viernes, 22 de noviembre de 2019

Restauración de una nueva pieza del Museo Olavide






Enrique Zofío Dávila

Carcinoma mamario
(1906)

Molde de cera  
Museo Olavide. Madrid 





El museo Olavide de Madrid es un importante museo de figuras de cera que reproducen el aspecto de las enfermedades de la piel. Este tipo de museos eran de gran utilidad en el s. XIX, cuando no se disponía de otra manera de dejar constancia de diversos cuadros clínicos ya que todavía no se disponía de la posibilidad de fotografiarlos. Algunos museos como el del Hospital de Saint-Louis de París llegan a reunir unas 5.000 figuras. Actualmente el Museo Olavide, creado por el pionero de la Dermatología en Madrid José Eugenio de Olavide, es una de las más importantes colecciones de este género del mundo. 


El equipo del Museo Olavide.
De izquierda a derecha: David Aranda, Dr. Luis Conde y Amaya Maruri

Como ya hemos comentado en otros posts del blog, las figuras del museo Olavide permanecieron olvidadas durante décadas. Embaladas en cajas de madera, abandonadas en los sótanos de un hospital, incluso se había perdido su recuerdo. Fue el empeño de algunos dermatólogos, entre los que cabe destacar el papel del actual director del museo, Dr. Luis Conde, los que consiguieron, tras una ardua labor, sacar nuevamente a la luz los viejos moldes de cera, que han sido limpiados, restaurados y expuestos nuevamente en un pabellón de la Universidad Complutense de Madrid. 

 Amaya Maruri trabajando en la
restauración de una pieza. 

(Fotografía del Museo Olavide) 
En el proceso de restauración esta pieza 
fue sometida a un cuidadoso 
lavado con agua jabonosa
(Fotografía del Museo Olavide) 
Sin embargo, los trabajos de restauración continúan, de la mano de dos entusiastas restauradores, Amaya Maruri y David Aranda, cuyo encomiable y paciente trabajo hace posible que sigan incorporándose nuevas piezas a la exposición. 

Fotografia del caso representado,
que apareció adjunto a la historia clínica.
(Museo Olavide, Madrid) 
Recientemente el equipo del Museo Olavide ha terminado la restauración de una pieza de un caso clínico de cáncer de mama, acaecido a principios del s. XX y que fue atendido en el Hospital de San Juan de Dios (consulta del Dr. Azúa) en los primeros años del s. XX. El autor de la pieza fue Enrique Zofío Dávila (ca. 1840-1915), uno de los ceroescultores del museo, que realizó esta obra en 1910.

La pieza llevaba adjunta una detallada historia clínica, un comentario del Dr. E. Sáinz de Aja, e incluso una fotografia de la enferma (en 1910 ya se disponía de esta posibilidad iconográfica) documentos que nos permiten conocer muchos datos de la evolución de este caso y comprobar la verosimilitud de la figura de cera recientemente restaurada

Según este documento, el proceso patológico comenzó en 1906 apareciendo en la mama izquierda un bulto del tamaño de una avellana que progresivamente invadió toda la glándula mamaria que adquirió una consistencia dura, leñosa. En 1909 se comenzó a ulcerar, produciendo la destrucción de la totalidad del tejido mamario y de los músculos pectorales y llegando, en su estadio final, a perforar la pleura. También se produjo una destrucción de los ganglios linfáticos axilares y como consecuencia de este proceso se produjo una elefantiasis de todo el brazo por el gran edema que causó el bloqueo de los vasos linfáticos. Este proceso hizo aumentar considerablemente el tamaño y grosor de toda la extremidad.  

Nuestra más sincera felicitación al Museo y a su equipo, que con su trabajo continuo y entusiasta permiten la incorporación de nuevas obras a esta colección histórica. 


