viernes, 12 de octubre de 2018

Las enfermedades de Napoleón (y XI): ¿síndrome de Zollinger-Ellison?





Horace Vernet 

El emperador Napoleón I 
(1815)

Óleo sobre lienzo 24 x 59.7cm
National Gallery. Londres. 



A la teoría de muerte por cáncer gástrico y a la de envenenamiento con arsénico, hay que añadir otra teoría formulada en los años 80 del s. XX por el endocrinólogo Robert Greenblat.

Durante la última década de su vida, el cuerpo de Napoleón sufrió una clara transformación, apreciable en sus retratos. Su cuerpo fue redondeándose y sus partes genitales empezaron a atrofiarse, como se pudo advertir cuando profanaron el cadáver. Según el artículo que este investigador norteamericano publicó en la revista científica «British journal of sexual medicine», a partir de los cuarenta años de edad Napoleón Bonaparte mostró los síntomas de una enfermedad glandular que se conoce como síndrome de Zollinger-Ellison: una especie de transexualización.


Steuben (copia) Retrato de Napoleón Óleo sobre lienzo 52.7 x 39.4 cm
Colección particular 


Realmente llama la atención el contraste entre un capitán Bonaparte casi caquéctico, un delgado general vendimiario y el obeso emperador de los últimos años. Al mismo tiempo que avanzaba su obesidad (a partir de 1810) se modificaba también su carácter. Al decidido estratega de antaño, rápido en su actuación era ahora indeciso y dubitativo. Cada vez era mayor su indiferencia y su constante somnolencia. El 7 de mayo de 1810, en una fiesta en Gante, se llegó a quedar dormido en su trono. 

También su comportamiento sexual se modificó. En la época de su matrimonio con Josefina tenía fama de ser un fogoso amante. Pero su actividad sexual se redujo bastante tras su boda con la emperatriz María Luisa. también comenzó a desarrollar algunos rasgos femeninos, como denota su escaso pelo facial o su piel extremadamente blanda. 

Ya hemos hablado de los intensos dolores abdominales, que pueden ser interpretados como consecuencia de la colelitiasis o del cáncer gástrico, aunque también aparecen en el síndrome de Zollinger-Ellison. Se quejaba también de entumecimiento de las piernas.

El síndrome de Zollinger-Ellison está causado por tumores que, por lo general, están localizados en la cabeza del páncreas y en la parte superior del intestino delgado. Habitualmente, las personas afectadas por estos tumores derivan en neoplasia endocrina múltiple tipo I (NEM I), que provocan graves desórdenes hormonales.  Especialmente, una producción excesiva de gastrina. La gastrina es una hormona producida por las células de los islotes del páncreas y unas células del estómago y doudeno. El síndrome ocurre cuando estas células empiezan a proliferar incontroladamente formando un tumor llamado gastrinoma que segrega gastrina. El síntoma principal de esa afección es el dolor abdominal causado por úlceras gástricas y duodenales. Otros síntomas son el reflujo gastroesofágico y diarrea (en un 50% de los casos). A veces pueden producirse hematemesis (vómito de sangre),  esteatorrea (presencia de grasas en las heces) o acidosis metabólica. 

Como prueba de ello, el doctor Greenblat apunta que en el examen posterior a su muerte se reveló que el cuerpo del Gran Corso estaba cubierto por una espesa capa de grasa, su piel era blanca, las espaldas estrechas, las manos y los pies pequeños, hasta el extremo de que varios forenses quedaron asombrados por la belleza de sus brazos y de sus pechos redondos y sin pelo, «que muchas mujeres hubieran envidiado». El transtorno endocrino pudo haber sido causado por tumores en testículos o en las suprarrenales, que pudieran haber ocasionado un efecto de feminización. 


Bibliografía

Rego A. De lo humano a lo divino. Napoleón ...entre investigaciones y elucubraciones. http://araceliregolodos.blogspot.com/2015/03/napoleonentre-investigaciones-y.html

Napoléon 1º trahi par son pancréas. http://www.histoire-en-questions.fr/curiosites/napoleon1.html




jueves, 11 de octubre de 2018

Las enfermedades de Napoleón (X): La teoría del envenenamiento






Horace Vernet 

Napoleón en su lecho de muerte
(1826)

Musée de la Légion d'Honneur. Paris




En una entrada anterior tratábamos de la hipótesis del cáncer gástrico perforado como la causa de la muerte de Napoleón, tal como consta en el informe de su autopsia y que es defendida por muchos autores como la más probable. 

