jueves, 24 de septiembre de 2015

Baudelaire; sexo, sífilis, alcohol y drogas







František Kupka

Retrato de Charles Baudelaire
(The Yellow Scale)  
(1905) 


Óleo sobre lienzo. 
The Museum of Fine Arts, Houston 



František Kupka  (1871-1857) fue un pintor checo, que vivió y trabajó en París, donde desarrolló una importante obra como ilustrador y formó parte de las vanguardias artísticas. Partiendo de una base de realismo, Kupka evolucionó a la abstracción,  siendo uno de los pioneros del arte abstracto y del orfismo. Tenía un gran interés en la teoría del color, como puede verse en este cuadro en el que desarrolla una gama de amarillos. 

En esta obra, Kupka representa la imagen de un hombre joven sentado displicentemente, con un libro en una mano y un cigarrillo en la otra. Kupka era un artista de gran formación intelectual, muy interesado en la filosofía y en la literatura. Le interesaba sobre todo la poesía de los llamados poetas malditos como Mallarmé y de Baudelaire. En esta obra, Kupka juega con una buscada ambivalencia: los rasgos del retratado recuerdan por una parte a Baudelaire, a quien Kupka quiere rendir homenaje, y por otra parte, representan al propio Kupka, en un curioso autorretrato sinestésico. 


Charles Baudelaire (1821-1867) Inició sus estudios en la Facultad de Derecho, aunque pronto comenzó a llevar una vida disipada, en la que no faltaban el alcohol y las drogas. En 1839 contrajo una blenorragia. En una de sus correrías encontró en un prostíbulo del Barrio Latino a Sarah, una muchacha judía con  una avanzada alopecia sifilítica, que disimulaba con una peluca, y con un especial talento para atravesar la mirada en cualquier ángulo. Baudelaire la llamó La Louchette (La Bizca). 



Émile Leroy. Retrato de Charles Baudelaire (1844)


La Louchette fue retratada por Édouard Manet en 1862, aunque en el retrato no se puede observar alteración alguna en su mirada. Los amores de Baudelaire y La Louchette fueron ardientes y apasionados y como consecuencia de ellos, Sarah le contagió la sífilis. Con el tiempo, el poeta le dedicará un tremendo poema, publicado originalmente en Les fleurs du mal (Las flores del mal): 


Une nuit que j'étais près d'une affreuse Juive,
Comme au long d'un cadavre un cadavre étendu,
Je me pris à songer près de ce corps vendu

À la triste beauté dont mon désir se prive.


Durante una noche junto a una horrible judía, 
como un cadáver tendido, pensaba 
al lado de aquel cuerpo vendido, 
en esta triste belleza de la cual mi deseo se priva.



Edouard Manet pintó a La Louchette (1862) 


En 1842, Baudelaire se enamora de Jeanne Duval, una mulata, figurante de segunda fila en los cabarets, alcohólica y sin inteligencia. El poeta la llamará su "Venus negra". Su tormentosa relación con Jeanne, llena de engaños constantes y de repetidas extorsiones económicas no le impide mantener otras relaciones al mismo tiempo con otras damas (Marie Daubrun, 1847; Apollonie Sabatier, 1852)



Baudelaire y Apollonie Sabater, por Thomas Couture (1860 circa)



Baudelaire, enfermo de sífilis desde los 25 años, sufría terriblemente este mal, que sabía incurable. Su sufrimiento se reflejó claramente en su poesía, mezcla de lo sublime y lo sórdido, prescindiendo de toda moral y creencias. El remordimiento, el resentimiento social de su enfermedad modularon probablemente su percepción del mundo y su rebelión contra todo orden. Su poesía encuadrada en el simbolismo, revolucionó el mundo de la literatura moderna, e influyó considerablemente en los llamados "poetas malditos"


Baudelaire, por Gustave Courbet


En la década de los 60, Baudelaire con el cuerpo ya cubierto de lesiones cutáneas de sífilis secundaria padecía los típicos dolores luéticos, que intentaba paliar con opio (láudano) y hachís. En 1865, sufrió un primer conato de parálisis. Poco después (1866) presentó una  severa afasia y hemiplejía del lado derecho, de indudable origen sifilítico. Tras una larga agonía, murió en 1867. 




Baudelaire: Les Fleurs du mal













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