martes, 16 de enero de 2018

El regreso de las chinches









Henri de Toulouse-Lautrec

En la cama
(1892)

Óleo sobre tabla, 54 x 70 cm
Museo d'Orsay. Paris,




Esta obra de Toulouse-Lautrec, representa a dos mujeres en la cama. Una pintura realista, sin nada de idealización, cuyas protagonistas son dos prostitutas de uno de los burdeles que frecuentaba el artista y que conocía bien. Las chicas (posiblemente una pareja lesbiana) tras descansar de una probablemente fatigosa jornada laboral, acaban de despertarse y aun están un poco adormiladas, despeinadas y tapadas hasta el cuello. El pintor no tiene la intención en este caso de transmitir erotismo y voluptuosidad, sino una escena cotidiana, llena de ternura y sensibilidad


Ante esta escena de cama, desprovista de toda teatralidad, podemos recordar que los burdeles parisinos de la época no estaban libres de ciertas plagas de insectos. Ciertamente abundaban las ladillas (Phtirius inguinalis), transmitidas habitualmente por contacto sexual, cuerpo a cuerpo, pero también eran frecuentes otros insectos que pueden encontrar su hábitat entre los muebles del dormitorio: las chinches de cama.

Vincent van Gogh: El dormitorio amarillo
Las chinches (Cimex lectularius) son unos insectos hemípteros que pueden anidar entre los muebles del dormitorio (colchones, somieres, cortinas, rendijas o incluso entre los libros viejos). No vuelan ni saltan sobre sus víctimas: simplemente se desplazan, pican para succionar la sangre de su huésped y regresan a sus escondrijos. 

Las chinches no soportan la luz y se esconden durante el día, lo que aumenta la dificultad para detectarlas. Sin embargo su a permite verlas a simple vista, lo mismo que a sus deyecciones que pueden detectarse sobre las sábanas o el colchón. Esperan ávidas la presencia humana entre las sábanas para salir a picar a sus huéspedes para succionar su sangre que les sirve de alimento. Los individuos que han sido picados por chinches presentan lesiones inflamadas con una pequeña erosión central, que se sitúan de forma lineal a lo largo de las piernas y brazos,especialmente. Pero debemos señalar que las chinches eligen a sus víctimas: puede ser que piquen preferentemente a una persona en vez de la que está durmiendo a su lado. Del mismo modo no todos reaccionan igual a las picaduras: algunos, más sensibles a la saliva del insecto, presentan grandes ronchas, mientras que en otros las picaduras son mucho más moderadas. 

Patrick George: June en la cama. Óleo sobre lienzo. 121,9 x 121,9

Las chinches desaparecieron casi por completo de Europa Occidental a mediados del s. XX por la acción de potentes insecticidas como el DDT (un insecticida prohibido en la actualidad por su elevada toxicidad). Pero tras largas décadas de ausencia han vuelto en una época en  la que los viajes a países exóticos abundan y el mundo está cada vez más globalizado. En Norteamérica se dispone incluso de una cartografía de los lugares más afectados por chinches en las principales ciudades (New York, Chicago, Montréal...). En New York los casos anuales de chinches han pasado de 500 a 10.000 en pocos años.

En Europa el tema se lleva con mucha discreción. Las chinches no distinguen las clases sociales y pueden afectar tanto a hoteles suntuosos como a sórdidas barracas. Y los hoteleros guardan silencio sobre su eventual presencia en sus establecimientos. Sin embargo a pesar de que no hay cifras oficiales, disponemos de algunos datos indirectos: en la ciudad de París las desparasitaciones de edificios pasaron de un promedio de una a la semana en 2012 a más de 50 en 2016. Y recientemente se ha producido una gran infestación de chinches en diversos servicios del hospital de Timone, de Marsella, que ha obligado a cerrar plantas enteras de este centro hospitalario. 


Eugène Delacroix: Una cama sin hacer (1828) Acuarela. 


Afortunadamente, en principio, las chinches no transmiten enfermedades. Pero sus picaduras y las lesiones que producen son, en sí  mismas, un problema dermatológico que puede causar molestias de cierta importancia. Ronchas más o menos importantes, prurito, lesiones de rascado y eventualmente reacciones alérgicas son las consecuencias más habituales en la superficie de la piel. Y también hay que considerar los problemas psicológicos que pueden producir: ansiedad, insomnio y nerviosismo. Además, el uso excesivo e indiscriminado de insecticidas para eliminar a estos hemípteros puede ocasionar efectos indeseados: en EEUU se han registrado 111 casos de intoxicación por esa causa entre 2003 y 2010. 

¿Qué hacer pues si se detectan estos indeseables vecinos? Es mejor recurrir a una cuidadosa limpieza con aspirador de todos los lugares que puedan alojar nidos (eliminando después los sacos que puedan contener chinches). Los aparatos de limpieza mediante vapor son asimismo útiles. También puede recurrirse a la lucha térmica, lavando la ropa de cama a más de 60ºC. Los insecticidas deberán reservarse como una última instancia, y lo mejor es recurrir a agencias desparasitadoras especializadas. 







RESUMEN DE CONSEJOS 
ANTE UNA INFESTACIÓN 
POR CHINCHES 



1. Examinar con cuidado los muebles, libros y otros objetos de segunda mano antes de introducirlos en el domicilio. No tirar los objetos infestados antes de haberlos embalado adecuadamente. 

2. Al ir de viaje, inspeccionar bien la habitación y la cama del hotel. Evitar dejar la maleta encima de la cama.

3. No echar mano de los insecticidas de forma indiscriminada. Frecuentemente  no son suficientemente eficaces y pueden ser tóxicos. Es preferible la ayuda de un profesional. 

4. Dejar un margen de 15 días entre dos tratamientos químicos.

5. Atreverse a hablar y comentar el tema para evitar el aislamiento y hacer frente a la ansiedad producida por esta situación. 








A la cama con chinches





Como detectar chinches de cama








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