Pero otra teoría ha alcanzado también un cierto predicamento: la de que Napoleón fue envenenado por sus adversarios políticos para hacerlo desaparecer y evitar intentonas como la de los 100 días que concluyó con la derrota de Waterloo. 

El dentista y toxicólogo Sten Forshufvud ha sido uno de los que ha defendido más fervientemente esta posibilidad. Apoyaba su suposición en algunos datos. También otros autores, como Ben Weider se han hecho eco de esta hipótesis.

Charles Steuben. Napoleón en su lecho de muerte (1828)



En 1955 aparecieron los diarios de Louis Marchand, asistente de cámara de Napoleón. Tras estudiarlas minuciosamente, el dentista y toxicólogo Sten Forshufvud llegó a la conclusión que las descripciones del militar corso que allí aparecen sugerían que Bonaparte había sufrido un envenenamiento con arsénico de forma indirecta. Otros autores, como Ben Weider secundaron esta hipótesis.

Otro hecho parecía favorecer la teoría del veneno. Cuando el cuerpo de Napoleón fue exhumado en 1840 para llevarlo a la actual tumba en Les Invalides de París, se encontró incorrupto. Es bien conocido que el arsénico es un buen conservante. El cadáver podría no haberse corrompido por acción del arsénico.  

Alentado por estos indicios, Forshufvud consiguió por diversas vías algunos mechones de cabellos de Napoleón y los hizo analizar por Hamilton Smith de la Universidad de Glasgow. Los resultados revelaron que Napoleón había recibido arsénico de forma crónica desde 1805. Su efecto acumulativo, potenciado por los calomelanos que le habrían administrado terapéuticamente y el adverso clima de Santa Elena lo habrían debilitado considerablemente. 


Exhumación del féretro de Napoleón en Santa Elena (15 de octubre de 1840)

En 2001, Pascal Kintz, del Instituto Forense de Estrasburgo volvió a analizar el pelo de Napoleón, conservado después de su muerte. Concretamente, llevó a cabo:

  1. Medición global de arsénico en cinco mechones de cabello mediante espectrofotometría de absorción atómica.
  2. Localización anatómica del arsénico en el cabello mediante Nano-SIMS.
  3. Análisis mineral completo con especiación, un método para determinar con precisión la naturaleza del producto tóxico, en este caso arsénico.

Kinz halló una gran cantidad de arsénico (entre 7 y 38 veces los niveles normales). La distribución del arsénico era irregular, por lo que los resultados parecen indicar que aunque había absorbido altas dosis de arsénico éste se le había administrado a intervalos, al azar.  El arsénico no se elimina, por lo que esta fue sin duda una de las causas del debilitamiento progresivo del emperador en la última etapa de su vida. 

Es indudable pues que Napoleón recibió arsénico en cantidades importantes. Lo que se plantea es la intencionalidad de esta administración ¿fue parte de un plan para eliminarlo sin que se notara? ¿o fue simplemente una administración médica yatrogénica? 

Sin embargo, el arsénico se encontraba en el pelo de Napoleón en muestras tomadas en 1805, 1814 y 1821. Es decir, que si el arsénico hubiera sido la causa de la muerte, Napoleón probablemente hubiera muerto mucho antes. El emperador, además, estaba cotidianamente en contacto con diversos productos que contenían arsénico: un tónico para el pelo, pegamento y tintas usados en aquel tiempo, e incluso el papel pintado usado para decorar las paredes de su casa. 

También hay que tener en cuenta el efecto de otros tóxicos que podrían haber contribuído a incrementar el efecto del arsénico. El régimen médico al que se sometió a Napoleón en Santa Elena incluía tratamientos con tartrato potásico de antimonio (también llamado emético tártaro), enemas regulares, y una dosis de 600 miligramos de cloruro mercúrico (calomelano) para purgar sus intestinos, una dosis que es claramente excesiva. Un grupo de investigadores del Departamento de Examinadores Médicos de San Francisco especula que este tratamiento pudo haber conducido a la muerte de Napoleón, causándole una deficiencia grave de potasio. 

Napoleón sentía siempre una sed intensa que algunos interpretan también como un síntoma de envenenamiento crónico con arsénico. Intentaba calmar la sed tomando grandes cantidades de orgéat (una especie de horchata hecha de almendras, azúcar y agua de azahar). Las almendras amargas usadas para darle sabor al orgéat tienen un alto contenido en cianuro. 

La sospecha del envenenamiento queda en el aire. Aunque parece más probable que el emperador falleciera por un cáncer gástrico, es indudable que, de forma intencionada o no, estuvo también sometido a la acción de productos tóxicos, lo que si no fue la causa de su muerte contribuyó sin duda a acelerarla. 


