jueves, 2 de mayo de 2019

Menipo








Diego Velázquez

Menipo
(1639-1640)

Óleo sobre lienzo. 179 x 94 cm
Museo del Prado. Madrid. 




Este cuadro fue concebido como pareja del Esopo. Ambos debían servir para decorar un pabellón de caza construido en el monte del Pardo, en las afueras de Madrid, llamado "La Torre de la Parada". 

Se trata de una obra de gran calidad.  El rostro del personaje está realizado de manera muy personal. Velázquez introdujo técnicas muy novedosas para su tiempo: manchas rápidas de color que dejan atrás el preciosismo de sus obras juveniles. 

El cuadro es un retrato imaginario del filósofo griego Menipo de Gadara, lo que se aclara en una inscripción del propio cuadro (MOENIPVS). Tocado con un chambergo, se recubre totalmente con una capa oscura de la que solamente asoma, parcialmente, la mano iquierda. Está calzado con unas grandes botas. En conjunto, como en el caso de Esopo, su aspecto es el de un mendigo, en el que probablemente se inspiró Velázquez. El personaje aparece de perfil, casi de espaldas, volviendo el rostro hacia el espectador con una expresión burlona. 

El fondo, como en otras obras de Velázquez, aparece casi vacío, dando la impresión de un muro callejero. A los pies del filósofo aparecen dos libros, uno de ellos abierto, y un rollo de papel. En un segundo término figura una jarra de barro. 

Desde el punto de vista médico llaman la atención algunos detalles. En primer lugar, la mano, de la que sólo asoman las puntas de los dedos, aparece deformada, dando la sensación de un proceso artrósico. 

En la cara, ha desaparecido la cola de la ceja, lo que contribuye a la característica expresión del filósofo. Esta alopecia parcial de cejas puede verse en diversos procesos patológicos. Uno de ellos es el hipotiroidismo, una patología que ya Velázquez plasmó en el retrato del Niño de Vallecas. Pero también puede verse en ciertos procesos infecciosos como la sífilis secundaria o la lepra. Puede ser que el pintor viera algunos de estos enfermos entre los vagabundos de las calles de Madrid, ya que ambas eran patologías frecuentes en aquel tiempo. 

Finalmente la nariz del personaje aparece más grande y ancha de lo habitual, lo que podría sugerir un rinofima, y más teniendo en cuenta la coloración algo subida de color (¿rosàcea?) de las mejillas de Menipo. 












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