Con el Dr. Felipe Heras, autor de una tesis sobre
el Museo Olavide, de la que tuve el honor de formar
parte del Tribunal y con los restauradores
del Museo, Amaya Maruri y David Aranda.
 











jueves, 21 de noviembre de 2019

El hombre-pez de Liérganes: (II) La ictiosis de los cretinos


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Javier Anievas Cortines

Hombre-pez de Liérganes 

Escultura de bronce 
Liérganes



En una entrada anterior comentábamos la curiosa historia del hombre-pez de Liérganes, una leyenda que todavía está viva en Cantabria. Hace pocos días, la Dra. Rosa Taberner, conocida dermatóloga mallorquina y buena amiga, visitó Liérganes, y se preguntaba si las escamas del hombre-pez podrían corresponder a alguna patología cutánea. Parece indudable que es así. Lo difícil es interpretarlo con seguridad, ya que los datos de los que disponemos son incompletos. Hay diversas enfermedades que presentan la piel escamosa, entre las que cabe destacar la psoriasis o diversas formas de ictiosis, y que probablemente dieron origen a diversos mitos, como los de las sirenas o tritones

Caso clínico de cretinismo con ictiosis, aportado por
Marañón en su libro, para defender la hipótesis de que
esta era la patología del hombre-pez de Liérganes 
Tal vez la interpretación médica más interesante de los que nos han llegado sobre el hombre-pez de Liérganes es la autorizada opinión del Dr. Gregorio Marañón. 

En su libro Las ideas biológicas del P. Feijoo, (1962) Marañón destaca la coexistencia de las escamas cutáneas con la escasa inteligencia y carácter callado y taciturno del sujeto en cuestión y se inclina por la hipótesis de que era un cretino (deficiencia congénita de la glándula tiroides) afecto de ictiosis. 



    Decía Marañón:

"En la Montaña santanderina, como en todo el Pirineo, hubo en otros tiempos numerosos casos de bocio y cretinismo endémico, de los que hoy apenas quedan algunos focos en Asturias y Galicia. Pero entonces la endemia afectaba, según todas las probabilidades, a Santander. Son características de este cretinismo la imbecilidad y la mudez que todos los testimonios atribuyen a Vega. Otros muchos detalles con este diagnóstico, como el pelo rojo, muy común en los cretinos; la glotonería; la tendencia a calentarse para evitar el constante enfriamiento de estos enfermos; el comerse las uñas, etc. Pero sobre todo induce a pensar en su cretinismo su piel áspera "al modo de lija" - decía Don Gaspar de la Riba - por lo cual se creyó que tenía escamas que le habían nacido en el mar, siendo esto tal vez, uno de los motivos más importantes de esta leyenda anfibia. Este estado de la piel era indudable, pues lo refieren varios testigos que le conocieron" 


Busto del Dr. Marañón en el Colegio de Médicos de Madrid. 


Marañón insiste que ya Herrán sugería en su libro que pudiera tratarse de un caso de ictiosis. Y añade: 
"esta ictiosis la padecen frecuentemente los hombres con lesiones de la glándula tiroidea, como los cretinos (...) Ésta me parece la explicación la explicación más lógica con las pretendidas escamas del nadador de Liérganas, que tanta parte tuvieron en la génesis de su mitología" 

Marañón destaca que en los casos de hipotiroidismo extremo, la necesidad de oxígeno es menor, explicando así las largas zambullidas y permanencia bajo el agua del extraño nadador de Liérganes.  Y acaba diciendo: 
"Francisco Vega -podemos verosímilmente afirmarlo - fue pues un cretino; y por ello fue idiota y casi mudo: por ello erró sin sentido por tierra o quizá por mar, pero no nadando; por eso tuvo escamas; por eso, en fin, nadaba con pericia y resistencia extraordinarios y se sumergía mucho más tiempo que los muchachos sanos de su edad. Lo demás, hasta dejarle convertido en el prodigioso hombre-pez que popularizó Feijóo, lo hicieron los prejuicios y las supersticiones de la época"


Bibliografía

Marañón G. Las ideas biológicas del P. Feijóo (2ª ed)  Espasa Calpe. Madrid, 1962 

La curiosa historia del hombre pez de Liérganes. ABC. 3 de julio de 2015
https://www.abc.es/cultura/20150305/abci-leyenda-hombre-lierganes-201502241119.html

El hombre-pez. Desapareció en Bilbao y fue pescado en Cádiz. Soy de Bilbao. 
https://www.soydebilbao.com/el-hombre-pez/

Ferreiro ME. Leyenda del hombre-pez de Liérganes. Sobre Leyendas. 
https://sobreleyendas.com/2010/05/28/leyenda-del-hombre-pez-de-lierganes/

España bizarra. https://espanabizarra.tumblr.com/post/108250603302/estatua-hombre-pez-lierganes

miércoles, 20 de noviembre de 2019

El hombre-pez de Liérganes: (I) La leyenda


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Javier Anievas Cortines

Hombre-pez de Liérganes 

Escultura de bronce 
Liérganes




En la localidad cántabra de Liérganes se encuentra, esta estatua del hombre-pez, obra de Javier Anievas e inspirada en una antigua leyenda local. Está situada bajo el Puente Mayor, junto al agua, y al lado del molino de Mercadillo, en el que se encuentra hoy un centro de interpretación del hombre-pez. El personaje está desnudo, sentado sobre una roca, contemplando el río Miera. De cerca puede apreciarse que tiene escamas que le cubren amplias zonas del torso, las manos y la espalda. 

