lunes, 22 de julio de 2019

La enfermedad de Lyme y la guerra bacteriológica







Retrato de Willy Burgdorfer inoculando gérmenes a garrapatas

Fotografía en B&N
Archivo




En la Cámara de representantes de los Estados Unidos hay un cierto revuelo. Uno de los elegidos por New Jersey, Chris Smith ha instado oficialmente a que la Inspección General del Ministerio de Defensa realice una investigación sobre los experimentos secretos realizados entre 1950 y 1975. Se trata de elucidar si las garrapatas o los insectos usados en estas investigaciones pudieron salir del laboratorio, por accidente o por un protocolo militar fijado de antemano. Es decir si las garrapatas usadas en las investigaciones del ejército de los Estados Unidos pudieron ser las responsables de la enfermedad de Lyme, una enfermedad que se expande cada vez más. 


Dependencias de Fort Detrick (Maryland)
Chris Smith cree que el ejército investigó la transmisión de una enfermedad por insectos o garrapatas como parte de un programa de búsqueda de un arma biológica. Para fundamentar tan grave acusación se ha documentado concienzudamente, reuniendo gran cantidad de libros y artículos que aporta múltiples sospechas sobre  investigaciones que tenían el objetivo de transformar garrapatas e insectos en armas biológicas. 

Una de las principales obras en las que fundamenta su sospecha es Bitten: The Secret History of Lyme Disease and Biological Weapons, un libro escrito por Kris Newby que ha aparecido en mayo de 2019. La autora, redactora científica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, ha sido galardonada con numerosos premios por sus trabajos y también ha producido el documental Under our skin, igualmente sobre la enfermedad de Lyme. Ella misma padeció la enfermedad, lo que explica que esté muy  interesada en el tema.


Kris Newby, autora del libro  
Bitten: The Secret History of Lyme
Disease and Biological Weapons
Según se defiende en el libro, la enfermedad de Lyme sería la consecuencia de un experimento fallido. El Dr. Willy Burgdorfer (1925-2014), el científico que descubrió el microorganismo productor de la enfermedad de Lyme, a la que le dio su nombre Borrelia burgdorferi, trabajaba para el Departamento de Defensa investigando posibles armas biológicas. Se le había encargado que reprodujera moscas, mosquitos, garrapatas, y otros parásitos capaces de chupar sangre y que los inoculara con bacterias productoras de enfermedades humanas. Según afirma Kris Newby, en algunas dependencias gubernamentales como Fort Detrick (Maryland) o Plum Island (New York state) se seguían programas en los que se contemplaba liberar garrapatas y mosquitos infectados en el medio ambiente. Como parte del programa se habrían soltado también otros insectos sanos (no inoculados con bacterias) para ver como se reproducían y se distribuían en el medio ambiente. Estos experimentos habrían salido mal y habrían desencadenado la eclosión de la enfermedad de Lyme en los Estados Unidos a finales de la década de 1950. 

Otro libro que trata de este tema es el escrito en 2004 por Michael Christopher Carroll: Lab 257: The disturbing story of the Government's secret Plum Island Germ Laboratory. El laboratorio de Plum Island está situado en una pequeña isla cerca del extremo oriental de Long Island en el estado de New York, y en él se realizaban investigaciones sobre gérmenes transmitidos por vectores como garrapatas y mosquitos. De hecho, el ejército norteamericano usó armas biológicas de este tipo en la guerra de Corea, y también hay sospechas de que se lanzaron grandes cantidades de garrapatas infectadas en Cuba en 1962. No era la primera vez que se recurría a un método bélico de este tipo: los japoneses habían usado pulgas con gérmenes de la peste y moscas con cólera en China. 

Tras la II Guerra Mundial, los Estados Unidos acogieron a muchos científicos nazis que habían investigado la guerra bacteriológica. Algunos de ellos trabajaron en Plum Island, antiguos colaboradores del equipo del Dr. Mengele, y también el principal responsable del programa de guerra bacteriológica alemán, que había estado a las órdenes directas de Heinrich Himmler.


En el mapa está señalada Plum Island, la isla donde se realizaban experimentos
con garrapatas. Justo al norte, a escasos kilómetros, la ciudad de Lyme.

Los nazis y los japoneses habían realizado experiencias con una especie de garrapata, la garrapata del ciervo o garrapata de patas negras (Ixodes scapularis). Esta especie también se investigó en Plum Island. Como que era una isla, se realizaron experiencias con ellas al aire libre, creyendo que los artrópodos no podrían salir del confinamiento insular. Sin embargo, la isla está en una de las vías de migración de pájaros y estas garrapatas tienen una preferencia especial por los pollitos recién nacidos. También los ciervos llegan hasta allí: la isla de los ciruelos está a muy escasa distancia de Long Island. Pero en julio de 1957 apareció una enfermedad nueva en Old Lyme en Connecticut, justo al norte de Plum Island. Estaba transmitida por la picadura de garrapata y se le dio el nombre del lugar donde había aparecido: enfermedad de Lyme ¿Casualidad? 

Según datos recogidos años más tarde, alrededor de 1990, la mayor concentración de casos de la enfermedad de Lyme estaba justamente en el extremo este de Long Island. Es decir, si se delimita en un mapa la zona en donde se dan los casos de enfermedad de Lyme en Estados Unidos, el centro exacto está precisamente, en Plum Island. ¿Casualidad?

En Plum Island se experimentó también con la garrapata Lone Star, que a mediados del s. XX solamente habitaba en Texas. Sin embargo, apareció súbitamente en New York y en Connecticut, infectando a las personas afectas de enfermedad de Lyme y causando algunas muertes. En la actualidad, Lone Star es endémica en los estados de New York, Connecticut y New Jersey. ¿Casualidad?


