Shiro Ishii realizando una vivisección Fotografía de archivo |
Durante la II Guerra Chino-Japonesa
(1937-1945) Japón desarrolló un ambicioso programa de armas químicas y
biológicas (a pesar de que tras la I Guerra Mundial habían sido expresamente
prohibidas por el Protocolo de Ginebra en 1925), para lo que realizó múltiples
experimentos en seres humanos.
Siguiendo en cierto modo los
planteamientos de los nazis, el Ejército Imperial Japonés creó una serie de
unidades de investigación médica, dirigidas por el general Shiro Ishii. En
estas unidades tuvieron lugar escalofriantes experimentos en prisioneros de
guerra, presos políticos, discapacitados y enfermos mentales, en los que se
calcula que fueron asesinadas unas 10.000 personas.
Oficiales japoneses de la Unidad 731 |
Una buena parte de las investigaciones
consistieron en inocular microorganismos productores de cólera, tifus,
difteria, botulismo, carbunco, brucelosis, disentería o sífilis. Muchos
experimentos estaban más cerca de la tortura que de la investigación: inyección
intrarrenal de orina de caballo o agua de mar;
inyección intravascular de aire para provocar embolias; experimentos de
congelación; introducción de prisioneros en máquinas centrífugas para calcular
el tiempo de supervivencia… La investigación de los efectos de las radiaciones
sobre la piel y el organismo humano ocupó un lugar preeminente.
Mención aparte merecen las
vivisecciones, sin anestesia alguna, para ver el funcionamiento de los órganos
en directo, mientras se asistía a los terribles gritos de la víctima.
A diferencia de los nazis no parece que
los japoneses tuviesen un plan de genocidio planificado, pero lo que es seguro
ers que practicaron crímenes en masa.
El general Shiro Ishii |
El principal responsable del programa
“de investigación médica” fue Shiro Ishii, que alcanzaría el grado de general,
que comenzó sus experimentos durante la invasión de Manchuria en 1932. Más
tarde estableció diversos “centros de investigación” en China. Entre todos
ellos se hizo tristemente famosa la Unidad 731, base de 6 Km2 radicada en
Pingfang.
En las Unidades se investigaba sobre la
guerra bacteriológica; diversos tipos de bombas; se cultivaban pulgas para la
transmisión de enfermedades y se realizaba el almacenamiento de agentes
patógenos (cólera, tifus, carbunco…). Uno de los estudios preeminentes era la
manera de diseminar agentes patógenos para producir epidemias.
Shiro Ishii realizando una vivisección |
En cuanto a los ensayos efectuados con
los prisioneros podemos destacar:
·
Prácticas de Cirugía. Los cirujanos aprendían las intervenciones
quirúrgicas con prisioneros sanos. Las operaciones eran meras prácticas y se
realizaban apendicectomías, extracción de balas, amputaciones, con la finalidad
de adquirir práctica quirúrgica. También se ensayaban nuevas prácticas
quirúrgicas y se realizaron repetidas vivisecciones.
· Experimentos de diseminación de enfermedades, previa colocación de
gérmenes en la ropa, comida o mediante pulgas infectadas. Se investigó también
con bombas que expandían esporas de carbunco.
·
Experimentos con gases tóxicos (iperita, lewisita, gas mostaza)
cuya acción se comprobaba sobre los prisioneros.
· Experimentación con drogas (heroína, opio, anfetaminas, agentes
psicotrópicos)
Mano de un prisionero de la Unidad 731 sometida a la acción de agentes vesicantes |
Bibliografía
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Sharav VH.
Human Experiments: A Chronology of Human Research. [consultado: 29-09-2010].
Disponible en: http://www.ahrp.org/history/chronology.php.
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