La leyenda del hombre-pez ha llegado hasta nosotros por la tradición oral y también por algunos escritos. La primera reseña de la que tenemos noticia del relato del hombre pez es en el volumen VI del Teatro crítico universal del ilustrado benedictino Fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). José María Herrán escribió un libro titulado El hombre-pez de Liérganes (Santander, 1877). También el Dr. Gregorio Marañón le dedicó algunos comentarios. 

Todas estas obras dan fe de la tradición popular. Según cuentan, en el s. XVII, habitaba en Liérganes un matrimonio, Francisco de la Vega y María de Casar, que tenían cuatro hijos. Al fallecer el marido, la viuda envió a su hijo Francisco a Bilbao para que aprendiera el oficio de carpintero.  

Estando en Bilbao, Francisco se fue a nadar al mar con unos amigos. Era la víspera de San Juan del año 1674. La corriente lo arrastró y desapareció, sin que pudieran encontrarlo. No se volvió a saber de él.

De vez en cuando llegaban confusas noticias de que lo habían visto en las costas de Dinamarca, o en el canal de la Mancha. Pero en 1679, cinco años después de su desaparición, unos pescadores de las costas de Cádiz afirmaron que habían visto un ser acuático pero con apariencia humana que desapareció rápidamente.​ Esta aparición se repetía ocasionalmente, hasta que consiguieron atrapar a la extraña criatura atrayéndola con trozos de pan y rodeándolo con sus redes.  

El misterioso ser era un hombre, pero tenía la piel recubierta de escamas y su cuerpo había adquirido una cierta forma de pez. Decidieron llevarlo al convento de San Francisco donde tras algunos exorcismos lo interrogaron para saber de quién se trataba. El hombre-pez los miraba sin decir nada, pero al cabo de un tiempo consiguió balbucir una palabra: "Liérganes".  

Nadie sabía descifrar el significado de aquella extraña palabra, pero un cántabro que trabajaba en Cádiz les informó que en la Montaña de Cantabria había un pueblo que se llamaba así. Domingo de la Centolla, secretario del Santo Oficio de la Inquisición, era también oriundo de Cantabria y confirmó que allí había un pueblo que se llamaba así. 

Enviaron pues un mensajero a Liérganes para averiguar si había pasado algo extraño en los últimos años. La respuesta fue que únicamente se había registrado la desaparición de Francisco de la Vega, cinco años atrás. Entonces Fray Juan Rosendo, un fraile del convento de San Francisco se prestó a acompañar al Hombre-pez hasta Liérganes para comprobar si era cierto que natural del pueblo. Cuando ya estaban cercanos a su destino, a la altura del Monte de la Dehesa, Francisco se adelantó y se dirigió directamente a la casa de María de Casar, que rápidamente lo reconoció como su hijo.


Francisco se quedó a vivir en casa de su madre. Se mostraba tranquilo, pero no tenía ningún interés por nada. Con la mirada perdida, casi no hablaba, iba siempre descalzo y a veces desnudo y se pasaba días enteros sin comer. Le encargaron llevar cartas a las poblaciones vecinas, e incluso alguna a Santander, a donde llegó en una ocasión tras haber nadado desde Pedreña, entregando la carta mojada.​ Después de nueve años en casa de su madre, un día dió un gran alarido y volvió a lanzarse a las aguas, desapareciendo definitivamente. Nunca más se supo nada de él.

¿Qué enfermedad cutánea presentaba pues, el hombre pez de Liérganes? ¿cuál era el origen de las extrañas escamas que recubrían su piel? ¿tenía alguna relación con su callado carácter, con su gran capacidad natatoria y con su extraño comportamiento? 

