Horace Vernet
Napoleón en su lecho de muerte (1826)
Musée de la Légion d'Honneur. Paris
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En una entrada anterior tratábamos de la hipótesis del cáncer gástrico perforado como la causa de la muerte de Napoleón, tal como consta en el informe de su autopsia y que es defendida por muchos autores como la más probable.
Pero otra teoría ha alcanzado también un cierto predicamento: la de que Napoleón fue envenenado por sus adversarios políticos para hacerlo desaparecer y evitar intentonas como la de los 100 días que concluyó con la derrota de Waterloo.
El dentista y toxicólogo Sten Forshufvud ha sido uno de los que ha defendido más fervientemente esta posibilidad. Apoyaba su suposición en algunos datos. También otros autores, como Ben Weider se han hecho eco de esta hipótesis.
En 1955 aparecieron los diarios de Louis Marchand, asistente de cámara de Napoleón. Tras estudiarlas minuciosamente, el dentista y toxicólogo Sten Forshufvud llegó a la conclusión que las descripciones del militar corso que allí aparecen sugerían que Bonaparte había sufrido un envenenamiento con arsénico de forma indirecta. Otros autores, como Ben Weider secundaron esta hipótesis.
Otro hecho parecía favorecer la teoría del veneno. Cuando el cuerpo de Napoleón fue exhumado en 1840 para llevarlo a la actual tumba en Les Invalides de París, se encontró incorrupto. Es bien conocido que el arsénico es un buen conservante. El cadáver podría no haberse corrompido por acción del arsénico.
Alentado por estos indicios, Forshufvud consiguió por diversas vías algunos mechones de cabellos de Napoleón y los hizo analizar por Hamilton Smith de la Universidad de Glasgow. Los resultados revelaron que Napoleón había recibido arsénico de forma crónica desde 1805. Su efecto acumulativo, potenciado por los calomelanos que le habrían administrado terapéuticamente y el adverso clima de Santa Elena lo habrían debilitado considerablemente.
En 2001, Pascal Kintz, del Instituto Forense de Estrasburgo volvió a analizar el pelo de Napoleón, conservado después de su muerte. Concretamente, llevó a cabo:
Kinz halló una gran cantidad de arsénico (entre 7 y 38 veces los niveles normales). La distribución del arsénico era irregular, por lo que los resultados parecen indicar que aunque había absorbido altas dosis de arsénico éste se le había administrado a intervalos, al azar. El arsénico no se elimina, por lo que esta fue sin duda una de las causas del debilitamiento progresivo del emperador en la última etapa de su vida.
Es indudable pues que Napoleón recibió arsénico en cantidades importantes. Lo que se plantea es la intencionalidad de esta administración ¿fue parte de un plan para eliminarlo sin que se notara? ¿o fue simplemente una administración médica yatrogénica?
Sin embargo, el arsénico se encontraba en el pelo de Napoleón en muestras tomadas en 1805, 1814 y 1821. Es decir, que si el arsénico hubiera sido la causa de la muerte, Napoleón probablemente hubiera muerto mucho antes. El emperador, además, estaba cotidianamente en contacto con diversos productos que contenían arsénico: un tónico para el pelo, pegamento y tintas usados en aquel tiempo, e incluso el papel pintado usado para decorar las paredes de su casa.
También hay que tener en cuenta el efecto de otros tóxicos que podrían haber contribuído a incrementar el efecto del arsénico. El régimen médico al que se sometió a Napoleón en Santa Elena incluía tratamientos con tartrato potásico de antimonio (también llamado emético tártaro), enemas regulares, y una dosis de 600 miligramos de cloruro mercúrico (calomelano) para purgar sus intestinos, una dosis que es claramente excesiva. Un grupo de investigadores del Departamento de Examinadores Médicos de San Francisco especula que este tratamiento pudo haber conducido a la muerte de Napoleón, causándole una deficiencia grave de potasio.
Napoleón sentía siempre una sed intensa que algunos interpretan también como un síntoma de envenenamiento crónico con arsénico. Intentaba calmar la sed tomando grandes cantidades de orgéat (una especie de horchata hecha de almendras, azúcar y agua de azahar). Las almendras amargas usadas para darle sabor al orgéat tienen un alto contenido en cianuro.
La sospecha del envenenamiento queda en el aire. Aunque parece más probable que el emperador falleciera por un cáncer gástrico, es indudable que, de forma intencionada o no, estuvo también sometido a la acción de productos tóxicos, lo que si no fue la causa de su muerte contribuyó sin duda a acelerarla.
Bibliografía
Damamme Jean-Claude, Empoisonnement de Napoléon ; Vérités – mensonges ; à propos de l’intervention de Thierry Lentz, 2003,http://www.napoleonicsociety.com
Napoleón Bonaparte https://www.dequemurio.com/como/Napole%C3%B3n_Bonaparte/
Riaud Xavier, Les dentistes, détectives de l’histoire, L’Harmattan (éd.), Collection Médecine à travers les siècles, Paris, 2006
Weider, Ben, and Forshufvud, Sten. 1983. Assassination At St. Helena: The Poisoning Of Napoleon Bonaparte. Berkley Books. ISBN 0-425-06050-0
Pero otra teoría ha alcanzado también un cierto predicamento: la de que Napoleón fue envenenado por sus adversarios políticos para hacerlo desaparecer y evitar intentonas como la de los 100 días que concluyó con la derrota de Waterloo.
