viernes, 21 de junio de 2019

El símbolo de la Farmacia






Jacques-Jean Barré

Medalla de la 
Societé de Pharmacie de Paris
(1796)

Medalla octogonal de plata acuñada 31 mm
Monnaie de Paris    




Todo el mundo conoce el símbolo de la Farmacia: una serpiente enroscada en una copa, un símbolo de fácil lectura que identifica cualquier oficina de farmacia en todo el mundo. Pero ¿de donde viene este simbolismo?

La serpiente y la copa eran los atributos de Higia, la hija de Asclepios, el dios de la Medicina griego, que pasó al mundo romano como Esculapio. Nos hemos referido en otras ocasiones a este dios, y a los ritos que se realizaban en los templos de la salud en la época clásica, que a veces fueron motivo de sincretismo con otras divinidades salutíferas. El símbolo de Asclepios era el bastón y la serpiente, que han dado lugar posteriormente al emblema usado por los médicos


Detalle del altar en el Asklepeion de Pérgamo, en el que se ve una serpiente y la patera. 


Higia era la encargada de preparar los remedios que administraba su padre y de alimentar a la serpiente. Por eso, los atributos de Higia, por su parte eran una copa o patera y la serpiente, instituída ya como animal asociado a la tarea curativa, ya que puede "resucitar" al cambiar de piel. En el Asklepeion de Pérgamo ya aparece un altar con la serpiente y la patera. Este símbolo se ha interpretado posteriormente como la copa que contiene el remedio y la serpiente que vierte su tóxico en la copa y que hay que saber administrar a la dosis adecuada. Como decía Paracelso,  
"Un medicamento usado por un necio puede ser un veneno, pero un veneno administrado por un sabio puede actuar como un medicamento"  
Pero ¿desde cuando se usa este símbolo como emblema de los farmacéuticos? La primera vez de la que tenemos constancia se remonta a 1796, y aparece en una pequeña moneda conmemorativa de los farmacéuticos de París. 


Era habitual entregar pequeñas medallas conmemorativas (jetons, en francés) como recuerdo a los boticarios que asistían a las reuniones de la Société de Pharmacie de París. Al parecer esta práctica ya se había instaurado ocasionalmente desde el s. XVII pero tuvo más continuidad a partir de 1777, cuando se instituyó el Colegio de Farmacia que reunía a los maestros boticarios de París y alrededores y los separándolos claramente de los especieros y herbolarios. 

En 1778, los prebostes de la Sociedad fueron autorizados a acuñar monedas conmemorativas con las que se garantizaba la pertenencia a la Sociedad. Para dejar claro que los Farmacéuticos se habían diferenciado de los herbolarios se acordó acuñar las piezas de otra manera. Las monedas, solían llevar en el anverso imágenes como una serpiente erecta ante un gallo, con la leyenda Et vigil et prudens; o la efigie del rey Luis XVI (en los años anteriores a la Revolución). En el reverso, los símbolos de los tres reinos de la Naturaleza, de donde se extraían todos los medicamentos: en un terreno sembrado de piedras (reino mineral) crecía una palmera (reino vegetal) a la que se encaramaba una serpiente (reino animal).  Se acuñaron así 5.300 piezas de plata de 9 g de peso cada una. 

En 1796, se encargó a Jacques-Jean Barré acuñar una nueva moneda. En el anverso aparecía la inscripción Hygia salus y la efigie coronada de Higia, la diosa de la Higiene en el mundo clásico. Abajo, la firma: Barre f. (fecit). Ante ella, una serpiente y la copa, como sus atributos. Tras ella una flor de adormidera. En el reverso, aparece un altar sobremontado de un gallo y rodeado por una serpiente. A los lados, un alambique y un jarro de flores, con la inscripción Societas Pharmaceutica parisiensis MDCCXCVI.

Fue esta la primera vez que sabemos que se usó el simbolismo de la serpiente y la copa. Posteriormente fue usado repetidamente y hoy al verlo, ya lo identificamos directamente con la farmacia.  


