San Bartolomé
Escultura de mármol. Duomo de Milán. |
Marco d'Agrate (1504-1574) fue un escultor lombardo del Renacimiento, cuyo recuerdo ha sido algo relegado en la actualidad. Probablemente hubiera sido olvidado del todo si no fuese por su impresionante escultura de San Bartolomé en la Catedral de Milán.
En esta obra, el apóstol aparece totalmente desollado, mostrando sus músculos y tendones y algunas de las venas. La anatomía se refleja con gran precisión, sobre todo considerando que está esculpida en mármol, material que no se presta demasiado a este tipo de filigrana. A pesar de su aspecto de cadáver en una sala de disección conserva una vívida expresión, y el observador cree percibir que la estatua puede moverse en cualquier momento.
Houdon: Écorché. |
El santo lleva su propia piel al hombro, como si fuese una capa, y sobrecoge ver como la usa para tapar su propia desnudez. La expresión de su cara es de una gran melancolía, con una mirada triste que nos hace partícipes del sufrimiento de su martirio.
La visión de esta imagen enseguida nos transporta a los modelos anatómicos como el que hizo Houdon y que se pueden encontrar en las clases de anatomía en las Facultades de Medicina y de Bellas Artes.
A mí también me recuerda algunas ilustraciones del libro de Anatomía de Andreas Vesalio (1514-1564) publicado tras sus minuciosos estudios de disección de cadáveres y que trataba de la estructura del cuerpo humano (De humanis corporis fabrica, 1543). Fue el primer libro real de Anatomía, ya que con el Renacimiento desaparece el tabú de los estudios anatómicos en cadáveres, con el que la Iglesia vetaba la manipulación del cuerpo de los muertos.
A mí también me recuerda algunas ilustraciones del libro de Anatomía de Andreas Vesalio (1514-1564) publicado tras sus minuciosos estudios de disección de cadáveres y que trataba de la estructura del cuerpo humano (De humanis corporis fabrica, 1543). Fue el primer libro real de Anatomía, ya que con el Renacimiento desaparece el tabú de los estudios anatómicos en cadáveres, con el que la Iglesia vetaba la manipulación del cuerpo de los muertos.
Ilustración del libro de Vesalio De humanis corporis fabrica (1543) |
Carátula de un libro de Anatomía humana. El Homo anatomicus muestra su musculatura y lleva su piel colgando, como las figuras de S. Bartolomé (Roma, 1559) |
Sin embargo, Vesalio todavía realizaba sus disecciones de noche, a la luz de las velas. Aunque eran sesiones semiclandestinas (aún no gozaban del beneplácito de la siempre recelosa Iglesia) Versalio aceptaba que acudieran a estas sesiones algunos espectadores interesados en la anatomía. Curiosamente, contra lo que podemos imaginar, la mayoría no eran ni médicos ni cirujanos, sino artistas interesados en conocer la Anatomía humana para plasmarla en sus obras. Entre ellos podemos citar a Miguel Angel Buonarruoti o Rafael Sanzio.
Inscripción a los pies de la escultura de Marco d'Agrate, comparándose con Praxiteles a modo de firma |
Sorprende que la escultura de San Bartolomé de Marco d'Agrate fue colocada en la catedral de Milán en 1563, solamente pocos años más tarde de la publicación del libro de Vesalio. Su autor quedó muy satisfecho con la obra. A los pies de la escultura dejó su firma de una manera algo petulante, comparándose con el que se considera el mejor escultor de la Antigüedad:
“Non me Praxiteles, sed Marc’finxit Agrat”
(“No me hizo Praxiteles, sino Marco d’Agrate”)
La escultura de San Bartolomé ha impresionado a todos los visitantes de la catedral de Milán, como fue el caso de Mark Twain, a quien produjo un recuerdo imborrable:
"La figura era la de un hombre sin piel; con cada vena, arteria, músculo, cada fibra y tendón y el tejido del cuerpo humano representado al mínimo detalle. Parecía natural, porque de alguna manera parecía como si sintiera dolor. Un hombre de piel es probable que mire de esa manera a menos que ocupara su atención con alguna otra cuestión".
“Fue una cosa horrible, y sin embargo había una fascinación sobre él de alguna manera. Siento mucho haberlo visto, porque siempre voy a verlo ahora. Voy a soñar a veces. Voy a soñar que ella está descansando sus brazos en la cabeza de la cama y mirando hacia abajo en mí con sus ojos muertos; voy a soñar que se extendía entre las sábanas conmigo y me toca con sus músculos expuestos y sus fibrosas piernas frías. Es difícil de olvidar cosas repulsivas”.
(Mark Twain: Innocents Abroad, cap. 18)
Duomo di Milano: la statua di San Bartolomeo:
The statue of San Bartolomeo in Milan's Cathedral (Duomo), Italy:
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