viernes, 12 de abril de 2019

Esopo


























Diego Velázquez

Esopo 
(1638-1640)

Óleo sobre lienzo. 179 x 94 cm
Museo del Prado. Madrid. 




Este cuadro fue pintado para decorar un pabellón de caza construido en el monte del Pardo, en las afueras de Madrid, llamado "La Torre de la Parada". Este pabellón se convirtió más tarde en un valioso museo de pinturas donde fue a parar la larga serie de las Metamorfosis de Ovidio, pintada por Rubens y su escuela. El pabellón estaba reservado en exclusiva para la Corte, y nadie más tenía acceso. Allí se recopiló el conjunto más importante sobre temas de mitología, con abundantes desnudos.

Velázquez pintó otro cuadro, Menipo, con la intención de que ambos fueran exhibidos en pareja.

Los párpados del filósofo aparecen edematosos,
con grandes bolsas, lo que puede hacer pensar
en una nefropatía crónica. Además, en el párpado
superior izquierdo aparece un posible xantelasma.
 
Este cuadro representa a Esopo, narrador de fábulas griego, tal y como explica una leyenda en el mismo lienzo. Esopo (en griego antiguo Αἴσωπος, Aísōpos, latinizado posteriormente  como Aesopus, tal como aparece en la leyenda del cuadro de Velázquez) vivió probablemente entre los s. VII y VI a.C. Su fama deriva de los apólogos o fábulas morales protagonizados frecuentemente por animales, que adoptan ciertas funciones simbólicas preestablecidas (astucia del zorro, laboriosidad de la hormiga, fuerza y poderío del león...). La recopilación de sus fábulas, realizada en la época romana alcanzó una gran fama y difusión en los siglos posteriores e inspiró posteriormente a otros fabulistas como La Fontaine, Iriarte, o Samaniego... 

No tenemos representaciones fiables del Esopo histórico. Velázquez lo representa vestido humildemente, con un aspecto de extrema austeridad, por no decir de franca pobreza, como corresponde al esclavo liberto que era. A esta condición hace referencia el balde de agua a su lado (referencia a los trabajos domésticos).

Esopo está mirando directamente al espectador, con una mirada triste, algo desdeñosa, como de quien ya está de vuelta de todo. Sostiene un libro en su mano derecha (referencia a sus Fábulas) y está vestido con un sayo marrón sujeto a la cintura con una tela de color blanco.

Desde el punto de vista clínico, Esopo aparece como una persona de edad madura, con la cabeza entrecana, una cierta obesidad abdominal y una notoria flaccidez cutánea en la cara. Los párpados aparecen con blefarocalasia y edema, formando grandes bolsas. En opinión del Prof. A. Schüller el manifiesto edema palpebral podría ser tal vez a consecuencia de una nefropatía crónica. Se observa también un cierto hipertelorismo y un posible xantelasma palpebral. Los labios aparecen un poco subidos de color, como si tuviera una ligera queilitis.

Según el Prof. Amador Schüller, el pie derecho de Esopo posiblemente sea varo o equino y puede apreciarse un bulto, que podría corresponder a un nódulo artrósico o a un tofo gotoso en la base del pulgar. 

La pintura barroca - y especialmente la de Velázquez- está plagada de personajes con rasgos patológicos, como hemos visto en otras entradas del blog (1, 2, 3, 4, 5). 

Dedicamos otra entrada del blog a comentar la obra que se emparejaba con esta: Menipo. También en este caso encontramos algunos aspectos dignos de mención desde el punto de vista médico.  

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