Hace poco comentábamos este tema con la Dra. Rosa Taberner, dermatóloga de Palma, que había visitado Liérganes. Son diversas las hipótesis que se plantean: ¿era una forma de ictiosis? ¿una psoriasis generalizada? ¿alguna otra enfermedad descamativa? De todo esto trataremos en un próximo post. 

Bibliografía

Marañón G. Las ideas biológicas del P. Feijóo (2ª ed)  Espasa Calpe. Madrid, 1962 

Herrán JM. El hombre-pez de Liérganes. Santander, 1877. 

El hombre-pez. Desapareció en Bilbao y fue pescado en Cádiz. Soy de Bilbao. 
https://www.soydebilbao.com/el-hombre-pez/

Ferreiro ME. Leyenda del hombre-pez de Liérganes. Sobre Leyendas. 
https://sobreleyendas.com/2010/05/28/leyenda-del-hombre-pez-de-lierganes/

España bizarra. https://espanabizarra.tumblr.com/post/108250603302/estatua-hombre-pez-lierganes









El hombre-pez de Liérganes. El híbrido del abismo




El Hombre-Pez de Liérganes. Leyenda





martes, 19 de noviembre de 2019

¿Una vieja con esclerodermia?




Pieter Bruegel the Elder. Head of the Old Peasant Woman.




Pieter Brueghel "El Viejo"

Retrato de una campesina vieja 
 (1564)

Óleo sobre tabla
Alte Pinakothek. Munich. 




Pieter Brueghel el Viejo (1525-1569) fue un pintor y grabador flamenco, conocido por sus detallados y abigarrados paisajes y por las escenas costumbristas campesinas. Sus cuadros están llenos de detalles con contenido psicológico, crítico y satírico que a veces se acompaña de cierto componente simbólico, que recuerda a las obras de El Bosco. 

En esta obra, realizada hacia el final de su vida, se retrata a una vieja campesina. Brueghel tiene tendencia a exagerar algunos rasgos y en cierta manera, a caricaturizar a algunos personajes. Tal vez sea esta la intención de la obra, ya que la anciana aparece con un perfil que podría tener un cierto carácter burlesco. 

Sin embargo, el perfil de la mujer es perfectamente superponible a un cuadro clínico. La nariz afilada y la frente algo huidiza le confieren un perfil que recuerda vagamente a un pájaro. La boca parece algo más pequeña de lo habitual (microstomía), y la parte semimucosa de los labios ha desaparecido. A juzgar por las arrugas de su cuello, la vieja presenta una avanzada edad, pero sin embargo, no aparecen arrugas en su cara, que aparece tensa, como si estuviera indurada. El color entre céreo y cetrino de su piel es otro posible síntoma. En algunos puntos (pómulos, nariz)  se observa una coloración rojiza probablemente relacionada con la presencia de telangiectasias

La esclerodermia sistémica es una enfermedad crónica autoinmune poco frecuente. Se caracteriza por fibrosis difusa por aumento de fibroblastos y anormalidades vasculares en la piel, articulaciones, y órganos internos (en especial el esófago, tubo digestivo inferior, pulmones, corazón y riñones). El rasgo más sobresaliente es un notable endurecimiento de la piel, que da el nombre a la enfermedad ( σκληρός sklēro, duro y  -δερμία -dermíā, piel). La dureza cutánea es tanta que hay quien piensa que ha podido dar origen a algunos mitos. La piel, dura y tensa, tiende a borrar los pliegues. La mímica facial está dificultada y el rostro se presenta inexpresivo, como momificado. La nariz se afila progresivamente y el contorno del enfermo remeda una cabeza de pájaro. A nivel de la boca el reborde rojo se adelgaza cada vez más hasta llegar a desaparecer. La induración de los tejidos circundantes reduce la dimensión de la boca ocasionando una clara microstomía. Alrededor de la boca se observan pliegues de disposición radial "en bolsa de tabaco" muy característicos (presentes también en el retrato de Brueghel). En los casos de esclerodermia se observa también una retracción del frenillo lingual que ocasiona dificultad para la protrusión de la lengua (escleroglosia). Este hecho y sobre todo el endurecimiento de las paredes del esófago son la causa de una evidente dificultad en la deglución. 

Sobre esta piel tensa, dura, esclerosada, de color de cera vieja, pueden observarse frecuentemente telangiectasias, por la compresión vascular de la piel indurada, que produce dilatación de los vasos superficiales como compensación. La piel de los esclerodérmicos puede presentar pigmentaciones difusas o vagamente reticuladas. 