Bibliografía

Damamme Jean-Claude, Empoisonnement de Napoléon ; Vérités – mensonges ; à propos de l’intervention de Thierry Lentz, 2003,http://www.napoleonicsociety.com

Napoleón Bonaparte https://www.dequemurio.com/como/Napole%C3%B3n_Bonaparte/

Riaud Xavier, Les dentistes, détectives de l’histoire, L’Harmattan (éd.), Collection Médecine à travers les siècles, Paris, 2006


Weider, Ben, and Forshufvud, Sten. 1983. Assassination At St. Helena: The Poisoning Of Napoleon Bonaparte. Berkley Books. ISBN 0-425-06050-0

miércoles, 10 de octubre de 2018

Las enfermedades de Napoleón (IX): ¿murió por un cáncer gástrico?





Jean-Baptiste Mauzaisse

Napoleón en su lecho de muerte, una hora antes de su entierro
(1843)

Óleo sobre lienzo 210x110cm
Château de Malmaison et de Bois-Pré.
Rueil-Malmaison



Como hemos visto en entradas anteriores, Napoleón presentó durante los años de su exilio en la isla de Santa Elena una compleja sintomatología digestiva. En esta entrada disertaremos sobre las posibles causas de su muerte, un tema controvertido y que ha hecho correr ríos de tinta. 

Napoleón murió el 5 de mayo de 1821, a los 51 años de edad, en la isla de Santa Elena donde estaba exiliado y vigilado por una guarnición inglesa. 

Dos son las principales teorías que se han expuesto: la de que Napoleón fue envenenado por sus adversarios políticos y la que defiende que fue a consecuencia del cáncer de estómago que padecía, tal como figura en el certificado de defunción realizado por el Dr. Francesco Antommarchi, y que defienden muchos autores. 

Según la autopsia, realizada por el médico corso Francesco Antommarchi, Napoleón murió por una úlcera crónica de estómago perforada que habría causado una peritonitis. Antommarchi tuvo dificultades para separar la pared externa del estómago del hígado, lo que sugiere una fibrosis ya antigua. Este diagnóstico es compatible con el de cáncer de estómago que como hemos visto, padecía el emperador. 

Naturalmente, el diagnóstico de certeza debería ser histopatológico, perforación de estómago. Pero algunos argumentos podrían reforzar esta hipótesis:
  • Antecedentes familiares: Charles Bonaparte, padre de Napoleón falleció por un cáncer gástrico
  • La autopsia describía la presencia de ganglios linfáticos aumentados de gran tamaño en las proximidades del estómago
  • Caquexia: Pérdida de 10 Kg de peso en los últimos 6 meses de vida
  • Hemorragia: el 3 de mayo, dos días antes de morir, melenas (heces negras, de olor nauseabundo y consistencia de alquitrán)
  • Fue tratado con dosis altas de calomelanos (cloruro de mercurio), irritante de la mucosa, que favoreció todavía más la perforación del estómago y aceleró el proceso.

Jean-Baptiste Mauzaisse: Napoleón, coronado por el Tiempo, escribe el Código Civil. Óleo sobre lienzo 131x160. Château de Mailmaison et de Bois-Pré. Rueil-Malmaison


Por lo tanto, Bonaparte pudo presentar una forma clínica de cáncer gástrico úlcerovegetante, terebrante,e infiltrante. En estos casos el cáncer asienta en la pequeña incurvación gástrica, extendiéndose hacia la región prepilórica. La retracción de los tejidos provoca una estenosis anular (lo que explicaría los vómitos). Se suele formar entonces una ulceración en forma de cráter con los bordes indurados que finalmente puede ocasionar la perforación de la pared gástrica. Los ganglios engrosados y duros de la zona son un testimonio de la invasión tumoral de la zona.  

Nos queda la duda sobre la gran induración hepática palpada por Antommarchi en 1819. ¿Era imputable a la colelitiasis o ya era una metástasis del carcinoma gástrico? La rica sintomatología digestiva de los últimos años de Bonaparte se solapa y superpone causando una cierta dificultad para deslindar diagnósticos. 



Bibliografía

Antommarchi F., Mémoires du Docteur F. Antommarchi ou les derniers momens [sic] de Napoléon, Librairie Barrois L'Aîné, Paris, 1825.

Benhamou Albert, L'autre Sainte-Hélène, la captivité, la mort et les médecins autour de Napoléon, Albert Benhamou Publishing, 2010.