El dentista y toxicólogo Sten Forshufvud ha sido uno de los que ha defendido más fervientemente esta posibilidad. Apoyaba su suposición en algunos datos. También otros autores, como Ben Weider se han hecho eco de esta hipótesis.
Charles Steuben. Napoleón en su lecho de muerte (1828) |
En 1955 aparecieron los diarios de Louis Marchand, asistente de cámara de Napoleón. Tras estudiarlas minuciosamente, el dentista y toxicólogo Sten Forshufvud llegó a la conclusión que las descripciones del militar corso que allí aparecen sugerían que Bonaparte había sufrido un envenenamiento con arsénico de forma indirecta. Otros autores, como Ben Weider secundaron esta hipótesis.
Otro hecho parecía favorecer la teoría del veneno. Cuando el cuerpo de Napoleón fue exhumado en 1840 para llevarlo a la actual tumba en Les Invalides de París, se encontró incorrupto. Es bien conocido que el arsénico es un buen conservante. El cadáver podría no haberse corrompido por acción del arsénico.
Alentado por estos indicios, Forshufvud consiguió por diversas vías algunos mechones de cabellos de Napoleón y los hizo analizar por Hamilton Smith de la Universidad de Glasgow. Los resultados revelaron que Napoleón había recibido arsénico de forma crónica desde 1805. Su efecto acumulativo, potenciado por los calomelanos que le habrían administrado terapéuticamente y el adverso clima de Santa Elena lo habrían debilitado considerablemente.
Exhumación del féretro de Napoleón en Santa Elena (15 de octubre de 1840) |
En 2001, Pascal Kintz, del Instituto Forense de Estrasburgo volvió a analizar el pelo de Napoleón, conservado después de su muerte. Concretamente, llevó a cabo:
- Medición global de arsénico en cinco mechones de cabello mediante espectrofotometría de absorción atómica.
- Localización anatómica del arsénico en el cabello mediante Nano-SIMS.
- Análisis mineral completo con especiación, un método para determinar con precisión la naturaleza del producto tóxico, en este caso arsénico.
Kinz halló una gran cantidad de arsénico (entre 7 y 38 veces los niveles normales). La distribución del arsénico era irregular, por lo que los resultados parecen indicar que aunque había absorbido altas dosis de arsénico éste se le había administrado a intervalos, al azar. El arsénico no se elimina, por lo que esta fue sin duda una de las causas del debilitamiento progresivo del emperador en la última etapa de su vida.
Es indudable pues que Napoleón recibió arsénico en cantidades importantes. Lo que se plantea es la intencionalidad de esta administración ¿fue parte de un plan para eliminarlo sin que se notara? ¿o fue simplemente una administración médica yatrogénica?
Sin embargo, el arsénico se encontraba en el pelo de Napoleón en muestras tomadas en 1805, 1814 y 1821. Es decir, que si el arsénico hubiera sido la causa de la muerte, Napoleón probablemente hubiera muerto mucho antes. El emperador, además, estaba cotidianamente en contacto con diversos productos que contenían arsénico: un tónico para el pelo, pegamento y tintas usados en aquel tiempo, e incluso el papel pintado usado para decorar las paredes de su casa.
También hay que tener en cuenta el efecto de otros tóxicos que podrían haber contribuído a incrementar el efecto del arsénico. El régimen médico al que se sometió a Napoleón en Santa Elena incluía tratamientos con tartrato potásico de antimonio (también llamado emético tártaro), enemas regulares, y una dosis de 600 miligramos de cloruro mercúrico (calomelano) para purgar sus intestinos, una dosis que es claramente excesiva. Un grupo de investigadores del Departamento de Examinadores Médicos de San Francisco especula que este tratamiento pudo haber conducido a la muerte de Napoleón, causándole una deficiencia grave de potasio.
Napoleón sentía siempre una sed intensa que algunos interpretan también como un síntoma de envenenamiento crónico con arsénico. Intentaba calmar la sed tomando grandes cantidades de orgéat (una especie de horchata hecha de almendras, azúcar y agua de azahar). Las almendras amargas usadas para darle sabor al orgéat tienen un alto contenido en cianuro.
La sospecha del envenenamiento queda en el aire. Aunque parece más probable que el emperador falleciera por un cáncer gástrico, es indudable que, de forma intencionada o no, estuvo también sometido a la acción de productos tóxicos, lo que si no fue la causa de su muerte contribuyó sin duda a acelerarla.
Bibliografía
Damamme Jean-Claude, Empoisonnement de Napoléon ; Vérités – mensonges ; à propos de l’intervention de Thierry Lentz, 2003,http://www.napoleonicsociety.com
Napoleón Bonaparte https://www.dequemurio.com/como/Napole%C3%B3n_Bonaparte/
Riaud Xavier, Les dentistes, détectives de l’histoire, L’Harmattan (éd.), Collection Médecine à travers les siècles, Paris, 2006
Weider, Ben, and Forshufvud, Sten. 1983. Assassination At St. Helena: The Poisoning Of Napoleon Bonaparte. Berkley Books. ISBN 0-425-06050-0
Weider Ben, Pascal K: Empoisonnement de Napoléon, en The International Napoleonic Society Journal, Montreal, 2005
Serie de las enfermedades de Napoleón:
IV: Heridas y accidentes (después de 1804)
V: El Emperador
VI: ¿Por qué llevaba la mano en el chaleco?
VII: Colelitiasis, colitis y otras enfermedades
V: El Emperador
VI: ¿Por qué llevaba la mano en el chaleco?
VII: Colelitiasis, colitis y otras enfermedades
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