Tres años de blog
Ya han pasado tres años. Tres años que comencé a escribir "Un dermatólogo en el museo", el 12 de enero de 2015. La verdad es que cuando empecé, no creía que la vida del blog iba a ser tan larga. Me había propuesto el objetivo de encontrar piezas de museo que además de un comentario artístico o histórico se pudieran relacionar de algún modo con mi profesión de médico dermatólogo. Intentaba así unir mis estudios de Medicina y Humanidades, convencido de la necesidad de tender puentes entre dos disciplinas que clásicamente se consideran "de Ciencias" y "de Letras". En mi opinión esta división es arbitraria, ya que creo en la que el conocimiento humano es único y si lo intentamos dividir en ramas es debido a criterios prácticos ya que a veces no tenemos bastante capacidad para abarcarlo todo. Pero eso no nos debe hacer renunciar a comprender - aunque sea superficialmente - las miles de interacciones que tienen los diversos campos del saber. Y precisamente interrelacionar cosas es lo que nos va a hacer comprenderlas mejor.
No os oculto que cuando comencé a escribir suponía que iba a ser una experiencia breve, limitada en el tiempo y que pronto acabaría con los materiales a mi alcance. Sin embargo el blog se ha publicado ininterrumpidamente con una cadencia de 6 artículos por semana (a diario, excepto los sábados) incluyendo incluso los habituales períodos vacacionales. Se han publicado ya más de 900 artículos. Es cierto que el blog trata de temas variados, y que no solamente se tratan temas dermatológicos propiamente dichos (patología, médicos insignes, etc.), sino también se extiende a veces en aspectos colaterales (higiene corporal, cosmética, cuidado o decoración de la piel..). Asimismo se han incluido algunas referencias a otras ramas de la Medicina (no olvidemos que los dermatólogos somos también médicos) o a otros aspectos que puedan suscitar un comentario por parte de un dermatólogo e incluso recuerdos o vivencias personales. De ahí el nombre del blog, que sugiere una visita a un museo virtual en compañía de un dermatólogo y los posibles comentarios que podrían surgir delante de las piezas de esta imaginaria exposición. Pues bien, mis pronósticos sobre la breve existencia del blog no se han cumplido: llevamos tres años y los posibles temas a tratar no solo no se han agotado, sino que proliferan cada vez más, se agolpan y casi no doy abasto a comentarlos.
Naturalmente en esta empresa no estoy solo. Debo agradecer la ayuda de todos los lectores de "Un dermatólogo en el museo". Hace pocos días, se superó el medio millón de lecturas y el blog es cada vez más leído en numerosos países, especialmente en Europa, América y en una proporción algo menor, en Asia, Oceanía y África. El creciente número de visitas supone para mí una satisfacción y me estimula a continuar escribiendo.
También es un estímulo importante la colaboración de muchos seguidores, que me plantean dudas o preguntas, me sugieren diagnósticos o seleccionan posibles obras de arte para que considere incluírlas en las nuevas entradas. Las vías por donde me llegan comentarios son variadas: Twitter, Messenger, Facebook, What's app... o comentarios directos en conversaciones o llamadas telefónicas.
A todos vosotros, lectores, colaboradores y amigos mi agradecimiento más sincero. ¡Seguimos!
También es un estímulo importante la colaboración de muchos seguidores, que me plantean dudas o preguntas, me sugieren diagnósticos o seleccionan posibles obras de arte para que considere incluírlas en las nuevas entradas. Las vías por donde me llegan comentarios son variadas: Twitter, Messenger, Facebook, What's app... o comentarios directos en conversaciones o llamadas telefónicas.
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