Costanzo J. A propos des maladies de Napoléon à Sainte-Hélène: les pathologies digestives. 
https://www.napoleon.org/histoire-des-2-empires/articles/a-propos-des-maladies-de-napoleon-a-sainte-helene-les-pathologies-digestives/

Lugli A, Zlobec I, Singer G, Kopp Lugli A, Terracciano LM, Genta RM: Napoleon Bonaparte's gastric cancer: a clinicopathologic approach to staging, pathogenesis, and etiologyNature Reviews Gastroenterology and Hepatologyno 4,‎ p. 52-57

Riaud X. Napoléon et ses maladies.
https://www.napoleon.org/histoire-des-2-empires/articles/napoleon-et-ses-maladies/

Wikipédia. Mort de Napoléon Ier. 
https://fr.wikipedia.org/wiki/Mort_de_Napol%C3%A9on_Ier#cite_ref-Nature_10-1



Serie de las enfermedades de Napoleón: 



martes, 9 de octubre de 2018

Las enfermedades de Napoleón (VIII): Cáncer gástrico






William Quiller Orchardson

Santa Elena 1816: Napoleón dictando al conde Las Cases el relato de sus campañas
(1892)

National Museums Liverpool 



En una entrada anterior tratábamos de algunas enfermedades que afectaron a Napoleón durante su exilio en Santa Elena (colelitiasis, colitis, cistitis...). Hoy nos referiremos a una de las patologías que más comentarios han merecido por parte de los historiadores. 

El 23 de septiembre de 1819, el Dr. Antommarchi realiza una exploración completa de Napoleón y refmiere encontrar "una región epigástrica endurecida, extremadamente dolorosa a la presión", lo que atribuye a una hipertrofia aislada del lóbulo hepático. El resto de la sintomatología era la habitual. 

Desde septiembre de 1820 (un año después) la salud del emperador se degrada de forma visible. Hasta el punto que su médico afirma, refioriéndose a sus piernas: "se ha quedado en nada, es como un esqueleto". En efecto, desde que ha llegado a Santa Elena, Bonaparte ha adelgazado considerablemente, hasta el punto que en volumen es como una cuarta parte de lo que era antes. 

Muchos de sus síntomas encajan bien en el diagnóstico de cáncer gástrico: crisis de hipo, epigastralgia, anaorexia, vómitos, adelgazamiento excesivo, debilidad extrema... Pero no todos. Napoleón presenta también disuria, fiebre, sudoración excesiva, letargia, transtornos circulatorios. Y también estreñimiento alternado con episodios diarreicos...  En esta compleja sintomatología se entremezclan la patología biliar, la digestiva y la pulmonar, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones. Esta mescolanza de síntomas diversos será la norma entre 1817 y 1820. 


Franz-Josef Sandmann: Napoleón en Santa Elena (circa 1820).
Litografía a partir de acuarela

El diagnóstico de cáncer se hará cada vez más evidente a partir de 1820. Los vómitos tras la ingesta serán cada vez más habituales, hasta llegar a una intolerancia gástrica casi total. El 25 de abril los vómitos son negruzcos, probablemente una hematemesis. Es previsible que se estuviera desarrollando una proliferación tumoral gástrica prepilórica, infiltrando la región antral. A partir de este momento se dificulta el vómito, y cada vez son más frecuentes las hemorragias. 

En una próxima entrada abordaremos el tema de la muerte del emperador, tema que ha sido motivo de diversas controversias. 




Bibliografía

Lugli A, Zlobec I, Singer G, Kopp Lugli A, Terracciano LM, Genta RM: Napoleon Bonaparte's gastric cancer: a clinicopathologic approach to staging, pathogenesis, and etiologyNature Reviews Gastroenterology and Hepatologyno 4,‎ p. 52-57




Serie de las enfermedades de Napoleón: 







lunes, 8 de octubre de 2018

Las enfermedades de Napoleón (VII): Colelitiasis, colitis y otras enfermedades





Hippolyte Paul Delaroche

Napoleón tras abdicar en Fontainebleau
(1846)

Óleo sobre lienzo.  69,2 x 53,2 cm
Osborne House. Isla de Wight.



En entradas anteriores hemos revisado los principales males que aquejaron a Napoleón, tanto en su juventud, campañas militares, heridas diversas, caídas de caballo y las enfermedades que le afectaron durante su época de emperador. Consideraremos ahora las que tuvo tras su abdicación y cautiverio. Disponemos para ello de diversos diarios médicos y el informe post-mortem de la autopsia, llevada a cabo por el Dr. Antommarchi, asistido por numerosos médicos británicos, que nos pueden documentar al respecto. Además disponemos de signos indirectos, referencias veladas del lenguaje, de cambios en sus hábitos nutricionales, etc. 

