viernes, 13 de septiembre de 2019

Del mosaico al mosaicismo (II): Las musas








Talía, musa de la Comedia
Las musas 
(130-140 d.C.) 

Esculturas en mármol. 130-140 cm. alto
Procedentes de Villa Adriana
Museo del Prado. Madrid. 



En otro artículo veíamos como el nombre de mosaicismo genético proviene de los mosaicos ornamentales, y éstos a su vez, de las musas. 

En el museo del Prado pueden admirarse nueve imponentes esculturas de las musas, que datan del s. II d-C. Fueron encontradas en la Villa Adriana de Tívoli hacia 1500 y tras diversas vicisitudes se encuentran hoy en el museo madrileño. Son copias romanas de un original helenístico del s. II a.C. 

Las esbeltas musas del Prado, están sentadas en altos promontorios de roca, y visten todas de forma similar: con un chitón con broches sobre ambos hombros, ceñido bajo el pecho, y con un amplio manto que cubre parte de la espalda, regazo y piernas. Algunas van calzadas con coturnos y otras con sandalias con lengüetas que cubren el empeine.


Mosaico de las nueve musas de Pouatxo de Moncada (Valencia) 


Las nueve musas que Hesío­do ­(Teogonía, LIV) presenta como hijas de Zeus y Mnemósine, la «memoria», no fueron diferenciadas como diosas individuales hasta la época tardohelenística.

Las musas eran unas divinidades menores, protectoras de las diferentes artes e inspiradoras de músicos y escritores.  

Se consideraba que las musas eran nueve: 


  • Calíope (Καλλιόπη, ‘la de la bella voz’); musa de la elocuencia, belleza y poesía épica o heroica (canción narrativa), representada con una corona de laurel y portando una lira. Fue madre de Orfeo y de Reso (rey que murió en la Guerra de Troya). Amante de Apolo, que dio a luz con él dos hijos, Orfeo i Ialemo.

 Clío, la musa de la Historia. Museo del Prado. Madrid. 


  • Clío (Κλειώ, ‘la que ofrece gloria’); musa de la Historia (epopeya). Su función era mantener vivos los actos generosos y los triunfos. Se la representa con una trompeta y un libro abierto.


  • Erato (Ἐρατώ, ‘la amorosa’); musa de la poesía lírica-amorosa (canción amatoria). Coronada con rosas, se la representa portando una cítara. Siendo amante de Apolo, tuvieron un hijo llamado Tamiris,


  • Euterpe (Εὐτέρπη, ‘la muy placentera’); musa de la música, especialmente del arte de tocar la flauta. Se representaba coronada de flores.


  • Melpómene (Μελπομένη, ‘la melodiosa’); musa de la tragedia. La tragedia como difícil arte que despierta el ingenio y la imaginación. Se representa ricamente vestida y portando una máscara trágica como su principal atributo


Polimnia, la musa de los himnos y la poesía sacra. Museo del Prado. 


  • Polimnia (Πολυμνία, ‘la de muchos himnos’); musa de los cantos sagrados y la poesía sacra (himnos). Se representaba vestida de blanco.


  • Talía (Θάλεια o Θαλία, ‘la festiva’); musa de la comedia y de la poesía bucólica. Presidía los banquetes y otras festividades, otorgando dones de abundancia.


  • Terpsícore (Τερψιχόρη, ‘la que deleita en la danza’); musa de la danza y poesía coral. Representada con guirnaldas. Amante de Apolo, algunas versiones establecen que su hijo Lino lo engendró con Terpsícore, otras versiones creen que fue con Urania.


  • Urania (Οὐρανία, ‘la celestial’); musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas. Se la representa portando un globo terráqueo, que mide con un compás. Las cuarta musa amante de Apolo.


    En próximas entradas comentaremos otros aspectos de los mosaicos ornamentales. 

      Statue of Melpomene, Muse of Tragedy, found at the Villa of Cassius at Tivoli, Hadrianic period (AD 117-138), Vatican Museums (9641176799).jpg
      Melpómene, musa del teatro. Procede de la villa de Casio, en Tívoli.
      s. II d.C. Museos Vaticanos 



    La glorieta de las musas , en el Museo del Prado de Madrid. 

    jueves, 12 de septiembre de 2019

    Del mosaico al mosaicismo (I): etimología









    Mosaico de Neptuno 
    (s. II d.C.) 

    Mosaico procedente de Chabba
    Museo del Bardo. Túnez. 



    En biología y genética se da el nombre de mosaicismo a la presencia de dos o más poblaciones celulares con diferente composición genética en el mismo organismo. Este fenómeno se debe a la aparición de errores en el ADN durante las múltiples divisiones mitóticas que tienen lugar durante las fases tempranas del desarrollo embrionario. El mosaicismo puede afectar a cualquier tejido del organismo. Además, hay que resaltar que el mosaicismo no es estático, sino que puede variar el genotipo de normal a anormal, o viceversa. 