Borrelia burgdorferi
Según Newby, la epidemia de males "nuevos" transmitidos por las garrapatas incluía tres enfermedades: la artritis de Lyme, la fiebre de las Montañas Rocosas y la babesiosis, de las que solamente la primera ha tenido una cierta repercusión en los medios de comunicación. 

Willy Burgdorfer (1925-2014), suizo de nacimiento, se trasladó a Hamilton (EEUU) en 1951, donde se nacionalizó, para practicar su "especialidad", la disección de garrapatas. En 1952, Burgdorfer publicó un artículo sobre la inoculación intencionada de estos artrópodos. En Hamilton, se investigaba sobre todo la fiebre de las Montañas Rocosas (también transmitida por garrapatas). Allí investigó en posibles armas bacteriológicas, al servicio del ejército americano, aunque también visitó Lyme y Plum Island. En  1982, Burgdorfer al efectuar una disección de garrapatas del ciervo de las que se sospechaba que podían transmitir el tifus exantemático, encontró espiroquetasuna bacteria en espiral con ciertas similitudes con la causante de la sífilis. Burgdorfer se atribuyó entonces el descubrimiento de un nuevo germen, que bautizó como Borrelia burgdoferi, aunque tal vez había estado inoculando garrapatas con gérmenes 30 años antes. Y en su informe sobre la enfermedad de Lyme podría haber omitido algún detalle importante que hace más difícil el diagnóstico y el tratamiento de la infección. 

Chris Smith
En base a estos datos, Chris Smith afirmaba, en su discurso a la Cámara de representantes: 
"La enfermedad de Lyme y otras enfermedades transmitidas por garrapatas han irrumpido  bruscamente en los Estados Unidos. Entre 300.000 y 440.000 nuevos casos son diagnosticados cada año, de los cuales 10-20% sufren de forma crónica la enfermedad. Los americanos tienen el derecho de saber toda la verdad"
Ciertos científicos han hecho un llamamiento a la prudencia y han alertado de la posibilidad de que todo se limite a "fake news" o "teorías de complot" sobre la enfermedad de Lyme. De esta opinión se muestra partidario Rick Ostefeld, del Cary Institute of Ecosystem Studies y co-director del Tick Project. No cree que la enfermedad sea un producto de la investigación militar de los años 1950-60 y recuerda que la enfermedad fue diagnosticada por primera vez en los años 1970 en Old Lyme (Connecticut) de donde deriva su  nombre. En una entrevista de la revista Point decía: 
"La bacteria que causa la enfermedad de Lyme, Borrelia burgdorferi existe en su forma actual desde hace por lo menos 60.000 años. Podemos afirmarlo en base a pruebas moleculares en relación con la acumulación de cambios en su genoma. Un cuerpo momificado descubierto por una expedición de National Geographic en los Alpes, y que fue datado en 5.000 años ya estaba infectado por la bacteria de la enfermedad de Lyme"

Efectivamente, Ötzi, el hombre de los hielos de Smilaun presentaba ya esta infección, como hemos comentado en otra entrada del blog


La enfermedad de Lyme comienza siempre por una picadura de garrapata infectada y no es peligrosa si se diagnostica y se trata precozmente. El lugar de la picadura (generalmente en las extremidades) aparece abultado. Un mes después de la picadura puede aparecer una lesión roja en forma de escarapela (eritema migratorio) rojizo por fuera y más pálido en su interior, que se expande lentamente durante días y puede extenderse alrededor de unos 30 cm de ancho. Por lo general, no produce picazón ni dolor, pero puede sentirse caliente al tacto. Puede acompañarse de fiebre, cansancio y ganglios inflamados. A veces los pacientes no relacionan el exantema con la picadura y no lo consultan a tiempo. Pero si no se instaura un tratamiento antibiótico adecuado algunas semanas o meses después de la picadura pueden aparecer signos neurológicos o afectación de las articulaciones. Meses o años más tarde puede aparecer la forma terciaria con afectación articular, cutáneo, neurológico, muscular o cardíaco.



El eritema migratorio puede ser uno de los primeros síntomas de la enfermedad de Lyme.  

Según el CDC (Centers for Disease Control and Prevention)  cerca de 300.000 personas se infectan de la enfermedad de Lyme cada año. La mayoría de los casos tienen lugar en los Estados Unidos, pero también en Europa se producen muchas infecciones, coincidiendo con las zonas en las que hay más garrapatas. Su incidencia al alza preocupa y noviembre de 2018 se trató este tema en el Parlamento Europeo.

La enfermedad es especialmente frecuente en algunos países, como en Francia, donde ha provocado una auténtica alarma social.  Entre 2009 y 2015 la incidencia de esta patología oscilaba en este país entre 26.000-35.000 nuevos casos por año. Pero en 2017 ya eran casi 45.000 (por año) lo que significa 69 casos / 100.000 hab. Y todavía fue más elevado el número de nuevos casos en 2018: 67.000 casos, es decir una proporción de 104 casos por 100.000 habitantes. Una grave preocupación, tanto si la enfermedad es producto de la guerra bacteriológica o ha surgido de forma natural. 


Bibliografía


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Burgdorfer W, Barbour AG, Hayes SF, Benach JL, Grunwaldt E, Davis JP. Lyme disease a tick borne spirochetosis? Science. 1982;216(4552):1317-9.

Carroll MC. Lab 257: The Disturbing Story of the Government's Secret Germ Laboratory. 2005

Edlow, JA. Bull’s-Eye: Unraveling the Medical Mystery of Lyme Disease» Yale University Press,  2003.

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http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-30032012000200012

History of Lyme disease https://www.bayarealyme.org/about-lyme/history-lyme-disease/


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