Litiasis biliar

A pesar de que todos los médicos de Napoleón diagnosticaban hepatitis crónica, una observación cuidadosa de la sintomatología indica más bien una angiocolitis, una frecuente complicación de la litiasis biliar. 

Los dolores del hipocondrio derecho, intensos eran independientes de la ingesta alimentaria, y se irradiaban de forma muy evocadora hacia la escápula derecha. Los ataques, que se resolvían espontáneamente, solían acompañarse de fiebre alta, con sudor y escalofríos; emisión de orinas oscuras (coluria); y color amarillo-rojizo de las conjuntivas (subictericia). Tenemos así la tríada semiológica característica (dolor, fiebre e ictericia) de la angiocolitis, que es una complicación séptica de la litiasis biliar, causada al sobreinfectarse la bilis retenida por la obstrucción del canal colédoco por un cálculo.


Napoleón en el exilio de Santa Elena
 
En septiembre de 1819, Antommarchi percibió claramente "una vesícula biliar tensa que hacía relieve en el hipocondrio derecho". Posteriormente, en su informe de autopsia este mismo cirujano señaló que "la vesícula estaba distendida y contenía una bilis extremadamente espesa y grumosa" lo que sugiere la presencia de pequeños cálculos (microlitiasis) y confirma el diagnóstico de enfermedad biliar. 

Este diagnóstico suele asociarse a dispepsia con náuseas y vómitos, cefaleas, o inhibición respiratoria, en episodios cíclicos que se resuelven espontáneamente en pocos días. No hay nada en la historia clínica de Bonaparte que permita pensar en una colecistitis aguda y mucho menos en una pancreatitis, que hubiera podido tener nefastas consecuencias. 



Colitis crónica

Además de la colelitiasis, Napoleón presentó crisis de colitis crónica, que unido a lo anterior, dificultaban un correcto diagnóstico.


Napoleón se quejaba frecuentemente de su estreñimiento crónico, que intentaba aliviar con enemas y purgantes. Le había comentado en alguna ocasión al Dr. Antommarchi:
«la constipation m'est habituelle, c'est une incommodité de l'enfance, elle ne m'a jamais quitté»
(Tengo estreñimiento habitual, es un problema de infancia, siempre lo he tenido)
(Trad: XS)  

Es probable que se tratara de una colitis funcional crónica, ya que ninguna lesión pudo evidenciarse en la autopsia.  

Algunos episodios diarreicos ocasionales podrían también estar en relación con el curso clínico de la colitis o bien tratarse de infecciones bacterianas o parasitarias puntuales. 


Patología urinaria 

Napoleón refería ocasionalmente dolores en el bajo vientre . Si se tiene en cuenta que también refería orina turbia y concentrada y de que en la autopsia se encontró una vejiga urinaria retraída, podría haberse tratado de episodios de cistitis, probablemente infecciosa. 


Patología pulmonar

Bonaparte refería frecuentes brotes de tos seca que él relacionaba con lesiones pulmonares y pleurales. En la autopsia se encontraron nódulos y cavidades en el pulmón izquierdo, lo que tal vez sugiere la posible existencia de una tuberculosis, un mal tan frecuente en su época. 


Bibliografía


Boigey M, Les maux de Napoléon, en Chronologie – Sainte-Hélène : la maladie de l'Empereur, Almanach Napoléon, p. 1-2, 1930http://www.napoleonprisonnier.com


Castelot A, Bonaparte, Librairie Académique Perrin, Paris, 1967.

Castelot A, Napoléon, Librairie Académique Perrin, Paris, 1968.

Gallo M, Napoléon, Magellan (éd.), 8 vol., Paris, 1998.

Las Cases E. Mémorial de Sainte-Hélène, Le Grand Livre du Mois (éd.), Tome IV, Paris, 1999

Riaud, X. Napoléon et ses maladies.
https://www.napoleon.org/histoire-des-2-empires/articles/napoleon-et-ses-maladies/ 



Serie de las enfermedades de Napoleón: 
V: El Emperador 
VI: ¿Por qué llevaba la mano en el chaleco?
VII: Colelitiasis, colitis y otras enfermedades

VIII: Cáncer gástrico

IX: ¿murió por un cáncer gástrico? 

X: La teoría del envenenamiento