Bibliografía

Dilleman G, Roux-Fouillet P. Les jetons de la Société de Pharmacie de Paris. Revue d'Histoire de la Pharmacie 23 (230), 186-190, 1976

jueves, 20 de junio de 2019

Picores en la ducha






Edgar Degas

El baño: 
Mujer frotándose la espalda 

 (1887)

Pastel sobre papel 
Museo de Arte de Honolulú. 



La película Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock ocupa ya un lugar destacado en la historia del cine. Probablemente, quien haya visto la  película no podrá recordar la escena de la ducha sin que un escalofrío le recorra el espinazo. Una ducha que da miedo. 


Alfred Hitchcock: Fotograma de Psicosis. 
Museo Nazionale del Cinema. Mole Antonelliana. Turín. 

La película convierte una escena de ducha (una actividad que muchas veces asociamos a un acto cotidiano y a menudo placentero) en un escenario espeluznante, en donde la protagonista es asesinada salvajemente por un psicópata. Y eso precisamente es lo que causa terror: el peligro inesperado que surge de repente en una actividad que consideramos inofensiva. 


Botero: Mujer en la ducha. 
El miedo a la ducha es lo que sienten muchas personas que sufren de prurito acuagénico, una sensación de picor generalizado al entrar en contacto con el agua. Es una enfermedad rara, que puede afectar por igual a hombres y a mujeres, tanto jóvenes como viejos (aunque es infrecuente en niños). El prurito acuagénico puede iniciarse en cualquier momento, y suele ser un trastorno transitorio, que desaparece al cabo de unos cuantos meses o años. No se trata de una enfermedad grave pero sí que altera de forma notable la calidad de vida de los pacientes. 


El principal síntoma es un prurito incoercible y generalizado a los pocos minutos de contactar con el agua. A veces pocas gotas de agua son suficientes para desencadenar el brote, que suele persistir una media hora. En los casos de prurito acuagénico puros, no hay enrojecimiento de la piel, pero en algunos casos se observan habones, y hablamos entonces de una urticaria acuagénica. En la mayoría de los casos, el prurito acuagénico no se acompaña de dolor, aunque en algunos casos excepcionales se puede producir acuadinia (dolor ocasionado por el contacto al agua) lo que hace todavía más intolerable la situación. 


Edgar Degas. Mujer en la bañera (1886) Pastel. 70x70 cm. 
En general, aparte del contacto con agua, no se se puede demostrar ninguna otra causa a este fenómeno. Solamente en un 15% de los casos acompaña a algunas hemopatías y desaparece cuando se realiza el tratamiento adecuado a estas enfermedades. No se trata propiamente de una alergia, en el sentido médico del término, ni se observan alteraciones en los niveles de IgE. De hecho el mecanismo fisiopatológico sigue siendo un misterio. Algunos se inclinan por considerarlo un problema psicopatológico, y realmente el estrés o diversos factores psicológicos inciden notablemente sobre los síntomas, aunque no estamos en condiciones de afirmar que sean la única causa. 



         Alfred Hitchcock: Fotograma de Psicosis (1960)


El tratamiento del prurito acuagénico es muy difícil. La administración de antihistamínicos y la fototerapia no siempre consiguen mejorías apreciables. 

Para estos pacientes, tomar una ducha es algo que les causa temor y que puede llegar a ser casi tan escalofriante como la famosa escena de la ducha de la película Psicosis.  


miércoles, 19 de junio de 2019

Abejas y avispas (II)







Gerald Murphy

Wasp and pear 
(1929)

Óleo sobre tela
MoMa. New York   




En otra entrada nos referíamos a la posibilidad de morir a consecuencia de múltiples picaduras de abejas. Un accidente poco frecuente, pero que a veces puede ocurrir, si la dosis de toxina inoculada llega a ser letal. 

Tanto abejas como avispas están dotadas de un aguijón para su defensa, y pueden producir picaduras a los humanos, aunque de características bastante diferentes. El aguijón de las avispas es liso, por lo que una vez que han picado pueden extraerlo con facilidad y volver a picar varias veces; sin embargo el de las abejas es aserrado (en forma de arpón) y eso hace que no lo puedan extraer del interior de la piel una vez clavado, sin producir desgarros en su abdomen. Por ese motivo, la abeja sólo puede picar una sola vez y generalmente muere al hacerlo. 


