miércoles, 31 de octubre de 2018

Mitología y anatomía (VI): el monte de Venus





Torso de Venus 
(70-100 d.C.)

Estatua de mármol 
Museo del Prado. Madrid.  




La diosa Afrodita, Venus para los romanos, es una de las divinidades mitológicas mejor conocidas, tal vez por presidir actividades tan importantes como el sexo, el amor y la fertilidad. 


Bertel Thorvaldsen:
Venus con manzana (1805) 
En Roma se celebraban muchas fiestas en su honor; Julio César la adoptó como su protectora y Virgilio, como halago a Augusto y a la gens Julia, la hizo aparecer en la Eneida como la madre del pueblo romano a través de su legendario fundador Eneas y de su hijo Iulus. También Lucrecio dedica a Venus como la madre naturaleza, su famoso poema "De rerum Naturaen las primeras líneas.


Pero aunque Venus era la madre de Roma, no todas sus advocaciones eran siempre recatadas. En el año 215 a.C. en plena guerra con Cartago, que ya amenazaba ante las mismas puertas de Roma, decidió implorar la ayuda de su protectora y erigió en el monte Capitolio un templo a la poderosa Venus Ericina, responsable de las pasiones desatadas y patrona de las prostitutas. Por esta razón Venus quedó para siempre vinculada al sexo, y dio su nombre a las enfermedades venéreas, contraídas por contacto sexual, como ya hemos comentado en otra de las entradas del blog. De esta etimología proceden muchos derivados como Venereología o venereólogo. Venus también da nombre a otras denominaciones médicas, como el collar de Venus o la corona de Venus, lesiones típicas de la sífilis secundaria. 


Venus de Badalona
Pero además Venus también dio un nombre anatómico: el monte de Venus, mons veneris o mons pubis, masa redondeada de tejido graso que se dispone delante de la sínfisis púbica. Su tamaño varía con el nivel hormonal y la grasa corporal, y es más evidente en las mujeres. El tejido graso del pubis del monte de Venus es sensible al nivel de estrógenos y forma un montículo bien discernible desde el inicio de la pubertad, edad en la que se agranda y se cubre de vello. Al aumentar de tamaño empuja la parte delantera de los labios mayores hacia afuera, alejándolos del hueso púbico. Del mismo modo, el monte de Venus se vuelve menos prominente con la disminución de los estrógenos corporales experimentados durante la menopausia.


Alexandre Cabanel: Nacimiento de Venus (1863) 

 







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