lunes, 27 de mayo de 2019

Recuerdos de una operación





Pere Lluís Serracanta

Erika
(2018)


 Fotografía en color 
Exposición "DesCORda't" AACiC
Hospital Josep Trueta, Girona. 



La exposición de fotografía "DesCORda't" (Es decir, Desabróchate, pero destacando COR, corazón, en mayúsculas) es una exposición propiciada por la AACIC (Asociación de cardiopatías congénitas) y CorAvant. Se trata de fotografías de personas que han sido intervenidas quirúrgicamente por diversas patologías cardíacas y que se desabrochan ante la cámara para mostrar las cicatrices de operaciones de corazón que han hecho posible que sigan con vida. La colección fue expuesta primero en la Agrupación Fotográfica de Cataluña (AFC) y luego se ha expuesto en diversos centros sanitarios. La hemos podido visitar recientemente en el Hospital Josep Trueta de Girona. 

Raquel Llorens, la promotora del proyecto DesCORda't define así esta exposición: 
Más allá de un corte que divide el pecho en dos partes, el Proyecto desCORda't intenta transmitir un mensaje de superación, optimismo y muchas ganas de vivir. Es una colección de 29 fotografías de personas operadas a corazón abierto que explican, a través de un pequeño texto muy personal, el significado que tiene la cicatriz para ellos / as, qué enseñanzas les aporta y por qué quieren compartir esta reliquia de su experiencia con el resto de la gente.


La exposición fotográfica DesCORda't en el Hospital Josep Trueta, de Girona



Se ha reunido así una pequeña colección con fotografías de Albert Folch, Josep Guindo y Pere Lluís Serracanta (los tres socios de la Asociación Fotográfica de Cataluña), Montse Serenó y Estudio Fotogenia . Cada foto se acompaña de un pequeño resumen, con un pequeño retazo explicativo de la visión personal de cada uno de las personas operadas que han servido de modelo. 

La fotografía que aportamos como ejemplo es de Pere Lluís Serracanta, un autor que ha realizado muchas obras como fotógrafo de viajes. En esta ocasión ha tomado como modelo a Erika, 24 años, de Badalona, que sufría una Tetralogía de Fallot, a causa de la cual fue operada dos veces. Una cicatriz en la zona esternal recuerda su paso por los quirófanos. Erika comenta así su experiencia: 
"Plasmé en mi piel un vínculo que me unía con mi abuela: nuestra cardiopatía. Me operaron de una tetralogía de Fallot a los cuatro meses de vida y, hace unos meses, por segunda vez. Mi cicatriz me hace sentir viva y me recuerda lo fuerte que puedo llegar a ser y de todo lo que soy capaz. Mi abuela también padecía una cardiopatía, como yo, y me demostró que aún teniendo dificultades podemos ser fuertes  y conseguir lo que nos propongamos. Ella me dejó hace muchos años y decidí plasmar en mi piel un vínculo más que nos unía: es un tatuaje muy significativo para mí"
Efectivamente, Erika luce en su antebrazo izquierdo el tatuaje de un electrocardiograma sobremontado de un corazón. Además del vínculo familiar, el tatuaje es toda una declaración de superación y de lo que su corazón enfermo le ha hecho luchar por la vida. A ella y a su abuela. 

La tetralogía de Fallot es una afección cardíaca poco frecuente que se produce a causa de una combinación de cuatro defectos cardíacos presentes al momento del nacimiento (congénita). 


   
    Tetralogía de Fallot


1. Comunicación interventricular (orificio entre los ventrículos derecho e izquierdo)


2. Estrechamiento de la arteria pulmonar (la válvula y arteria que conectan el corazón con los pulmones)

3. Cabalgamiento o dextraposición de la aorta (la arteria que lleva sangre oxigenada al cuerpo) que se traslada sobre el ventrículo derecho y la comunicación interventricular, en lugar de salir únicamente del ventrículo izquierdo

4. Engrosamiento de la pared muscular del ventrículo derecho (hipertrofia ventricular derecha)


            


Esquema de las alteraciones cardíacas de la
Tetralogía de Fallot clásica.
(Tomado de American Heart Association) 
Estos defectos, que afectan la estructura del corazón, hacen que este órgano irrigue sangre con una cantidad insuficiente de oxígeno hacia el resto del cuerpo. En general, los bebés y los niños que padecen tetralogía de Fallot tienen la piel cianótica (azulada) porque la sangre no transporta suficiente oxígeno.

La tetralogía de Fallot suele diagnosticarse durante el primer año de vida o poco después. Si el diagnóstico es precoz y se realiza una adecuada intervención quirúrgica, la mayoría de los casos pueden llevar una vida relativamente normal, aunque necesitarán atención médica de manera periódica durante toda la vida y evitar grandes esfuerzos físicos o deportivos. 




Estos ejemplos de cicatrices operatorias muestran como una cicatriz, que a veces es percibida como algo negativo, puede en ocasiones convertirse en un canto a la vida y de esperanza. Las secuelas quirúrgicas pueden ser en muchos casos un claro ejemplo. 


Dr. Xavier Sierra Valentí 













 

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