Isidoro de Arredondo
Retrato del pintor Francisco Rizi Óleo sobre lienzo. Museo del Prado. Madrid. |
Isidoro de Arredondo (1657-1702) fue un pintor español, de la época barroca. Había nacido en Colmenar de Oreja, un pueblo cercano a Madrid y se formó en el taller de Francisco Rizi convirtiéndose pronto en su discípulo más aventajado.
De las obras que conservamos de Arredondo, destacan Santa Clara ahuyentando a los infieles con la eucaristía y San Luis obispo, en Gloria (ambas en el Prado), ejecutadas en 1693 para el convento madrileño de franciscanas de Nuestra Señora de Constantinopla, y las Historias de san Eloy de 1693 para los laterales de la capilla mayor de la iglesia de San Salvador (Patrimonio Nacional, Madrid). Practicó la técnica del fresco, destacando la decoración del cuarto de la reina y del despacho del rey del palacio del Buen Retiro y la galería del cierzo del Alcázar Real (ambos destruidos).
Arredondo mantuvo una gran amistad con su maestro Rizi, convirtiéndose en su ayudante más preciado. Incluso llegó a casarse con una ahijada de su maestro. Esta relación familiar le permitió obtener el título de pintor del rey poco antes de la muerte de Rizi (1685). En su producción pictórica se aprecia la influencia de Claudio Coello, pintor al que Arredondo se acercó tras la muerte de su maestro.
Arredondo efectuó algunos retratos del pintor Rizi. En uno de ellos, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Asturias, se representa al pintor, en el fondo, pintando un cuadro. En un ángulo aparece, en penumbra, el rostro de Felipe IV, su protector. Otro retrato de Rizi figura en la colección del Museo del Prado.
En ambos retratos destaca la presencia de un pequeño tumor en la zona frontoparietal izquierda, que probablemente corresponde a un quiste epidermoide, lo que suele conocerse vulgarmente como lobanillo.
De las obras que conservamos de Arredondo, destacan Santa Clara ahuyentando a los infieles con la eucaristía y San Luis obispo, en Gloria (ambas en el Prado), ejecutadas en 1693 para el convento madrileño de franciscanas de Nuestra Señora de Constantinopla, y las Historias de san Eloy de 1693 para los laterales de la capilla mayor de la iglesia de San Salvador (Patrimonio Nacional, Madrid). Practicó la técnica del fresco, destacando la decoración del cuarto de la reina y del despacho del rey del palacio del Buen Retiro y la galería del cierzo del Alcázar Real (ambos destruidos).
Arredondo mantuvo una gran amistad con su maestro Rizi, convirtiéndose en su ayudante más preciado. Incluso llegó a casarse con una ahijada de su maestro. Esta relación familiar le permitió obtener el título de pintor del rey poco antes de la muerte de Rizi (1685). En su producción pictórica se aprecia la influencia de Claudio Coello, pintor al que Arredondo se acercó tras la muerte de su maestro.
Isidoro de Arredondo. El pintor Francisco Rizi. Óleo sobre lienzo 89,5 x 79 cm Museo de Bellas Artes de Asturias. Oviedo. |
Arredondo efectuó algunos retratos del pintor Rizi. En uno de ellos, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Asturias, se representa al pintor, en el fondo, pintando un cuadro. En un ángulo aparece, en penumbra, el rostro de Felipe IV, su protector. Otro retrato de Rizi figura en la colección del Museo del Prado.
En ambos retratos destaca la presencia de un pequeño tumor en la zona frontoparietal izquierda, que probablemente corresponde a un quiste epidermoide, lo que suele conocerse vulgarmente como lobanillo.
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