Diferencias entre un aguijón de abeja (izquierda) y de avispa (derecha)

Avispas y abejas inoculan tóxicos con la picadura. Los tóxicos de avispas y abejas también son diferentes. Tras la picadura se produce una reacción local de inflamación en la zona de la picadura, con enrojecimiento, dolor, prurito, y aumento local de la temperatura. La hinchazón y el enrojecimiento pueden extenderse varios centímetros alrededor del lugar de inoculación. Los trastornos suelen durar algunas horas. A pesar de lo molestas y dolorosas que pueden ser, no son peligrosas para la vida, a menos de ser atacado por un enjambre de abejas, ya que la suma de las diversas picaduras puede proporcionar una alta dosis de veneno. 


El veneno de las abejas (apitoxina) no es una sustancia simple, sino una mezcla relativamente compleja. Aunque los efectos suelen atribuirse a la acidez de la sustancia, en realidad el ácido fórmico está presente en una proporción escasa, y sólo procede de una de las dos glándulas implicadas en la secreción del veneno. Una de estas secreciones es ácida. No obstante, la más activa de ellas aparece como un líquido fuertemente alcalino formado por una mezcla de proteínas, entre las que destaca la melitina, un polipéptido citotóxico (C131H229N39O31).

El veneno de las avispas no se conoce tan bien como el de las abejas, aunque se sabe que contiene una mezcla de sustancias que afecta fuertemente a las terminaciones nerviosas y causa una rápida respuesta inmune del cuerpo. Entre los principales componentes está:
  • Mastoparan: péptido que induce a potenciar la permeabilidad de las mitocondrias, lo que afecta al correcto funcionamiento de la célula. Induce la salida de histamina de los mastocitos. 
  • Bradiquinina: péptido que causa efectos parecidos a la histamina, produciendo vasodilatación. Está relacionado con el mecanismo del dolor. 
  • Acetilcolina: un neurotransmisor involucrado en la conducción de los impulsos nerviosos.
  • Histamina: el catalizador principal de la inflamación y las reacciones alérgicas. Su acción puede derivar en una gran variedad de manifestaciones como picor e inflamación en el sitio de la picadura, urticaria y fiebre en personas especialmente sensibles, y en casos menos comunes shock anafiláctico y edema de Quincke.
  • Fosfolipasas: enzimas que destruyen la membrana celular de fosfolípidos, y libera el contenido de la célula en los tejidos circundantes, provocando un proceso inflamatorio. El resultado es dolor en el lugar de la picadura mientras dura la inflamación.
  • Hialuronidasa: Acción similar a las fosfolipasas. Puede destruir las fibras de colágeno de la dermis. 




Vespa velutina, la avispa asiática depredadora de abejas.   














En algunos casos se puede producir una reacción alérgica al veneno de avispa o abeja. Como son dos tipos de tóxicos diferentes, no se suele ser alérgico a ambos, sino solamente a uno de ellos. Pueden ser extremadamente graves, e incluso mortales y suelen aparecer de forma inmediata a los pocos minutos de la picadura. 

Los síntomas más habituales son: 

  • urticaria (aparición de habones generalizados en todo el cuerpo); 
  • inflamación de ojos, labios, boca u otras zonas distantes de la picadura; 
  • estornudos, picor y mucosidad nasal; lagrimeo y picor de ojos; 
  • dificultades respiratorias; 
  • mareos y pérdida de conocimiento.