    El fenómeno del mosaico genético fue descubierto por Curt Stern, durante la década de 1930, período en el cual demostró que la recombinación genética característica de la meiosis puede ocurrir a su vez durante la mitosis. La primera vez que se usó el término "mosaico genético" fue en 1956, cuando C. W. Cotterman lo usó en su artículo sobre variación antigénica.

    Su nombre deriva de los mosaicos, obras ornamentales elaboradas con pequeñas piezas de piedra, cerámica o vidrio de diversas formas y colores, unidas mediante un aglomerante para formar composiciones decorativas geométricas, figurativas o abstractas. Al mosaico vegetal o mosaico de madera se le llama taracea. 


    Recolector de aceitunas. Detalle del mosaico de las estaciones. 
    Museo del Bardo. Túnez. 

    ¿Y de dónde viene la palabra mosaico? La palabra mosaico deriva está muy vinculada con las musas (en griego, μoυσα-ης), ya que la gruta dedicada a estas divinidades estaba decorada con este revestimiento ornamental. De ahí derivó el apelativo latino musivum opus. Por esto también nosotros hablamos indistintamente de mosaicos y artes musivas. 

    Mosaico de las nueve musas hallado en Zeugma (Turquía) 


    Aunque de las musas hablaremos otro día





    martes, 10 de septiembre de 2019

    El "chancro inocente"






    Émile Gallé 

    Florero

     Vidrio soplado y grabado al ácido
    Museo Art Nouveau y Art Déco Casa Lis 
    Salamanca





    Comenzamos hoy con una bella obra de vidrio de Émilie Gallé (1846-1904) un gran artista al que debemos muchas obras en cristal tallado y vidrio soplado dentro del estilo de Art Nouveau. Un buen comienzo para hablar de los recipientes de vidrio soplado y de los artesanos que los fabricaban. 


    Recipientes romanos de vidrio soplado.
    Museu d'Arqueologia de Catalunya. 
     Los recipientes de vidrio soplado aparecieron hacia el s. I d.C. Hasta entonces los recipientes eran de núcleo previo, es decir, se introducía una barra de metal en la pasta de vidrio incandescente y simplemente se extraía tras el enfriamiento del material. Así quedaba un hueco (el que había sido ocupado por la barra) para depositar esencias o perfumes. 

    A partir del s. I pues, la casi totalidad de los recipientes de vidrio se realizaban soplando el vidrio caliente. Se tomaba la masa incandescente de vidrio en la punta de un tubo metálico de cierta longitud y se soplaba, como quien infla un globo. El vidrio se distendía y con herramientas especiales se le iba dando forma al gusto y aplicando asas, u otros complementos. 




    Diderot y D'Alembert  Diferentes operaciones relativas a la
    fabricación de un vidrio.(1751-1772) Corning Museum of Glass



















    Si tenemos en cuenta esta gran antigüedad del vidrio soplado deduciremos fácilmente que los trabajadores del vidrio tienen un oficio de tradición secular.  

    Una cosa curiosa es que la sífilis fue considerada una enfermedad profesional en el s. XVII y XVIII. Podemos pensar que ciertamente constituía un peligro para profesiones expuestas a contactos sexuales como la prostitución, pero no era este el caso. Se consideraba una enfermedad profesional en los sopladores de vidrio! 

    En efecto, los sopladores de vidrio frecuentemente pasaban los tubos por los que soplaban de uno a otro. En el caso que uno de ellos tuviera un chancro sifilítico en los labios o en la lengua, se podía realizar el contagio a otro compañero, a través de su mucosa bucal. 


    Conjunto de navajas de afeitar del s. XIX, que habían pertenecido
     a Franz Grillparzer (1791-1872). Museo de Viena. 

    La cuestión del llamado "chancro inocente" (chancro inoculado por un contacto no sexual) fue muy debatida en el s. XIX. Este tipo de transmisión de la sífilis es posible, si bien hay que aclarar que se produce en un porcentaje mínimo de casos, ya que Treponema pallidum puede atravesar las mucosa (genital o oral) pero no es capaz de atravesar la piel queratinizada. Se necesita una inoculación o efracción cutánea, como es el caso de los tatuajes, por ejemplo. Se comentaba mucho el llamado "chancro barbero" o "picadura de barbero", que tenía lugar cuando en una barbería se erosionaba una lesión de sífilis (generalmente sífilis secundaria) en la cara y a continuación, contraviniendo la higiene más elemental, se afeitaba a otro cliente. En estos casos si se producía un corte o una erosión al nuevo cliente se podía transmitir la enfermedad, aunque esta secuencia de hechos era bastante rocambolesca. 


