Alegoría de la Caridad Escultura de piedra Escalera del antiguo pabellón de mujeres Hospital de la Santa Creu. Barcelona |
El antiguo Hospital de la Santa Creu fue una importante institución hospitalaria de Barcelona durante muchos siglos. Fundado por una bula del papa Luna, Benedicto XIII, en 1401, cumplió sus funciones hasta principios del s. XX.
La venerable institución agrupaba los pequeños hospitales de Barcelona en uno solo. Algunos hospitales dependían del obispado o otras instituciones eclesiásticas y otros, del ayuntamiento. Por eso se unificaron bajo un gobierno mixto, la MIA (Muy Ilustre Administración) compuesta por dos canónigos (por la Iglesia) y dos "hombres buenos" (representantes del Municipio). Un régimen que, por cierto, se perpetuó en la institución que lo sucedió a partir de principios del s. XX, el Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau. Una cruz sobre una columna salomónica, idéntica en los dos hospitales simboliza esta continuidad.
El antiguo Hospital de la Santa Creu se ubicó en lo que en el s. XV eran las afueras de la ciudad, extramuros (las murallas de la ciudad pasaban por lo que hoy son las concurridas Ramblas). Es decir, se encuentra en el barrio del Raval, que como su nombre indica quedaba fuera del recinto murado de la ciudad. Allí podemos encontrarlo aún hoy entre las calles del Carmen y del Hospital. Actualmente no tiene función sanitaria (fuera de albergar la Real Academia de Medicina y la de Farmacia) y está ocupado en su mayor parte por la Biblioteca de Catalunya. Otras instituciones comparten algunas dependencias como la Escola Massana, y el Institut d'Estudis Catalans.
El Hospital dispone de un patio central, una especie de claustro, donde está ubicada la cruz salomónica a la que aludíamos. A ambos lados, dos escalinatas llevan a los antiguos pabellones de hombres y al de mujeres. El de los varones está flanqueado por una estatua de San Roque, patrón de la peste y de diferentes enfermedades y el de las mujeres, por una estatua de la Caridad, bajo forma de una matrona que acoge a varios niños enfermos y desamparados. Los pabellones eran grandes salas góticas, corridas, en donde se alineaban las camas una junto a otra, sin separación alguna o como mucho unos precarios cortinajes.
La venerable institución agrupaba los pequeños hospitales de Barcelona en uno solo. Algunos hospitales dependían del obispado o otras instituciones eclesiásticas y otros, del ayuntamiento. Por eso se unificaron bajo un gobierno mixto, la MIA (Muy Ilustre Administración) compuesta por dos canónigos (por la Iglesia) y dos "hombres buenos" (representantes del Municipio). Un régimen que, por cierto, se perpetuó en la institución que lo sucedió a partir de principios del s. XX, el Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau. Una cruz sobre una columna salomónica, idéntica en los dos hospitales simboliza esta continuidad.
La cruz del patio del Hospital de la Santa Creu, idéntica a la que se puede ver en el Hospital de Sant Pau, como símbolo de continuidad de ambas instituciones. |
La puerta de entrada al Hospital por la calle que lleva su nombre |
El antiguo Hospital de la Santa Creu se ubicó en lo que en el s. XV eran las afueras de la ciudad, extramuros (las murallas de la ciudad pasaban por lo que hoy son las concurridas Ramblas). Es decir, se encuentra en el barrio del Raval, que como su nombre indica quedaba fuera del recinto murado de la ciudad. Allí podemos encontrarlo aún hoy entre las calles del Carmen y del Hospital. Actualmente no tiene función sanitaria (fuera de albergar la Real Academia de Medicina y la de Farmacia) y está ocupado en su mayor parte por la Biblioteca de Catalunya. Otras instituciones comparten algunas dependencias como la Escola Massana, y el Institut d'Estudis Catalans.
