Los tatuajes, escarificaciones, perforaciones y dilataciones no eran las únicas modificaciones corporales practicadas en las culturas mesoamericanas prehispánicas. También eran comunes las deformaciones craneales intencionales como la del cráneo de la cueva de Texcal en Valsequillo (Puebla), que data del 7500-4000 a.C.
Cráneos deformados. Museo Ica (México) |
El canon de belleza de las culturas mesoamericanas prehispánicas imponía la deformación voluntaria del cráneo |
"A los cuatro o cinco días de nacida la criatura poníanla tendida en un lecho pequeño, hecho de varillas, y allí, boca abajo, le ponían entre dos tablillas la cabeza: la una en el colodrillo y la otra en la frente, entre las cuales se apretaban tan reciamente y la tenían allí padeciendo hasta que acabados algunos días les quedaba la cabeza llana y enmoladada como la usaban todos ellos. Era tanta la molestia y el peligro de los pobres niños, que algunos peligraban, y el autor vio agujerearle a uno la cabeza por detrás de las orejas, y así debían hacer a muchos"Esta deformación corresponde a uno de los dos sistemas de deformación craneal que los mayas practicaron, la conocida como "tabular". El otro tipo es la deformación "anular" que consistía en la aplicación de vendas y la práctica de masajes para crear formas redondas con expansión superior. Esto permitía obtener algunas variantes de cráneos alargados.
Si bien las deformaciones óseas se realizaban al poco tiempo de nacer, la decoración de las piezas dentales se practicaba en la adolescencia o en la edad adulta. Consistía, básicamente en dos tipos de modificación: el limado de los dientes y la incrustación de cuerpos extraños en las piezas dentarias.
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