Bernard Buffet. La avispa. Óleo sobre lienzo. 73 x 92 cm










La anafilaxia por la picadura de avispa (reacción inmunológica más severa), puede producir hipotensión (presión arterial baja, trastornos circulatorios y dificultad para respirar) pueden progresar en una parada cardiorrespiratoria fatal. La mayoría de las personas que desarrollan reacciones anafilácticas han experimentado picaduras previas pero que han acabado sensibilizándolo.  Las reacciones retrasadas, mucho más infrecuentes, pueden aparecer incluso días o semanas después de la picadura. En estos casos los síntomas pueden variar mucho y pueden incluir inflamación del cerebro (encefalitis), nervios (neuritis), vasos sanguíneos y riñones, así como trastornos de la coagulación de la sangre. 
Qué hacer en los casos de picadura de avispa/abeja ?
  • En caso de que el aguijón haya quedado en el lugar de la picadura, retirarlo con cuidado. Puede ser útil la ayuda de una tarjeta (no usar pinzas que pueden contribuir a exprimir la bolsa de veneno)
  • Lavar el lugar de la picadura con agua y jabón 
  • Aplicar una compresa fría – hielo, guisantes congelados o paño frío para reducir la hinchazón
  • Tomar un analgésico para reducir el dolor.
  • En caso de ser alérgico o presentar síntomas generalizados se deberá solicitar ayuda médica urgente 
Diferencias entre distintos tipos de himenópteros

Hace pocos años se ha introducido en nuestro país la avispa asiática (Vespa velutina), que amenaza con un gran desequilibrio ecológico al ser depredadora de las abejas (Apis mellifera). La avispa asiática se distingue por su gran tamaño (3'5 cm) y presentar un solo segmento amarillo, que en este caso es casi anaranjado. A pesar de su tamaño, las picaduras de Vespa velutina producen síntomas similares a las otras especies de avispas y deben ser tratados de forma parecida. 

martes, 18 de junio de 2019

Abejas y avispas (I)







Antoni Gaudí i Cornet

Remate del estandarte 
de la cooperativa 
"La obrera Mataronense"
(1884)

Bronze moldeado
Museo de Mataró    




Antoni Gaudí i Cornet (1852-1923) fue un arquitecto y escultor catalán, sin duda uno de los principales referentes del Modernismo, autor de obras tan emblemáticas como destacan La Sagrada Familia, park Güell, la Pedrera o la Casa Batlló. 

La nave de La Cooperativa mataronense.
Actualmente alberga la colección Bassat de pintura. Mataró. 


Una de sus primeras obras fue una fábrica, la Cooperativa mataronense, en la que ya puso en práctica la bóveda parabólica que se convertiría en una de las señas de identidad en sus obras posteriores. Gaudí también diseñó el remate del estandarte de la fábrica, para el que tomó a una laboriosa abeja, como símbolo del trabajo. 


         Salvador Dalí: Sueño causado por el vuelo
      de una abeja alrededor de una granada
    un segundo antes del despertar
(1944)
Óleo sobre tabla. 51 x 41 cm.

Museo Thyssen-Bornesmisza. Madrid.

Abajo, detalle de la abeja y la granada.




Las abejas y avispas están de cierta actualidad. Recientemente las noticias recogían el caso de la muerte de un hombre a consecuencia de picaduras múltiples de abejas (16 junio de 2019). El hombre, de 75 años fue atacado por un enjambre en las cercanías de Pazo de Doncos (Galicia) y a consecuencia de las numerosas picaduras sufrió un paro cardiorrespiratorio, que no pudo superar. 

Una muerte similar a la que se atribuía al mítico faraón Menes, fundador de Egipto, aunque en su caso no están muy claras las circunstancias que rodearon a su muerte. 


Uno de los títulos del faraón era "el de la caña y la abeja"

De hecho las abejas ocuparon un papel muy importante en la civilización egipcia. Uno de los títulos del faraón era "el de la caña y la abeja" en referencia al Alto y Bajo Egipto. En este caso, la abeja es la representante del Bajo Egipto (el Norte) mientras que la caña lo es del Alto Egipto (el Sur). Este título aparece desde periodos muy tempranos.

La abeja fue también el emblema de la diosa Neith en la ciudad de Sais. De hecho su templo local se denominaba “La Casa de la Abeja”. Por otro lado es evidente la importancia de las abejas en el culto al dios Min, ya que algunos de sus sacerdotes llevan títulos relacionados con la miel y las abejas.