La esclerodermia se acompaña de fenómeno de Raynaud en las manos, que también aparecen con dedos largos, duros y afilados (esclerodactilia,  manos de Madonna) e incluso con la presencia de pequeñas ulceraciones o depósitos calcáreos (calcinosis cutis). Por eso se le conoce también con el nombre de síndrome CREST:
  • Calcinosis cutis
  • Raynaud
  • Esófago alterado
  • Sclerodactyly (esclerodactilia)
  • Telangiectasias)
Creo que si observamos el cuadro de Brueghel con atención nos daremos cuenta de la presencia de muchos de estos síntomas, por lo que no sería de extrañar que la vieja campesina pudiera haber estado afecta de una esclerodermia sistémica. 

lunes, 18 de noviembre de 2019

La importancia de lavarse las manos (II)

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Eglon van der Neer 

Interior con una mujer 
lavándose las manos
 (1675)

Óleo sobre lienzo

Mauritshuis. La Haya. 




Eglon van Neer (1636-1703) fue un pintor holandés que destacó por pintar interiores elegantes y escenas históricas. Hacia el final de su vida pintó también algunos paisajes. Se había iniciado en la pintura junto a su padre, el pintor Aert van der Neer, y más tarde con Jacob van Loo, uno de los pintores más importantes en el Amsterdam de la época. En 1687, Eglon van der Neer fue nombrado pintor de cámara del rey Carlos II en la corte hispánica, donde entre otras obras pintó un retrato de la reina Mariana de Neoburgo.  


Neer, Eglon van der - Self-portrait - 1696.jpg
Eglon van der Neer. Autorretrato (1696)
Galleria degli Uffizzi, Florencia. . 
En la pintura que aportamos hoy, podemos ver a una dama elegante, sin duda una señora noble, lavándose las manos en una jofaina que le sostiene un paje, que con la otra mano vierte el agua de un aguamanil sobre las manos de la aristócrata, que frota sus manos bajo el chorro de agua. El sirviente lleva doblado en su brazo un lienzo que servirá para secarse las manos al terminar la operación. Este era el sistema de lavado de manos que se usó hasta el s. XIX, algo que se hacía por cierto con menos frecuencia de lo recomendable. La instalación de agua corriente en las casas a finales del s. XIX facilitó que lavarse las manos fuera mucho más cómodo y que pudiera hacerse con más frecuencia. Los avances médicos dieron lugar al higienismo a principios del s. XX, que recomendaba lavados más frecuentes que en siglos anteriores, evitándose así (o por lo menos disminuyendo) los contagios de muchas enfermedades.   


En una entrada anterior comentábamos la conveniencia de lavarse las manos para evitar un gran número de infecciones. Si nos lavamos las manos frecuentemente y de forma adecuada podemos evitarlas fácilmente.  

 Algunos datos para comprender la importancia del lavado de manos:  

1. En las manos viven un promedio de 3000 especies de bacterias diferentes (por lo menos).

2. Los microorganismos pueden resistir vivos más de 3 horas sobre las manos. Y hay que tener en cuenta que una bacteria puede multiplicarse hasta 8 millones de veces en 8 horas. 

3. Las bacterias se acantonan sobre todo en las uñas. Y también el lugar en donde persisten más ya que es más difícil de eliminarlas de los repliegues ungueales. 

4. Podemos distinguir dos capas bacterianas en las manos: la capa más superficial (flora transitoria) se elimina fácilmente con un buen lavado y secado de manos. La capa más profunda (flora residente) es mucho más difícil de eliminar. 

5. Las manos húmedas transmiten mil veces más bacterias que las manos secas. El 85% de los microorganismos están transmitidos por las manos húmedas. Terminar el lavado de manos con un cuidadoso secado es importante. 

6. Una de las cosas más sucias del mundo es el dinero (y no solamente por criterios morales). Un billete de banco puede llegar a transmitir 26.000 bacterias. 

7. Los teléfonos móviles llevan cerca de 7.000 tipos de bacterias diferentes de promedio. 

8. En los teclados de ordenador o en los asientos para bebés del coche viven más bacterias que en un espejo de baño. 

Y lo mejor es aprender este hábito desde la infancia. Por eso adjuntamos hoy unos videos para los más pequeños.  




Cómo lavarse correctamente las manos



Cómo lavarse las manos correctamente: