbora, tal como se representa en el lienzo de E. Quellinus "La muerte de Eurídice". Orfeo decidió intentar lo que nadie había conseguido hasta entonces: descender a los infiernos a rescatarla.
El reino de los muertos estaba al otro lado de la laguna Estigia, que solo se podía atravesar en barca, que era conducida por el barquero Caronte, que solamente aceptaba transportar a las almas de los difuntos. El viejo barquero no aceptaba jamás llevar en su barca a los vivos.
Orfeo intentó que Caronte lo aceptara. Para ello cantó las más bellas canciones, consiguiendo que el inflexible barquero hiciera una excepción. Así es como Orfeo llegó al inframundo, donde reinaba el terrible Hades, con su mujer, Perséfone. El joven enamorado se postró al pie de su trono, suplicándole el indulto para Eurídice, permitiendo su regreso al mundo de los vivos. A Hades le habían llegado comentarios sobre el maravilloso canto de Orfeo y le propuso un trato: si lograba emocionarlo haría una excepción con la desafortunada ninfa.
Orfeo intentó que Caronte lo aceptara. Para ello cantó las más bellas canciones, consiguiendo que el inflexible barquero hiciera una excepción. Así es como Orfeo llegó al inframundo, donde reinaba el terrible Hades, con su mujer, Perséfone. El joven enamorado se postró al pie de su trono, suplicándole el indulto para Eurídice, permitiendo su regreso al mundo de los vivos. A Hades le habían llegado comentarios sobre el maravilloso canto de Orfeo y le propuso un trato: si lograba emocionarlo haría una excepción con la desafortunada ninfa.
La música de Orfeo sonó de manera tan sublime en el reino de las sombras que Hades no tuvo más remedio que cumplir su promesa. Permitió que Orfeo volviera atravesando las espesas tinieblas. Eurídice podía ir tras él, en absoluto silencio. Orfeo no podía girarse en ningún momento, so pena de que Eurídice se quedara en el Averno irremediablemente.
Rubens: Orfeo y Eurídice (vista completa de la obra) Museo del Prado, Madrid. En el cuadrante mamario superior externo de la modelo se aprecia una invaginación cutánea. |
Tras aceptar esta condición, iniciaron su camino. Eurídice le seguía con cierta dificultad, algo rezagada porque cojeaba un poco: todavía le dolía un pie, ya que allí era donde le había picado la víbora. Orfeo caminaba en total oscuridad y en un silencio tan absoluto, que era fácil pensar que quizás Eurídice se había perdido. Se giró un poco para cerciorarse, pero entonces vió como la sombra de Eurídice se desvanecía para siempre. En el último momento, lo había perdido todo.
En el cuadro de Rubens se representa como Orfeo y Eurídice emprenden el regreso, ante la aquiescencia de Hades y Perséfone. Eurídice muestra su seno izquierdo descubierto, y permite que veamos en él algunas alteraciones. En el cuadrante superior externo aparece una impronta o invaginación de la superficie cutánea, pero no se observa una retracción global de la mama, tal vez por la interposición del brazo izquierdo, pegado al cuerpo de la mujer, que dificulta la evidencia de una posible retracción. Sin embargo, al realizar presión de abajo arriba sobre el pecho cabría esperar que se produjera un cierto abultamiento, en vez de una depresión de la superficie cutánea. Esto nos permite suponer que puede haber una alteración en el interior del pecho (probablemente un tumor) que provocaría una retracción de la piel hacia el interior de la mama.
Una imagen similar a la que se reproduce en el cuadro puede observarse en los estadios más precoces del cáncer de mama como un signo indirecto, que revela que dentro y al fondo de la depresión cutánea estaría ubicado un tumor de mama que produce una retracción de la piel.
El cáncer de mama es bastante frecuente en Holanda, país con una alimentación tradicional rica en grasas. Es posible que algunas de las modelos de Rubens presentaran esta alteración. En un artículo publicado por los oncólogos J.J. Grau, M. Prats y M. Díaz-Padrón en la revista Medicina Cínica se sostiene la hipótesis de que la modelo de Orfeo y Eurídice sería la misma que la de las "Las Tres Gracias" y la que aparece en "Diana y sus ninfas perseguidas por sátiros", en donde aparecen transtornos similares. Pensar en una coincidencia de patología en tres mujeres diferentes y en la misma mama izquierda en los tres casos sería muy poco probable. Teniendo en cuenta las fechas en las que fueron pintadas las tres obras permite suponer que el tumor habría tenido una evolución lenta, cosa no del todo extraña, ya que a veces este tipo de tumores pueden desarrollarse de forma bastante lenta, que puede ser superior a los 10 años.
es posible que esta modelo con cáncer de mama fuese Suzanne Fourment, la hermana de Helène, segunda mujer de Rubens, que también le sirvió en muchas ocasiones de modelo. Su fisonomía coincide bastante con la de la ninfa que presenta la tumoración mamaria, por lo que podríamos suponer que tal vez fuera su cuñada Suzanne la modelo que padecía un cáncer de mama.
Sirva este comentario para unirnos a las actuaciones que en todo el mundo se realizan en este Día Mundial del Cáncer de Mama y alentar los progresos y esfuerzos de la comunidad científica para alcanzar una mejor prevención y tratamiento de esta enfermedad.
Bibliografía
Grau JJ, Prats M, Díaz-Padrón M. Cáncer de mama en los cuadros de Rubens y Rembrandt. Med Clin 2001;116:380-4.
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