Una escena de apicultura. Tumba de Pa-ba-se. Luxor
Las abejas eran consideradas las lágrimas del dios Ra o Rê (papiro de Bulak III) y numerosos relieves y pinturas nos recuerdan la gran extensión que tenía la práctica de la apicultura, una actividad que se desarrolló desde la época predinàstica y de la que tenemos numerosos testimonios: los egipcios hacían colmenas de barro cocido con doble entrada para poder recolectar la miel de forma más tranquila, practicaron ampliamente la apicultura migratoria moviendo sus colmenas en barcas, y ya desde la Primera Dinastía, existía el cargo oficial de Sellador de la Miel. La miel no era solamente usada para la alimentación, sino que tenía numerosos usos terapéuticos, como en la el cuidado de llagas y heridas. 

Abeja bordada con hilo de oro
en la capa de Napoleón
También hay menciones a las abejas y a la miel entre los babilonios. En la epopeya de Gilgamesh se menciona a la miel como un alimento tan digno que "el regalo de la miel es similar a la vida eterna del Gran Uruk".

En tiempos más modernos, las abejas han formado parte de diversos emblemas como el del papa Urbano VIII (de la familia Barberini) o el de Napoleón Bonaparte, que buscó en este insecto un símbolo de labioriosidad y progreso para sustituir la flor de lis borbónica. La capa que usó en su coronación estaba repleta de abejas bordadas. 

Disco de Oro etrusco, con las abejas, 700-600 AC.
Colección del Nasher Museum of Art (Universidad de Duke).

No hay que confundir a las abejas con las avispas. Aunque ambas son himenópteros tienen características muy distintas. Las abejas se alimentan del néctar de las flores y de los productos que elaboran con él, mientras que las avispas son omnívoras. Como las abejas se dedican a recolectar polen su cuerpo está recubierto de abundante pilosidad; el de las avispas es liso. Algunas especies de avispas incluso devoran a las abejas. Por eso, la invasión de las avispas asiáticas Vespa velutina que sufre nuestro país está diezmando la población de abejas y dibuja un preocupante futuro, dada la importancia que tienen las abejas en nuestro ecosistema. 


Vespa velutina
Tanto abejas como avispas (incluyendo también a Vespa velutina) están dotadas de un aguijón para su defensa, y pueden producir picaduras a los humanos, aunque de características bastante diferentes. El aguijón de las avispas es liso, por lo que una vez que han picado pueden extraerlo con facilidad y volver a picar varias veces; sin embargo el de las abejas es aserrado (en forma de arpón) y eso hace que no lo puedan extraer del interior de la piel una vez clavado, sin producir desgarros en su abdomen. Por ese motivo, la abeja sólo puede picar una sola vez y generalmente muere al hacerlo. 


En otra entrada comentaremos algunos aspectos de los tóxicos de los himenópteros y de otros problemas que pueden causar a los humanos. 









lunes, 17 de junio de 2019

Miastenia gravis en una obra de Leonardo






Leonardo da Vinci

Ginevra de' Benci
 (1474-1478)

Temple y óleo sobre tabla 38,8 x 36,7 cm.
National Gallery of Art. Washington. 





Se ha conmemorado este mes el 5 centenario de la muerte de Leonardo da Vinci. El 2 de mayo de 1519, a los 67 años, Leonardo da Vinci moría en la mansión de Clos Lucé en el valle del Loira, donde había pasado sus últimos años protegido por su último mecenas, el monarca francés Francisco I. Nada mejor pues que rendir homenaje al genial y polifacético artista desde este blog, comentando una de sus obras: el retrato de Ginevra de'Benci, actualmente en la National Gallery of Art de Washington. 

La florentina Ginevra de'Benci (1458-1516) fue una mujer de la nobleza admirada por su excepcional inteligencia por sus conciudadanos. Era hija de Amerigo Benci, un rico banquero italiano, uno de los mejores amigos del padre de Leonardo. En la pintura detrás de la aristócrata aparece un enebro, clara referencia a su nombre de pila, Ginevra. De hecho, también se le conoce como Retrato de mujer joven ante un enebro 

El cuadro tiene un extraño formato (casi cuadrado) por lo que algunos críticos piensan que posiblemente fue acortado por su parte inferior. La obra destaca por su luminosidad, su marcado contraste y por los cuidados detalles. En esta obra Leonardo utilizó veladurasaplicando ligeras capas de color superpuestas entre sí para crear un efecto no uniforme. También, usó la técnica del sfumato, que consiste en proporcionar una impresión de profundidad, sobre todo en la luminosidad del pelo y en la lividez del rostro, que quedan realzados por un discreto halo oscuro. Los reflejos luminosos del cabello, recuerdan bastante la pintura flamenca.  En algunos puntos, el artista extendió la pintura con los dedos, dejando sus huellas digitales impresas en la obra. 


Reverso del cuadro con la guirnalda de laurel y palma
Probablemente la obra fue pintada con ocasión de la boda de la dama con el banquero Luigi de Bernardo Niccolini (1474). Sin embargo, en aquel momento Ginevra tenía solamente 17 años de edad, y el aspecto del retrato no es el de una adolescente. En opinión de J. Pijoán, el cuadro fue pintado alrededor de 1504, cuando la retratada tendría alrededor de 30 años. Si fuera así, tal vez se trataría de un encargo del embajador veneciano Bernardo Bembo, enamorado platónicamente de Ginevra. En el reverso está representada una guirnalda, confeccionada con una rama de laurel y otra de palma entrelazadas y ligadas con una cinta en la que se puede leer "VIRTUTEM FORMA DECORAT" (la belleza adorna la virtud). La palma simboliza la virtud y la castidad, mientras que el laurel representa la cultura. Tal vez esta pintura del reverso podría aludir a la castidad del sentimiento amoroso que Ginevra inspiró al embajador. El examen a la luz infrarroja ha dejado ver el lema del diplomático veneciano VIRTUD Y HONOR“, lo que confirmaría esta hipótesis. Una rama central de enebro reitera la alusión al nombre de la homenajeada. 


Ginevra de' Benci
Detalle del cuadro


Al fijarnos en la cara de la mujer podemos observar una gran palidez cutánea, que da un aspecto casi de escultura de alabastro a la figura. La cara es sumamente inexpresiva, y aparece indiferente, lánguida y apática, con pérdida de toda línea de expresión. Los párpados aparecen caídos (ptosis palpebral bilateral asimétrica de predominio izquierdo), y las comisuras labiales algo descolgadas. A todo eso hay que añadir una alopecia de la cola de la ceja izquierda (signo del ómnibus de Fournier o signo de Hertoghe) 

Este aspecto facial ha hecho que algunos neurólogos consideren que podría tratarse de un caso de miastenia gravis. Por la biografía de Ginevra de’ Benci se sabe que padeció una enfermedad crónica y grave que requirió atención médica durante toda su vida, lo que sería un argumento en favor de esta hipótesis.  


Esquema de las alteraciones neuromusculares
que tienen lugar en la miastenia gravis 
La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune  y crónica de la placa neuromuscular que se caracteriza por fatiga y debilidad de los músculos esqueléticos (los músculos que se mueven voluntariamente). Está causada por anticuerpos dirigidos a receptores nicotínicos de acetilcolina de la membrana postsináptica neuromuscular, o dicho de otro modo,  se debe a una interrupción de la comunicación normal entre los nervios y los músculos. La etimología de miastenia deriva del griego,  "mios" = (músculo) y "astenia" = (fatiga, cansancio, debilidad). El añadido de Gravis es una palabra latina que indica la gravedad del proceso, lo que actualmente no es del todo cierto, ya que las modernas terapias han mejorado mucho el pronóstico de esta afección, que no supone una disminución en la esperanza de vida.  La incidencia de la miastenia gravis es de 14,4 por cada 100.000 habitantes. Es más frecuente en hombres de más de 60 años y también en mujeres menores de 40 años. 

El proceso se inicia con un cuadro insidioso de pérdida de fuerzas, que rápidamente se recuperan con el descanso pero que reaparece al reiniciar el ejercicio. Suele iniciarse en los músculos perioculares. En pocas ocasiones el inicio es agudo.

Ciertos músculos, tales como los que controlan el movimiento de los ojos y los párpados, la expresión facial, la masticación, la deglución y el habla a menudo se ven afectados por este trastorno. Los músculos que controlan la respiración y los movimientos del cuello y de las extremidades también pueden verse afectados, pero, afortunadamente, más tardíamente. En las horas vespertinas suele aumentar la sensación de debilidad.

La fatiga y la debilidad son consecuencia de una disfunción en la unión neuromuscular (estructura encargada de la propagación del estímulo eléctrico desde los nervios a los músculos); producida en la mayoría de los casos por la existencia de unos anticuerpos que bloquean la transmisión neuromuscular.

La contracción de cualquier músculo voluntario de nuestro cuerpo se realiza gracias al mecanismo de acción de la unión neuromuscular. La unión neuromuscular está formada por el conjunto de la terminación nerviosa y el músculo. En la terminación nerviosa se encuentran almacenadas las vesículas de acetilcolina que, una vez secretadas, llegan a los receptores de acetilcolina situados en las vellosidades musculares. La acetilcolina unida al receptor provoca la apertura de su canal iónico, permitiendo el trasiego de sodio y potasio, produciendo una micro-corriente eléctrica que despolariza la membrana y condiciona la contracción muscular. Más tarde, la acetilcolinesterasa, enzima existente en el espacio intersináptico, rompe la acetilcolina permitiendo al músculo entrar de nuevo en reposo. Los fragmentos de acetilcolina son captados por la terminación nerviosa para sintetizar de nuevo la acetilcolina.

En la miastenia gravis, todo el mecanismo de la unión neuromuscular es normal, a excepción de que la mayoría de los receptores de acetilcolina no están disponibles al encontrarse bloqueados o destruidos. La causa del bloqueo y/o destrucción de los receptores de acetilcolina es un auto-anticuerpo producido de forma anómala por el organismo, y es el responsable de producir la debilidad muscular y fatiga fácil, síntomas característicos de la miastenia, al impedir que el músculo trabaje de forma adecuada. Los receptores de acetilcolina destruidos por los anticuerpos se regeneran cada cuatro días.

La ptosis palpebral bilateral asimétrica que demuestra Ginevra de'Benci está causada por la afectación de los músculos extraoculares y del párpado. Su cara apática e inexpresiva con la sonrisa aplanada, podría explicarse por la afectación de los músculos faciales. Esta afectación de múltiples músculos es compatible con un cuadro de miastenia gravis generalizada. 

Por otra parte, la palidez cutánea que le confiere este aspecto de alabastro puede ser un signo clínico de anemia aplásica selectiva asociada a un timoma, un tumor que frecuentemente puede encontrarse en los casos de miastenia gravisAdemás, la alopecia de la cola de la ceja izquierda es una frecuente manifestación de hipotiroidismo, cuya causa más frecuente es la tiroiditis de Hashimoto, la principal enfermedad autoinmunitaria asociada a la miastenia gravis.

Naturalmente, para corroborar el diagnóstico deberíamos comprobar la presencia de anticuerpos anti-receptores de acetilcolina en sangre, responsables del bloqueo y destrucción de los receptores de la acetilcolina, por lo que nuestro diagnóstico, como todos los realizados sobre las obras de arte, no pasa de una simple sospecha. 


Bibliografía

Alfaro Ávila MA. La miastenia gravis de Ginevra de'Benci. Una mirada clínica. Las enfermedades a través del arte. 
https://unamiradaclinica.com/2019/02/13/la-miastenia-gravis-de-ginevra-de-benci-de-leonardo-da-vinci/

Pijoán, J., "Los últimos cuatrocentistas", en Summa Artis, Antología, V, Espasa, pág. 66 
https://unamiradaclinica.com/2019/02/13/la-miastenia-gravis-de-ginevra-de-benci-de-leonardo-da-vinci/

Leonardo da Vinci - Retrato de Ginevra Benci. 
https://www.slobidka.com/leonardo-da-vinci/510-leonardo-da-vinci-retrato-de-ginevra-benci.html