El Hospital dispone de un patio central, una especie de claustro, donde está ubicada la cruz salomónica a la que aludíamos. A ambos lados, dos escalinatas llevan a los antiguos pabellones de hombres y al de mujeres. El de los varones está flanqueado por una estatua de San Roque, patrón de la peste y de diferentes enfermedades y el de las mujeres, por una estatua de la Caridad, bajo forma de una matrona que acoge a varios niños enfermos y desamparados. Los pabellones eran grandes salas góticas, corridas, en donde se alineaban las camas una junto a otra, sin separación alguna o como mucho unos precarios cortinajes.
La escalera del pabellón de los varones, con San Roque y su inseparable perro lamiéndole la úlcera de la pierna. Al otro lado del santo, un ángel. |
Cada vez que paso por delante de la escalera de la Caridad, me invade una extraña sensación. Porque esta escalera guarda una curiosa historia. Una historia de prohibiciones y censura. Un desconocido capítulo de la Historia de la Dermatología.
El Dr. Giné y Partagás (1836-1903) fue un prestigioso médico catalán del s.XIX. Profesor de la Facultad de Medicina, cultivó diferentes disciplinas: cirujano, psiquiatra, higienista, político, y hasta novelista... Una de sus más destacadas facetas fue la publicación, en 1880, del primer libro de Dermatología de Catalunya (el segundo libro español, después de la magna obra del madrileño José Eugenio de Olavide). Tres años más tarde publicó también un Tratado de venereología.
El libro de Giné, Tratado clínico iconográfico de Dermatología Quirúrgica está ilustrada con litografías representando diversos cuadros clínicos, como era habitual en el s. XIX, pero además aporta algo novedoso para aquel tiempo: tres fotografías clínicas, reveladas a la albúmina y pegadas una a una en las últimas páginas del libro. En algunos ejemplares están sobrecoloreadas a mano.
Giné y Partagás era en efecto un gran aficionado a la fotografía y un pionero en el campo de la fotografía médica. Logró reunir una colección de 18 fotografías clínicas. Una colección nada despreciable, en el tiempo de los albores de la fotografía!
Aspecto actual de la misma sala, que hoy acoge la Biblioteca de Catalunya. |
Hay que decir que en aquel tiempo, la especialidad en ciernes se empezaba a denominar Sifiliografía y Dermatología, por este orden ya que predominaban con mucho las enfermedades venéreas (especialmente la sífilis). Aunque Giné nunca aceptó que la Dermatología fuera una especialidad médica, ya que era tan grande el porcentaje de enfermos dermatológicos que todos los médicos deberían tener amplios conocimientos en la materia.
El caso es que muchos de los casos que interesaban a Giné eran prostitutas afectas de sífilis, por lo que Giné, armado con su cámara visitaba frecuentemente el pabellón de mujeres del hospital, al que se accedía precisamente por la escalera de la Caridad. Pronto se empezó a rumorear que el doctor fotografiaba prostitutas desnudas, que realizaba fotos impúdicas, y que atentaba contra la moral y las buenas costumbres. La Administración del Hospital decidió tomar cartas en el asunto y prohibió el acceso a la sala de mujeres al Dr. Giné y Partagás, con el consiguiente perjuicio de la Historia de la Dermatología, que perdió así la posibilidad de acceder a un legado documental de importante valor.
Por eso, cuando paso por delante de esta escalera, miro a la estatua de la Caridad con cierta tristeza. No puedo dejar de recordar que esta escalera fue, en su día, una escalera prohibida, censurada. Una batalla perdida para la ciencia en aras de una moral malentendida.
Bibliografía:
SIERRA, X.:“ Los coetáneos
de Azúa en Cataluña: de Giné y Partagás a Jaume Peyrí” Págs. 61-77 En: “Juan de
Azúa y su tiempo” Editorial Saned S. L. Madrid, 1999.
SIERRA, X. "Giné
i Partagàs y los orígenes de la Dermatología en Catalunya". Actualidad
Dermatológica, 1994, 33: 599-607
SIERRA, X. "L'obra
dermatològica de Giné i Partagàs" Gimbernat,
1994, 22: 243-251
El edificio del Hospital, ahora Biblioteca de Catalunya:
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