    Anuncio de hojas de afeitar. Primera mitad del s. XX.
    Museo de Viena. 
    En el s. XX, Duperrat refiere que en toda su dilatada carrera profesional en el hospital de Saint Louis solamente se encontró con tres casos de "contagio inocente". Uno de ellos era la de una laborantina a quien se le rompió un tubo de ensayo que contenía suero de un sifilítico, con la mala suerte que se hizo un corte en un dedo con el vidrio roto. Como vemos en todos estos casos, la mala suerte juega también un cierto papel. 

    En mi experiencia profesional recuerdo haber visto algunos casos de chancros sifilíticos extragenitales. El más curioso (y que reconozco que me costó bastante llegar a un correcto diagnóstico) era un chancro localizado en la nuca. Todo se explicó cuando el paciente me refirió que tenía la costumbre de subir a hombros a algunas prostitutas que frecuentaba. Por lo visto el hombre debía tener alguna erosión o una pequeña foliculitis en la nuca y al contactar con algún chancro genital de algunas de sus partenaires había provocado esta poco usual localización. Pero claro, a esto no se le puede llamar "chancro inocente". 


    Reconstrucción de un típico salón de barbería del s. XIX
    Museo de Viena.



    lunes, 9 de septiembre de 2019

    Antibióticos al río!







    Claude Monet

    Puente de Charing Cross. 
    El Támesis.
    (1903) 


    Óleo sobre lienzo 
    Musée de Beaux-Arts. Lyon. 



    El gran artista impresionista Claude Monet (1840-1926) que pasó varias temporadas en Londres, pintó repetidamente el río Támesis, interesándose especialmente en reflejar la gran riqueza de matices proporcionada por sus reflejos y brumas. Monet nos dejó su particular visión del Támesis en una serie de 37 obras, en las que realizó un magistral estudio de la luz filtrada por la neblina invernal. Pero sólo 12 de estas obras fueron terminadas "in situ", en la ribera del río. Las otras fueron completadas en el estudio del pintor en Giverny, y en ellas se atiende más al estudio de la luz que a la exactitud topográfica. La vista del río con la que iniciamos este artículo está tomada desde el hotel Savoy, situado en los jardines del Victoria Embankment.  


    Claude Monet: El Támesis a su paso por Westminster.
    National Gallery. Londres. 
    Recientemente el río Támesis ha sido objeto de otros estudios de muy diferente naturaleza. El gobierno británico ha encargado un estudio  sobre el papel que juegan sus aguas en la aparición de resistencias bacterianas. El uso creciente de prescripción de antibióticos en la población humana ocasiona que muchos de estos fármacos, eliminados por la orina, lleguen a los canales y acaben llegando a los ríos. Esta alta concentración de antibióticos en el agua fluvial favorece la aparición de cepas bacterianas resistentes. El problema de la resistencia bacteriana es cada vez más grave. Según datos del Inserm, 700.000 personas mueren cada año (25.000 en Europa) a causa de las bacterias superresistentes De seguir así, se estima que en 2050 las superbacterias llegarán a causar la muerte de una persona cada tres segundos.  


    Claude Monet: Remolcadores en el Támesis. 

    Andrew Singer, investigador en el Centro de ecología e Hidrología del Reino Unido ha publicado recientemente un estudio, publicado en la revista Plos One (septiembre 2019). En su opinión se debería perfeccionar el tratamiento de las aguas residuales, pero sobre todo disminuir el masivo uso de los antibióticos en un 80% para reconducir la situación.  Su estudio demuestra que el río Támesis muestra en un 70% de los tramos estudiados, concentraciones de antibióticos suficientemente altas como para propiciar la aparición de superbacterias.


    Claude Monet: Casas del Parlamento, al atardecer. 
    El progresivo calentamiento global empeorará todavía más la situación. La disminución de precipitaciones causará una previsible disminución del flujo fluvial y hará aumentar la concentración de antibióticos en el agua y la probabilidad de emergencia de bacterias resistentes. 

    Singer comenta que este estudio solamente ha tenido en cuenta los antibióticos administrados a la población humana, pero a éstos se debería añadir los antibióticos procedentes de otras fuentes, como los usados en las explotaciones ganaderas, que vendrían a aumentar todavía más la concentración final en las aguas fluviales.


    André Dérain. El Támesis y el puente de Waterloo (1906). 

    Asimismo, el investigador está convencido de que la situación del Támesis es perfectamente extrapolable a otros ríos europeos, especialmente los que atraviesan áreas con alta densidad de población.  



    Bibliografía

    Inserm. Résistance aux antibiotiques. Un phenomène massif et préocupant. 
    https://www.inserm.fr/information-en-sante/dossiers-information/resistance-antibiotiques

    O'Neill J. Tackling Drug-resistant infections globally: Final report and recommenndations. Review of antimicrobial resistence. May, 2016. 
    https://amr-review.org/sites/default/files/160525_Final%20paper_with%20cover.pdf

    Singer Ac, Xu Q, Keller V. Translating antibiotic prescribing into antibiotic resistance in the environment: A hazard characterisation case study. Plos One. September 2014. 

    Sous titreUn phénomène massif et préoccupant