Andrea Mantegna Virgen con el Niño dormido (1465-1470) Temple sobre lienzo 34 x 43 cm Gemäldegalerie, Berlín. |
Entre las diversas Madonnas pintadas por Mantegna (1431-1506) nos ha llamado la atención ésta que se conserva en la Gemäldegalerie de Berlín. La escena que aparece es la habitual en cuadros de este tipo, representándose en un primer plano la Virgen con su hijo en brazos. Aparentemente, la única peculiaridad de la obra es que Jesús está dormido. Sin embargo, no es el niño lo que ha suscitado nuestro interés, sino una peculiaridad de su madre.
Si nos fijamos en el cuello de María, observaremos que está claramente engrosado. Y no de forma homogénea, sino que presenta un bulto redondeado en el centro del cuello. La aparición de un bulto así en el cuello suele delatar la existencia de un bocio, nombre con el que se conoce popularmente a la hipertrofia de la glándula tiroides.
El bocio simple es común en zonas carentes o deficitarias de yodo. La falta de yodo dificulta la producción de hormonas tiroideas y la glándula aumenta en un intento de compensación. Puede ser que la modelo de Mantegna tuviera bocio, o que esta enfermedad fuera frecuente en Mantua en aquellos años, ya queen el cuadro esta patología está representada con bastante claridad.
El bocio también puede asociarse a diversos transtornos cutáneos, especialmente al mixedema, enfermedad producida por infiltración de sustancias mucoides en la piel.
Hemos encontrado otros casos de bocio reflejados en representaciones artísticas, como es el caso de la Madonna del Parto, algunos dibujos de Ribera, o en obras más cercanas a nosotros como el Busto femenino (1915) de Olga Sacharoff
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