lunes, 17 de septiembre de 2018

Ivanov: Cabezas de esclavos





Alexander Andreyevich Ivanov 
(Александр Андреевич Иванов)

Cabezas de esclavos

Óleo sobre papel de tela  51.5 x 70.5 cm

Museo Estatal Ruso. San Petersburgo.




Alexander Andreyevich Ivanov (1806-1858) fue un pintor ruso adscrito a la corriente del neoclasicismo. Formado inicialmente en la Academia Imperial de las Artes, donde recibió las enseñanzas de su padre Andrei A. Ivanov y de Karl Briullov, la mayor parte de su vida transcurrió en Roma, donde trabó amistad con Nikolai Gógol. En Roma estuvo muy influído por la corriente artística del nazarenismo, que propugnaba volver al arte religioso medieval buscando la pureza de los primitivos italianos y alemanes. 


Alexander Andreyevich Ivanov (1806-1858)


La obra de Ivánov no fue muy apreciada por sus contemporáneos. Le llamaban "el maestro de una sola obra", ya que tardó 20 años en realizar su enorme pintura "La aparición de Cristo al pueblo" de 40 m2 (de 1837 a 1857). El pintor se mostró defraudado por la fría acogida de la crítica. 

Fueron las generaciones posteriores que supieron poner en valor la pintura y sus esbozos y dibujos preparatorios. Uno de los estudios preliminares de esta obra es “cabezas de esclavos” que comentamos hoy aquí. 



"La aparición de Cristo al pueblo" de Ivanov (Galería Estatal Tretiakov, Moscú)


Uno de los dibujos previos es el que comentamos hoy aquí. Representa dos cabezas de esclavos. En la frente del personaje de la izquierda puede verse claramente una lesión de bordes anfractuosos, sobreelevados y centro ulcerado, que corresponde clínicamente con un carcinoma basocelular.

El carcinoma basocelular es la forma de cáncer cutáneo más frecuente. Se ve en personas que han estado expuestas repetidamente al sol, en especial en zonas descubiertas como la cara, cuero cabelludo, cuello o dorso de las manos. 

Suele comenzar como una pequeña herida, con bordes algo sobreelevados, en los que suelen verse algunos nodulillos que parecen perlas. De curso muy indolente, la lesión puede ir creciendo progresivamente. No se propaga a distancia (metástasis) y no suele producir dolor. 

Si no se trata adecuadamente, en algunos casos,  el carcinoma basocelular puede crecer de forma mucho más rápida. Puede ulcerarse y dar lugar a lesiones de gran tamaño, muy destructivas. Estas formas son conocidas clásicamente como "ulcus rodens", la úlcera que roe, ya que destruyen todos los tejidos que encuentran en las inmediaciones, incluyendo el hueso subyacente. Recuerdo haber visto en mi época de dermatólogo primerizo una de estas lesiones que había hecho desaparecer una zona amplia del hueso parietal dejando la meninge al descubierto. Una terrorífica imagen difícil de olvidar.  

El tratamiento de este tumor debe ser quirúrgico, extirpando la totalidad de la lesión y asegurándose que no quede ningún resto. 

La pintura de Ivanov refleja perfectamente la clínica de este tumor, con una ulceración irregular, de bordes anfractuosos cortados a pico. Una lesión que suele darse en personas de piel blanca expuestas repetidamente al sol, como debía ser el caso de estos esclavos.

No hay comentarios: