miércoles, 27 de enero de 2016

Don Quijote (IV): Cosméticos y perfumes








Ignacio Zuloaga

Sancho Panza

Dibujo al carbón, dedicado a Manuel de Falla.




Comentábamos en una entrada anterior las prácticas de higiene cutánea - bastante esporádicas - que aparecen en el Quijote. Los usos cosméticos también quedan reflejados en algunos pasajes de la obra. La Torralba llevaba unas alforjas al cuello, donde tenía: 

«Según es fama, un pedazo de espejo y otro de un peine, y no sé qué botecillo de mudas para la cara» (XX)

Dibujo al carbón de Don Quijote, por Ignacio Zuloaga
Con la exigua higiene de la época, se necesitaban perfumes - como el llamado agua de ángeles - para disimular los olores corporales. El agua de ángeles, mencionada en el Quijote en diversas ocasiones, estaba compuesta, según Covarrubias por diversos componentes como rosas blancas, rosas coloradas, trébol, espliego, madreselva, agua de azahar, azucena, tomillo, clavellinas y naranjas. Debía ser muy popular, porque sale mencionada también en el Casamiento engañoso y en Guzmán de Alfarache. Cuando don Quijote llegó al palacio de los duques, vió como los criados vertían sobre él «pomos de aguas olorosas». 

En otro pasaje, don Quijote soñaba con entrar en un suntuoso palacio o castillo, 
«donde le harán desnudar como su madre le parió, y bañarán con templadas aguas, y untaránle todo con olorosos ungüentos, vistiéndole con una camisa de cendal delgadísima, toda olorosa y perfumada».
Finalmente, mencionaremos que cuando Sancho Panza fue nombrado gobernador de la ínsula Barataria, don Quijote entre otros consejos, también le hizo algunas recomendaciones sobre aseo personal: 
«Lo primero que te encargo es que seas limpio y que te cortes las uñas, sin dejarlas crecer como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a entender que las uñas largas les hermosean las manos: como si aquel excremento o añadidura que se dejan de cortar fuese uña, siendo antes garras de cernícalo lagartijero: puerco y extraordinario abuso». 



Bibliografía:


Sánchez Ron JM. La ciencia y el Quijote. Crítica, Barcelona, 2005.


Vigarello G. Lo limpio y lo sucio. La higiene del cuerpo desde la Edad Media. Alianza, Madrid, 1991.


http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/9353/don_quijote_hidalgo_que_casi_nunca_lavaba.html 

1 comentario:

Anónimo dijo...

cer como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a entender que las uñas largas les hermosean las manos: como si aquel excremento o añadidura que se dejan de cortar fuese uña, https://symcdata.info/la-resistencia-andina/