miércoles, 20 de noviembre de 2019

El hombre-pez de Liérganes: (I) La leyenda


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Javier Anievas Cortines

Hombre-pez de Liérganes 

Escultura de bronce 
Liérganes




En la localidad cántabra de Liérganes se encuentra, esta estatua del hombre-pez, obra de Javier Anievas e inspirada en una antigua leyenda local. Está situada bajo el Puente Mayor, junto al agua, y al lado del molino de Mercadillo, en el que se encuentra hoy un centro de interpretación del hombre-pez. El personaje está desnudo, sentado sobre una roca, contemplando el río Miera. De cerca puede apreciarse que tiene escamas que le cubren amplias zonas del torso, las manos y la espalda. 

La leyenda del hombre-pez ha llegado hasta nosotros por la tradición oral y también por algunos escritos. La primera reseña de la que tenemos noticia del relato del hombre pez es en el volumen VI del Teatro crítico universal del ilustrado benedictino Fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). José María Herrán escribió un libro titulado El hombre-pez de Liérganes (Santander, 1877). También el Dr. Gregorio Marañón le dedicó algunos comentarios. 

Todas estas obras dan fe de la tradición popular. Según cuentan, en el s. XVII, habitaba en Liérganes un matrimonio, Francisco de la Vega y María de Casar, que tenían cuatro hijos. Al fallecer el marido, la viuda envió a su hijo Francisco a Bilbao para que aprendiera el oficio de carpintero.  

Estando en Bilbao, Francisco se fue a nadar al mar con unos amigos. Era la víspera de San Juan del año 1674. La corriente lo arrastró y desapareció, sin que pudieran encontrarlo. No se volvió a saber de él.

De vez en cuando llegaban confusas noticias de que lo habían visto en las costas de Dinamarca, o en el canal de la Mancha. Pero en 1679, cinco años después de su desaparición, unos pescadores de las costas de Cádiz afirmaron que habían visto un ser acuático pero con apariencia humana que desapareció rápidamente.​ Esta aparición se repetía ocasionalmente, hasta que consiguieron atrapar a la extraña criatura atrayéndola con trozos de pan y rodeándolo con sus redes.  

El misterioso ser era un hombre, pero tenía la piel recubierta de escamas y su cuerpo había adquirido una cierta forma de pez. Decidieron llevarlo al convento de San Francisco donde tras algunos exorcismos lo interrogaron para saber de quién se trataba. El hombre-pez los miraba sin decir nada, pero al cabo de un tiempo consiguió balbucir una palabra: "Liérganes".  

Nadie sabía descifrar el significado de aquella extraña palabra, pero un cántabro que trabajaba en Cádiz les informó que en la Montaña de Cantabria había un pueblo que se llamaba así. Domingo de la Centolla, secretario del Santo Oficio de la Inquisición, era también oriundo de Cantabria y confirmó que allí había un pueblo que se llamaba así. 

Enviaron pues un mensajero a Liérganes para averiguar si había pasado algo extraño en los últimos años. La respuesta fue que únicamente se había registrado la desaparición de Francisco de la Vega, cinco años atrás. Entonces Fray Juan Rosendo, un fraile del convento de San Francisco se prestó a acompañar al Hombre-pez hasta Liérganes para comprobar si era cierto que natural del pueblo. Cuando ya estaban cercanos a su destino, a la altura del Monte de la Dehesa, Francisco se adelantó y se dirigió directamente a la casa de María de Casar, que rápidamente lo reconoció como su hijo.


Francisco se quedó a vivir en casa de su madre. Se mostraba tranquilo, pero no tenía ningún interés por nada. Con la mirada perdida, casi no hablaba, iba siempre descalzo y a veces desnudo y se pasaba días enteros sin comer. Le encargaron llevar cartas a las poblaciones vecinas, e incluso alguna a Santander, a donde llegó en una ocasión tras haber nadado desde Pedreña, entregando la carta mojada.​ Después de nueve años en casa de su madre, un día dió un gran alarido y volvió a lanzarse a las aguas, desapareciendo definitivamente. Nunca más se supo nada de él.

¿Qué enfermedad cutánea presentaba pues, el hombre pez de Liérganes? ¿cuál era el origen de las extrañas escamas que recubrían su piel? ¿tenía alguna relación con su callado carácter, con su gran capacidad natatoria y con su extraño comportamiento? 

Hace poco comentábamos este tema con la Dra. Rosa Taberner, dermatóloga de Palma, que había visitado Liérganes. Son diversas las hipótesis que se plantean: ¿era una forma de ictiosis? ¿una psoriasis generalizada? ¿alguna otra enfermedad descamativa? De todo esto trataremos en un próximo post. 

Bibliografía

Marañón G. Las ideas biológicas del P. Feijóo (2ª ed)  Espasa Calpe. Madrid, 1962 

Herrán JM. El hombre-pez de Liérganes. Santander, 1877. 

El hombre-pez. Desapareció en Bilbao y fue pescado en Cádiz. Soy de Bilbao. 
https://www.soydebilbao.com/el-hombre-pez/

Ferreiro ME. Leyenda del hombre-pez de Liérganes. Sobre Leyendas. 
https://sobreleyendas.com/2010/05/28/leyenda-del-hombre-pez-de-lierganes/

España bizarra. https://espanabizarra.tumblr.com/post/108250603302/estatua-hombre-pez-lierganes









El hombre-pez de Liérganes. El híbrido del abismo




El Hombre-Pez de Liérganes. Leyenda





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